Tras el Alzamiento
Nacional de 1936, al mismo tiempo que los insurgentes reducían a los rebeldes
en los diferentes municipios de Zaragoza, los representantes de la autoridad en
cada municipio, Guardia Civil o ejército, por orden del Gobernador Civil de
Zaragoza, Julián Lasierra Luis, procedieron a la destitución sistemática de las
Gestoras republicanas y a la constitución de los nuevos poderes locales. Si en
el resto de la provincia de Zaragoza la mayor parte de los Ayuntamientos
quedaron formados en los días inmediatos tras la sublevación armada, en Sos del
Rey Católico no se conformó hasta el 22 de agosto, por designación del
comandante de la Guardia Civil Manuel Colino Toledo[1],
nombrando alcalde a Prudencio Gaztelu Lizalde.
Tras la prolongada
contienda, los Ayuntamientos tuvieron que hacer frente a los problemas
derivados de la misma, entre los que se encontraba la planificación para
atender las urgentes labores de beneficiencia, asistencia a fuerzas militares,
prisioneros y refugiados y, en suma, a la reorganización de la vida económica.
También debieron dotarse de una estructura asistencial suficiente para atender
las crecientes demandas de las familias afectadas por la pérdida de alguno de
sus miembros, el aumento de niños huérfanos, mutilados de guerra y de
refugiados procedentes de la zona bajo dominio republicano, por lo que gran
parte del presupuesto municipal se iba en esta tarea de beneficiencia, en
concreto a partidas de subsidios y suscripciones patrióticas.
Para llevar a cabo esta tarea contaron con la colaboración de Falange y Acción Ciudadana, lo que les permitió implantar en sus pueblos todo el sistema asistencial y de ayuda que incluía comedores, el Auxilio Social y de Invierno, el día del plato único, etc. En marzo de 1937 se constituyó en la alcaldía de Sos del Rey Católico la Junta de Beneficiencia Local para hacer frente a las demandas de la población, recibiendo una petición de Falange para obtener mayores subvenciones con el fin de contribuir al mantenimiento de los comedores que tenían instalados en la villa[2].
Para llevar a cabo esta tarea contaron con la colaboración de Falange y Acción Ciudadana, lo que les permitió implantar en sus pueblos todo el sistema asistencial y de ayuda que incluía comedores, el Auxilio Social y de Invierno, el día del plato único, etc. En marzo de 1937 se constituyó en la alcaldía de Sos del Rey Católico la Junta de Beneficiencia Local para hacer frente a las demandas de la población, recibiendo una petición de Falange para obtener mayores subvenciones con el fin de contribuir al mantenimiento de los comedores que tenían instalados en la villa[2].
El 1º de abril de 1939 Franco anunciaba el fin de una guerra que había durado tres años y había dejado cerca de 400.000 muertos y otros tantos exiliados. En Sos, la contienda armada prácticamente se dio por finalizada al poco de iniciarse ésta tras el Alzamiento Nacional, una vez que los insurgentes entraron en el pueblo y con el desencadenamiento de la violencia desatada terminaron con las fuerzas rebeldes locales[3], pero todavía quedaba la “otra” guerra que tendrían que sufrir los “vencidos” y que duraría muchos años más: la larga y sangrienta postguerra en la que no cabía el perdón ni la reconciliación, y con Franco, los militares y la Iglesia católica mostrando un compromiso firme y persistente con la venganza.
Los supervivientes
de los “vencidos” tuvieron que exiliarse debido a las persecuciones de que eran
objeto, y aquellos que no tomaban el camino del exilio todavía les quedaba por
vivir otra difícil situación, y es que sus familias se vieron sometidas a la
incautación de bienes como manifestación última del proceso de represión
iniciado tras el 18 de julio, bienes que pasarían “íntegramente a ser propiedad del Estado”.
Las zonas con mayor índice
de incautaciones coincidía frecuentemente con las de un mayor número de
terratenientes; la explicación de esta relación puede ser por el interés de los
grupos sociales dominantes en seguir castigando la insubordinación social de
aquella masa campesina que se había atrevido a enfrentarse a ellos. Sos fue uno
de los municipios que sufrieron los efectos de este castigo, con 21
incautaciones[4].
Asímismo, las
mujeres de los campesinos muertos y huídos tuvieron que sufrir castigos y
vejaciones tanto físicas como psicológicas (cortes de pelo, purgas con aceite
de ricino, acosos sexuales...) recibiendo amenazas de que si los represaliados
huídos no regresaban ellas “pagarían las consecuencias”, teniendo constancia de
tres mujeres muertas violentamente en Sos.
