El estado de la población se mide mediante censos. No podemos hablar de
censos de población en Aragón hasta la segunda mitad del siglo XVIII, pero
antes de estas fechas existen distintos recuentos de la población cuya
finalidad era el pago de impuestos y contribuciones, que sólo recogen el
volumen de la población, pero no sus características. Lo primero que llama la
atención al ver los antiguos censos son las diferentes formas de cuantificar la
población: maravedíes, fuegos, vecinos, casas, personas de comunión, almas,
habitantes...
El maravedí era una moneda medieval; en la Edad Media se
realizaron muchos monedajes que indican el monto de lo recaudado o recaudable.
La primera noticia que tenemos de un monedaje, según las fuentes disponibles,
data de 1309 y hace referencia al conto de la recaudación del monedaje en el
merinado de Ejea que el monarca encargó a Juan Palacín[1].
La suma total obtenida fue de 1044 morabetinos, seis sueldos y seis dineros
jaqueses, que convertidos en sueldos suponen un total de 7314 sueldos y seis
dineros. Este monedaje resulta difícil de interpretar, ya que no se tiene la
certeza absoluta de las poblaciones sobre las que se procedió a la recaudación,
además aparecen sólamente la lista de los que pagaron, quedando fuera de la
misma los pobres, aquellos cuya fortuna no superaba los 70 sueldos[2],
los exentos de pago (clérigos, ricos hombres, caballeros e infanzones) y la
comunidad judía, ya que en el año 1302 Jaime II concedió la exención del
tributo del monedaje a todas las aljamas del reino de Aragón; por todo ello
resulta muy difícil hacer una estimación de la población real, teniendo que
esperar hasta 1495 para tener datos concretos de la población de Sos.
No obstante, en el archivo municipal de Jaca existe un documento
de 1358 en el que aparecen censados 212 personas en Sos[3],
según un albarán de 172 sueldos y tres dineros entregados a Aznar Allamán,
notario y vecino de Jaca, como recaudador de los jurados de Jaca del sueldo de
los hombres de Sádaba de los meses de mayo, junio y julio, teniendo que pagar
cada persona nueve dineros, miaylla et
puyessa[4]. Estos datos no son del todo fiables
puesto que no aparece en el documento las cláusulas de los contribuyentes: si
son fuegos, personas mayores de edad, hombres o mujeres, si este pago era
aplicado sólo a los que tuvieran un patrimonio superior a una cantidad similar
a la de los monedajes, etc...[5]
En el siglo XV el fogage de 1405 revela una población en Sos
de 80 fuegos, de los cuales 14 eran de judíos, no apareciendo aquí los hogares
de los infanzones, aunque estos debieron ser escasos.
La unidad
habitual en la que se recogen los resultados de los censos es el fuego, palabra proveniente de fogar = hogar. Según las Cortes de
Tarazona de 1495, formaban un fuego “todas
aquellas personas que habitan en una casa y tomen la despensa de un superior o pater familias continuamente en dicha
casa, lo que ha de jurar el superior o pater
familias”
El fuego tiene un valor medio dado en
individuos que presenta grandes variaciones según épocas y lugares, siendo por
lo regular de 4 a
6 habitantes, normalmente 5 o 4´5 personas por fuego. En momentos de paz y
prosperidad económica era superior a las épocas posteriores a las guerras o las
pestes. Igualmente era distinto en el medio rural y en el medio urbano, ya que
el primero estaba más necesitado de mano de obra en el campo. Es por esto que
la población real sólo puede aproximarse, ya que se ha multiplicado cada unidad
familiar por 4, 4´5 ó 5 miembros, por lo que la credibilidad de estos censos
presenta dudas más que razonables.
Posteriormente se usó el término vecino para designar a los
cabezas de familia. No es hasta el siglo XIX en que, de modo más práctico y
exacto para nosotros, se comienza a hablar de almas o habitantes.
