Las plagas de langostas son un devastador
desastre natural. A lo largo de la historia, y casi por todo el mundo, plagas
de estos insectos han arrasado y arruinado las cosechas de las zonas por las que pasaban. Y desgraciadamente todavía
continúan existiendo estos feroces ataques a la agricultura por parte de estos
voraces insectos, sobre todo en algunas regiones de Africa.
Generalmente
el comportamiento de la langosta suele ser solitario, pero en algunas especies
migratorias y en determinados períodos, tienden a reunirse en elevado número,
sobre todo si determinadas condiciones meteorológicas les son favorables y las langostas empiezan
a reproducirse y a multiplicarse, formando un devastador enjambre capaz de invadir y arrasar cientos de miles de hectáreas.
No se sabe con certeza cuántas de estas plagas ha sufrido la comarca Sos, pero existe constancia de, al menos, dos de ellas: una en el siglo XV y otra en el año 1782[1].
Actualmente se realizan tratamientos preventivos, tanto con medios terrestres como aéreos, con productos fitosanitarios en aquellas zonas de las Cinco Villas que son más proclives a sufrir estas plagas, como son Tauste, Castejón de Valdejasa, Villanueva de Gállego y Zuera, para de este modo, evitar su formación y posterior expansión.
Actualmente se realizan tratamientos preventivos, tanto con medios terrestres como aéreos, con productos fitosanitarios en aquellas zonas de las Cinco Villas que son más proclives a sufrir estas plagas, como son Tauste, Castejón de Valdejasa, Villanueva de Gállego y Zuera, para de este modo, evitar su formación y posterior expansión.
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