sábado, 11 de febrero de 2017

PEDRO III.LA INVASION DE LA VALDONSELLA DE 1282

Pedro III, hijo de Jaime I, llegó al trono de Aragón siendo ya un hombre maduro y con gran experiencia política, pues a los 17 años, su padre le nombró procurador de Cataluña (1257) y empezó ya a dar pruebas de su energía actuando contra varias revueltas nobiliarias.
El rey Pedro consideraba que bastaba su derecho dinástico a la Corona para reinar y ejercer el poder. Sus acciones, dentro y fuera del Reino, fueron fiel reflejo de esta ideología.
 Fue coronado por el obispo de Zaragoza en la Seo sin solicitar previamente la venia papal, ni jurar los fueros y privilegios de los nobles, por lo que las reacciones de la Santa Sede y de la nobleza contra el rey no se hicieron esperar.
Pedro III "el Grande"
 Además, Pedro III creía firmemente en la indivisibilidad de la Corona y en la necesidad de crear un reino fuerte, estable y territorialmente rico. De ahí que buscara incorporar a su Corona territorios que estaban bajo la estela de su influencia, como Mallorca o el Midi, lo que provocó la enemistad con Francia. Muchos nobles catalanes se levantaron contra el rey, pero Pedro III los venció en la batalla de Balaguer el 11 de julio de 1280 y, aunque fueron castigados y juraron lealtad, este hecho no supuso la debilitación de la nobleza, quienes, reunidos en Tarazona, presentaron al rey sus reivindicaciones: mantenimiento de los privilegios, imposibilidad de exigir nuevos impuestos y que el rey tomara el consejo de los nobles, como habían acostumbrado sus antecesores. Si el rey no atendía sus demandas, los nobles se ayudarían mutuamente contra el monarca. A esto se le llamó Unión de Fuero de Aragón. Esta Unión se constituyó como un auténtico contrapoder contra el rey en los años siguientes.
Pedro III consiguió en las Cortes de Barcelona, en 1283, y en las de Valencia en 1284, evitar el contagio de la rebelión al resto de los Estados de la Corona, pero en Aragón su posición se hizo muy precaria, existiendo, incluso en Sos, vecinos que conspiraron contra él. A pesar de ello, el monarca pudo centrarse en su lucha contra Francia y el Papado y en la consolidación del poder sobre el reino de Sicilia, que situaba a Aragón en una posición preferente de cara al próspero comercio mediterráneo.
En Aragón las relaciones con el vecino reino de Navarra se fueron tensando. La chispa entre los sangüesinos y los sosienses saltó en 1278, talándose mutuamente los campos situados en la muga de la Valdonsella. La disputa se solucionó tras la intervención del gobernador de Navarra y la firma de una concordia. Pero la firma de este acuerdo fue una mera anécdota. El infante don Alfonso emitió una orden dirigida a los vecinos de la Valdonsella y Canal de Berdún mandándoles que fortificaran sus lugares y retiraran los granos y ganados ante la inminente invasión de las tropas enemigas “por la invasión que se teme de don Juan Pérez de Lara”, dada en Ejea el 22 de julio de 1283,y con la de 3 de agosto del mismo año en la que se ordena a los vecinos de Sádaba, Sos y Tiermas defender sus castillos contra los franceses que ya habían salido de Estella. Fechada en Tarazona el 21 de abril de 1284 está la exención a los vecinos de Tiermas y otras plazas fronterizas, para acudir a la concentración del ejército aragonés en aquella ciudad, pues no podían abandonarlas, y también lo atestigua el informe de don Artal de Luna y don Pedro Jordán de la Peña sobre la conveniencia de reforzar las fronteras con Navarra, principalmente Sos, Tiermas y Salvatierra, en donde había poca gente.
La rivalidad alcanzó su punto culminante en 1282-1283 y lo que aconteció nos lo cuenta Jerónimo Zurita en sus Anales de la Corona de Aragón: “…en esta época reinaba en Castilla don Alonso, en Aragón don Pedro III, estando Navarra bajo influencia del poder francés. La gente de guerra del rey de Francia que estaba en Navarra se fue acercando a las fronteras del reino de Aragón para entrar en él. El rey de Aragón ordenó que aunque el ejército francés entrase en el reino, los pobladores de la frontera no saliesen a combatir a campo abierto. Al contrario, deberían defender los castillos y fortalezas donde hubiera guarniciones. En aquellos lugares que carecían de ellas, deberían refugiarse en las principales villas de la región que contaban con tales defensas.”
Según Zurita, los franceses tenían un gran ejército formado por unos 4.000 jinetes. Este ejército entró por la frontera de Sangüesa arrasando toda la comarca. Pronto alcanzaron y asediaron el castillo de la villa de Ul, próximo a Sangüesa. Este castillo estaba custodiado por el caballero Jimeno de Artieda, quien defendió heroicamente la plaza. Tal fue la defensa numantina del castillo que el general francés ordenó que no se matase a tan valiente caballero. El castillo y la villa de Ul quedaron pronto arrasados. El invasor siguió adentrándose en tierras aragonesas saqueando y quemando las cercanas villas de Lerda y Fillera, y destruyendo Arbe, Uyarda, Sosito, Ceñito, Basabor, Aguilar, Noguera, Soteras, Miranda, Paruela, Assotiello y Miranmont.
Vista aérea de la Val d´Onsella
El ejército francés siguió adelante adentrándose por la Canal de Berdún llegando hasta el mismo Berdún, donde quemaron su mercado. ...”Et fueron por Navarra porque el rey de Navarra ayudava al rey de Francia et entroron por Aragón por Valdossella et cremaron Ull et Fillera. Et avía una torre en Ull, la qual tenía Exemen d’Artieda, et non era de grant fortaleza pero el dito Exemen d’Artieda deffendióla muyt bien en manera que no la querie fender, et metieronla en pias et tiroron ne la meytat de la torre et en la otra meytat fincó el alcayde et non tenía que comer et quería mas allí morir como bueno que non renderla. Et con escaleras puyoron en la partida que fincada era et el dito Exemen d’Artieda a los que puyavan quando als no les podía tirar, les tiró la cappellina et todas las  armas que tenía et feria a los que  puyavan, et non querían matarlo porquel capdiello mandava que tan bueno et leal era que non muries, et prendiéronlo et levóronlo a Francia; et a tiempo fue suelto et non osava  tornar en Aragón de verguença que avía perdida la torre, et el rey assimismo avía verguença porque no le avía podido acorrer.  Et destruytos estos dos lugares con favor de algunos cavalleros de aquella comarcha que yeran parientes de los de Sarassa de Navarra, entroron por Val de Pintano et complieron a Vaylo et a d’Arbues et cremoronlos, de la part de la val de Aragón cumplieron entro Verdún et cremoron el mercado et prendieron Salvatierra et...”[1]
Otros autores nombran los siguientes núcleos de la Valdonsella que fueron asolados por la incursión gala en 1283: Ull, Filera, Arbe, Oyarda, Sosito, Ceñito, Basabor, Aguilar, Noguera, Soteras, Miranda, Loparuela, Asotiello, Miramont, Bernué, Sangorrín, Javierremartes, Botia, Gurmelle, Bailés, Samitier, Navascués, Liénovas, Larrota, Larrosella, Artaso, Albés y Lerda[2]
Durante más de una década, el señorío y jurisdicción de Undués, Lerda, Ul y Filera permaneció en manos de los monarcas navarros, teniéndolas bajo su poder mientras duró la guerra entre Aragón y Navarra. El gobernador del reino de Navarra ordenó en 1298 entregarlas de nuevo a la Corona de Aragón, recibiendo las villas Martín Aznárez de Arbe, comisario del rey don Jaime con poder de Lope Ferrench de Luna, gobernador de Aragón[3](Continuación)










