domingo, 31 de marzo de 2019

"MAIESTAS DOMINI" EN EL ROMÁNICO


              

"Maiestas Domini". Pórtico de la iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico.

             

                La pintura mural, realizada sobre los muros o las paredes de los edificios, es el tipo de pintura más antigua, pues ya desde la Prehistoria el hombre del Paleolítico utilizó las paredes de roca de las cuevas para expresarse pintando.
                 La pintura mural se ha usado para decorar los desnudos muros de las construcciones, pero en la Edad Media, dado el alto grado de analfabetismo de la gente, fue utilizada en los edificios religiosos con fines didácticos y pedagógicos para educar y enseñar a los fieles, dándoles a conocer y entender, a través de las imágenes, los principios básicos del cristianismo, los evangelios y, también, cierto conformismo social dentro del orden jerárquico establecido.
               Durante la Edad Media fueron, principalmente y entre otras, dos grandes corrientes artísticas las que surgieron en la Península: el arte románico y el gótico.
                Las gentes de la época eran extraordinariamente sensibles a las obras bien hechas, a lo bello, lo hermoso. Por eso las pinturas murales de los templos eran hermosas, pues con su belleza natural, con sus variados colores, su brillo y su luz, los fieles veían reflejada la belleza y la bondad divinas. La contemplación de estas bellas imágenes era fuente de placer para el hombre, al que fascinaba no sólo a la vista, sino también a su espíritu.
                 De este modo se cumple el primero de los aspectos que los seguidores del monje y teólogo Hugo de San Víctor hablan sobre los preceptos que fascinan las creaciones de cosas bellas y que obedecen a cuatro categorías, según se lee en el Didascalicon de San Víctor: “ Decor creaturarum est in situ et modu et specie et qualitae”. Es decir, la belleza de la creación depende de la situación, del movimiento, de la apariencia y de la calidad.
              La situación depende de la composición (compositio) y del orden (dispositio) La compositio armoniza las partes que constituyen una cosa otorgando solidez y congruencia interna a la forma y la dispositio es la armonía que se deriva de la relación de las distintas cosas entre sí y de la relación de estas con el hombre.
           Al igual que en la escultura románica, el condicionamiento tectónico y el contexto litúrgico  van a jugar un papel determinante  tanto en el desarrollo compositivo como iconográfico en la pintura mural. Las imágenes de mayor divinidad se sitúan en los puntos de mayor sacralidad, correspondientes a los ábsides y sus bóvedas, mientras que las narrativas utilizan las paredes laterales. Las imágenes del ábside se disponen siguiendo un estricto orden jerárquico, reflejo de la sociedad románica, valiéndose para ello de los propios elementos arquitectónicos, como ventanas y cornisas. En la cuenca absidal aparecen los personajes Divinos; en un registro intermedio, profetas, apóstoles o santos, como intercesores entre el mundo divino y humano; y en el inferior, representaciones animalísticas o decorativas.
                Por norma general, la visión teofánica que se ofrece es la de Maiestas Domini, Cristo figuradamente sentado en un trono o en un arco de círculo, en actitud triunfante; inscrito en mandorla; con los pies descansando en la tierra, una semiesfera; con la mano derecha levantada en actitud de bendecir a los hombres al mismo tiempo que patentiza su fuerza y autoridad divinas y portando en su mano izquierda el Libro de la Vida, el Libro “sellado con siete sellos”(Ap. 5 y ss.), las tablas que dan testimonio de su esencia y atributos o el globo terráqueo, símbolo de la universalidad de su poder, rodeada por los ancianos y jinetes del Apocalipsis.
               
Coronación de la Virgen. Abside central de la cripta.
Sos del Rey Católico


      
Por su celestial y divino significado, la Maiestas Domini se suele representar en el lugar de máxima sacralización del templo, allí donde se celebra la liturgia eucarística, que es sobre el altar, o sea, en el centro del templo, en su bóveda central. A veces sucede que el templo tiene una advocación mariana, en cuyo caso se cede el espacio a la Vírgen o Theotokos en esta ubicación, como sucede en las pinturas murales de la cripta de Santa María del Perdón en Sos del Rey Católico, donde en el ábside central aparece la Coronación de la Vírgen María por su Hijo Jesucristo y en el ábside izquierdo, o del evangelio, figura pintada la Maiestas Domini, si bien, a partir del siglo XIV, en la transición del arte románico al gótico, empieza a ser frecuente cierta relajación en la jerarquía compositiva e iconográfica, apareciendo algunos santos, que hasta ahora sólo aparecían en los registros intermedios de los ábsides o en las paredes laterales, en el cuarto de esfera absidal, así como empiezan a aparecer en las bóvedas centrales iconografías del Juicio Final o la Coronación de la Virgen, desplazando, hasta su total desaparición la Maiestas Domini. Un claro ejemplo de todo ello son las pinturas murales de la cripta de Santa María del Perdón de Sos, pertenecientes al estilo francogótico, precisamente a este período de transición (ss.XIII-XIV)(ver cripta)
            
Maiestas Domini. Ábside del Evangelio.
Cripta de Santa María del Perdón. Sos del Rey Católico
                  La imagen todopoderosa de la Maiestas Domini, manifestación de la eternidad divina, exige la presencia de los cuatro Seres que dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el Trono. Estos cuatro Seres con forma humana (tetramorfos) y cuatrifaces (caras de hombre, de león, de toro y de águila) se asocian a las cuatro columnas del trono divino, al tiempo histórico de Cristo (la Encarnación, la Pasión, la Resurrección y la Ascensión), a los cuatro puntos cardinales, a los cuatro elementos y cada uno de ellos se identifica con uno de los evangelistas: el hombre con Mateo, el león con Marcos, el toro con Lucas y el águila con Juan.
                Es la representación de la visión apocalíptica de San Juan sobre el trono de Dios (Ap. 4, 1-9): “ Después de todo esto, tuve una visión. Vi una puerta abierta en el cielo, y aquella voz semejante a una trompeta, que me había hablado al principio, decía:
                -Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder en adelante.
            De pronto caí en éxtasis y ví un trono colocado en el cielo y alguien sentado en el trono. El que estaba sentado tenía un aspecto resplandeciente como piedra de jaspe o de sardonio, y un halo parecido a la esmeralda rodeaba el trono. Alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, en los que estaban sentados veinticuatro ancianos vestidos de blanco y con coronas de oro en la cabeza. Relámpagos y truenos retumbantes salían del trono: siete lámparas de fuego-que son los siete espíritus de Dios- ardían en presencia del trono, y delante había también un mar transparente como el cristal.
                En medio del trono y a su alrededor había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. El primero era como un león; el segundo como un toro; el tercero tenía el rostro semejante al de un hombre, y el cuarto se parecía a un águila en vuelo. Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas y estaban llenos de ojos por fuera y por dentro. Y día y noche proclamaban sin cesar:

Santo, santo, santo,
Señor Dios Todopoderoso,
el que era, el que es
y el que está a punto de llegar

                Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y vive por siempre, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive para siempre y arrojan sus coronas a los pies del trono diciendo:
Digno eres, Señor y Dios nuestro
de recibir la gloria,
el honor y el poder.
Tú has creado todas las cosas;
en tu designio existían,
y según él fueron creadas.”

                Esta visión apocalíptica de san Juan está inspirada en la profecía   divina de Ezequiel ( I, 4-15) que describe así  a los cuatro seres:  “parecían hombres, pero cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, sus piernas eran rectas y la planta de sus pies era como la de un buey…debajo de las alas tenían manos humanas…La cabeza de los cuatro era igual: por delante tenía aspecto humano, por la derecha de león, por la izquierda de toro y por detrás de águila. Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto: dos se tocaban entre sí y las otras dos cubrían su cuerpo…
                La maiestas Domini, como representación de la eternidad divina, se manifiesta majestuosamente en el románico como imagen fuera de lo temporal, alejada de lo circunstancial; es manifestación de lo absoluto, de aquello que encierra en sí el principio y el fin, al alfa y el omega. El Cristo en Majestad es semejante al Hijo del Hombre, con un rostro sublime como el sol cuando resplandece con toda su fuerza; con unos ojos que parecen llamas de fuego que alcanzan a ver y a desvelar lo más íntimo de los hombres. Él es la Luz del mundo, la que guía a la humanidad, la luz que triunfa sobre las tinieblas de Satán, la que ilumina a los elegidos.
                En el arte románico, el poder de la Divinidad se manifiestó también a través de figuraciones sintéticas como la Dextera Domini (mano derecha de Dios) y el Agnus Dei (cordero de Dios), también presente en la cripta de Santa María del Perdón de Sos.
                Poco a poco, en el siglo XIII, el arte románico y las pinturas murales fueron cediendo terreno ante las novedades góticas que procedían de tierras nórdicas, que sustituyeron los muros de los templos por majestuosos ventanales decorados con vidrieras.

Vidrieras góticas. Catedral de León.









BIBLIOGRAFÍA

-HUGO DE SAN VÍCTOR. Didascalicon de studio legendi. El afán por el estudio. Edición bilingüe y estudio preliminar por Muñoz Gamero, Carmen y Arribas Hernáez, María Luisa. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 2011.
-LACARRA DUCAY, MARÍA DEL CARMEN. Pinturas murales góticas en las iglesias de Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 2016.
-Historia del arte español. T. IV. La época de los monasterios. La plenitud del románico. Planeta. Barcelona, 1995.
-La Biblia. Edición popular. 3ª edición. La Casa de la Biblia. Madrid, 1993.

domingo, 24 de marzo de 2019

BIBLIOGRAFÍA III: ATLAS, DICCIONARIOS y ENCICLOPEDIAS



-Atlas de especies nidificantes de Aragón. Aves de Aragón. Javier Sampietro Latorre. D.G.A. Zaragoza, 2000.
-Atlas de Historia de Aragón. I.F.C. Zaragoza, 1991.
-Apuntes para el Diccionario geográfico del Reino de Aragón. Partido de Cinco Villas. Según el ms. 9-5723 de la R.A.H. de 1802. Mateo Suman. Edición de Josefina Salvo Salanova y Álvaro Capalvo Liesa. I.F.C., D.P.Z. Zaragoza, 2015.
-Diccionario Aragonés. Rafael Andolz. Librería General. Zaragoza, 1977.
-Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, de Joan Corominas y José Antonio Pascual.
-Diccionario de Heráldica Aragonesa. Bizén D´o Río Martínez. Prames. Zaragoza, 1998.
-Diccionario de la Lengua Española. Real Academia de la Historia, 21ª ed., 2 vols. Espasa Calpe. Madrid, 1992.
-Diccionario Geográfico Estadístico Histórico, 1845-1850. Pascual Madoz. Edición Facsímil. D.G.A. Valladolid, 1985.
-Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal (1826-1828) Sebastián Miñano y Bedoya. Imp. De Pierat. Madrid, 1827.
-Diccionario Geográfico Universal dedicado a la Reina Nuestra Señora. T.IX.  Ed. Imp. José Torner. Barcelona, 1836.
-Diccionario Histórico de Arquitectos en Aragón. Jesús Martínez Verón.5 tomos. I.F.C., Zaragoza, 2001-2002.
-Diccionario Universal de Historia y Geografía. Vol. VII. Francisco de Paula Mellado. Madrid, 1848.
-Enciclopedia Larousse 2000. 18 vols. Planeta. Barcelona,1997
-Enciclopedia temática de Aragón. Arte, T.I y II. Gonzalo M. Borrás Gualis. Ed. Moncayo. El Periódico de Aragón, Grupo Zeta. Zaragoza.
-Historia de España, 8 vols. Plaza & Janés Editores, S.A.Espluges de Llobregat (Barcelona), 1991.
-Historia de las civilizaciones, T.3, Los orígenes de la Edad Media. Larousse, 1996.
-Historia de las civilizaciones, T.4, Plenitud y ocaso de la Cultura Medieval. Larousse, 1996.
-Historia del arte español. T.I. Los orígenes. Planeta. Barcelona, 1995.
-Historia del arte español. T. II. Imperio y religión. Planeta. Barcelona, 1995.
-Historia del arte español. T.III. Crisol de tres culturas.Planeta. Barcelona, 1995.
-Historia del arte español. T.IV. La época de los monasterios. Planeta. Barcelona, 1995.
-Historia del arte español. T.V. La época de las catedrales. Planeta. Barcelona. 1995.
-Memorias de la Real Academia de la Historia. 3V.Imprenta de Sancha. Madrid, 1799.
-Nueva Enciclopedia Larousse. 12 vols. Planeta.Barcelona,1984.
-Recuerdos y bellezas de España. Vol. 4. (Aragón). José Mª Quadrado. Barcelona, 1844.


