domingo, 8 de diciembre de 2019

EL ESCUDO DE LOS REYES CATÓLICOS



El escudo de los Reyes Católicos puede considerarse como el primer Escudo de España.
Recordando la historia, los emblemas heráldicos nacieron a mediados del siglo XII, cuando en los campos de batalla, caballeros y combatientes, protegidos con yelmos y mallas, apenas reconocibles, pintaban con vivos colores y decoraban sus escudos con dibujos y marcas personales para poder ser identificados y diferenciarse entre los combatientes. Esta moda, pronto se extendió a todos los sectores sociales y plasmado en todo tipo de soportes: vestidos, calzados, escudos, estandartes, guantes…, y en muy poco tiempo se perfeccionó y desarrolló hasta conformar un sistema emblemático heráldico personal y familiar; toda familia, prácticamente, e independientemente de su status social, tenía su emblema personal, de carácter fundamentalmente ornamental.
Pero estos emblemas personales pronto adquirieron un significado de identidad propia, como imagen o representación de su titular, que entre las clases más poderosas, autoridades y reyes en particular, tomarían mucha más fuerza, hasta el punto de identificar el emblema del monarca con su propia presencia y castigar con el destierro, e incluso la muerte, a todo aquel que no honrase su emblema aun cuando él no estuviera presente. Alfonso X, en las Siete Partidas, lo recuerda en la ley  de “Cómo el pueblo debe honrar al rey de fecho”: “…porque también la imagen del rey, como su sello en que está su figura, et la señal que trae otrosi en sus armas et en su moneda, et en su carta en que se emienta su nombre, que todas estas cosas deben ser mucho honradas, porque son en su remembranza do él non esta.[…] et debe haber tal pena que si la deshonra tañiese á la persona del rey, et el que la feciese fuese home honrado, que debe ser echado de la tierra para siempre et perder lo que el rey toviere, et si fuere home de menor guisa debe morir por ello”[1]
Los emblemas heráldicos, además de señales de identificación personal,  pronto adquirieron también, entre la realeza y las altas jerarquías sociales, sobre todo donde existían estructuras de régimen feudal,  un sentido territorial y jurisdiccional, llegando a representar un espacio geográfico-político y pasando a ser, junto a la condición de armas de linaje, armas de dignidad, o sea, de representación de la autoridad regia como cabeza del reino.
Con Jaime I (1213-1276), el emblema heráldico comenzará a ser conocido como “signum regium” o “señal real”, y así continuó con los sucesivos monarcas. Tanto es así que en 1412, tras el cambio dinástico trastámara con Fernando I, el “signum regium”, en vez de ser descartado por ser identificativo de otro linaje distinto, perdurará como blasón identitario y propio del soberano aragonés[2].
El rey Pedro IV fue quien empezó a emplear un escudo partido de Aragón y Sicilia, cuartelado en aspa, significando de este modo su vinculación con el territorio. A partir de entonces, “todos los monarcas aragoneses portarán como armas ya un partido de Aragón y el cuartelado en aspa de Sicilia, con el que indefectiblemente serán representadas las armas originales del rey de Aragón en lo sucesivo”[3].
Escudo Reyes Católicos.1475-1492

El proceso evolutivo del escudo de los Reyes Católicos, el primer escudo real, nació en Segovia. El 15 de enero de 1475, tras el no fácil acceso al trono de la reina Isabel, se firmó el Acuerdo de Segovia, donde se arbitró la sentencia relativa a las atribuciones de Fernando e Isabel, y en ella se estipuló que en heráldica, las armas de Castilla y León tendrían precedencia sobre las de Sicilia y la Corona de Aragón.
 El escudo de armas de los Reyes Católicos se utilizó desde el año 1475 hasta el 1516 (año del fallecimiento del rey Fernando), si bien, en este período, no fue siempre igual, pues se iban añadiendo emblemas al escudo a la vez que la monarquía iba conquistando territorios, quedando representadas en él todas sus soberanías hasta la fecha de su fallecimiento: la Corona Castellano-Leonesa y la Corona de Aragón.
De esta forma, en un principio, el escudo estaba cuartelado, constituido por un contracuartelado de las Armas de los Reinos de Castilla y León en el primer y cuarto cuartel (que en heráldica son los más importantes, los cuarteles de honor, dando precedencia a los territorios de Isabel, según lo pactado en Segovia, sobre los de Fernando) y las de la Corona de Aragón y Sicilia en sendos cuartelados partidos segundo y tercero.