En 1495, como antes dije, se realizó un fogaje ordenado por
el rey Fernando el Católico, que tuvo el acierto político de interesarse por
conocer el estado de la economía de su Reino, de su ejército, de sus
instituciones, etc., y en especial por conocer cuantitativa y cualitativamente
la población de Aragón. Fruto de este interés, y con el objetivo de formar y
pagar un ejército que le permitiera defenderse de sus enemigos, constituyó y
presidió en la iglesia de la
Magdalena de Tarazona, el 20 de agosto de 1495, las conocidas
Cortes de Tarazona. Un objetivo principal de estas Cortes fue comunicar a los
aragoneses la necesidad de armas y jinetes y de su contribución económica para
mantenerlos. Por ello, y para hacer un reparto equilibrado de las sisas impuestas en todo el Reino, era
fundamental conocer el número de fuegos
de cada uno de los lugares de éste, recogidos en las doce sobrecollidas en que se dividió Aragón a efectos de hacer un censo
o fogaje que en dichas cortes mandó
hacer el rey. Así, las villas o lugares con 100 o más fuegos pagarían a razón de 22 sueldos por fuego y los que tuvieran menos de 100 fuegos a razón de 16 sueldos por fuego. Con los objetivos de conocer el número de vecinos de Aragón
y la cuantía de su posible ayuda económica al Rey, se gestó el documento
conservado en la Diputación Provincial de Zaragoza que hoy conocemos como Fogaje o Censo de Aragón de 1495. En
dicho fogaje figura que la población
de Sos pagó 2728 sueldos por 124 fogages.
Si hacemos la conversión de fogajes a
habitantes sale una aproximación de 558 habitantes.
Posteriormente, el siglo XVIII, se realizaron otros censos,
siendo el del ministro de Floridablanca de 1787 el más fiable, pues recoge
datos por edades, estado civil, sexo, ocupación de la población activa, además
de ser el primero cuyos resultados vienen recogidos por habitantes y no por
vecinos. En éste, la población de Sos contaba con 2448 habitantes. En 1797 Dn.
Manuel Godoy realizó otro fogaje, que no censo de población como el de
Floridablanca, publicando sus datos en 1801 y donde aparece Sos con 591 vecinos
(cabezas de familia) Si volvemos a realizar la conversión a habitantes nos resulta
un censo de 2.659 almas. De estos datos deducimos que la población de Sos,
durante tres siglos consecutivos (del s, XVI al XVIII) registró un crecimiento
progresivo e ininterrumpido de población, al igual que el resto de la población
aragonesa, con una tasa superior a la media nacional[6].
En el siglo XIX la población sufrió diversos altibajos coincidiendo, poco más o
menos, con diversas coyunturas, íntimamente ligadas al trasfondo histórico y
económico de la zona.
Pascual Madoz, en su diccionario geográfico estadístico
histórico de 1845 comenta que dentro de los muros de Sos había 495 casas
(fuegos).
En 1856 se crea la Comisión de Estadística del Reino. El General
Narváez, presidente del Consejo de Ministros de Isabel II, firmó un Decreto por
el que se creaba la formación de la Estadística General
del Reino, que el 21 de abril de 1857 pasó a denominarse Junta de Estadística,
siendo su primer trabajo la elaboración del Censo de Población. Con
posterioridad, en 1945, se creó el INE, con la misión de elaborar y
perfeccionar las estadísticas demográficas, económicas y sociales ya
existentes.
[1]
A.C.A., Real Patrimonio, Maestre Racional, 624, ff. 156v-157.
[2] En el
monedaje debían contribuir las personas que disfrutasen de un patrimonio
superior a 70 sueldos
[3]
A.M.J., caja 24.
[4] López
Pérez, C. Mª. Jaca. Documentos
municipales (1269-1400). Fuentes Históricas Aragonesas, 22. I.F.C.
(C.S.I.C). Zaragoza, 1995, pp.74-75.
[5]
Abellá Samitier, J. Sos en la
Baja Edad Media, p. 44. I.F.C.
(C.S.I.C.), Zaragoza, 2012.
[6]
Guitart Aparicio, C. El paisaje urbano en
las poblaciones aragonesas, p, 33. Cuadernos de Aragón nº 40.Zaragoza,
1979.
BIBLIOGRAFIA
-Abellá Samitier, Juan. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. (C.S.I.C.). Zaragoza, 2012.
-Guitart Aparicio, Cristóbal. El paisaje urbano en las poblaciones aragonesas. Cuadernos de Zaragoza nº 40. Ayuntamiento de Zaragoza, 1979.
-López Pérez, C.Mª. Jaca. Documentos municipales (1269-1400) Fuentes históricas aragonesas, 22. I.F.C. (C.S.I.C) Zaragoza, 1995.
-Madoz, Pascual. Diccionario Geográfico Estadístico Histórico. 1845-1850. Edición facsímil. D.G.A. Valladolid, 1985.
-Piedrafita Pérez, Elena. Las Cinco Villas en la Edad Media (siglos XI-XIII) Sistemas de repoblación y ocupación del espacio. I.F.C. Zaragoza, 2000. Aragón en la Edad Media , siglo XII. Universidad de Zaragoza. Año 1995.
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