domingo, 14 de enero de 2024

EL ESCULTOR JUAN MODREGO GARCÉS

 

             

Fernando "el Católico". Obra de Juan Modrego
Palacio de Sada (Sos del Rey Católico)

        Juan Modrego Garcés nació en Sos en 1908. Su padre era pastor, por lo que pronto empezó a pastorear con el rebaño de cabras y ovejas por los campos de Sos.

            En una entrevista que le hicieron para el Heraldo de Aragón en 1931, firmada por Mario Alegría[1], él mismo cuenta que siendo todavía un chaval, estando en el campo con el rebaño, observó  que una de las cabras llevaba un collar de madera grabado con bonitos dibujos, y eso fue lo que le llevó a fabricarle otro parecido a uno de los animales más distinguidos de todo el rebaño que llevaba y se puso manos a la obra, sin tener conocimiento alguno de dibujo y sin más herramienta que una simple navaja que llevaba en el bolsillo. Los que vieron el collar le dijeron que era muy bonito y que tenía cierto estilo renacentista español, y para terminar el adorno copió un retrato de una fotografía de una hoja de un Heraldo de Aragón que, por casualidad, cayó en sus manos. Y así comenzó su afición por el arte.

            Continuó trabajando con la navaja, sin conocer otra clase de herramientas, realizando pequeños trabajos, como cajas de madera de una sola pieza en las que tallaba las figuras de las sotas, caballos y reyes de la baraja española. Rápidamente corrió la voz por el pueblo de la habilidad de Juan y le incitaron a trasladarse a Zaragoza para aprender más y perfeccionar su arte.

            Juan Modrego, que rezumaba arte por todos los lados, no se lo pensó dos veces, cambió el pastoreo por el arte y en 1927, con 19 años, marchó a Zaragoza, recomendado a don Felipe Sanz, quien le presentó a don Alberto Casañal y éste al profesor de la Escuela de Artes y Oficios, el maestro escultor Larrauri. Allí comenzó a trabajar con diferentes materiales y a usar otro tipo de herramientas más acorde con la realización de obras artísticas que con una sencilla navaja. Su progreso fue inmediato y muy rápido. Es lo que pasa cuando uno lleva el arte en las venas.

            Para procurarse el sustento se colocó en un taller, de tallista.

            Antes de ir al servicio militar cayó en sus manos una fotografía del director de la Guardia Civil, el general Sanjurjo, y con ella hizo un busto de barro que envió al general con una carta en la que el artista le cuenta:

            “Tengo que hacer constar que este trabajo ha sido hecho de noche, después de salir del taller y en días festivos, quitándome horas de sueño, ya que el día tenía que dedicarlo a mi sustento. Debido a eso y a los pocos elementos de que dispongo, no sería extraño que V.E. encontrase algunos defectos que espero sabrá dispensar, ya que en ello he puesto toda mi ilusión y corazón”

            Realizó el servicio militar en el Regimiento de Albuera (Lérida), donde le reconocieron su valía y sus jefes le habilitaron un espacio para trabajar, en el que hizo varias composiciones en barro que en 1931 todavía se conservaban en dicho cuartel. Una de ellas era la talla de un soldado manejando un mortero y otra dos soldados manejando una ametralladora.

"Cabeza de viejo". Bronce de
Juan Modrego. 1934.
             Al regresar del servicio militar continuó con sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios, perfeccionándose en composición y tocando la piedra, la madera, escayola y otros materiales, sin dejar el taller de tallista y realizando otros trabajos personales que hacía en un local que alquiló en la calle Pignatelli, por el que pagaba cinco pesetas al mes de arriendo, en el que se ahorraba pagar la luz porque una persona le enseñó a “engancharse” gratis a la red eléctrica.

         Posteriormente se fue a Madrid para proseguir su carrera con el entonces renombrado escultor Mariano Benlliure, pero regresó a Zaragoza, donde hizo una exposición en 1936.

            Este mismo año,1936, porque está firmada y fechada en ese año, donó a la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza un altorrelieve con la imagen ecuestre del patrón de Aragón, San Jorge, y el escudo de Aragón. Esta obra, actualmente, se encuentra en paradero desconocido.

                  A finales de 1939 regresó a Madrid y se instaló definitivamente allí.

                De 1940 parece ser una moderna imagen en madera de la Virgen del Pilar que Juan Modrego donó a la parroquia de San Esteban de Sos y que actualmente se conserva en la sacristía de la iglesia.

