domingo, 25 de agosto de 2019

MAESTROS ESCULTORES Y MAZONEROS EN SOS

Retablos de la iglesia de Valentuñana, cuyo retablo mayor es obra de los maestros Tomás Vicién y Francisco Menac

La imaginería es una especialidad del arte de la escultura cuya práctica más habitual en el arte español a partir del siglo XV es la talla en madera policromada de imágenes y pasos procesionales de Semana Santa y retablos de iglesias y catedrales.

Fueron varios los maestros imagineros y mazoneros que hubo en Sos en el siglo XVI, teniendo que recurrir a las actas notariales y documentación existente para conocer alguno de estos maestros de la madera:


-Cambray, Mateo de. Maestro mazonero que fue nombrado procurador por su colega Miguel Murillo, vecino de Sos, en 7 de abril de 1532, para presentar carta de franqueza[1].

-Flandes, Jorge de. Conocido maestro imaginero al que la sosiense Ana Español le encargó la obra de un retablo de la advocación de Nuestra Señora del Rosario para la iglesia de San Esteban[2], y que en la actualidad no se conserva. También Gil Español y otros vecinos de Sos le encomendaron en enero de 1571 la obra de un busto de San Lamberto[3]

-Murillo, Miguel. Mazonero infanzón avecindado en Sos. El día 9 de febrero de 1526 se comprometió, junto al pintor M. García, a traer tasadores del retablo mayor de la iglesia de San Esteban, obra de ambos, de acuerdo con lo capitulado ante el notario Gil García, que lo fue de dicha villa[4], cumpliéndose este compromiso el día 25 al presentar a Miguel de Peñarada, imaginero y tallista, y al pintor J. Lumbierre, habitantes en Zaragoza[5].
En abril del mismo año Murillo otorgó albarán por 5.000 sueldos en razón del fustaje y mazonería del referido retablo[6], al que tal vez pertenecían unos elementos platerescos que se aprovecharon para un retablo de la Milagrosa, registrado por Abbad, actualmente desplazado o desaparecido.
 Murillo se documenta de nuevo en Sos en mayo de 1530, en acto de nombrar procurador suyo al notario de Ejea M. Sánchez[7] y dos años más tarde reitera el negocio, nombrando apoderados a su hijo Miguel, a su colega Mateo de Cambray y a un tercero para presentar carta de franqueza expedida por los jurados de su villa, indicando su condición de infanzón[8].

-Picart, maestre: Identificado como mazonero vecino de Sangüesa y habitante en Sos en noviembre de 1551, se trata sin duda del escultor Juan Picart; en esta ocasión nombra procurador suyo al notario Martín Brun e indica que no sabía escribir[9].

-Peñarada, Miguel de. Conocido imaginero que acudió a tasar en febrero de 1526 el retablo de la capilla mayor de San Esteban de Sos, llamado por su colega M. Murillo, como se ha dicho anteriormente[10]

                   -Ya en el siglo XVIII, Tomás Vicién y Francisco Menac serían los artífices, en 1730,del retablo mayor de la iglesia de Nuestra Señora de Valentuñana.







[1] A.H.P.S., G. García U., año 1532, f. 37.
[2] A.H.P.S., Miguel Mancho, año 1555, f. 17´.
[3] A.H.P.S., Jerónimo García de Urriés, año 1575, f.8´.
[4] A.H.P.S., J, d´Ixar, año 1526, f.s.n., en: San Vicente, Angel.Acotaciones documentales para la historia del arte en Cinco Villas durante el siglo XVI”, en: estudios en homenaje al Dr. Eugenio Frutos Cortés, p.389.
[5] Ibidem
[6] A.H.P.S., M. del Sen, año 1526, f.s.n.
[7] A.H.P.S., P. Carlos, día 23 de mayo, año 1530, f. 38.
[8] A.H.P.S., G. García U., día 7 de abril, año 1532, f. 37.
[9] A.H.P.S., J, d´Ixar, día 23 de noviembre, año 1551. f. 34, en San Vicente, Angel. Op. cit. Acotaciones...p.390.
[10] Ibidem.







BIBLIOGRAFÍA


-SAN VICENTE, ÁNGEL. “Acotaciones documentales para la historia del arte en Cinco Villas durante el siglo XVI”, en: Estudios en Homenaje al Dr. Eugenio Frutos Cortés, pp. 367-444. U.Z., Facultad de Filosofía y Letras. Cometa, S.A. Zaragoza, 1977.

domingo, 11 de agosto de 2019

UN DIQUE ROMANO DESAPARECIDO


Acueducto romano de Los Bañales.(es.wikipedia.org)

No hay ninguna duda que el territorio de las Altas Cinco Villas fue una zona altamente romanizada. Infinidad de restos arqueológicos de todo tipo así lo confirman; y que sus tierras fueron aprovechadas para su cultivo, también; pero igual que sucede actualmente, los romanos también tuvieron que solventar los problemas de escasez de agua en la comarca tanto para cultivar los campos como para consumo ganadero y humano, y es aquí donde la ingeniería de la época Imperial mostró sus avanzados conocimientos hidráulicos para solucionar los problemas de abastecimiento de agua. Acueductos, edificios termales, presas, diques y otros sistemas hidráulicos contribuyeron a solucionar el problema del agua.
En las Cinco Villas tenemos el ejemplo del acueducto de Los Bañales, con sus termas, o la presa de Cubalmena en Biota, pero son muy pocos, si no inexistentes, los restos que quedan de diques romanos en la comarca, lo que no quiere decir que no existieran, simplemente que no se ha conservado ninguno o que no han llegado hasta nuestros días resto alguno de estas construcciones, a excepción de uno en la muga de Castiliscar con el término de Sos del Rey Católico aunque, lamentablemente, apenas quedan piedras de su fábrica.
El historiador y arqueólogo Manuel Antonio Martín Bueno estudió hace más de 40 años este dique, cuando todavía quedaba parte de su estructura, ubicado en el término del Salado, justo en la frontera de los términos municipales de Castiliscar con Sos. La construcción servía para almacenar el agua del arroyo de Castiliscar, que fluía por el barranco del mismo nombre, de caudal irregular pero contínuo, y de otra serie de barrancos, de carácter estacional, que confluyen en la zona.

