Nuestra Señora de Valentuñana |
De
todos es conocido el fervor y la devoción que los sosienses y otros pueblos de
la Valdonsella profesan a la Virgen de Valentuñana.
Se dice que Nuestra Señora de Valentuñana es abogada contra la sequía y benefactora de aguas de lluvia, como así nos lo cuenta el fraile carmelita e historiador aragonés del siglo XVIII, Roque Alberto Faci, en su libro "Aragón, Reyno de Christo, y dote de María Santíssima", cuando dice: “...siendo María Santísima (de Valentuñana) la fuente de quien manan tan copiosos raudales de cristalinas aguas”; aunque también, prosigue Faci, es fuente de todas curaciones, narrando a continuación, como testimonio, un prodigioso suceso acontecido a un vecino de la villa de Sos, Sebastián Sofuentes; suceso que no ha trascendido mucho entre la población sosiense.
Sobre el vecino Sebastián, el fraile comenta:"...el que oy dia vive, hallavase este, tan impedido, que en muchos meses no se pudo mover de la cama. Ofrecióse a Nuestra Señora y determinó luego ir a visitarla, lo que hizo con tanto trabajo, que no distando de la Villa el Convento sino un quarto de legua, le duró esta corta peregrinación cinco horas, sustentándose sobre muletas. Llegó à la puerta de la Iglesia, y fue tan grande su fe, y tan singular el prodigio, que estando haciendo oración, se le cayeron las muletas, y quedó con salud tan confirmada, y tan alegre, que bayló delante de la Santa Imagen grande rato...Dió gracias a Nuestra Señora y dexó aquí las muletas, que servirán de testimonio de tan singular beneficio”[1].
El
padre Faci refleja en su narración que el protagonista de esta historia, Sebastián
Sofuentes, vivía cuando escribió su obra (1739); por este motivo, al no ser un suceso
ocurrido tiempos atrás, transmitido oralmente, pudiendo contener alteraciones y, sin embargo, ser coetáneo con el autor del
libro, descarta las posibles dudas sobre su veracidad y prácticamente nos garantiza la total credibilidad del hecho, al que hay que añadir, además, el significativo dato de la identificación del protagonista, con nombre y apellido. Sobre lo acontecido, otra cosa distinta y más
compleja sería catalogarlo como milagro, pues de haber sido así, es de suponer que hubiera
trascendido en el tiempo y en el conocimiento general de los habitantes de la comarca.
Consultando la relación de vecinos de Sos del
siglo XVII de mi blog (ver), aparece, hacia finales de siglo, una persona llamada Sebastián
Sofuentes Castán, hijo de Pedro e Isabel, casado con María Agorriz de Izun,
padres de Manuela Sofuentes Agorriz, que casó con José Lobera Lozano, ya en el
siglo XVIII, padres estos de Sebastián Lobera Sofuentes, que casó con Isabel
Sanjuan Furrondo, por lo tanto, nieto de nuestro interesado.
¿Podría ser este Sebastián Sofuentes el mismo
al que se refiere el padre Faci? Casi me atrevería a decir que sí; por eso, sería
interesante, con estos datos, poder localizar a sus descendientes y confirmar o desmentir el suceso o, al menos,
saber lo que sucedió, pues es muy probable que entre los familiares del referido vecino se transmitiera este prodigioso acontecimiento de boca en boca en el transcurso de los años.
[1] “Nuestra Señora de Valentuñana en el convento de N. PP. Carmelitas Descalzos de la Antigua Villa de Sos”. Aragón, Reyno de Christo, y dote de María Santíssima, pp.266-267.
BIBLIOGRAFÍA
-FACI, ROQUE ALBERTO. Aragón, Reyno de Christo, y dote de María
Santíssima, fundado sobre la columna inmóvil de Nuestra Señora de su Ciudad de
Zaragoza. Aumentado con las apariciones de la Santa Cruz, Santissimos Mysterios,
Milagros del Santissimo Sacramento, Imágenes singulares de Christo Nuestro
Señor, y con las Aparecidas, Halladas, Antiguas, y Milagrosas de Nuestra Señora
en el mismo Reyno. Oficina de Joseph Fort. Zaragoza, 1739.
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