La portada de los templos
románicos simboliza la “puerta del cielo”. Es la frontera entre el mundo
profano, de lo cotidiano, de lo pecaminoso y el sagrado, el divino, el de la
revelación. Una antesala o lugar de
penitencia donde se conmina a los fieles, antes de traspasar la puerta, a purificarse. Es el lugar que encamina a las ovejas hacia el
pasto de la Salvación, como ya dijo Jesús: “Yo
soy la puerta por la que deben entrar las ovejas….Todo el que entre en el redil
por esta puerta, estará a salvo,…” (Juan 10, 7)
El hombre, antes de entrar en el
redil, debe hacer acto de contricción, quedarse limpio de sus vicios y sentirse
afligido por haber ofendido a Cristo. La puerta sólo deben atravesarla aquellos
que se sientan culpables de sus pecados. Este mensaje fue representado
magistralmente en el románico a través de inscripciones, esculturas y relieves.
Una inscripción en el dintel de la puerta de la iglesia de Santa María de Santa
Cruz de la Serós así nos lo recuerda: “corrige
te primun valeas quo poscere Christum” (corrígete primero, para que tengas
fuerzas para pedir a Cristo)
Además, por ser precisamente la
puerta el lugar de entrada al ámbito celestial, había que protegerlo también de
todo mal exterior. Para ello, los artífices constructores, por medio de la
escultura, la protegían con animales o monstruos, devorando incluso a hombres y
mujeres impuros.
Estatuas-columna del pórtico de San Esteban |
Entre las numerosas figuras que
pueden formar parte de una portada románica profusamente esculpida, como es la
de San Esteban de Sos, pues existen otras carentes de decoración escultórica,
cabe señalar la frecuencia con la que aparece la fauna animal, la mayoría de
las veces con intencionalidad simbólica.
Esta fauna animal, o bestiario,
se puede observar en la vida cotidiana del período románico tanto en las
fuentes escritas como en las representaciones figurativas y en los vestigios
materiales, por lo común huesos, que suelen hallarse en cualquier hábitat
humano de la época. Los animales que se reflejan en estas tres fuentes primordiales
suelen ser aquellos más frecuentes de la época, si bien, otra cosa muy distinta
es el significado de esta abundante fauna, unas veces obedeciendo a la
exigencia explícita del desarrollo narrativo o figurativo, como pueden ser la
mula y el buey de la Natividad, los caballos de los Reyes Magos, las ovejas de
los pastores en la Anunciación, etc…, otras adquiriendo un significado alegórico
obtenido de los bestiarios o las tradiciones iconográficas elegidas como
referencia que, aunque en la descripción genérica y real de los animales suelen
coincidir, sí presentan notorias y variadas divergencias en cuanto a su
interpretación alegórica[1].
El origen de los bestiarios
puede localizarse ya en obras clásicas griegas y romanas. Cayo Plinio Secundo
(Plinio el Viejo), en el siglo I, escribió la Historia Natural, donde entre los diferentes temas relativos a la
geografía, plantas, minerales, monumentos, personajes y otros aspectos referentes
a los pueblos y países que pueblan la tierra, describe también su fauna. La
obra se transmitió exitosamente de época en época, a la que se le iban
añadiendo propiedades fantásticas a una u otra especie animal. Pero la primera
obra considerada como bestiario es El
Fisiólogo, un libro griego, de autor anónimo, escrito entre los siglos II
y IV, que recoge parte de las descripciones y comentarios de Plinio, así como otros
conocimientos sobre animales de San Agustín, Heródoto, San Isidoro, Claudio
Eliano, San Ambrosio, Cayo Julio Solino, Horapollo o Aristóteles, entre otros,
atribuyendo, en muchas ocasiones, particularidades y propiedades fantásticas a
los animales, con significados simbólicos o moralizantes, creaciones del
Todopoderoso, comparaciones cristianas, etc… El libro tuvo un gran éxito y se
transmitió en varios idiomas. Las primeras versiones latinas aparecen en Europa en el
siglo V, pero su gran popularidad se desarrolló a lo largo de toda la Edad
Media, sobre todo a partir del siglo XII, siendo
“fundamentalmente un libro simbólico, al modo de la mentalidad medieval, en el
que todo está puesto al servicio y gloria de Dios”[2] Es
por esto que los artífices escultóricos del románico se inspiraron en él para
sus creaciones artísticas, representando a través de los animales los valores,
conductas y vicios humanos, unos al servicio del mal, del pecado y del demonio
y otros representando el bien, las virtudes humanas y el ejemplo a seguir para
conseguir la salvación del alma. De este modo, la inmensa variedad de especies
animales reflejan los diversos tipos y comportamientos humanos. Al igual que
los hombres, unos son temidos y otros adorados.
En las iglesias románicas las representaciones
escultóricas de las virtudes y los vicios son las que van a tener mayor
presencia. Fe, esperanza, caridad, prudencia, fortaleza, templanza, humildad, obediencia,
castidad, perseverancia, dulzura, paciencia, concordia, fidelidad, etc…, virtudes
representadas por un extenso bestiario, se les oponen, sometidos, una larga
lista de vicios escenificados de modo dramático: idolatría, desesperación, avaricia,
locura, injusticia, fraude, mentira, gula, intemperancia, lujuria (uno de los vicios más representados), orgullo,
soberbia, rebeldía, inconstancia, cólera, discordia, ira, envidia, pereza, odio…
Pero
también existen animales híbridos y monstruos, a menudo en representación de
complejos retos psicológicos; por ejemplo, “matar al dragón” simboliza el
triunfo del bien sobre el mal, o de la victoria sobre nuestros demonios
internos.
En la portada de la iglesia de
San Esteban de Sos del Rey Católico existe un bestiario de lo más variado,
ubicado especialmente en las arquivoltas que forman el pórtico.
Lamentablemente, el deteriorado estado en el que se encuentran muchas de las
imágenes, debido a la erosión y al paso del tiempo, hacen muy difícil la
identificación de las mismas. No obstante, Loli Ibañez, en un laborioso y minucioso
estudio de observación para descubrir el bestiario del pórtico (ver aquí el bestiario y su ubicación en el pórtico), consigue identificar entre las dovelas
de las arquivoltas a monos, caballos, serpientes, leones, perros, liebres,
ovejas, bueyes, palomas o tórtolas, águilas, búhos…cuyo significado genérico
pasamos a describir a continuación, pero que no necesariamente tiene que
coincidir con la idea real del artista, pues en muchas ocasiones este
significado puede variar dependiendo del contexto y la escena en la que se
encuentra el animal, escenas que resultan muchas veces casi imposibles de
identificar debido al mencionado deterioro de la piedra.
Bestiario de la portada de San Esteban de
Sos del Rey Católico.
Aunque el sentido simbólico de
los animales que vamos a ver suelen tener varios y diferentes significados,
incluso antagónicos para un mismo animal, según se den en las diversas culturas
y religiones del mundo, vamos a ceñirnos exclusivamente a su representación y simbolismo
cristiano.
-Mono. Este animal, en el cristianismo, se asocia con el engaño, la
vanidad y la lujuria
-Caballo. Símbolo de la nobleza, rapidez, vitalidad, libertad y belleza.
También se le considera símbolo solar de iluminación espiritual, resurrección y
vida.
-Serpiente. Habitante del subsuelo y de piel mudable, es un animal
ctónico, o sea, vinculado al inframundo, asociándola al diablo, pues fue ella
quien corrompió a Eva en el Paraíso convenciéndola para probar el fruto
prohibido.
-León. Este gran mamífero puede asociarse tanto al bien como al mal;
como guardián de las puertas del cielo, símbolo de la realeza, fortaleza y
valentía o como diablo.
-Perro. Fiel compañero del hombre, significa la fidelidad y lealtad.
Un perro a los pies de una mujer simboliza estas virtudes de una buena dama
hacia su marido.
-Liebre. Por su gran capacidad reproductora se la asocia a la
fertilidad, por eso se las suele representar a los pies de las mujeres y
también, antagónicamente, simbolizan la virginidad. En ocasiones representan la
debilidad humana y el mal, pues solían acompañar a las brujas.
-Oveja. Ejemplariza la inocencia, bondad y mansedumbre.
Especialmente importante para el cristianismo, junto al cordero, como símbolo
de Cristo y del sacrificio. Si la oveja es negra representa el inconformismo,
de ahí la expresión que la asocia con el miembro independiente de una familia.
-Buey. Simboliza el trabajo, la fuerza, el sacrificio, el yugo de
Cristo.
-Paloma. Símbolo universal espiritual de la paz y el alma. En el
cristianismo simboliza también el Espíritu Santo y se asocia al bautismo.
-Tórtola. Por la fidelidad de estas aves, que no vuelven a juntarse
con otro animal de su especie tras fallecer un miembro de la pareja, son consideradas
como símbolo de amor y fidelidad en el matrimonio, nobleza y lealtad.
-Águila. Reina de las aves ligada a la victoria espiritual. Por su
elevado vuelo, representa la capacidad para elevarse sobre el mundo material
para contemplar las verdades espirituales ocultas; también representa la
cercanía a Dios y se asocia con la Ascensión.
-Búho. Como rapaz nocturna que es, está vinculado a la oscuridad,
la muerte y la brujería.
El uróboros es un animal
serpentiforme enroscado en sí mismo y que se come la cola, formando así un
círculo con su propio cuerpo, simbolizando la continuidad y la inmortalidad,
además del principio alquímico de la unión de todas las cosas, de que “todo es
uno”.
Grifo |
En la octava dovela de la
derecha de la arquivolta exterior se encuentran otra pareja de animales
fantásticos: dos basiliscos. El basilisco, o régulo, tiene un cuerpo híbrido entre
serpiente y dragón alado, con cabeza, cresta y garras de gallo. La palabra
basilisco procede del griego βασιλίσκος (basiliskos) y significa “pequeño rey”, (régulo),
haciendo referencia a una marca blanca en su cabeza en forma de corona. Está
asociado a la muerte, destrucción, la lujuria, la ira y la enfermedad. Plinio
el Viejo, en su obra Historia Natural,
lo describe como un ser que tiene la facultad de matar sólo con una simple
mirada, un ser sumamente peligroso y agresivo, de aquí la expresión popular de “ponerse hecho un basilisco”.
Es probable que en las dovelas de las arquivoltas de la portada de la iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico haya más animales que los citados, pero de nuevo la mala conservación de la piedra nos impide identificar, ni tan siquiera aproximarnos, algunas de sus figuras, totalmente devastadas y erosionadas tras el paso de los siglos.[3. Actualización]
Poco a poco, al igual que la
arquitectura románica fue dejando paso al gótico, las representaciones
alegóricas de animales plasmados en el románico, que respondían a un criterio
más o menos simbólico, tendieron a ser
más naturales en las manifestaciones del gótico.
[1] Joan
Sureda. “Operatio naturalis ex industria proficit”. Historia del Arte Español.
T. IV. La época de los monasterios, pp.410-414.
[2] Juan F.
Esteban Lorente. Tratado de iconografía,
p.366.
[3] Actualización. En el mes de junio del 2021. Loli Ibáñez editó un libro al respecto titulado "Bestiario románico en la portada de San Esteban (Sos del Rey Católico", del que nos hicimos eco en este blog (ver) , donde recoge, en un amplísimo e interesante estudio de investigación, el bestiario de la portada de la iglesia
BIBLIOGRAFÍA
-DORLING KINDERSLEY. Signos y símbolos. Círculo de Lectores.
2008.
-ESTEBAN LORENTE, JUAN FRANCISCO. Tratado de iconografía. Istmo. Madrid,
1991.
-MALAXECHEVERRÍA, IGNACIO. Bestiario medieval. Siruela. Madrid, 1986.
-VILLAR VIDAL, JOSÉ A. y DOCAMPO ÁLVAREZ, PILAR. "El Fisiólogo latino: versión B". Revista de literatura medieval, año 2003, nº 15/2, pp. 107-158. Dpto. de Filología, Comunicación y Documentación.Universidad de Alcalá (Madrid),2003.
-Historia del Arte Español. Tomo IV. La
época de los monasterios. Editorial Planeta. Barcelona, 1995.
-La Biblia. La Casa de la Biblia. Edición popular. 3ª edición. Madrid, 1993.
En la web:
-Blog de Loli Ibañez. Ruta del Tiempo.
-Wikipedia. Bestiario
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