Según el profesor Antonio Martín este dique es, sin duda alguna, de la época Imperial romana, y podría datarse hacia la mitad del siglo II, aunque pudiera ser anterior, teniendo, “indudablemente, carácter eminentemente agrícola, aunque no deben de descartarse asimismo sus posibilidades de utilización para el abastecimiento a construcciones”, como así asevera el historiador Ignacio Bueno Olóriz en un artículo en Ejea Digital[1]
Planta rectangular del dique
(Fuente: Miscelánea Arqueológica)
La obra fue realizada en buena sillería, teniendo alguno de sus sillares almohadillados, sobre todo en la parte frontal, por lo que pueden considerarse como “sillares ornamentales” al tratarse, por decir así, de la “fachada” de la obra, y estaba formada por tres muros cerrando en rectángulo, ubicando sus lados largos paralelos al eje de los barrancos que confluyen en el valle para captar el caudal de los mismos. Desconocemos la longitud total de los lados largos, pero el lado corto que hace las veces de frontal mide 21,5 m con un grosor de 2 m en el frente y una altura de unos tres metros.
La unión de los sillares se realizó mediante “opus caementicium” (mortero y guijarros) de buena calidad cuidando “cubrir todas las posibles grietas que pudiesen constituir amenaza para la obra”
Ángulo de la fachada con las huellas de las grapas de sujección
(Fuente: Miscelánea Arqueológica)
Respecto a la descripción de la obra, continúa el profesor Martín: “ La cimentación se realizó asentando las primeras hiladas en zanja abierta en el terreno y posiblemente con una preparación previa del mismo para evitar fugas subterráneas del agua.
En uno de los ángulos se apreciaban huellas de grapas exteriores, colocadas sin duda ante el peligro de agrietamiento que se había producido en la fábrica al parecer por las presiones internas o bien por el fallo del terreno, cosa menos probable.
La solidez de la obra era notable ya que si calculamos que se conservaban unos 450 metros de muro e ignoramos sus dimensiones originales, el cómputo de metros cúbicos que quedaban encerrados era considerable para una obra en la que cada metro de su estructura debía soportar idéntica presión por el líquido.”
En la parte central de la “fachada” o zona frontal del rectangular dique, existían dos desagües, “presumiblemente regulables” para controlar voluntariamente la salida del caudal de agua “ y eran de sección rectangular con una pendiente de salida hacia el exterior con una continuación al parecer en forma de canal, ya que de este posible canal quedaba aún el arranque en el muro del dique. La altura de las aberturas del desagüe era de 1,10 m y estaban revestidas con restos de un “opus cementicium” más fino, casi “opus signinum” (mortero y teja), lo que le confería una mayor impermeabilidad, a la par que una mayor resistencia ante la erosión producida por el agua en su salida. Revestimiento usual en toda construcción hidráulica romana de una cierta entidad.
La regulación del agua se efectuaría mediante compuertas metálicas quizás del tipo de corredera, las que hoy se denominan “tajaderas”de las que no ha quedado resto alguno ni huella en la piedra que nos permita con seguridad determinar cómo eran.
La distribución exterior, aparte de los canales de salida mencionados, que ignoramos si estarían cubiertos o no, se efectuaría asimismo por otros menores o bien el agua vertería directamente a acequias o canalizaciones en tierra”
Cuando hace años el profesor Martín pudo observar este magnífico dique la superficie interior  del rectángulo que lo conformaba estaba totalmente cultivada, así como la parte exterior, pero se podía ver claramente el perímetro del mismo, así como las piedras que lo conformaban y poder estudiarlas; con posterioridad, y de nuevo debido a la destructora mano del hombre, todo quedó derruído y reducido a escombros para ampliar el espacio cultivable. El diario “Aragón Expres”, en su edición del 24 de octubre de 1973 se hizo eco de ello denunciando en su artículo esta lamentable pérdida de nuestro Parimonio histórico.
Se sabe que parte de los sillares del dique fueron vendidos para la construcción del Parador Nacional de Sos, que empezaba a edificarse para esos años.
Actualmente en El Salado, donde estuvo el dique, sólo quedan, como muestra de su bimilenaria existencia, unos pocos sillares que afloran en el suelo.



[1] Ignacio Bueno Olóriz. “Dique romano desaparecido en Castiliscar” Ejeadigital.com. 28/05/2006








BIBLIOGRAFÍA

-MARTÍN BUENO, MANUEL ANTONIO. “Dique romano en Cinco Villas” Miscelánea Arqueológica (Separata) que al profesor Antonio Beltrán dedican sus discípulos. Librería General. Zaragoza, 1975.
-Periódico Aragón Expres. 24 de Octubre de 1973. “Otro atentado al patrimonio cultural aragonés” Autor:M.M.B.
En la web:
-Ejeadigital.com. 28/05/2006. Ignacio Bueno Olóriz. “Dique romano desaparecido en Castiliscar”


DAVID IRIARTE. ARTE EN MINIATURA


           

           El apellido Iriarte se relaciona en Sos del Rey Católico con la carpintería.
Desde muchos años atrás, y tras varias generaciones, los Iriarte se han dedicado a la manufacturación de la madera. Ya en el siglo XIX, en el listado de población de vecinos de Sos, aparece un tal Bartolomé Iriarte como carpintero(ver); en el siguiente siglo hacen aparición varios carpinteros más con el mismo apellido(ver), sin duda descendientes de Bartolomé y ascendientes de David Iriarte, al que le dedicamos este post.

