Aragón es una de las comunidades de España con mayor
número de fortificaciones y castillos, siendo las Cinco Villas una de las
comarcas que contribuye en gran medida a la sustentación de este legado. Hablar
de los castillos y fortificaciones de las Cinco Villas es hacer un recorrido de
la historia de Aragón desde sus inicios con la dominación islámica.
Guerras con los árabes, conquistas, defensas de
territorios, acuerdos y desacuerdos con los vecinos navarros y con otros reinos
hicieron que durante siglos los señores de las villas levantaran fortificaciones
y castillos al mando de tenentes para defender sus dominios y hacer frente a
los invasores y a los peligros que les acechaban.
Castillo de Sos |
Las Cinco Villas fueron de las primeras zonas en
fortificarse en el territorio que hoy constituye Aragón. De los primitivos
castillos lígneos del siglo X, todavía tenemos restos de los agujeros donde se
situaban las estructuras de madera en Luna, Uncastillo y Sos del Rey Católico.
Durante el siglo XI se construyeron los principales
castillos románicos que harían posible la reconquista. El de Obano en Luna, el
de Sibirana con sus dos torres y los de Luesia(ver) y Biel(ver).
La zona sur de las Cinco Villas permaneció en manos
musulmanas hasta los inicios del siglo XII. Tenemos restos de fortalezas
musulmanas en algunas partes del castillo de Sádaba(ver), lienzo de muralla en
Malpica de Arba, muro de la torre defensiva en Biota(ver) y la torre de La
Gabardilla en Tauste.
Castillo de Navardún |
Durante el siglo XII se construyeron los castillos de
Navardún(ver), Erla, Layana, y se fortifica Sos(ver). En el siglo XIII se levanta la
fortaleza de Uncastillo(ver) y las torres de El Bayo, el castillo de Añués(ver) y la
torre de Sofuentes.
Más que castillos, torres y fortificaciones aisladas,
interesaron siempre las líneas de castillos. Estas cadenas castramentales,
unidas mediante caminos que facilitaban los socorros, se comunicaban con
señales y transmisiones de espejos, banderas, fuegos y humos desde las cimas de
sus torres. Los ríos constituyen aquí un papel fundamental, pues configuran de
por sí una frontera natural. Así la “canal de Berdún”, con el río Aragón
formaba una línea con el castillo de Berdún, la Torronaza de Xavier-Martes, el
castillo de Escó, castillo de Puzo, castillo de Ruesta, castillo de Tiermas, y el
de la Plana, sobre Tiermas, en un primer segmento. Llegando a la altura de
Benasa y del monasterio de Leyre, la línea del Aragón admite la insercción de
una nueva vía de comunicación de castillos: la Cañada Real de las Bardenas al
Roncal. En el punto donde la Cañada Real tramonta la sierra de Leyre, quedaba
emplazado el castillo del Castillar, sobre las tres rocas de la Portillada, el
castillo de Castillonuevo, apostado en el portillo de Ollast y unido al
Castillar mediante la Cañada Real, formando esta una encrucijada con el río
Aragón en la Torre de Valdetor o Valdelator, junto al histórico puente romano
de Yesa, llamado “el puente de Tor”, defendiendo su acceso meridional y
obstaculizando la dirección de los invasores. Esta torre defendía el puente, el
molino y la población de Centulifontes, Centrilofontes o Centrifont, situada en
un recuesto de la Sarda, sobre la margen derecha del río Aragón. Dicha torre
persistió hasta el s. XVIII, y según algunas referencias data del siglo X.[1]
Muy próximo a ella el Castillo de Xavier y el Castellar de Xavier.
Una segunda línea de castillos, hacia el río Onsella,
la formaban el Castellón de Petilla y el portillo y acceso al castillo de
Sibirana, el castillo de Rueyta y el castillo de Sos, y en el valle del Onsella
los castillos de Lobera, Sotirana, Gordún, Ceñito, Navardún y Gordués, las
torres Aguilar, Oyarda, Basaboz, Arbe, Fillera, Buzcalapueyo, perfectamente
conservado, sito en la Nava Mayor de Sos, muy cerca de una loma entre los
caminos que van de Sos a Xavier y de Sos a Lerda[2],
el Castillejo de Iso, cerca de Lerda, Ull y El Real, y vigilando la Cañada
Real, en término de Xavier, la Torre de Adam.
Otras torres y castillos escoltaban la orilla del
Aragón. Dejando atrás las torres de Ull y de Sangüesa, estaban las de Mauleón y la de
Añués, avistándose con los castillos de Peña, Cáseda, Gallipienzo y Ujué. En
dirección Este-Oeste encontramos la línea castrense formada por los castillos
de La Torraza, torre de grandes dimensiones situada a la entrada de Undués de
Lerda sobre un gran escarpado de roca, el Castillón, en la frontera con
Navarra, dominando Liédena, y La Torreta, que siguiendo estas tres torres el
valle del río Del Arco, se unen con el castillo de Xavier.
Castillo de Sádaba |
A finales del siglo XIII y XIV se construyen castillos
predominantemente de estilo gótico, relacionados con la incipiente nobleza de
la Corona de Aragón, destacando los castillos de Ruesta, o los de Yéquera y
Valverde en Luna, aunque el más importante es el de Sádaba, que supondrá un
cambio de estilo, siendo el primer castillo torreado de Aragón y que pasó
varias veces a manos navarras.
En el siglo XV y XVI se fortificarán con garitones las
torres de las iglesias de Santa María y San Martín en Uncastillo, y se
construirá también el castillo renacentista de Sora, en Castejón de Valdejasa.
En definitiva, una trayectoria histórica de más de mil
años contada a través de los legados arquitectónicos que suponen los castillos
y fortificaciones, y que pone de manifiesto el importante papel que jugó las
Cinco Villas y sus gentes en el devenir político no sólo de Aragón, sino del
conjunto del territorio nacional en un momento de transición entre culturas.
[1] A.H.N. 216b, nº 70, fol.
44.
[2] Escrituras de deslinde
y amojonación de la pardina de Buzcalapueyo. 1603. Archivo Administración de
Javier. Sangüesa.
BIBLIOGRAFÍA
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las Cinco Villas (891-1105): entre la tradición y la renovación. Cuaderno
de las Cinco Villas, 3. C.E.C.V., I.F.C. Ejea de los Caballeros, 1988.
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de los Arbas, el Onsella y el Gállego entre los años 900 y 1000”, en : Las grandes líneas del arte prerrománico
aragonés. Revista Artigrama nº 8-9, pp. 259-279 Dpto. de Historia del Arte
de la Universidad de Zaragoza. 1991-1992
-GUITART APARICIO, CRISTÓBAL. Castillos de Aragón, I y III. Librería
General. Zaragoza, 1979 y 1999.
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-RECONDO, JOSÉ MARÍA. El castillo de Xavier. Ensayo arqueológico.
Revista Príncipe de Viana, nº 67-68. Año 1957, pp. 261-270.
-SAGREDO, IÑAKI. Navarra,
castillos que defendieron el Reino. T. II, Los castillos de Sancho III, el Mayor en el alto Aragón, Sobrarbe y
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-JIMÉNEZ APERTE, MANUEL. Las Cinco Villas,
tierra de castillos. Revista “Zaragoza, la Provincia”, nº 2, junio, 2009.
-PIEDRAFITA PÉREZ, ELENA (coord.) Cinco Villas. Rutas CAI por Aragón, nº
44. Prames. Zaragoza, 2006
-VV.AA. Actas de las II jornadas de castellología aragonesa: fortificaciones
del siglo IX al XX. A.R.C.A. Zaragoza, 2006.
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