            Participó en la exposición nacional de Bellas Artes en 1945 con un busto del general Moscardó, con elevada técnica y gran parecido, según las críticas del momento[2]

            Volvió a participar en la exposición nacional de Bellas Artes en 1950 en los palacios de exposiciones del Retiro en Madrid, concretamente en el Palacio de Cristal, presentando un busto de escayola patinada representando al periodista y escritor aragonés D. Fernando Castán Palomar y otro busto en madera representando al también periodista y escritor guipuzcoano D. José Arteche.[3]

        En Marzo de 1976, y coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Fernando el Católico, se inauguró y colocó en el Palacio de Sada un busto del rey Fernando tallado en piedra, regalo de Juan Modrego a la villa que le vio nacer y que siempre llevó en su corazón.

            Juan Modrego Garcés falleció en Madrid el 21 de agosto de 1980.




[1] Heraldo de Aragón, 13 de diciembre de 1931, p.5.

[2] El noticiero. 7 de junio de 1945, p.8.

[3] Catálogo oficial de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Mayo-Junio 1950.Palacios del Retiro, pp.32 y 33.





BIBLIOGRAFÍA


-RINCON GARCÍA, WIFREDO; ROMERO SANTAMARÍA, ALFREDO. “Notas sobre la iconografía de San Jorge en Zaragoza”. Seminario de arte aragonés nº 36, pp.23-43. I.F.C. Zaragoza, 1982.

-Catálogo oficial de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Mayo.Junio 1950. Madrid.Ministerio de Educación y Ciencia. Dirección General de Bellas Artes. Blass S.A. Tipográfica. Madrid, 1950.

-El noticiero. 7 de junio de 1945, p.8. “Doce artistas aragoneses en la Exposición Nacional”

-El noticiero. 3 marzo 1976, p.18. “Ciclo cultural conmemorativo del nacimiento del rey Fernando”

-Heraldo de Aragón. 13 de diciembre de 1931, p.5. “Juan Modrego, el pastor que hace esculturas.”

domingo, 7 de enero de 2024

FERNANDO V EL CATOLICO (Romance)

El palacio de Sada en 1924 (Juan Mora Insa)

 

                    En la página literaria del periódico “El Noticiero” de fecha 9 de marzo de 1924, aparece un romance anónimo dedicado a Fernando “el Católico” y a la casa que lo vió nacer, la casa de la familia Sada, que para esas fechas estaba ya declarada en estado de ruina, apuntalada y en grave riesgo de derrumbe. El poema así nos lo recuerda.

 

A  FERNANDO  V  EL  CATOLICO


Levanta la cabeza ¡oh, Rey Fernando!

y mira tu palacio que se arruina

donde vieron tus ojos los del sol

y empezó la carrera de tu vida.

La joya más preciada de Aragón

que fue cuna del Rey de más valía,

no consintáis jamás que se derrumbe,

que si ella derrumba ello sería

la vergüenza más grande que se ha visto

para el pueblo español y su hidalguía.

El Reino de Aragón, España entera

tienen puesto su honor, tienen sus miras

en sostener los muros de un palacio

emblema del poder que tuvo un día

el Rey más grande de la tierra entera.

Mirad con vuestros ojos esas ruinas,

tomad con vuestras manos esas piedras,

volvedlas a sus puestos enseguida.

Rodead con la valla del respeto

del Católico Rey la gran Reliquia;

y a sus puertas esté con la bandera

el león más forrado de las Indias,

impidiendo su entrada al abandono,

franqueando sus puertas a la estima.

Si Cristóbal Colón descubre un mundo,

si Isabel engrandece sus Castillas,

si Boadbil el Chico de Granada

abandona el vergel y sus delicias,

es obra de Fernando, hijo de Sos,

coloso en el valor y en la política.

De un genio destinado por el Cielo

a entrelazar la fe con las conquistas,

ciñendo con orgullo las coronas

que a sus pies los imperios depositan.

Levantad a Fernando un monumento

digno de su memoria siempre viva;

la tumba del olvido no arrincono

en su negro recinto al sol que brilla;

y en el bronce el cincel eternamente

sus hazañas esculpa y sus conquistas;

porque Rey cual Fernando no se ha visto

ni jamás lo veremos en la vida.


**********************************


Lamentablemente, un año después, el edificio colapsó.