David Iriarte nació en Sos del Rey Católico en 1985, y como descendiente de esta tradicional familia de carpinteros, aprendió el oficio de manos de sus padres y abuelos. Carpintero y ebanista de profesión, su entrega y dedicación por el trabajo le llevó a aficionarse por la restauración y coleccionismo de antigüedades, que posteriormente derivó en la afición por la fabricación de todo tipo y estilos de muebles de diferentes épocas...¡ pero en miniatura!
Aunque reproduce, como hemos dicho, todo tipo de muebles, su especialidad son los de estilo francés del siglo XVIII, concretamente los estilos Luis XV y Luis XVI. Para ello dedica gran parte de su tiempo a estudiar e investigar el arte y el mobiliario de época a través de diferentes fuentes para completar la información y conocimientos a aplicar en sus magníficas obras.

           Las miniatuiras de David, totalmente únicas, son reproducciones a escala 1:12 realizadas en maderas nobles, fabricadas y pintadas a mano, con un acabado de altísima calidad que con gran dosis de paciencia y habilidad reproduce hasta el más mínimo detalle, dotando a su obra de una total y excelente perfección e hiperrealismo.

           
            David, con tan sólo 31 años de edad, ha estado presente en varias ferias y exposiciones a nivel internacional (Holanda, Chicago, Londres...), siendo un reconocido miniaturista a escala mundial, miembro del Gremio Internacional de Artesanos en Miniatura (IGMA Artisan Member), que recibe encargos de los rincones más insólitos del planeta, destacando entre sus principales clientes, jeques árabes y millonarios chinos o americanos, pues estas obras de arte en miniatura, como es lógico, no están al alcance de cualquier bolsillo.
             
            Desde estas líneas, mi más sincera felicitación a David por su genial trabajo y por recuperar, aunque sea en miniatura, un arte en madera que se había perdido, pero que gracias a la fidelísima reproducción de los originales, podemos admirar hoy en día de las manos de este magnífico artesano sosiense.
                   Para conocer su obra: http://www.davidiriarte.com/


TÉCNICA DE LA PINTURA MURAL ROMÁNICA


       
Ábside central de la cripta de Nuestra Señora del Perdón. Iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico.
      
           
                Si observamos detenidamente las figuras representadas en las pinturas románicas vemos que carecen totalmente de perspectiva. Los personajes pintados se mueven en un mundo sin referencias concretas ni de espacio ni de tiempo, en superficies planas que nunca pretenden fingir perspectivas ni realidades más allá del propio plano de la piedra o de la tabla sobre las que se representan; el hombre no puede, ni pretende, salvar la realidad física de las superficies, porque más allá de lo representado no existe nada, porque Dios, principio y fin de los programas iconográficos, es también principio y fin de todo lo creado. Tan sólo episodios secundarios y en zonas de carácter ornamental, como las grecas que separan los ámbitos narrativos o las molduras que separan los registros absidales, el artista se atreve a penetrar en el mundo de lo visible creando, por medio de la perspectiva, un espacio ilusorio, como ocurre, por ejemplo, en la cripta de Santa María de Sos del Rey Católico con la banda en zig-zag que separa el arranque de la bóveda central.
               Igual que no existe el espacio de lo circunstancial tampoco los seres representados están sujetos al tiempo. En las pinturas románicas todos los seres han sido concebidos para vivir desde y para siempre, o sea, en el discurrir de un tiempo simbólico que se inicia con la creación del mundo y acaba con el Juicio Final. Sin embargo, el desarrollo narrativo de las escenas representadas en determinadas circunstancias implica la consideración de un tiempo histórico, el del acontecer. En ocasiones el artista dispone en un mismo espacio dos o más escenas cronológicamente sucesivas, como vemos en el ábside central de la cripta en Sos del Rey Católico, donde en el registro central se suceden, de izquierda a derecha, escenas de Nuestro Señor: Anunciación, Nacimiento, Epifanía, Resurrección, Ascensión y la venida del Espíritu Santo. En otros casos, en una única representación se fusionan narraciones que en las fuentes literarias se presentan de manera diferenciada.
             La pintura románica se caracteriza por el escaso estudio de la naturaleza que revelan sus figuras, por la seriedad y uniformidad de los rostros en la forma humana, por la simétrica plegadura de los paños, por las violentas actitudes que se dan a los personajes al representar una escena y el rígido hieratismo cuando las figuras no han de expresar acciones, por sus contornos demasiado firmes o acentuados y, en fin, por la falta de perspectiva que ofrece la composición en conjunto.

