Se tiene
constancia documentada de un hospital en Sos al menos desde el siglo XV; pero en el Cartoral de Sos (1059-1130) ya aparece una "alberguería": "...et devante don Garcia, tenente d´alvergaria."
Actualmente
entendemos por hospital un gran edificio en el que varios médicos de diversas
especialidades atienden y sanan a los enfermos ingresados, realizándoles
multitud de pruebas, disgnósticos, curas y operaciones, todo ello con el máximo
rigor e higiene. Estos centros sanitarios pueden ser privados o sufragados con
fondos públicos.
Los hospitales
de la Edad Media nada tienen que ver con estos modernos centros hospitalarios. Etimológicamente,
la palabra hospital deriva del latín “hospes” (huésped, visita), para
transformarse en “hospitalía”(lugar de visitas, de huéspedes) Derivados de este
latinismo son las palabras hospedería, hospitalidad, hospedaje, hostería,
hostal u hotel, es decir, un lugar en el camino en el que se daba hospedaje al
viajero o peregrino. Más adelante, ya en el siglo XV toma la connotación de “asilo
para necesitados y pobres”, y es a partir del siglo XVI-XVII cuando se va
acercando al significado actual, según van avanzando los logros en el campo de
la medicina, avances que poco a poco se van aplicando a los enfermos
hospedados.
En los siglos
XII y XIII muchos de los hospitales dependían de los monasterios, donde solían
tener una sala destinada únicamente a prestar auxilio a los visitantes, pero al
aumentar el flujo de peregrinos hubo que habilitar más espacios para ellos, por
lo que en muchos municipios, y sostenidos por el concejo, se habilitaron casas
vecinales para tal menester.
A partir del
siglo XIII se levantaron edificios, generalmente de planta basilical, con las
camas dispuestas en las naves laterales, cuya función fue expresamente la de
atender a los necesitados. En el siglo XV comenzaron a edificarse de planta
cuadrangular, con un patio central, iglesia, cementerio, y diversas dependencias para separar los
hombres de las mujeres o agrupar a los enfermos según sus dolencias.
Como hemos dicho al principio, en siglo XV existía en Sos un hospital. Este hospital daba cobijo, atención y
cuidados tanto físicos como espirituales a vecinos pobres de la villa, viudas, mendigos,desamparados, transeúntes y peregrinos. No
hay que olvidar que un ramal secundario del camino de Santiago pasaba entonces
por Sos, por lo que los peregrinos encontraban en este establecimiento algo de comida, cama y la necesaria caridad que requería la particular situación de cada uno, aunque la atención
que recibían los visitantes en Sos debía ser muy precaria si tenemos
en cuenta algún documento de entonces.
En aquella
época era bastante frecuente que en las mandas piadosas de los testamentos se
dejase alguna pequeña cantidad de dinero, y sobre todo ropa, para el centro hospitalario,
especificándose que debían ser para servicio de los pobres de la villa, tal y
como se aprecia en una de las últimas voluntades de Elvira de Artieda en su
testamento de 1492, en el que dice:” item
quiero e mando sian dados para el spital de la dita villa para honrar las camas
de los povres que en aquel se receptaran dos linçuelos d´estopa”[1].
Un siglo
después, ante las tiranteces políticas del momento con Francia, y con motivo de
un posible enfrentamiento bélico con el país vecino, Felipe II ordenó desplazar
a Sos hasta 10 compañías de infantería y caballería, y con ellas una asistencia
sanitaria adecuada, por lo que fue preciso crear en la villa un pequeño hospital.
No sabemos si se utilizaron las instalaciones del hospital que poseía la villa,
pero los datos que poseemos hacen más bien pensar que se trataba de la creación
de un hospital de campaña destinado a tal efecto, pues el Administrador General
designaba un mayordomo al frente del mismo ayudado por un grupo de personas
para atender a los enfermos. De todos modos, tanto el médico como el boticario de
este centro hospitalario eran del propio Sos y desempeñaban su trabajo sin
recibir una remuneración fija, sino en función de los trabajos realizados.
