7 de septiembre de 1877
El joven
sacerdote Wenceslao Sendoa, dirigíase el viernes 7 de septiembre al caserío de Sofuentes para
hacer noche allí y decir misa al día siguiente cuando, a la mitad del camino,
sobre las dos y media de la tarde, le asaltaron dos hombres armados, vendáronle
los ojos y lo llevaron a un espeso monte llamado Valdoscura, donde existe una
cueva, en la que lo tuvieron un rato. Por extraviados caminos lo condujeron a
un corral desde el que enviaron un muchacho con una carta que le hicieron escribir
a D. Wenceslao para sus padres, reclamándoles una gruesa cantidad.
Apercibidas las
autoridades y el vecindario, organizó el alcalde una fuerza compuesta de la
Guardia Civil y algunos vecinos armados, y a pesar de la noche tempestuosa que
hacía, lograron que los secuestradores, temerosos de la persecución de que eran
objeto, pusieran en libertad al cautivo, aunque las autoridades no consiguieron
atrapar a los secuestradores.(Diario "El Siglo Futuro", 11/09/1877)
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