               En la época románica un principio que está presente en la práctica de los artistas es que para una adecuada composición artística se precisa de la geometría y de su instrumento: el compás. El monje benedictino del siglo XII Teófilo, autor del recetario De Diversus Artibus, un tratado sobre las distintas manifestaciones artísticas del arte románico, en su libro primero, dedicado a la pintura, explica con todo detalle, entre otras técnicas, las normas que un buen pintor debe conocer, donde leemos:  “lo primero que debe hacer un pintor que quiera trabajar sobre un muro es igualar la superficie y después coger un compás, amarrar a cada pata de éste un palo de madera para alargarla tanto como el pintor precise y en el extremo de cada una de las patas atar el pincel que dibujará los nimbos de los personajes y señalará todas las medidas que sean necesarias para el cumplimiento del encargo[1]
                En el románico, la técnica básica de pintura utilizada era la del fresco, si bien son muchos los murales donde la técnica empleada es mixta, que combina el fresco, el temple y la pintura disuelta con un medio graso, normalmente aceite. Pero antes de pintar había que preparar la superficie de trabajo. La preparación del muro para este tipo de trabajo sólo requería dos materiales: cal y arena. Mezclando estos dos componentes en la proporción conveniente se elabora una argamasa con agua que, después de reposar algunos días, se extiende sobre la superficie a pintar. En el momento de pintar, la primera capa se recubre con otra imprimación de la misma mezcla, pero esta vez la arena debe ser más fina y la cal menos viva.  Entonces, y antes de que se secara, se podía pintar. Sólo se puede pintar cuando el enlucido está fresco, por lo que la técnica exige un proceso muy rápido que se compensaba preparando únicamente la parte de la superficie que podía ser acabada en una jornada de trabajo. Una vez dispuesta la superficie se extendía un color, por lo común claro y, sobre éste, se trazaba la sinopia, o lo que es lo mismo, se hacía el dibujo de lo que se iba a pintar, realizándolo con trazos negros que perfilaban o dibujaban las líneas fundamentales de las figuras, su contorno y los motivos decorativos; el acabado se realizaba a continuación, actuando siempre desde los motivos generales, es decir, el fondo, los ropajes, etc…, hasta los detalles. Trabajando de esta forma, al secarse la pintura, la superficie pintada adquiría gran dureza y resistencia.
                Los colores utilizados eran, por lo común, producto de tierras naturales y debían ser preparados por los mismos pintores que tenían que molerlos, mezclarlos con agua, molerlos de nuevo y guardarlos húmedos para que pudieran ser empleados en el momento oportuno. La paleta del pintor románico es necesariamente brillante y luminosa, y juega con el principio de la oposición cromática, es decir, la armonía que se produce a través de pares de colores, pues hay que tener en cuenta que el interior de los templos estaba poco iluminado, por lo que había que utilizar colores intensos y llamativos. En el caso de la cripta de Sos el rojo y azul son los colores predominantes en todas las pinturas murales del templo.
                Poco a poco, en el siglo XIII, el arte románico fue cediendo terreno ante las novedades góticas que procedían de tierras nórdicas. En este período de transición al gótico se percibe una relajación en la jerarquía compositiva e iconográfica, apareciendo algunos santos, que hasta ahora sólo aparecían en los registros intermedios de los ábsides o en las paredes laterales, en el cuarto de esfera absidal, como de nuevo sucede en la cripta de Santa María del del Perdón en Sos del Rey Católico, pues no hay que olvidar que las pinturas murales de esta cripta pertenecen a la llamada pintura francogótica o lineal y están datadas en torno a la primera mitad del siglo XIV, aunque para Abad Ríos son algo más tardías, pero todavía conservan muchas técnicas compositivas, artísticas, cromáticas y pictóricas del románico puro.(para conocer mas)



