En
una entrada anterior hemos visto la posible influencia visigoda en la cripta de
Sos del Rey Católico (ver).
Que
hubo presencia visigoda en Sos del Rey Católico no hay ninguna duda; sólo hay
que ver los numerosos restos visigodos encontrados en Campo Real/Fillera
(sarcófagos, pies de altares…), estudiados por Javier Andreu Pintado, y otros[1].
En
el 711 entran los musulmanes en la Península Ibérica. A partir de entonces la
herencia visigoda y la propia existencia de los reinos cristianos estará al
albur del poder musulmán. Los cristianos que no aceptaron la nueva situación, y
no huyeron a tierras francesas o italianas, se refugiaron en las zonas montañosas
del norte, pobladas de gentes defensoras, desde hacía siglos, de su
independencia política y cultural (astures, cántabros y vascones). Así se
fueron formando los primeros reinos y condados, que con sus luchas y alianzas,
sus desavenencias y vasallajes, sus separaciones e incorporaciones,
protagonizarían los episodios del devenir histórico de los primeros siglos de
la Reconquista.
Sabemos
que ya en el siglo IX, en los territorios del norte de las Cinco Villas
existían dominios cristianos. En el siglo X, dentro de la inestable situación
política del momento, se puso de manifiesto una común voluntad de repoblar
territorios, asentar núcleos de población y avanzar las fronteras, lo que
posibilitó la incorporación de importantes contingentes mozárabes, es decir,
gentes hispánicas que, consentidas por el derecho islámico como tributarias,
habían conservado en las zonas musulmanas la religión cristiana.
Durante este siglo los cristianos se fueron consolidando tras una vasta línea de fortificaciones frente a los musulmanes. Sos, y otros núcleos de la Valdonsella, serían ocupados por cristianos que estabilizarán sus posiciones construyendo castillos pétreos para, de este modo, afianzar asentamientos poblacionales estables. Todo ello tuvo una clara repercusión en las actividades constructivas y de índole cultural de la época, dando lugar al llamado arte mozárabe, de repoblación o frontera, si bien, en los reinos de Navarra, Aragón y en los condados catalanes, a pesar de que en estos territorios se asentaron contingentes mozárabes, no se puede hablar de arte mozárabe en sentido estricto, sino de arte de la época mozárabe o, simplemente, arte prerrománico, cuyo mejor ejemplo en Navarra es el monasterio de Leire, y en Aragón el monasterio de San Juan de la Peña donde, en los primeros años del siglo IX, eremitas mozárabes se establecieron en las cuevas naturales del monte Pano.
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Sepultura antropomorfa bajo los ábsides de la iglesia de San Esteban (Sos del Rey Católico) |
Las
sepulturas antropomorfas fueron una modalidad de inhumación que los
investigadores suelen asociar a las comunidades cristianas altomedievales,
aunque su uso está demostrado que fue empleado por diferentes culturas antes de
la llegada del cristianismo.
Estas
tumbas son sepulcros excavados en
piedra y con forma humana que suelen aparecer alrededor o junto a
iglesias, templos, ermitas, castros o incluso en pequeños cerros aislados, como
en Castillo Barués(ver), siempre ligadas, según algunos investigadores, a contextos arqueológicos tardorromanos,
constituyendo las primeras necrópolis asociadas al culto cristiano y siendo muy
numerosas en Aragón, Cataluña, Castilla-León y Galicia.
Respecto a su cronología, actualmente los
investigadores no se ponen de acuerdo y las sitúan entre los siglos V-VI hasta
incluso el XV, por lo que no es posible determinar con exactitud la datación de
estas tumbas antropomorfas de Sos, si bien es conocida la costumbre visigoda de
usar este tipo de sepultura en los alrededores y cercanías de las iglesias.
Pero tampoco hay que desestimar que estas sepulturas fueran de la época altomedieval carolingia (siglos IX-X), que es cuando las iglesias y ermitas empezaron a proliferar en los asentamientos rurales de forma generalizada.
El profesor Alberto del Castillo, prestigioso investigador de las sepulturas excavadas en roca, comenta que este tipo de tumbas antropomorfas, más evolucionadas que otras existentes, pertenecen a los siglos IX-X, coincidiendo con la repoblación cristiana del norte peninsular[2].
