sábado, 27 de junio de 2020

REMEDIOS CONTRA EL GRANIZO



                  Plagas, inundaciones, sequías y otros males han amenazado siempre las cosechas de los agricultores, pero entre todas estas amenazas había, y hay, una a la que se le tenía un especial y gran miedo, capaz de destruir en unos minutos el esfuerzo de todo un año: el temido granizo o pedrisco.
                   En el cristianismo, las dos fiestas que se celebran dedicadas al culto de la Cruz como símbolo de fe son el 3 de mayo y el 14 de septiembre. Climatológicamente hablando, y según las creencias populares de los hombres del campo en nuestra comarca, estas dos fechas marcan el inicio y el fin del período de lluvias y constituyen la mayor amenaza del pedrisco que destruiría sus cosechas. Es por esto que en el mundo rural surgen infinidad de rituales populares destinados a ahuyentar las tormentas y a desviar hacia otras zonas el temido granizo. Rituales que se repiten durante todo el año, pero con especial insistencia en el intervalo de fechas antes señaladas del culto a la Cruz.
                   El médico sosiense Emiliano Ladrero, estudioso también del acervo folklórico de la zona, recoge en sus anotaciones que en Sos del Rey Católico el ritual empieza la víspera de la Cruz de Mayo, el día 2. "Este día se reúnen las mujeres del pueblo en el pórtico de la iglesia, no pudiendo participar en este acto los hombres, y se dispersan por las calles del municipio diciendo ¡Jesús! ¡Jesús!, repitiéndolo incesantemente mientras se dirigen hacia los campos de labor y arrojando a la vez piedrecitas al aire para evitar el pedrisco durante el año. Mientras dura este ritual, es condición indispensable que no se diga otra palabra que ¡Jesús!, pues de no ser así el conjuro no resultaría efectivo."
            Otros rituales para desviar las tormentas portadoras de granizo son las esconjuraciones (ver); y más concretamente, el siguiente conjuro contra el pedrisco: “Señor: al Puerto (al Pirineo), donde no hay ni viña ni huerto”; quemar la paja del centeno, pues se cree que su humo ahuyenta los nubarrones; hacer sonar las campanas de la iglesia o de pequeñas campanillas caseras,... entre otros rirtuales.
            Si, por un casual, estos conjuros no han surtido efecto y cae el pedrisco, siempre hay otro remedio póstumo: se arrojan las piedras del granizo en la lumbre; así, de este modo, las nubes de pedrisco se convertirán en benéfica lluvia.
         Existen más rituales contra las tormentas en localidades cercanas navarras y vascas, como encender la vela del Monumento de Jueves Santo, echar al fuego una rama de laurel bendecido el Domingo de Ramos, quemar las hierbas recogidas en la madrugada de San Juan, echar sal en el fuego, quitarse el párroco un zapato y lanzarlo contra la tormenta, quemar unas flores que habían sido bendecidas para este fin la mañana de San Juan, sacar de la iglesia santos, santas, vírgenes y cristos… y un sinfín más de costumbres, tradiciones y rituales cuyo origen, sea cristiano o pagano, religioso o mágico, resulta muy difícil de identificar. La idea de que haciendo sonar las campanas se evitaba el pedrisco y traía la lluvia buena (sin granizo) es una combinación entre que las tormentas las producen los duendes malignos o incluso el diablo y que contra ellas se puede luchar con la oración y la fe en Cristo.
               Todo este batiburrillo de costumbres, destinadas a un mismo fin, sólo pone  de manifiesto el pánico que hasta no hace mucho tiempo tenía la gente del campo ante la proximidad de una tormenta de granizo y el imperioso afán de evitarla sea como sea, ora con rituales paganos, ora religiosos.

         El miedo al pedrisco en el campo seguirá siempre, y actualmente las prácticas usadas contra los nubarrones, si bien ya no se basan en las costumbres, ritos y supersticiones de nuestros antepasados por su probada ineficacia, intentan buscar una respuesta más científica. La idea es la misma que la de nuestros ancestros, solo que ha cambiado el modo de hacerlo; ahora se usan cañones contra las tormentas para evitar el pedrisco, método mucho más avanzado tecnológicamente, pero tan ineficaz como el que un cura arroje un zapato contra la tormenta. (Otra costumbre a añadir a los remedios contra el temido granizo; pero ésta, del siglo XXI.)







BIBLIOGRAFÍA

-IRIBARREN, JOSÉ MARÍA. “El folklore de Sos y la Valdonsella” Historias y costumbres, pp.285-307. I.P.V. Pamplona, 1956.
-Blog de Félix Mugurutza. El arca de no sé. “Zapatos contra tormentas” (2/5/2020)





EL LÉXICO AGRÍCOLA-GANADERO DE SOS



                          Hasta la primera mitad del siglo XX podemos decir que Sos del Rey Católico ha sido un pueblo eminentemente agrícola y ganadero, y en el hablar cotidiano escuchábamos a nuestros padres y abuelos palabras que ahora apenas oímos. En la calle, en casa, en el campo, en el bar o en una tertulia era muy normal oir hablar de la mosquera, del tanganillo, la tralla, el hatero, la cañabla, el bación, el arcial…, palabras que han caído en desuso pero que han formado parte de nuestra infancia (los que somos algo mayores) y que los más jóvenes jamás han oído actualmente en las calles de la villa. ¿Os imagináis oir ahora en las calles de Sos esta conversación?:

-¿Dónde vas, Pascual?
-Al aborral, a poner estas cañablas a unas modorras. ¿Y tú, ande vas con el hatero?
-A ponerle un arcial, y luego ver cómo están unas mantudas y extirpar 4 pepitas.