[1] Theophilus Presbyter. De diversis artibus




BIBLIOGRAFÍA

-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. “Las pinturas murales de San Esteban de Sos del Rey Católico”. Archivo Español del Arte XLIV, nº 173, pp. 17-47. Madrid, 1971.
-LACARRA DUCAY, Mª CARMEN. Pinturas murales góticas en las iglesias de Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 2016.
-RIPALDA GABÁS, CARLOS. Los tesoros ocultos de la Valdonsella. Doce Robles. Zaragoza, 2016.
-THEOPHILUS PRESBYTER. De diversis artibus: seu Diversarum Artium Schedula (Edición bilingüe en latín e inglés de HENDRIE, Robert, (1987). Ann Arbor (xerocopia de la edición de Londres, 1847).
-Historia del Arte Español. T. IV: La época de los monasterios. Planeta. Barcelona, 1995.

lunes, 5 de agosto de 2019

IRENE ALMÁRCEGUI, UNA ARTISTA DEL DIBUJO


Irene Almárcegui en la exposición de la feria de Artesanía de Sos

                   A Sos del Rey Católico, pueblo medieval que desborda arte por los cuatro costados, no podían faltarle artistas.
                   Pintores, dibujantes, escritores, miniaturistas, escultores, actores, músicos y todo tipo de artesanos, tanto profesionales como aficionados, forman una larga lista de artistas entre su pequeña población de habitantes.
               En otras entradas del blog ya hemos hablado de algunos de ellos; esta vez nos centramos en el nacimiento de una nueva artista local en el mundo de las artes plásticas con un futuro prometedor: Irene Almárcegui.
             Esta sosiense, con tan sólo 23 años de edad, es una verdadera artífice del dibujo y la acuarela. Realizó bachiller artístico en Pamplona y actualmente estudia arquitectura en la universidad de Zaragoza, lo que hace indudable pensar que por su cuerpo corre la llamada “vena artística”.

              

Ábsides de la iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico.
Dibujo de Irene Almárcegui.
Dibujos de Sos del Rey Católico,
por Irene Almárcegui

  
                 Con tan sólo un “grafo” y un trozo de papel es capaz de realizar espectaculares dibujos. Dibujos a lápiz, carboncillo, rotulador, acuarelas e incluso pastel forman parte de sus minuciosas y detalladas obras de arte. Con firme pulso pero con soltura, fluidez de trazo, extrema habilidad con el grafo y una depurada técnica, plasma en el papel, con extremada rapidez, destreza y con todo detalle, cualquier paisaje o rincón de la villa de Sos, como hemos podido comprobar en la feria de artesanía celebrada en Sos los días 3 y 4 de agosto, donde Irene deleitó con su arte a los visitantes de la feria y donde pudimos admirar parte de sus creaciones artísticas.
               







Irene manejando con destreza el"grafo"




             Irene Almárcegui, una artista sosiense a quien felicitamos por sus obras y a la que deseamos y vaticinamos un gran futuro lleno de éxitos tanto en su devenir artístico como profesional.


Exposición de dibujos de Irene Almárcegui. Feria de artesanía de Sos del Rey Católico. (3 y 4 de Agosto 2019)