UNA CRUZ PATADA EN LA JAMBA DE UNA PUERTA DE SOS


Cruz patada en la jamba de la puerta. Calle de Fernando el Católico. Sos del Rey Católico
             
              Las cruces han sido, desde la antigüedad, signos simbólicos de diferentes pueblos y culturas. Es cierto que su simbolismo  varía de unas épocas y culturas a otras, por lo que su significado adopta diferentes y diversas interpretaciones, pero es en el marco cristiano, tras la muerte de Jesucristo, cuando toma un simbolismo totalmente religioso en la cultura occidental, aunque anteriormente al cristianismo ya eran usadas entre algunos pueblos también como símbolo religioso.
                Existen varios tipos de cruz  según las diferentes comunidades cristianas, con significados variados, pero siempre bajo el ámbito religioso: cruz bizantina, bautismal, de San Pedro, de San Andrés, de Jerusalén, griega, tau, patriarcal, papal, paté…
                Estas cruces se encuentran presentes, desde siempre, en todos los lugares y en todos los ámbitos de nuestra cultura: en el campo, en los caminos, en los montes, en la arquitectura, tanto civil como religiosa, representada en pergaminos o papeles, en vestimentas, telas, estandartes o banderas, en objetos cotidianos, etc…, pudiendo adoptar diferentes significados dependiendo de numerosos y diversos aspectos, por lo que deben ser correctamente analizadas dentro de una exacta y acertada contextualización para no incurrir en errores de interpretación; disposición que resulta, a veces, difícil de discernir debido a la escasa información existente, siendo la tradición oral y la frecuencia con las que las cruces aparecen en determinados ámbitos y lugares los únicos indicios en los que se basan los estudiosos e investigadores para determinar su simbolismo.
             Uno de estos aspectos al que hacemos referencia, propio de la religiosidad popular, es la presencia de cruces en la arquitectura doméstica, adquiriendo, a su vez, distintos significados según otros y diversos aspectos, siendo el más predominante el relacionado con una función mágico-protectora. Desde la Edad Media, y durante siglos, incluso en muchos lugares actualmente,  se ha hecho uso de las cruces para, amparados en su ascética fuerza, proteger uno de los espacios más importantes e inviolables de una persona: la casa.
                Popularmente, una cruz en una casa actúa como un “detente”, símbolo mágico-protector contra todos los males externos que puedan entrar en la vivienda, como brujas, demonios, malmetimientos, maldeojos, enfermedades, epidemias o cualquier otro fenómeno destructivo de la naturaleza (tormentas, rayos, granizo, inundaciones, incendios…). Para protegerse de todos estos males se solían poner las cruces junto a los espacios o lugares de la casa abiertos al exterior, allí por donde el mal podía "entar" en la casa, como son las puertas, ventanas, balcones o chimeneas, e incluso en lugares tan pequeños como las cerraduras.
             Sin embargo, como antes hemos dicho, el significado de estas cruces puede variar dependiendo de otros aspectos, como por ejemplo su localización en el entorno urbano. No tienen el mismo significado una cruz en el muro de la iglesia que en el muro de una vivienda judía. Hay investigadores que interpretan las cruces localizadas en los espacios en los que se levantaban las juderías como símbolos protectores, pero también como de criptojudaísmo o de conversos[1]. Veamos estos términos.
              Un judío converso es aquel que se convierte del judaísmo al cristianismo. En Sos del Rey Católico, tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos, unos optaron por la no conversión, viéndose obligados a huir a Sangüesa (Navarra) y otros optaron por adoptar la doctrina cristiana; son los llamados judíos conversos o “cristianos nuevos”. En contraposición a estos “cristianos nuevos” se acuñó el término de “cristianos viejos” para los judíos descendientes  de cristianos nuevos, es decir, ya cristianizados de una o más generaciones atrás. Pero tanto unos como otros nunca estuvieron libres de sospecha de ser judaizantes, o sea, de practicar clandestinamente su religión aparentando ante la sociedad ser cristianos, fueran nuevos o viejos; son los llamados criptojudíos (literalmente, judaísmo secreto), popular y vulgarmente conocidos por “marranos”, lo que no implica que hubiera judíos verdaderamente convertidos al cristianismo.
                En Sos del Rey Católico tenemos varias cruces en las viviendas de la antigua aljama judía y, aunque haremos referencia a algunas de ellas, vamos a centrarnos en una que, por sus características, pudiera haber pertenecido a una vivienda en la que sus moradores, en el momento de la construcción del edificio, ya eran conversos, ora cristianos nuevos, ora viejos, o pertenecientes a un verdadero cristianismo que edificaron su casa sobre una anterior cuyos moradores fueron judíos o conversos,... o no; algo que nunca se sabrá.
                 Se trata de una cruz patada ubicada en la jamba de la puerta de la casa del nº22 de la calle Fernando el Católico (la casa siguiente al actual Hotel “El Peirón”)
Cruz sobre la hendidura de la mezuzah en la calle
Mentidero nº 3. Sos del Rey Católico.
                  Una característica de las moradas judías es la de poseer en la jamba de sus puertas una pequeña hendidura que servía para alojar un pequeño receptáculo que contiene la mezuzah, un pergamino en el que pueden leerse dos versículos (oraciones) de la Torá (ver el barrio judío de Sos) Tras la conversión al cristianismo, los “nuevos cristianos” grababan una cruz junto a la hendidura de la mezuzah, o en la fachada de la casa, por lo general bastante rústica, para indicar a la gente que esa vivienda es de un converso, como podemos observar en el nº 3 de la calle Mentidero de Sos, o en la fachada de una casa de la calle Juana Enríquez, es decir, que fueron grabadas después de la construcción de la vivienda. Hay autores que apuntan la posibilidad de entender estas cruces como señal de “sacralización de un espacio tenido por herético, transformándose la cruz en un “detente” contra la presencia de un credo religioso minoritario como el judío”[2]
         Pero las nuevas construcciones, normalmente posteriores al siglo XIV, edificadas por cristianos nuevos o viejos, carecen de receptáculo para alojar la mezuzah; sin embargo, y sobre todo en localidades pequeñas, como Sos, toda la población sabe que los habitantes de esa casa han sido o descienden de judíos conversos, o sea, que son “cristianos nuevos” o “ viejos”, por lo que para indicar públicamente  su fe cristiana, el maestro de obra graba ya premeditadamente, en el momento de edificar la casa, una cruz, generalmente en la jamba de la puerta, a la misma altura donde debería ir colocada la mezuzah, aunque en ocasiones también aparecen cruces sobre el dintel de la puerta. De esta opinión es Fonseca Moretón: “Cuando nos encontramos ante una casa de los siglos XIV, XV, XVI e incluso posteriores con estas características, muy probablemente estemos ante una vivienda de conversos o familias de cristianos nuevos” [3]

Cruz en calle Juana Enríquez. Sos del Rey Católico.


                Si observamos la referida cruz del nº22 de la calle Fernando el Católico, vemos que en ningún momento ha sido “añadida” a la fachada, ni se ha grabado con la tosquedad que reflejan las de las calles Mentidero o Juana Enríquez, sino que se esculpió conjuntamente con todas las dovelas que forman el arco de entrada. Además no es una sencilla y simple cruz latina como las otras, sino una gran cruz patada tallada a conciencia, indicando a la gente que esa vivienda está habitada por judíos ya conversos (nuevos, en el momento de su construcción, o probablemente viejos, de tercera o cuarta generación), teniendo en cuenta la datación del edificio (S. XV-XVII).  
                La cruz paté, o patada, es aquella cuyos brazos se estrechan conforme se aproximan al centro y se ensanchan en los extremos y se suele asociar a la Orden del Temple. Pudiera ser este el motivo por el que los habitantes conversos de esta casa eligieron una cruz patada, pues los templarios siempre fueron considerados como acérrimos defensores de la fe cristiana.

                De todos modos,  no todas las cruces grabadas en las jambas, dinteles o muros de viviendas judías se han de interpretar como cruces de conversos. No hay que olvidar que podría tratarse de una vivienda habitada por verdaderos cristianos, pues desde época bajomedieval era muy frecuente la representación de cruces con objeto de purificar y cristianizar espacios que se asientan sobre construcciones hebreas, por lo que deberían considerarse como cruces de sacralización o cristianización, pero no parece que sea este el caso, pues la vivienda se sitúa fuera del recinto de la aljama, aunque sí en su límite, pues ahí mismo se ubicaría la verja o puerta que cerraba la aljama para separarla del resto de la población. Además, si fuera una vivienda de verdaderos cristianos  no tendría sentido el grabar una cruz en la jamba de la puerta si no fuera por motivos protectores para alejar el mal o porque los moradores de la anterior edificación fueron conversos, en cuyo caso la cruz actuaría como sacralizadora.  
                ¿Cruz protectora, de sacralización, de judíos nuevos, viejos, criptojudíos? Como antes se ha dicho hay que analizar correctamente su contextualización para interpretar su significado exacto, y ante la falta de datos e información todo son opiniones y conjeturas aunque, aparentemente toma más fuerza la hipótesis de que podría tratarse de una vivienda de “cristianos viejos” que construyeron su casa en este lugar. Otra cosa distinta es saber si practicaban criptojudaísmo.




[1] Fonseca Moretón, Emilio. “Viviendas de judíos y conversos en Galicia y el Norte de Portugal” Anuario Brigantino nº 27, pp.431-466. Gitlitz, David, M. Secreto y engaño. La religión de los criptojudíos
[2] Balesteros y Saravia, 2007: 17; citado en Pedro Javier Cruz Sánchez. Análisis y significado de la cruz en la cultura popular del occidente salmantino: el Abadengo, p. 317. Tesis Doctoral.
[3] Fonseca Moretón, Emilio. “Viviendas de judíos y conversos en Galicia y Norte de Portugal”, en Anuario Brigantino nº 27, p.434.
                
           
                           


Otras cruces en jambas y muros de Sos del Rey Católico. Conversas, de cristianización y protectoras.








BIBLIOGRAFÍA



-BIARGE, FERNANDO Y ANA. Líbranos del mal. Ed: El patrimonio natural altoaragonés. Zaragoza, 2000.
-CRUZ SÁNCHEZ, PEDRO JAVIER. Análisis y significado de la cruz en la cultura popular del occidente salmantino: El Abadengo. Tesis Doctoral. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Valladolid. 2014.
-CRUZ SÁNCHEZ, PEDRO JAVIER. "Presencia de la cruz en la arquitectura popular. Apuntes Arribeños". Revista Estudios del Patrimonio Cultural nº 5, pp.5-17. Diciembre/2010. Revista digital. www.Sercam.es
-FONSECA MORETÓN, EMILIO. “Viviendas de judíos y conversos en Galicia y el Norte de Portugal”. Anuario Brigantino nº 27, pp. 431-466. Excmo. Concejo de Betanzos. La Coruña, 2004.
-GITLITZ, DAVID.M. Secreto y engaño. La religión de los criptojudíos. Salamanca, Junta de Castilla y León, 2003.
En la web:
-Wikipedia. Cruz patada
               

domingo, 10 de marzo de 2019

EL BESTIARIO DEL PÓRTICO DE SAN ESTEBAN DE SOS


               
Pórtico de la iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico
                  
               La portada de los templos románicos simboliza la “puerta del cielo”. Es la frontera entre el mundo profano, de lo cotidiano, de lo pecaminoso y el sagrado, el divino, el de la revelación.  Una antesala o lugar de penitencia donde se conmina a los fieles, antes de traspasar la puerta, a purificarse.  Es el lugar que encamina a las ovejas hacia el pasto de la Salvación, como ya dijo Jesús: “Yo soy la puerta por la que deben entrar las ovejas….Todo el que entre en el redil por esta puerta, estará a salvo,…” (Juan 10, 7)
               El hombre, antes de entrar en el redil, debe hacer acto de contricción, quedarse limpio de sus vicios y sentirse afligido por haber ofendido a Cristo. La puerta sólo deben atravesarla aquellos que se sientan culpables de sus pecados. Este mensaje fue representado magistralmente en el románico a través de inscripciones, esculturas y relieves. Una inscripción en el dintel de la puerta de la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós así nos lo recuerda: “corrige te primun valeas quo poscere Christum” (corrígete primero, para que tengas fuerzas para pedir a Cristo)
                Además, por ser precisamente la puerta el lugar de entrada al ámbito celestial, había que protegerlo también de todo mal exterior. Para ello, los artífices constructores, por medio de la escultura, la protegían con animales o monstruos, devorando incluso a hombres y mujeres impuros.
            
Estatuas-columna del pórtico de San Esteban
   
Y también, las portadas de las iglesias fueron esculpidas con numerosas figuras, escenas y composiciones escultóricas que llegaron a ser verdaderas enciclopedias de la doctrina representada en el interior del templo. Los fieles reconocen a los personajes representados en las esculturas, a veces ayudados por inscripciones, como sucede en la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico. Al mismo tiempo, numerosas figuras y animales ocupan todo el espacio pétreo del pórtico recordando a los fieles los principios teológicos, la vida de Cristo, los pecados capitales, los vicios, lo que está bien hecho y lo que no… y de este modo perciben la existencia de unos seres y un espacio sobrenatural, invitándoles a realizar el mencionado acto de contricción antes de entar al redil de Cristo.
                Entre las numerosas figuras que pueden formar parte de una portada románica profusamente esculpida, como es la de San Esteban de Sos, pues existen otras carentes de decoración escultórica, cabe señalar la frecuencia con la que aparece la fauna animal, la mayoría de las veces con intencionalidad simbólica.
                Esta fauna animal, o bestiario, se puede observar en la vida cotidiana del período románico tanto en las fuentes escritas como en las representaciones figurativas y en los vestigios materiales, por lo común huesos, que suelen hallarse en cualquier hábitat humano de la época. Los animales que se reflejan en estas tres fuentes primordiales suelen ser aquellos más frecuentes de la época, si bien, otra cosa muy distinta es el significado de esta abundante fauna, unas veces obedeciendo a la exigencia explícita del desarrollo narrativo o figurativo, como pueden ser la mula y el buey de la Natividad, los caballos de los Reyes Magos, las ovejas de los pastores en la Anunciación, etc…, otras adquiriendo un significado alegórico obtenido de los bestiarios o las tradiciones iconográficas elegidas como referencia que, aunque en la descripción genérica y real de los animales suelen coincidir, sí presentan notorias y variadas divergencias en cuanto a su interpretación alegórica[1].
                El origen de los bestiarios puede localizarse ya en obras clásicas griegas y romanas. Cayo Plinio Secundo (Plinio el Viejo), en el siglo I, escribió la Historia Natural, donde entre los diferentes temas relativos a la geografía, plantas, minerales, monumentos, personajes y otros aspectos referentes a los pueblos y países que pueblan la tierra, describe también su fauna. La obra se transmitió exitosamente de época en época, a la que se le iban añadiendo propiedades fantásticas a una u otra especie animal. Pero la primera obra considerada como bestiario es El Fisiólogo, un libro griego, de autor anónimo, escrito entre los siglos II y IV, que recoge parte de las descripciones y comentarios de Plinio, así como otros conocimientos sobre animales de San Agustín, Heródoto, San Isidoro, Claudio Eliano, San Ambrosio, Cayo Julio Solino, Horapollo o Aristóteles, entre otros, atribuyendo, en muchas ocasiones, particularidades y propiedades fantásticas a los animales, con significados simbólicos o moralizantes, creaciones del Todopoderoso, comparaciones cristianas, etc… El libro tuvo un gran éxito y se transmitió en varios idiomas. Las primeras versiones latinas aparecen en Europa en el siglo V, pero su gran popularidad se desarrolló a lo largo de toda la Edad Media, sobre todo a partir del siglo XII, siendo “fundamentalmente un libro simbólico, al modo de la mentalidad medieval, en el que todo está puesto al servicio y gloria de Dios”[2] Es por esto que los artífices escultóricos del románico se inspiraron en él para sus creaciones artísticas, representando a través de los animales los valores, conductas y vicios humanos, unos al servicio del mal, del pecado y del demonio y otros representando el bien, las virtudes humanas y el ejemplo a seguir para conseguir la salvación del alma. De este modo, la inmensa variedad de especies animales reflejan los diversos tipos y comportamientos humanos. Al igual que los hombres, unos son temidos y otros adorados.        
                En las iglesias románicas las representaciones escultóricas de las virtudes y los vicios son las que van a tener mayor presencia. Fe, esperanza, caridad, prudencia, fortaleza, templanza, humildad, obediencia, castidad, perseverancia, dulzura, paciencia, concordia, fidelidad, etc…, virtudes representadas por un extenso bestiario, se les oponen, sometidos, una larga lista de vicios escenificados de modo dramático: idolatría, desesperación, avaricia, locura, injusticia, fraude, mentira, gula, intemperancia, lujuria (uno de los vicios más representados), orgullo, soberbia, rebeldía, inconstancia, cólera, discordia, ira, envidia, pereza, odio…
                  Pero también existen animales híbridos y monstruos, a menudo en representación de complejos retos psicológicos; por ejemplo, “matar al dragón” simboliza el triunfo del bien sobre el mal, o de la victoria sobre nuestros demonios internos.
             En la portada de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico existe un bestiario de lo más variado, ubicado especialmente en las arquivoltas que forman el pórtico. Lamentablemente, el deteriorado estado en el que se encuentran muchas de las imágenes, debido a la erosión y al paso del tiempo, hacen muy difícil la identificación de las mismas. No obstante, Loli Ibañez, en un laborioso y minucioso estudio de observación para descubrir el bestiario del pórtico (ver aquí el bestiario y su ubicación en el pórtico), consigue identificar entre las dovelas de las arquivoltas a monos, caballos, serpientes, leones, perros, liebres, ovejas, bueyes, palomas o tórtolas, águilas, búhos…cuyo significado genérico pasamos a describir a continuación, pero que no necesariamente tiene que coincidir con la idea real del artista, pues en muchas ocasiones este significado puede variar dependiendo del contexto y la escena en la que se encuentra el animal, escenas que resultan muchas veces casi imposibles de identificar debido al mencionado deterioro de la piedra.

