Antiguamente, en todos los pueblos de la Valdonsella ponían las
imágenes de los santos a las orillas de los ríos con objeto de que
intercedieran para evitar la crecida de los mismos y las inundaciones de los
campos sembrados.
El dicho popular de “Santa Ana
mengüete...”con que suele zaherirse a los de Tudela, obedece a un suceso de
esta índole ocurrido hace bastantes años.
Con motivo de una avenida de las más
alarmantes del Ebro, el Regimiento y el Cabildo tudelanos acordaron, como era
costumbre, sacar en rogativa la imagen de Santa Ana a la entrada del puente. Y
mientras la muchedumbre imploraba a la divina imagen el descenso de las
embravecidas aguas, un agricultor “mucho bruto” clamó con gran vozarrón que
oyeron todos: -¡Santa Ana, mengüete; si no,
capucete! (o mengua el Ebro o te damos un chapuzón)
Otras
veces las rogativas se hacían para pedir lluvia en
tiempo de sequía. Cuenta la tradición que hace años hubo una gran sequía en
Sos, y las tierras de monte o de secano, estaban hechas una lástima. El Párroco
decidió sacar en rogativa a San Isidro Labrador, y al llegar al lugar convenido
y colocar la imagen de espaldas al secano y de cara al regadío del pueblo, un
agricultor, tan bruto como el de Tudela, exclamó dirigiéndose a los que
portaban en andas al santo: (leer con acento aragonés) “-¡Moñoooo!
¡Volverlo pal otro lau; a ver si se avergüenza del campo que tiene!”
En Sos, a la Vírgen de Valentuñana se la
considera “abogada contra la sequía”, como así lo recoge una coplilla popular:
¿Qué es aquello que reluce
encima de la Custodia ?,
que va
por agua a la gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario