Caprimulgus rufficollis. Chotacabras o engañapastores, perfectamente confundido con el terreno. (Foto de Marcelino, en www.verpueblos.com. Hortiguela.Burgos) |
Con la llegada
de la primavera comienza el retorno de las primeras aves migratorias. El cielo
de Sos empieza a poblarse de golondrinas, aviones comunes y vencejos. Pero hay
otra ave que viaja con ellas y que apenas la nombramos porque no la vemos. Sabemos que existe, pero como apenas se deja ver, la ninguneamos y no le prestamos atención, siendo una
de las aves más curiosas de nuestro entorno por su peculiar comportamiento. Se
trata del caprimulgus ruficollis, más conocido como chotacabras (no confundir con chupacabras) o, vulgarmente, como “engañapastores”
No las vemos llegar de su larga
migración desde los países africanos cercanos al Golfo de Guinea porque son
aves de hábitos nocturnos y la migración la hacen durante la noche y, como
animal nocturno que es, apenas tiene actividad durante el día y, al no ser
tampoco un ave urbana, resulta muy difícil poder verla. Por pura probabilidad
estadística, las personas que pasan muchas horas en el campo y en el monte son
las que tienen más opciones de encontrarse con ellas, y estas personas son los
pastores.
El caprimulgus ruficollis es una especie de ave de la familia
caprimulgidae, de patas pequeñas y débiles, pico pequeño pero de boca enorme flanqueada de fuertes y
desarrolladas cerdas que le ayudan a atrapar los insectos cuando la abren
durante el vuelo; tienen un plumaje
críptico, es decir, con gran facilidad para camuflarse y mimetizarse con el
terreno, de tonos pardos, castaños y grisáceos con veteados blancos y negros, muy parecido
a las hojas secas del suelo o a la corteza de un árbol. Durante el día reposa
en el suelo, sin moverse, con los ojos cerrados o semicerrados, confiado en su
excelente camuflaje para hacer frente a los depredadores, y es al anochecer y
durante la noche cuando inicia su actividad, consiguiendo un vuelo muy rápido y
ágil con sus largas alas y cola, como los vencejos pero más grandes en
envergadura, a la vez que silencioso, como si de una rapaz nocturna se tratara.
La enorme boca del chotacabras le sirve para capturar insectos mientras vuela con la boca abierta.(infoHuevar) |
El canto del macho viene a ser como un contínuo croar, muy parecido al traqueteo constante del motor de un camión.Aunque personalmente todavía no he visto ningún chotacabras sí he oído su característico "motor en marcha" en las proximidades del convento de Valentuñana. El canto para llamar la atención de la hembra es distinto y se asemeja a un silvido terminado en una nota de su característico "croar".
El chotacabras no utiliza ningún
material para construir su nido, simplemente hace la puesta directamente en el
suelo, generalmente dos huevos, cuya cáscara posee un color muy críptico
confundiéndose fácilmente con guijarros, y muy similar al terreno, por eso la
puesta siempre la realiza junto a hojas
secas o algún trozo de madera, que servirán también de camuflaje para los
futuros polluelos.
Lo más curioso y significativo
de esta ave es su mecanismo de defensa ante una seria amenaza contra su nido o
sus polluelos, lo que le ha servido para ganarse con todo merecimiento el
sobrenombre de engañapastores.
Ya hemos visto cómo el chotacabras pasa el día tumbado en el suelo confiando en su excelente camuflaje, y así permanecerá inmóvil hasta que una persona o cualquier otro animal esté justamente encima de él, entonces levantará el vuelo y se marchará. Tanta es la confianza que tiene en su mimetismo que esperará hasta el último segundo para huir y, es verdad, es imposible distinguirlo cuando está inmóvil entre los guijarros, palos secos y hojarasca. Pero cuando está cuidando de su puesta de huevos o de los polluelos el comportamiento es distinto. Antes de aproximarnos a él tanto como nos hubiera dejado si no tuviera nidada, levantará el vuelo y, con unos movimientos aparentemente torpes en el volar, como si estuviera enfermo, o herido en un ala, se desplazará unos metros, distanciándose de nosotros, y volverá a posarse en el suelo aparentando ser una caída; al acercarnos de nuevo volverá a hacer la misma maniobra: levantará el vuelo no más de un metro del suelo, con movimientos torpes y volviendo a caer, y así cuantas veces nos aproximemos a él, habiéndonos desplazado del lugar de la nidada lo suficiente como para que ésta se encuentre a salvo. Este “engaño” es la forma que tienen los chotacabras de defender sus polluelos ante una amenaza y, como en el campo, debido a su trabajo, son los pastores quienes pasan la mayor parte del tiempo, y los que más han sufrido este hábil engaño, popularmente se añadió al animal el sobrenombre de “engañapastores”
Ya hemos visto cómo el chotacabras pasa el día tumbado en el suelo confiando en su excelente camuflaje, y así permanecerá inmóvil hasta que una persona o cualquier otro animal esté justamente encima de él, entonces levantará el vuelo y se marchará. Tanta es la confianza que tiene en su mimetismo que esperará hasta el último segundo para huir y, es verdad, es imposible distinguirlo cuando está inmóvil entre los guijarros, palos secos y hojarasca. Pero cuando está cuidando de su puesta de huevos o de los polluelos el comportamiento es distinto. Antes de aproximarnos a él tanto como nos hubiera dejado si no tuviera nidada, levantará el vuelo y, con unos movimientos aparentemente torpes en el volar, como si estuviera enfermo, o herido en un ala, se desplazará unos metros, distanciándose de nosotros, y volverá a posarse en el suelo aparentando ser una caída; al acercarnos de nuevo volverá a hacer la misma maniobra: levantará el vuelo no más de un metro del suelo, con movimientos torpes y volviendo a caer, y así cuantas veces nos aproximemos a él, habiéndonos desplazado del lugar de la nidada lo suficiente como para que ésta se encuentre a salvo. Este “engaño” es la forma que tienen los chotacabras de defender sus polluelos ante una amenaza y, como en el campo, debido a su trabajo, son los pastores quienes pasan la mayor parte del tiempo, y los que más han sufrido este hábil engaño, popularmente se añadió al animal el sobrenombre de “engañapastores”
Es significativo también el
engaño al que son sometidos los perros del pastor o de los cazadores, llegando
éstos a desatender totalmente sus labores de pastoreo o de caza ante el inútil intento de cazar al chotacabras.
Esta es la verdadera razón del
porqué a estas aves se las llama “engañapastores”, pero la tradición popular,
esa que cuenta que “dicen que…”, “en cierta ocasión…” etc..., donde la imaginación
y la exageración de los acontecimientos hacen que una historia, real o no, se convierta
en leyenda, hace que en otros lugares de la geografía española el mismo suceso
se narre de forma distinta, aunque en el fondo, el resultado final sea el
mismo. Es lo que sucede, por ejemplo, en Fuencalderas, localidad también
cincovillesa, no muy distante de Sos, donde el significado del
“engañapastores”, según la tradición popular, se debe a que en cierta ocasión
un pastor se disponía a comer migas, y mientras las estaba cortando vino a
posarse en su rodilla el pájaro; el pastor quiso darle un pinchazo con su
cuchillo, pero engañado por el ave por el característico movimiento de vaivén
que tiene al posarse, se lo clavó él mismo en la pierna[1]. Además, tanto en Fuencalderas como en otras localidades de la geografía española, atribuyen el sobrenombre de "engañapastores" a un ave distinta: la motacilla alba (lavandera blanca)
Los ojos del chotacabras son grandes para facilitarle la visión nocturna (Foto:InfoHuévar. infohuevar.es. 20/09/2014) |
[1]
Arbués Possat, José. Tradiciones,
costumbres y lengua en Fuencalderas. P. 122. Quadernos Jean-Joseph
Saroïhandy. Prensas Universitarias de Zaragoza y Xordica Editorial.
BIBLIOGRAFÍA
-ARBUÉS POSSAT, JOSÉ. Tradiciones,
costumbres y lengua en Fuencalderas. Quadernos Jean-Joseph Saroïhandy.
Prensas Universitarias de Zaragoza y Xordica Editorial. Zaragoza, 2012.
En la web:
-Wikipedia. El engañapastores
He estado esta mañana cuidando de este bello pájaro hasta verlo partir. Anoche lo encontré dentro de casa, los ventanales son amplios, debió entrar por ahí. Lo mantuve en una cajita y lo he liberado temprano. Pude observarlo largo y tendido. Ahora sé que pájaro era. Por cierto,tambien sufrí su engaño. Muchas gracias por la información.
ResponderEliminarMuchas gracias a tí. Me alegro que te haya gustado. Un saludo
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