Además,
este hospital era administrado conjuntamente con el de Uncastillo, y su
mayordomo era el Ldo. Salinas, siendo el médico el Dr. Molina y boticario
Alonso de Artieda[2]. Se
instalaron en Sos y en Uncastillo por ser zona mejor situada y haber “trigo y cebada para sustentar las acémilas”
y a la tropa. El gasto originado por el Licenciado Salinas ascendía a
23.256 mvs, y el de Alonso de Artieda a 22.440 mvs.[3].
Médico,
boticario, enfermeros y salarios no podía permitíselo el hospital de Sos, que
se mantenía únicamente gracias a las aportaciones vecinales.
Ya
a principios del siglo XIX, y con una connotación más cercana a lo que es un
hospital tal y como lo entendemos hoy, Mateo Suman indica que la villa posee (sic)
“una casa hospital, bastante capaz para
la curación de personas de ambos sexos, en sus enfermedades y dolencias, con su
iglesia y oratorio, titulado de San Miguel, cuyo patrono, y administrador de
sus rentas es el mismo ayuntamiento” [4].
Actualmente
no quedan restos del hospital, pero ¿Dónde estaba ubicado en la
villa?
Aquí debemos tener cuidado porque las exiguas referencias documentales que tenemos que nos hablan del hospital de Sos, lo ubican en dos lugares distintos siendo, con toda probabilidad, dos edificaciones distintas pero no contemporáneas, pues un hospital quedó destruido en 1813 y el otro se edificó posteriormente para suplirlo. Aunque todavía no sabemos con exactitud el lugar donde se encontraba el primer hospital, sí
podemos hacernos una idea bastante aproximada de su localización a tenor de la
crónica que nos dejó Espoz y Mina tras su pertinaz y virulento ataque, en su afán de liberar la villa, contra las posiciones francesas que
habían tomado Sos en 1813:
“Los franceses habían hecho en esta
población un cuartel, tomando dos edificios contiguos, que eran el hospital y
el granero de la villa, divididos por un grande torreón de piedra, de excelente
construcción…este cuartel, muy fuerte por naturaleza, por ser su base o
cimiento de peña viva…dominaba todo el pueblo, cuya situación es sobre un monte
cortado…” Con el fin
de atacar la fortaleza también desde el lado opuesto situó “…una nueva batería en las Eras Altas…y otra en la cima del monte
llamado Paso de las Adoberías…”
De
las tres minas que colocó Espoz en Sos sólo explosionó una: ”El día 1º de marzo a las 8 de la mañana dí
fuego á la mina, y voló un ángulo del hospital y toda la pared que daba al
mediodía…”
Con
estos datos y los de su posición en el terreno donde ubicó las piezas de
artllería ("… sobre el camino que va a la
villa de Uncastillo, en el alto de Zafranal y campo de Zapata...") podemos
asegurar sin temor a equivocarnos que el hospital estaba ubicado entre el portal de Jaca y la iglesia de San Esteban,
muy cerca de ésta.
De
lo que sí tenemos certeza es de la total destrucción del hospital tras los
ataques de Mina, quien él mismo narra en sus memorias cómo quedó el pueblo tras
sus ataques, indicándonos de nuevo otra orientación sobre su ubicación: "…La fábrica entera del
Hospital público que existió dentro del castillo y constaba de diferentes
piezas con su iglesia, graneros, etc., todo en tierra sin aprovechamiento
alguno..”.
Debido a esta destrucción Sos estuvo sin hospital algunos años, existiendo la probabilidad de destinar las
abandonadas instalaciones del convento de Valentuñana,tras la desamortización
de Mendizábal, para uso de actividades hospitalarias, según un decreto de 15/12/40 por el cual el Gobierno
concedió un plazo a Ayuntamientos y otros organismos para que solicitaran la
entrega de locales de conventos con miras a destinarlos a fines de utilidad
pública. A lo largo de 1841, la Diputación Provincial fue emitiendo una serie
de dictámenes (normalmente favorables y que remitía a la Secretaría de Estado y
del Despacho de Hacienda) a las peticiones de los Ayuntamientos de manera que
una buena porción de edificios serían cedidos por la Dirección General de
Rentas a las entidades locales. En el legajo IX-570 del A.D.P.Z. se halla la
resolución relativa al convento de
Valentuñana:
SOS (22-2-41)- Se suspende momentáneamente el dictamen favorable sobre el convento extramuros de los Carmelitas descalzos que se quiere dedicar a hospital. El edificio no ha tenido licitador hasta la fecha en las subastas de venta y la necesidad de hospital venía dada porque la villa había sido privada del que tenía "en la Guerra de la Independencia, mediando la circunstancia de haber sido destinado a hospital militar en esta guerra y también como cuartel para el paso de tropas" (Espoz y Mina utilizó el convento de Valentuñana como cuartel general y hospital de sangre durante la guerra de la Independencia)
Pero el convento fue finalmente adquirido por cuatro familias de Sos que
lo destinaron a usos agropecuarios, por lo que el ayuntamiento decidió levantar
de nuevo un hospital en la villa, del que tenemos nuevas referencias en
el Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de Pascual Madoz de 1848, en
el que reseña que Sos tiene "un hospital civil de Caridad sin renta alguna y que depende sólo de la limosna de los vecinos”“, aunque en realidad tenía que ser soportado por el ayuntamiento, según mandato de la Constitución de Cádiz de 1812 y de la Ley de Beneficiencia de 1822, siendo controlado y gestionado por una "junta de Beneficiencia" nombrada al efecto y ofreciendo atención y cobijo a "enfermos pobres, forasteros, transeúntes y a la humanidad desvalida"; pero lo cierto es que el hospital pasaba auténticas penurias por las escasas rentas municipales y fueron, como bien reflejó Madoz, las limosnas y ayudas de los propios vecinos quienes mantenían el hospital.
Igualmente, se conservan los títulos de fundación de este nuevo hospital de Sos[5], llamado de La Caridad(1847), donde, incluso, aparece el nombre de la encargada del mismo: Sebastiana Ilarri, casada con Hipólito García.
Una de las
últimas noticias que tenemos del hospital data de 1853. En el libro de visitas de 20 de febrero a 1 de julio de 1853, que se conserva en el Archivo de la
Catedral de Jaca, existe un cuestionario al que deben contestar los sacerdotes
visitados, y en el punto nº 17 se pregunta si existe en el pueblo alguna Casa
de Misericordia u Hospital para vecinos o forasteros enfermos o peregrinos. La
respuesta a este punto de los sacerdotes de Sos es que en el pueblo “hay un hospital, se mantiene con las
limosnas de los fieles, y décimas de
Arbe y Ceñito; lo Administra el Ayuntamiento; se admiten los enfermos de la
villa y transeuntes”.
Actualmente no existe ya el hospital ni quedan restos del mismo, pero sí conocemos cuál era su ubicación, aunque desconocemos cuándo y por qué desapareció. Hoy, en su lugar, hay una vivienda construida.
Se encontraba en la calle Amargura (actual calle Arquitecto Sainz de Vicuña), muy próximo al Parador de Turismo. Un documento de 1858 nos lo ratifica. Se trata de una hipoteca de una casa en el barrio Laurel, calle de la Amargura nº 83, lindante con el hospital...[6] Actualmente esta dirección corresponde con el nº 28 de la calle Arquitecto Sainz de Vicuña.
Respecto al primer hospital de Sos, únicamente quedó en la
toponimia urbana, y como recuerdo del mismo, el nombre de una calle en las
proximidades de su supuesta ubicación, que bien nos puede justificar su
existencia en el lugar.
