“Cuando el río suena, agua lleva”. Este
es un dicho popular que se suele aplicar cuando lo que se dice o se rumorea, aunque
no sea del todo real, algo tiene de verdadero.
Husmeando en las hemerotecas
localicé una noticia del año 1897 que nos puede aclarar que lo que se comenta
como leyenda, aunque ya tenía cierta dosis de credibilidad, referente al
cementerio de Sofuentes, (ver) tiene un origen verdadero que ahora podemos
afirmar, según se desprende de esta noticia en cuanto a algunos problemas que parece
ser que hubo tras la construcción del camposanto de la localidad.
En cuanto a la intervención de la
mula en la narración de la leyenda sí que parece ser una invención de la
transmisión oral, pero no así el resto del relato, donde coinciden con la noticia
del periódico las circunstancias, e incluso el nombre del padre del niño
fallecido que, además, nos facilita su apellido.
La noticia dice así:
“Hoy
se ha presentado en el gobierno civil el vecino de Sofuentes, barrio rural de
Sos, Zacarías Zabala, reclamando del gobernador diera sus órdenes para que en
el Cementerio del mencionado poblado se diera sepultura al cadáver de un hijo
del reclamante, que falleció hace cuatro días.
El
gobernador, en vista de no hallarse acordado el que se verifiquen
enterramientos en dicho Cementerio, ha telegrafiado al alcalde de Sos,
pidiéndole datos y ordenando que el cadáver sea enterrado inmediatamente en el
Cementerio que corresponda.”[1]
De la noticia se desprende que en el año 1897 ya existía el cementerio en Sofuentes; o sea, que éste no se construyó después, o a raíz del suceso narrado, como dijimos en el primer post. No hay duda alguna que estos hechos dieron mucho que hablar en el pueblo y fueron los que dieron origen a la leyenda, aunque desconocemos el motivo por el que no se quería, o no se podía, dar sepultura al niño en el cementerio.
Consultada la relación de “vecinos de Sos del siglo XIX” del blog(ver), aparece un vecino llamado Zacarías Zabala y su segundo apellido: Bueno; agricultor. Sin duda se trata
de la misma persona.
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