Chopos en la fuente de Calderón (Sos del rey Católico) |
En cualquier humedal de los alrededores de Sos nos encontraremos con una
especie arbórea muy común: los chopos (populus). Junto a los ríos, barrancos,
fuentes, arroyos, charcas...ahí están; son árboles caducifolios de la familia
de las salicáceas, altos, majestuosos,...y que muchas veces se reflejan en la
superficie de las cercanas aguas. Y lo vemos; vemos su tronco y sus hojas reflejadas
en el agua como si de un espejo se tratara, pero...¿nos dice algo esa imagen? A
muchos de nosotros no, simplemente vemos una bella composición a la que
tratamos de hacer una fotografía. Sin embargo, poetas como Pedro Salinas ven
mucho más allá...
El agua que está en la alberca
El agua que está en la alberca
y el verde chopo son novios
y se miran todo el día
el uno al otro.
En las tardes otoñales,
cuando hace viento, se enfadan:
el agua mueve sus ondas,
el chopo sus ramas;
las inquietudes del árbol
en la alberca se confunden
con inquietudes de agua.
Ahora que es primavera,
vuelve el cariño; se pasan
toda la tarde besándose
silenciosamente. Pero
un pajarillo que baja
desde el chopo a beber agua,
turba la serenidad
del beso con temblor vago.
Y el alma del chopo tiembla
dentro del alma del agua.
Pedro Salinas
Con gran sutileza, sencillez y ternura Pedro Salinas consigue demostrar con
este poema que hasta lo más esencial de la naturaleza, como es el agua y un árbol,
están dotados de alma y sentimientos, hasta el extremo de surgir el amor entre
ellos. Un amor, que como en cualquier otro, hay momentos que se turba (otoño) para
volver de nuevo a la serenidad (primavera)
Los dos protagonistas de este poema sienten, se miran, se enfadan, tienen
inquietudes, se tienen cariño, se besan...y tienen alma.
Pedro Salinas nos quiere mostrar la verdadera esencia de las cosas: su
alma, su sentimiento.
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