Hasta mediados del siglo XIX, por una Real Orden de 30 de noviembre de 1858, no se rotularon las calles que componían una localidad. Hasta entonces los nombres que se les daban era el reflejo de la ubicación en ellas de un determinado gremio de profesionales, del desarrollo de una actividad concreta(Tejerías), del domicilio de un vecino notable o muy conocido en la comunidad(Bueno), de un edificio de interés para los vecinos(Torre), del recuerdo de un hecho histórico, milagroso o legendario(Mudo), o simplemente por la coincidencia de alguna circunstancia curiosa o habitual de cualquier índole(Mentidero, Viento).
Calle de la Salud en su salida hacia la iglesia de San Esteban . Sos del Rey Católico |
Placa de cerámica antigua en la calle de la Salud. Sos del Rey Católico |
Como antes se ha dicho, no sabemos con exactitud dónde estaba ubicado el primer hospital de Sos, pero tras los detalles que nos ha dejado Espoz y Mina, y haciendo caso a la toponimia urbana, pues resulta impropio e inadecuado que en una calle llamada “de la salud” no existiera este centro hospitalario, del mismo modo que la calle “del horno” se llama así por ubicarse en ella una panadería o la calle "Tejerías" por albergar una industria artesanal dedicada a la fabricación de tejas, supuestamente el hospital se ubicaría al final de la calle de la Salud, cerca de la iglesia de San Esteban, bajo sus ábsides, tal y como lo narra el General Mina.(Ver ampliación)
La calle de la Salud termina bajo los ábsides de la iglesia de San Esteban, posible ubicación del primer hospital de Sos. |
[1]
A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 450 B, ff. 4v-5v.
[2]
A.G.S Contaduría mayor de cuentas. 2ª época, leg. 950
[3]
Manuel García Rivas.”El apoyo sanitario a las tropas del Ejército Real en
Aragón (1591-1592)” R.H.J.Z 65-66, pp.15-36.
[4]
Suman, Mateo. Apuntes para el Diccionario
Geográfico del Reino de Aragón
[5] A.H.P.Z. Beneficiencia. Títulos de fundación del hospital de Sos. Sig. A-18511/19.
[6] Ibidem
BIBLIOGRAFÍA
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de
frontera. I.F.C. (C.S.I.C.) Zaragoza, 2012.
-CORTÉS VALENCIANO, MARCELINO. El Cartoral de Sos del Rey Católico (1059-1130) Reedición y estudio lingüístico. I.F.C. Zaragoza, 2020.
-ESPOZ Y MINA, FRANCISCO. Memorias del General D. Francisco Espoz y Mina. Publicadas
por su viuda Dña. Juana María de Vega. Imprenta y Estereotipia de M.
Rivadeneyra. Madrid, 1851.
-GARCÍA RIVAS, MANUEL. “El apoyo sanitario a las tropas del Ejército Real en Aragón
(1591-1592)” R.H.J.Z. 65-66, pp.15-36.
-GUIRAO LARRAÑAGA, RAMÓN. Las Cinco Villas de Aragón durante la guerra de la Independencia
Española (anales 1808-1814) Asociación Cultural “Los Sitios de
Zaragoza” I.F.C. Zaragoza, 2007.
-MADOZ, PASCUAL. Diccionario Geográfico Estadístico Histórico. 1845-1850. Edición
facsímil. D.G.A. Valladolid, 1985.
-SUMAN, MATEO. Apuntes para el Diccionario Geográfico del Reino de Aragón.
Partido de Cinco Villas. Según el ms. 9-5723 de la R.A.H. de 1802.
Edición de Josefina Salvo Salanova y Álvaro Capalvo Liesa. I.F.C., D.P.Z. 2015.
-UBIETO ARTETA, AGUSTIN. Caminos peregrinos de Aragón. I.F.C. (C.S.I.C.) Excma.
Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2016.
A.H.P.Z. Beneficiencia. Sig. A-18511/19.
No hay comentarios:
Publicar un comentario