                      Veamos el significado de algunas de estas palabras relacionadas con la agricultura y la ganadería. No se trata de hacer un inventario o diccionario de palabras en desuso, sino de significar cómo un cambio generacional  ha supuesto, entre otros aspectos y en tan sólo unos años, el abandono del lenguaje tradicional de agricultores y ganaderos de una época no muy lejana, dejando atrás, por un lado,  herramientas, aperos y objetos que han quedado totalmente obsoletos, caducos e inutilizables y, por otra parte, unos determinados usos y costumbres también en desuso, pero que no hay que olvidar y conviene conservar porque todo ello forma parte ya de nuestro acervo cultural.

Léxico agrícola-ganadero de Sos

Aborral: terreno que no se siembra y en el que se deja pastar al ganado cuando no se le puede llevar a apacentar al monte.
Amorrar: ponerse las ovejas, durante las horas centrales del día, cuando más calor hace, la cabeza de una bajo el vientre de la que tiene al lado para darse sombra.
Arcial: aparato formado por dos palos y una cuerda que se ponía en los morros de las caballerías para que se estuviesen quietas durante el herraje.
Anguarina: gabán burdo que usaban los labradores.
Bación: especie de comedero de madera para los cerdos.
Barrera: Parte del corral al descubierto provista de una valla o cerco.
Barrón: punzón del arado de vertedera.
Basquilla: enfermedad de los animales ovinos y caprinos.
Calorear: ponerse el ganado a la sombra en las horas de más calor.
Cañabla: collar de madera para colgar los cencerros del ganado.
Caramelico: trozo de cera bendecida con la que se hacían pequeñas cruces para colocarlas sobre las puertas para proteger el recinto.
Cimbalada: conjunto de campanillas colocadas en el collarón.
Dula: rebaño formado por varios dueños que pastan en común.
Encontornar: dar vuelta a la parva con la horca.
Esbezo: Destete. Separar la cría de la teta de la madre.
Facería: Terreno para pastos en común y limítrofe entre dos pueblos.
Garañón: Asno grande para cubrir burras o yeguas.
Garruncha: percha del pastor realizada con un sólo trozo de madera.
Garruncha (dibujo de Tomás Machín en
el "diccionario del aviador")
Guito/a (Jito/a): Animal que da coces.                     Hatero: burro del pastor..
Hormiguillo: enfermedad en el casco de los animales.
Irasco: macho cabrío.
Juñir: uncir las bestias al yugo.
Lorca: madriguera que hacen los conejos en el suelo para criar.
Mantuda: gallina enferma que ahueca las plumas.
Modorra: enfermedad ovina que afecta al cerebro.
Mosquera: terreno sombrío donde se lleva al ganado en las horas de más calor.
Oxar: espantar las gallinas.
Patera: enfermedad en los cascos de los animales.
Pepita: músculo bajo la lengua de las gallinas que les impide comer y hay que extirparlo.
Queleta: puerta confeccionada a base de troncos y palos para el corral del ganado.
Recueja: terreno pequeño de regadío junto al río.
Segureta: hacha pequeña.
Tanganillo: madera colgante que se les ponía a los galgos colgada al cuello para impedirles la caza durante la veda.
Torcedor: palo con cuerda que se introducía en la oreja a los ganados mayores para inmovilizarlos.
Tralla: látigo para fustigar a las caballerías.
Ujarral: terreno baldío delante del corral.
Varella: faja estrecha de campo.
Zarriar: rebuznar.

                      Evidentemente hay muchas más, pero sirvan estas palabras como recuerdo de aquel vocabulario cotidiano que no hace mucho tiempo se hablaba en Sos, sobre los utensilios y formas de vida de nuestros padres y abuelos y que los tiempos modernos, el avance de las tecnologías, el cambio generalizado de sector de actividad en la villa y la falta de uso, entre otros aspectos, han hecho desaparecer, pero que siempre estarán ahí, formando parte de la cultura tradicional de la villa.






BIBLIOGRAFÍA


-MACHÍN JÁUREGUI, TOMÁS. Inédito. Palabras comúnmente utilizadas en el lenguaje popular sosiense. (Borrador de “el diccionario del aviador”)(ver)


sábado, 6 de junio de 2020

JOTA "TIERRAS DE SOS" (SARA SERENA)

Sara Serena cantando la jota "Tierras de Sos"



                     Sara Serena, la “estrella musical de Sos del Rey Católico”, y de la que ya hablamos en otro post (ver), es la autora de esta preciosa jota de exaltación de Sos que regaló al pueblo y lleva por título “Tierras de Sos”, presentándola a todos los vecinos de la Villa en el verano de 2018, y cuya letra dice:



TIERRAS DE SOS

Y la jota nació
en el Reino de Aragón,
y en la Villa de Sos
la honramos con amor.

Cántame la jota, madre,
cántala, cántala con pasión,
que morir ¡ay, yo no quiero!
sin escucharla en Sos.

Que aquel día que se cantó
a la humilde segadora
los portales escucharon
y hasta el mudo cantó.

¡Viva nuestra Virgen
de Valentuñana!,
que junto a San Esteban
nuestro pueblico guardan.

El rey vino a nacer,
sus infanzones lo aclaman,
hizo de Sos la más bella,
noble y soberana.

Y la jota nació
en el Reino de Aragón,
y en la Villa de Sos
la honramos con amor.
Y en la Villa de Sos
la honramos con amor.



Podéis ver el vídeo aquí