En este contexto, la arqueología nos confirma una amplia
edificación de iglesias y capillas, construidas de piedra y mortero, repartidas
por los antiguos Condados disponiendo de tumbas antropomorfas a su alrededor,
constituyendo un modelo de enterramiento característico de este periodo[3].
Pero si estas tumbas antropomorfas excavadas en
piedra presentan dudas a los investigadores sobre su datación, existen en Sos
del Rey Católico otro tipo de tumbas de piedra, también antropomorfas, que los
expertos sí nos ofrecen una precisa datación de las mismas: los sarcófagos.
En las obras de restauración de Sos del Rey
Católico, llevadas a cabo el pasado siglo, aparecieron en la cripta varios
sarcófagos antropomorfos de piedra (hoy conservados todavía en la iglesia) cuya
datación, según los investigadores, no ofrece ninguna duda que se mueve entre
la pequeña horquilla temporal del siglo VI al IX, como muy tarde. O sea, que ya
hubo enterramientos en Feliciana antes de, al menos, el siglo IX. Además,
sabemos que en el siglo IX, aunque todavía no habían llegado pobladores a Sos,
sí que había habitantes [ Recordar a Blasco Dacones de Feliçana (año 880)[4]]
A diferencia de las tumbas excavadas en la roca, que
se localizan en el exterior de los templos, los sarcófagos de piedra se
ubicaban en el interior de los mismos. Entonces, ¿a qué templo, anterior al
siglo XI, pertenecen estos sarcófagos de piedra?(continuación)
[1] Javier Andreu Pintado et alii. “Una ciudad de los vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa)” Archivo Español de Arqueología, 81, pp. 75-100; Mª Victoria Escribano y Guillermo Fatás. La antigüedad tardía en Aragón (284-714), C.A.I., Zaragoza, 2001.
[2] Castillo Yurrita, Alberto del. "Cronología de las tumbas llamadas Olerdolanas" Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología. Mérida, 1969, pp- 835-845.
[3] Roig y Buxó, Jordi. “Prácticas funerarias de época visigoda y altomedieval (siglos VI al X): el ejemplo arqueológico del noreste peninsular (Cataluña)”. Anejos de Nailos, 5, p. 432.
[4] Martín Duque, Ángel. Documentación medieval de Leire (siglos IX al XII), doc. 30. Referenciado en la parte I (paganos y cristianos) de este post.
BIBLIOGRAFÍA
-ANDREU PINTADO, JAVIER, et alii. “Una ciudad de los vascones en el yacimiento de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa)”. Archivo Español de Arqueología, 81, pp.75-100.C.S.I.C. Instituto de Historia. 2008.
-CABAÑERO SUBIZA, BERNABÉ. "Precedentes musulmanes y primer arte cristiano", en: Esteban Sarasa Sánchez (Coord,) Las Cinco Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII, pp. 207-247. I.F.C., Zaragoza, 2007.
-CASTILLO YURRITA, ALBERTO DEL. “Cronología de las tumbas llamadas Oleordanas”. Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología. Mérida. 1969. Zaragoza, 1970: Secretaría de los Congresos Arqueológicos Nacionales, pp. 835.845.
-ESCRIBANO PAÑO, Mª. VICTORIA; FATÁS CABEZA, GUILLERMO. La antigüedad tardía en Aragón (284-714). C.A.I- Zaragoza, 2001.
-MARTIN VISO, IÑAKI. “Elementos para el análisis de las necrópolis de tumbas excavadas en la roca: el caso de Riba Côa”. Formas de ocupación rural en la "Gallaecia" y en la "Lusitania" durante la antigüedad tardía y la Alta Edad Media. CuPAUAM 31-32, pp. 83-102. U.A.M., 2005-2006.
-ROIG Y BUXÓ, JORDI. “Prácticas funerarias de época visigoda y altomedieval (siglos VI al X): el ejemplo arqueológico del noreste peninsular (Cataluña)”. Anejos de Nailos, nº 5, pp. 431-481. APIAA (Asociación de Profesionales Independientes de la Arquelogía de Asturias). Asturias, 2019.
-TABOADA, ROGELIO. "Capitel de Santa María del Perdón". Sangüesa Siempre. Apéndices históricos, pp.15-32. Ediciones RT. Sangüesa (Navarra), 2016.
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