Había que
recordarles que no habría ni perdón ni olvido; así, el 9 de febrero de 1939, el
primer gobierno de la dictadura franquista dictó la Ley de Responsabilidades
Políticas, “reconociendo la necesidad de reconstrucción espiritual y
material de nuestra Patria” e invocando que se busca “liquidar las culpas contraídas por
quienes contribuyeron con actos u omisiones graves a forjar la subversión roja”” que
culminó en el sangriento enfrentamiento, “...y
a entorpecer el triunfo providencial e históricamente ineludible del Movimiento
Nacional”[5]
Expediente de responsabilidad política |
Una garantizada
seguridad que muchos ciudadanos conquistaron, gracias entre otras cosas, a la
prestación de ayuda y colaboración con el engranaje represivo puesto en marcha
por el Nuevo Estado[....]Así las cosas, la marcha de un procedimiento por la
jurisdicción de Responsabilidades Políticas, y aún antes, por las Comisiones
Provinciales de Incautación de Bienes, involucró a no pocos ciudadanos en una
suerte de pirámide participativa, en donde el vértice sería ocupado por los
nuevos poderes locales mientras un grupo de vecinos, previa y celosamente elegidos,
serían partícipes de la represión impulsada “desde arriba”. Los vecinos
pudieron intervenir en la marcha del proceso judicial bien a iniciativa propia
como denunciantes, bien a requerimiento de las autoridades en calidad de
testigos «de reconocida solvencia y moralidad» o como administradores de los
bienes incautados"[7].
A la Ley de
Responsabilidades Políticas le siguieron la de Represión de Masonería y el
Comunismo de 1º de marzo de 1940, la de Seguridad y del Estado de 29 de marzo
de 1941 y la de Orden Público de 30 de junio de 1959, cerrando así el círculo
de “represión legal” para seguir castigando, mantener en las cárceles a miles
de presos, torturarlos y humillarlos hasta la muerte.
Sos, como muchos
pueblos aragoneses y buena parte de la población española, vio "cómo la
experiencia de la guerra, además de cobrarse numerosas vidas humanas en el
frente y en la retaguardia, también cerraba espacios comunitarios y levantaba muros invisibles entre quienes en el pasado habían compartido vecindad,
convivencia e intimidad, que servía de detonante a conflictos que habían
permanecido larvados en incontables lugares... Los expedientes de la Ley de
Responsabilidades Políticas nos descubren las fracturas de una sociedad recién
salida de una guerra civil en donde prácticas como la vigilancia mutua o la
delación entre vecinos habían encontrado cobertura institucional y un considerable
respaldo social. El ejercicio de la represión se valió de numerosas personas
anónimas, que movidas por diferentes intereses personales o convincciones
políticas, sólo consiguieron que el funcionamiento del régimen del Terror fuera
tan extensivo y efectivo"[8]. El paso del tiempo curaría las heridas
de este otro “horror” de una guerra fraticida.
Por otra parte, "como
consecuencia del ambiente contrarrevolucionario que invadió la provincia, se
procedió al desmantelamiento de todos aquellos elementos que hicieran
referencia al pasado; los nombres de las calles fueron sustituídos por otros
que tenían una relación directa con el “Movimiento Nacional”; en los edificios públicos, escuelas y hospitales
se restauró toda la imaginería cristiana (crucifijos, imágenes, efigies…)
relegada durante años a la República" ( el 19 de octubre de 1936 en Sos se
produjo la entronización del Sagrado Corazón que durante la República fue
quitado y trasladado a la iglesia parroquial) "y las fiestas religiosas
volvieron a recuperar su calendario de celebraciones"[9].
En el tema agrario el
triunfo del bando nacional llevó aparejada la liquidación de la Reforma Agraria
que se había desarrollado durante la II República. También se invalidó la
normativa dictada por las autoridades republicanas para proteger a los
arrendatarios, y se articuló un nuevo modelo de relaciones laborales
caracterizado por el dirigismo estatal, la creación de una estructura sindical
de tipo corporativo y la prohibición de ejercer cualquier tipo de resistencia. "En la Cinco Villas el afianzamiento de la gran propiedad privada se vinculó a
la consolidación de la explotación directa muy mecanizada y por la aparcería a
medial que sustituyó al contrato “al quinto”[10].