                1492-1504

A partir de la conquista de Granada (1492), incorporan también el escudo de armas de este Reino en la parte inferior.
En 1504, desaparece en el segundo cuartel el de Sicilia, que se encuentra repetido en el tercer cuartel, y se incorporan las armas del Reino de Nápoles, con los emblemas de Hungría y Jerusalén; y finalmente, en 1513, las de Navarra, también en el segundo cuartel que, habiendo previsto agregar Navarra a la Corona de Aragón, explica el hecho que figure partido, en su parte inferior, con las barras del escudo del Reino de Aragón.

                       1504-1513

1513-1516


















Todo el conjunto está franqueado con el águila nimbada de San Juan sosteniendo con sus garras el blasón regio, representando a San Juan Evangelista, al que la reina Isabel profesaba gran devoción. En la parte inferior, fuera de las armas heráldicas, a modo de significación añadida, las dos divisas personales de Fernando e Isabel: en la parte izquierda el de Fernando, el yugo con el nudo gordiano y con el lema “tanto monta”, y en la derecha el de Isabel con el haz de flechas paralelas. Las flechas y el yugo de los Reyes Católicos se mostraron siempre juntos pero nunca unidos. Estas divisas tienen un carácter estrictamente personal y no hereditario
Con posterioridad, el escudo de los Reyes Católicos sufriría más cambios con Carlos I, Felipe II y los sucesivos monarcas.

ARMAS de los diferentes Reinos en el escudo de los Reyes Católicos

Armas de Castilla: De gules, y un castillo de oro almenado con tres torres de homenaje con tres almenas cada una, siendo más grande la torre central, mamposteado de sable y aclarado de azur.
Armas de León: de plata y un león de púrpura, coronado de oro, lenguado y armado de lo mismo.
Armas de Aragón: De oro y cuatro palos de gules.
Armas de Sicilia: cuartelado en sotuer (aspa). 1ª y 4º de oro, cuatro pàlos de gules; 2ª y 3ª de plata, un águila de sable picada, membrada y armada de gules.
 Armas de Granada: de plata y una granada natural, rajada de gules, tallada y hojada de dos hojas de sinople
 Reino de Nápoles:
          -Armas de Jerusalén: de plata, cruz potenzada de Jerusalem, de oro, cantonada de cuatro crucetas, de oro.
           -Armas del reino de Hungría. Partido; 1º fajado de ocho piezas de gules y plata; 2º, de gules, monte de tres peñas de sinople moviente de la punta sumada de un coronel de oro del que sale una cruz patriarcal de plata. Al timbre, corona del rey San Esteban.



[1] Partida II. Tít. XIII. Ley XVIII
[2] Fatás Cabeza, G; Redondo Veintemillas, G. Blasón de Aragón. El escudo y la bandera, pp.40-100. Zaragoza, 1995.
[3] Riquer M. de. Heráldica catalana des de l´any 1150 al 1550. Barcelona, 1993. Vol.1, pp. 312-314; en referencia nº 9 en Narganes Quijano, Faustino; La emblemática de los Reyes Isabel y Fernando: Ejemplos palentinos, p.12. Palencia, 2008.








BIBLIOGRAFÍA

-ALFONSO X “EL Sabio”. Las Siete Partidas del Rey don Alfonso el Sabio, cotejadas con varios códices antiguos por la Real Academia de la Historia. T.II. Partida segunda y tercera. Imprenta Real. Madrid, 1807. Ed. Atlas. Madrid, 1972.
-FATÁS CABEZA, GUILLERRMO; REDONDO VEINTEMILLAS, GUILLERMO. Blasón de Aragón. El escudo y la bandera. D.G.A. Zaragoza, 1995
                          -MENÉNDEZ PIDAL, FAUSTINO. El escudo de armas de Navarra. Gobierno de Navarra. Pamplona, 2000.
-NARGANES QUIJANO, FAUSTINO. “La emblemática de los Reyes Isabel y Fernando: ejemplos palentinos” PITTM, 79. Palencia, 2008, pp. 7-33.
En la web:
-www.heraldicahispanica.com. La evolución del escudo de España

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