Donata, la aguadora. (A.M.S.) |
Una fotografía del archivo
municipal de Sos nos devuelve al pasado y nos recuerda uno de los muchos
oficios ya desaparecidos en el pueblo: el de aguador.
Un aguador, o aguadora, es
aquella persona que vende o distribuye agua entre la población. Con su cántaro
bajo el brazo, al hombro o sobre la cabeza, el sufrido aguador transportaba el
preciado elemento desde una cercana fuente hasta las casas de los vecinos para venderla o saciar la sed del transeúnte; en
el mejor de los casos, si su economía se lo permitía, los cántaros eran
transportados por acémilas con el fin de desentenderse de portar el peso de los cántaros y sacar más rendimiento al viaje a la fuente, pues en la caballería podían cargar dos o más cántaros en un sólo viaje, incluso de mayor capacidad que los portados a mano.
Aunque no lo parezca, el
oficio de aguador requería de cierta habilidad y fuerza para saber llenar los
cántaros, taparlos y transportarlos sin derramar su contenido.
Esta actividad, no muy
lejana en el tiempo, estuvo presente en la villa de Sos hasta la instalación del suministro de agua corriente en los hogares en la segunda mitad del pasado
siglo.
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