[1] Orcástegui Gros, C. Crónica de San Juan de la Peña. Edición crítica. (Versión aragonesa) C.S.I.C., Zaragoza, 1986.
[2] VV.AA. Aragón, puerta de Europa. Los aragoneses y el Camino de Santiago en la Edad Media, p. 145. Gobierno de Aragón, Departamento de Educación, Cultura y Deporte, 2005.
[3]  Jerónimo Zurita. Anales de la Corona de Aragón.



BIBLIOGRAFIA


-CONTÍN PELLICER, SEBASTIÁN. Historia de Tiermas. I.F.C. Zaragoza, 1967.
-LÓPEZ AGUERRI, J.A.,CHAVARRI ARILLA, ÁNGEL y GARCÍA-VALDECASAS, ELENA. Undués de Lerda. Entre reyes, señores y abades. Cuadernos de Aragón, 46. I.F.C. Zaragoza, 2011.
-IRANZO MUÑÍO, Mª. T., LALIENA CORBERA, C., SESMA MUÑOZ, J.A., UTRILLA UTRILLA, J. F. Aragón, puerta de Europa. Los aragoneses y el Camino de Santiago en la Edad Media. Gobierno de Aragón; Departamento de Educación, Cultura y Deporte; p. 145. Zaragoza, 2005.
-ORCÁSTEGUI GROS, CARMEN. Crónica de San Juan de la Peña (versión aragonesa) Edición Crítica. C.S.I.C. Zaragoza, 1986.
-ZURITA, JERÓNIMO. Anales de la Corona de Aragón. Zaragoza, 1967-1977.
-Coleccionable Reyes y Reinas de Aragón. Heraldo de Aragón.

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