Bestiario de la portada de San Esteban de Sos del Rey Católico.

                Aunque el sentido simbólico de los animales que vamos a ver suelen tener varios y diferentes significados, incluso antagónicos para un mismo animal, según se den en las diversas culturas y religiones del mundo, vamos a ceñirnos exclusivamente a su representación y simbolismo cristiano.

-Mono. Este animal, en el cristianismo, se asocia con el engaño, la vanidad y la lujuria
-Caballo. Símbolo de la nobleza, rapidez, vitalidad, libertad y belleza. También se le considera símbolo solar de iluminación espiritual, resurrección y vida.
-Serpiente. Habitante del subsuelo y de piel mudable, es un animal ctónico, o sea, vinculado al inframundo, asociándola al diablo, pues fue ella quien corrompió a Eva en el Paraíso convenciéndola para probar el fruto prohibido.
-León. Este gran mamífero puede asociarse tanto al bien como al mal; como guardián de las puertas del cielo, símbolo de la realeza, fortaleza y valentía o como diablo.
-Perro. Fiel compañero del hombre, significa la fidelidad y lealtad. Un perro a los pies de una mujer simboliza estas virtudes de una buena dama hacia su marido.
-Liebre. Por su gran capacidad reproductora se la asocia a la fertilidad, por eso se las suele representar a los pies de las mujeres y también, antagónicamente, simbolizan la virginidad. En ocasiones representan la debilidad humana y el mal, pues solían acompañar a las brujas.
-Oveja. Ejemplariza la inocencia, bondad y mansedumbre. Especialmente importante para el cristianismo, junto al cordero, como símbolo de Cristo y del sacrificio. Si la oveja es negra representa el inconformismo, de ahí la expresión que la asocia con el miembro independiente de una familia.
-Buey. Simboliza el trabajo, la fuerza, el sacrificio, el yugo de Cristo.
-Paloma. Símbolo universal espiritual de la paz y el alma. En el cristianismo simboliza también el Espíritu Santo y se asocia al bautismo.
-Tórtola. Por la fidelidad de estas aves, que no vuelven a juntarse con otro animal de su especie tras fallecer un miembro de la pareja, son consideradas como símbolo de amor y fidelidad en el matrimonio, nobleza y lealtad.
-Águila. Reina de las aves ligada a la victoria espiritual. Por su elevado vuelo, representa la capacidad para elevarse sobre el mundo material para contemplar las verdades espirituales ocultas; también representa la cercanía a Dios y se asocia con la Ascensión.
-Búho. Como rapaz nocturna que es, está vinculado a la oscuridad, la muerte y la brujería.
               
A la izquierda de la imagen dos liebres (2ª dovela de la izquierda de la arquivolta exterior); a la derecha dos grifos entre lo que parece ser una figura humana boca abajo (2ª dovela de la arquivolta central)
Pórtico de San Esteban. Sos del Rey Católico

                Además de este bestiario de fauna real existen en las arquivoltas de la portada de San Esteban otros animales  o criaturas fabulosas fruto de la imaginación, como es un uróboros, ubicado en la zona central de la arquivolta exterior de la portada. El uróboros es un animal alquímico. La alquimia desarrollada en la Edad Media poseía también una importancia simbólica para sus adeptos. Del mismo modo que transformar un metal vulgar en oro significaría la transformación de algo impuro en puro, también lo era el tránsito espiritual desde la ignorancia a la iluminación.
              El uróboros es un animal serpentiforme enroscado en sí mismo y que se come la cola, formando así un círculo con su propio cuerpo, simbolizando la continuidad y la inmortalidad, además del principio alquímico de la unión de todas las cosas, de que “todo es uno”.
             
Grifo
En la segunda dovela de la izquierda de la arquivolta central podemos apreciar otro animal fabuloso, se trata de un grifo, que en realidad son dos los representados, uno frente al otro. El grifo es un animal fantástico que presenta parte de águila y parte de león que en un principio fue emblema del Sol, la fuerza y la venganza, pero evolucionó para convertirse en símbolo de protección vigilante.
            En la octava dovela de la derecha de la arquivolta exterior se encuentran otra pareja de animales fantásticos: dos basiliscos. El basilisco, o régulo, tiene un cuerpo híbrido entre serpiente y dragón alado, con cabeza, cresta y garras de gallo. La palabra basilisco procede del griego βασιλίσκος (basiliskos) y significa “pequeño rey”, (régulo), haciendo referencia a una marca blanca en su cabeza en forma de corona. Está asociado a la muerte, destrucción, la lujuria, la ira y la enfermedad. Plinio el Viejo, en su obra Historia Natural, lo describe como un ser que tiene la facultad de matar sólo con una simple mirada, un ser sumamente peligroso y agresivo, de aquí la expresión popular de “ponerse hecho un basilisco”.