En la línea de
defensa de la propiedad agrícola hay que contextualizar también la política de
colonización del primer franquismo. Al finalizar la guerra, y de acuerdo con
los intereses de uno de los grupos de presión más significativos que habían
integrado el bando vencedor –los grandes latifundistas-, se abandonó cualquier
intento de llevar a cabo una auténtica reforma agraria que implicara una
alteración de la forma en que se distribuía la propiedad de la tierra. Una vez
rechazada la reforma agraria en su acepción usual, la faceta reformista del
nuevo Estado se redujo a la política de colonización. En lo sucesivo, se
implantó un modelo de reforma agraria cuyo objetivo principal era la
modernización de la agricultura mediante la transformación en zonas de regadío
grandes territorios hasta entonces incultos y otras mejoras técnicas para de
este modo aumentar la productividad general del país, y como medio de
consolidar las mejoras en el territorio, pretendía instalar de manera estable
pequeñas agrupaciones de campesinos que las rentabilizaran, gracias a la
redistribución de la propiedad. Nacían los pueblos de colonización.(Continuación)
[1] Cifuentes
Chueca, Julita y Maluenda Pons, Pilar. “Propiedad de la tierra, conflictividad
social y represión en la comarca de las Cinco Villas durante la guerra civil
española (1936-1939)”, en Actas V Jornadas de estudio sobre Cinco Villas, pp.
78-79.
[2] Ibidem,
pp.79-80.
[3] En el
partido judicial de Sos se tiene constancia de 39 campesinos muertos
violentamente en el primer año de la contienda.
[4] Cifuentes
y Maluenda. “Propiedad de la tierra...” op. cit., p. 80.
[5] Preámbulo
de la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de Febrero de 1939. B.O.E. nº 44.
Lunes 13 de Febrero de 1939, p. 824.
[7]
Langarita Gracia, Estefanía. En pie de
guerra. La trama civil en torno a la
jurisdicción de Responsabilidades Políticas en Aragón (1939-1945) pp-9-10
[8]
Ibidem,pp.29-30
[9] Cifuentes
Chueca, Julita y Malvenda Pons, Pilar. “Propiedad de la tierra,conflictividad
social y represión en la comarca de las Cinco Villas durante la guerra civil
española (1936-1939)”, en Actas V
Jornadas de estudio sobre Cinco Villas, p. 81. Tauste, 1989. C.E.C.V. Ejea de los
Caballeros.
[10] Ferrer
Regales, Manuel (1958) El valle medio y
bajo del Arba. Zaragoza, cit. en Luis Germán Zubero, “Cambio económico y
conflictividad social en las Cinco Villas durante el período de entreguerras
(1914-1936)”, en Actas V jornadas de
estudio sobre Cinco Villas. Tauste 1989, p.133.C.E.C.V. Ejea de los
Caballeros.
BIBLIOGRAFÍA
-CASANOVA, JULIÁN. Anarquismo y revolución en la
sociedad rural aragonesa, 1936-1938. Ed. Crítica. Barcelona, 2006.
-CENARRO, ÁNGELA. Cruzados y camisas azules. Los orígenes
del franquismo en Aragón, 1936-1945. Prensas Universitarias de Zaragoza,
Zaragoza, 1997.
-CIFUENTES CHUECA, JULITA y MALUENDA PONS, PILAR. “Propiedad de la tierra,
conflictividad social y represión en la comarca de las Cinco Villas durante la
guerra civil española (1936-1939)”, en Actas
V Jornadas de estudio sobre Cinco Villas, pp. 67-85. Tauste, 1989. C.E.C.V.
Ejea de los Caballeros.
-GERMÁN ZUBERO, LUIS. “Cambio económico y conflictividad social en las Cinco Villas durante el
período de entreguerras (1914-1936)”, en Actas
V Jornadas de estudio sobre Cinco Villas. Tauste, 1989. C.E.C.V. Ejea de
los Caballeros.
-RIPALDA GABÁS, CARLOS. Navardún, historia de
la Valdonsella. 2013.
-VV.AA. Actas V jornadas de estudio sobre Cinco
Villas. Tauste, 1989. C.E.C.V. Ejea de los Caballeros.
-VV.AA. El pasado oculto. Fascismo y violencia en
Aragón (1936-1939) Siglo XXI España Editores. Madrid, 1992.
-VV.AA. Pagar las culpas .La represión económica en
Aragón (1936-1945). Crítica. Barcelona, 2014
-B.O.E. nº 44.
Lunes 13 de febrero de 1939. Ley de Responsabilidades Políticas.
En la web:
-dialnet.unirioja.es. Langarita Gracia, Estefanía. “En
pie de guerra”. Llamadas a la población y colaboración ciudadana con la
jurisdicción de Responsabilidades Políticas. Universidad de Zaragoza, 2012.
-histagra.usc.es. Langarita Gracia, Estefanía. “En
pie de guerra”. La trama civil en torno a la jurisdicción de Responsabilidades
Políticas en Aragón (1939-1945)
No hay comentarios:
Publicar un comentario