domingo, 26 de febrero de 2017

EL REPROCHABLE COMPORTAMIENTO DE LOS CLERIGOS DE SOS

          Ya hemos hablado del amancebamiento de los clérigos de Sos y del rechazo que generaba este comportamiento en gran parte de la población durante  la Edad Media(ver)
 
Dibujo (siglo XV)
  Pero además de tener concubinas, los clérigos de Sos frecuentemente se veían inmersos en violentas riñas tanto entre ellos mismos como con los ciudadanos, perturbando y alterando la paz del municipio, aumentando de este modo, todavía más, el rechazo y la censura de la población hacia estos clérigos, fiel reflejo de las fuertes tensiones sociales de la época. Así, por ejemplo, en marzo de 1450 un grupo de beneficiados se enfrentó con el racionero Bartolomé de Sos hiriéndolo en la mano; a pesar de las medidas conciliadoras, tomadas tanto por las autoridades eclesiásticas como por las municipales para que no hubiera reacciones de venganza por parte de los parientes de Bartolomé[1], los problemas continuaron, pues un mes después, el religioso Domingo de Sos, hermano de Bartolomé, presentaba una denuncia , puesto que se habían introducido armas en la iglesia parroquial durante los maitines por parte de los atacantes de su hermano, violando los estatutos y ordinaciones que el obispo de Pamplona había establecido[2]. El 23 de junio del mismo año la tensión llegó a tal extremo que el vicario y el Justicia se acercaron a casa de los Español de Sos para detener al racionero Bartolomé con el fin de evitar un nuevo enfrentamiento armado; los familiares de Bartolomé se resistieron con las armas a las autoridades dándose después a la fuga[3]. El conflicto continuó posteriormente, aunque esta vez por vías más pacíficas, pues Bartolomé mostró en enero de 1456 una letra del oficial de Zaragoza en la que se condenaba a Miguel de Sos y a Martín de Olleta, excomulgándose posteriormente a Miguel al final de la misa en el coro de la iglesia ante todos los eclesiásticos[4]. Finalmente Bartolomé renunció a proseguir la causa, recibiendo 1.000 sueldos del racionero Bartolomé Zareco por los gastos del largo proceso y de las escrituras[5], y 1.017 sueldos a los que se condenó a pagar al beneficiado Miguel de Sos[6].
 
Daga usada en la Edad Media
Otros violentos sucesos tuvieron lugar en 1482 cuando el racionero Pedro García apuñaló a Pedro de Rúa, teniendo que pagar por ello doce fanegas de trigo[7]; o en 1493 cuando Juan de Murillo, que había recibido la primera tonsura, atacó delante del altar mayor al notario Miguel del Sen, siendo ambos expulsados de la iglesia por el presidente de la Santa Hermandad[8].
            Otros sucesos, aunque sin armas de por medio, pero no por ello menos mezquinos y deleznables, es el ocurrido el 17 de marzo de 1445, fecha en la que Bartolomé de Sos fue denunciado por Toda de Peña porque fue atacada por el clérigo cuando se encontraba lavando en el río[9]. Unos años antes, en 1441, ya se había querellado contra él María de Alcoaz por forzarla a prometerse con un tal Juan[10], por lo que parece que el religioso abusó de su estatus privilegiado para dar rienda suelta a sus instintos más bajos[11].
        También los clérigos de Sos se dieron al vicio del juego, hasta tal punto que tuvo que intervenir el oficial de la Valdonsella prohibiendo el juego de cartas y dados en el año 1456, bajo pena de 100 florines de oro[12].
         Todas estas y otras frívolas conductas de los clérigos fueron las que provocaron la imperiosa necesidad de una reforma del clero con el fin de que los representantes eclesiásticos actuaran de acuerdo a los mandatos y cánones de la Iglesia, una reforma ansiada por parte de los fieles, que en muchas ocasiones vetaban en sus testamentos a estos clérigos de ejercer  las actuaciones posteriores a su muerte(ver)





[1] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 382, ff. 35v-36; Juan Zareco, p, 397, ff. 20-21v.
[2] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 383, ff. 1v-2.
[3] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 397, ff. 56-57.
[4] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 390, f. 1v.
[5] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 404, f. 16.
[6] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 404, ff. 17v-18.
[7] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 477, f.22.
[8] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 435, p. 435, f. 26v.
[9] A.H.P.S., Miguel Martínez de Sada, p. 378, ff.35-35v.
[10] A.H.P.S., Miguel Martínez de Sada, p. 372, ff. 5-5v.
[11] Abellá Samitier, Juan. Sos en la Baja Edad Media, pp. 116-118.
[12] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 404, f. 29v.




BIBLIOGRAFÍA




-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. (C.S.I.C.) Zaragoza, 2012.






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