            Es probable que en las dovelas de las arquivoltas de la portada de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico haya más animales que los citados, pero de nuevo la mala conservación de la piedra nos impide identificar, ni tan siquiera aproximarnos, algunas de sus figuras, totalmente devastadas y erosionadas tras el paso de los siglos.[3. Actualización]
             Poco a poco, al igual que la arquitectura románica fue dejando paso al gótico, las representaciones alegóricas de animales plasmados en el románico, que respondían a un criterio más o menos simbólico,  tendieron a ser más naturales en las manifestaciones del gótico.


[1] Joan Sureda. “Operatio naturalis ex industria proficit”. Historia del Arte Español. T. IV. La época de los monasterios, pp.410-414.

[2] Juan F. Esteban Lorente. Tratado de iconografía, p.366.

[3] Actualización. En el mes de junio del 2021. Loli Ibáñez editó un libro al respecto titulado "Bestiario románico en la portada de San Esteban (Sos del Rey Católico", del que nos hicimos eco en este blog (ver) , donde recoge, en un amplísimo e interesante estudio de investigación, el bestiario de la portada de la iglesia 





BIBLIOGRAFÍA


-DORLING KINDERSLEY. Signos y símbolos. Círculo de Lectores. 2008.
-ESTEBAN LORENTE, JUAN FRANCISCO. Tratado de iconografía. Istmo. Madrid, 1991.
-MALAXECHEVERRÍA, IGNACIO. Bestiario medieval. Siruela. Madrid, 1986.
-VILLAR VIDAL, JOSÉ A. y DOCAMPO ÁLVAREZ, PILAR. "El Fisiólogo latino: versión B". Revista de literatura medieval, año 2003, nº 15/2, pp. 107-158. Dpto. de Filología, Comunicación y Documentación.Universidad de Alcalá (Madrid),2003.
-Historia del Arte Español. Tomo IV. La época de los monasterios. Editorial Planeta. Barcelona, 1995.
-La Biblia. La Casa de la Biblia. Edición popular. 3ª edición. Madrid, 1993.
En la web:
-Blog de Loli Ibañez. Ruta del Tiempo. 
-Wikipedia. Bestiario


domingo, 3 de marzo de 2019

LA BECADA, UN AVE ESPECIAL

Becada (scolopax rusticola)


          La becada (scolopax rusticola) es un ave muy particular;  también conocida como perdiz chocha, sorda, ciega, tonta, pitorra, picona, gallineta, oilagorra (en euskera), “la dama del bosque” y otros nombres que recibe en diferentes zonas de España, es la única ave limícola forestal que existe, con comportamientos distintos a los de otras aves, lo que la convierte en un ave especial y un verdadero reto para los cazadores.
            El hecho de que esta ave sea vulgarmente conocida por varios nombres despectivos (tonta, ciega, sorda, chocha…) induce a pensar en la torpeza del animal, pero la realidad es que estos adjetivos despreciativos no son más que ciertos atributos del comportamiento del animal que, aunque a reconocimiento del ser humano pueden parecer torpes, son verdaderas armas defensivas, de camuflaje, despiste y evasión ante cualquier amenaza de posibles depredadores o ante cualquier otro peligro de diversa índole.
            La becada tiene un tamaño mediano, entre 39 y 35 cm, con un peso aproximado de unos 300 gr., de pico largo y fino (68-80 mm.) donde tiene el sentido del tacto muy desarrollado, capaz de detectar cualquier mínima vibración del terreno y con el que captura sus presas horadando la tierra; un plumaje muy críptico, de tonos pardos, ocres y negros,  prácticamente mimetizada con el terreno donde habita, lo que le permite camuflarse perfectamente en el medio ante cualquier peligro que detecte. Del mismo modo que el engañapastores(ver), confía tanto en su perfecto camuflaje que puede permanecer inmóvil a un metro de nosotros sin percatarnos de su presencia (de ahí que algunos la llamen “sorda”; por pensar que no oye nuestra aproximación) Sus grandes ojos negros, situados en la zona lateral de la cabeza y desplazados hacia atrás, le otorgan un campo de visión de casi 360º para poder ver cuanto le rodea sin moverse del sitio y le proporcionan también una excelente capacidad visual nocturna, si bien es verdad que esta disposición de los ojos le impide desplazarse en línea recta, por lo que su aparentemente vacilante vuelo es lo que ha hecho que sea conocida como “ciega” o “tonta”, pero es un mecanismo de defensa ante depredadores, siendo su vuelo zigzageante muy rápido y ágil. Sus patas son cortas y cubiertas de plumas. El oído también lo tiene muy fino y, al igual que el kiwi, tienen un olfato muy desarrollado.
            Su forma de buscar comida es de lo más curiosa.  Lo que hace con su pico es una verdadera prospección del suelo en un acto parecido al que realizan los buscadores de metales con su detector. Caminando a pasos cortos realiza varias paradas tanteando con su largo pico el suelo de izquierda a derecha, girando el cuello y parte de su cuerpo unos 45º  a cada lado en relación al eje de su cuerpo, en forma de abanico, repitiendo la operación cada uno o dos pasos, sin dejar nada atrás sin inspeccionar. Cuando ve que el terreno ya no es útil, con una pequeña carrerilla se dirige a otra zona del terreno y vuelve a repetir la operación de rastreo y prospección hasta que encuentra una presa, que coge con su largo pico engulléndola con facilidad debido a la orientación hacia atrás de unas pequeñas púas córneas existentes en el interior del pico. Pero si la presa huye hacia el interior del suelo, como puede ser una lombriz, y el terreno es blando, introduce su largo pico en la tierra, y aunque no ve físicamente a su presa sí la detecta. Permanece unos segundos quieta con el pico introducido en la tierra y son las terminaciones nerviosas de su pico las que detectan el sonido, el movimiento y el olor de su presa; cambiando el ángulo de incidencia del pico o realizando nuevas perforaciones consigue finalmente sacar la deseada presa de su escondrijo.
            La becada no suele volar mucho, solamente en sus migraciones y por las noches cuando se desplaza en busca de comida; tampoco se la ve en los árboles, pues es de hábitos terrestres, y por el día anda siempre escondida, por lo que  todo ello constituye un divertido y atractivo reto para los cazadores.
            La reproducción de la becada suele realizarse entre los meses de febrero y agosto, aunque influye mucho la latitud y altitud en la que se encuentren y especialmente la temperatura ambiental. Los huevos los ponen en un nido sobre el suelo, perfectamente escondido y camuflado entre el manto vegetal, incubándolos durante 21-24 días. Los polluelos alcanzarán su desarrollo en tan sólo 15 días.
            La becada es un ave migratoria. Su hábitat son los bosques del norte de Europa y Asia, por lo que en época invernal, ante la falta de comida por la congelación del terreno, emigra a la zona de monte bajo, encinares y dehesas de la parte norte de España, aunque también la podemos encontrar más al sur.
            La migración de la becada es filopátrica, es decir, todos los años regresan siempre a los mismos lugares de nacimiento o de invernada. Estas migraciones no son masivas como las de otras especies de aves, sino que están formadas por grupos pequeños de menos de diez  ejemplares. Durante la emigración generalmente vuelan de noche y, aunque la distancia a recorrer sea relativamente corta, suelen hacer varias paradas en su recorrido, pues si las condiciones atmosféricas no son favorables (lluvia, nieve, viento fuerte, niebla…) permanecen en tierra esperando a que las condiciones climáticas sean más favorables.
           
Montes de Roita, paraíso de becadas.
          En la comarca de Sos del Rey Católico las migraciones de la becada han encontrado su paraíso en la zona de los montes de Roita; un lugar sin presencia humana, con buena temperatura, con especies arbóreas, masa forestal y matorrales bajos perfectos para camuflarse y refugiarse, con un suelo húmedo, blando, cubierto de masa orgánica en descomposición y desprovisto de hierba,  zonas abiertas y pantanosas en su alrededor, praderas, barbechos, cursos de ríos, arroyos y barrancos donde poder alimentarse…en definitiva, una zona que reúne las condiciones ideales para acoger a la becada en sus tradicionales migraciones invernales.
            Es de hábitos nocturnos, alimentándose en los humedales principalmente de lombrices, que captura con su fino y largo pico hundiéndolo en la tierra, aunque también otros invertebrados, insectos, miriápodos y caracoles forman parte de su dieta alimentaria.
            La caza de la becada está abriéndose hueco entre los cazadores de escopeta y perro más exigentes debido, en parte, al declive poblacional de otras especies sedentarias de la comarca y también por el  reto que supone para el cazador capturar esta escurridiza y peculiar ave, en un terreno de por sí difícil y hostil, donde la becada, en su afán por ocultarse en la espesura del bosque y con su perfecto camuflaje, pasa totalmente inadvertida para el cazador, lo que hace necesario que hombre y perro se conviertan en un binomio fundamental en su captura, donde ambos disfrutan.
            Quienes conocen perfectamente los hábitos y costumbres de la becada saben que el animal vacía su vientre antes de iniciar el vuelo y como está prohibido cazarla al atardecer, que es cuando abandona el bosque, resulta ser, probablemente, el único animal que se encuentra “limpio” cuando cae abatido. Es por eso que es, junto a la sardina, uno de los pocos animales que se comen sus tripas, convirtiéndose en una apreciada ave por parte de  cazadores y restauradores. En su caza cuenta más la calidad que la cantidad, por lo que un día  de pocos lances puede ser, aunque agotador, una gratísima jornada para el cazador, consiguiendo dejar en un segundo plano la que hasta ahora era la reina de la caza menor: la perdiz.
            En España la caza de la becada se realiza entre octubre y febrero, aunque este período puede variar dependiendo de la Comunidad Autónoma. Sus modalidades de caza son “en salto” (un solo cazador, a pie) o “en mano”(cuadrilla de cazadores, a pie, auxiliados o no por perros), con un cupo variable de piezas abatidas dependiendo también de la Comunidad Autónoma en la que se cace, pero por norma general no superan las tres piezas por cazador y día
            La carne de becada, considerada un exquisito manjar, un verdadero lujo para los amantes de la buena mesa, puede no ser apta para todo tipo de paladares por su aromático e intenso sabor envolvente a moho y hierba que se apodera del paladar a la hora de consumirla.         Se recomienda su consumo  pasados dos o tres días después de haber sido abatida la pieza.  La carne de becada es muy rica en proteínas, pobre en colesterol y con un alto contenido en hierro y vitaminas del grupo B.
            Se suele cocinar de muy diversas maneras: asada, en guisos, al horno, escabechadas… existiendo multitud de recetas tradicionales.
           
Montes de Roita, con el castillo al fondo
 Uno de los privilegiados lugares de la presencia de becadas en todo Aragón es, como antes se ha mencionado, la zona de los montes de Roita, donde esta ave ha buscado acomodo en el coto social de Roita-Los Landes, donde se han celebrado competiciones autonómicas y finales del campeonato nacional de becadas organizadas por la Real Federación Española de Caza.














BIBLIOGRAFÍA

-wikipedia. Scolopax rusticola.
-www.cienciaycaza.org. Becada.
-www.trofeocaza.com.” La becada, un regalo de la naturaleza” y “ Las 8 especies de la becada, su caza, biología, distribución e historia”, por Pablo Capote.
-ret007ie.resmas.net. El sentido del olfato en la becada.