LA GASTRONOMÍA EN LA EDAD MEDIA
En la
dieta medieval, el pan y el vino serán los elementos fundamentales. En aquellas
zonas donde el vino no era muy empleado sería la cerveza la bebida más
consumida. De esta manera podemos establecer una clara separación geográfica:
en las zonas al norte de los Alpes e Inglaterra bebían más cerveza mientras que
en las zonas mediterráneas se tomaba más vino. Aquellos alimentos que
acompañaban al pan se denominaban “companagium”. Carne, hortalizas, pescado,
legumbres, verduras y frutas también formaban parte de la dieta medieval
dependiendo de las posibilidades económicas del consumidor.
Campesinos majando siligo (parecido al trigo) Anónimo. S. XV |
Uno de los
inconvenientes más importantes para que estos productos no estuvieran en una
mesa eran las posibilidades de aprovisionamiento de cada comarca. Debemos
considerar que los productos locales formaban la dieta base en el mundo rural
mientras que en las ciudades apreciamos una mayor variación a medida que se
desarrollan los mercados urbanos.
Respecto
al vino, cabe decir que era considerado como un elemento vital por su aporte
calórico y como medicina, además de ser un producto indispensable para todo
tipo de celebraciones.
La carne
más empleada era el cerdo, -posiblemente porque el Islam prohíbe su consumo y
no dejaba de ser una forma de manifestar las creencias católicas en países como
España, al tiempo que se trata de un animal de gran aprovechamiento-aunque
también encontramos vacas y ovejas.
La caza y
las aves de corral suponían un importante aporte cárnico a la dieta. Las clases
populares no consumían mucha carne, siendo su dieta más abundante en despojos
como hígados, patas, orejas, tripas, tocino, etc. En los períodos de abstinencia
la carne era sustituída por el pescado, tanto de mar como de agua dulce.
Diversas especies de pescados formaban parte de la dieta, presentándose tanto
fresco como en salazón o ahumado. Dependiendo de la cercanía a las zonas de pesca
la presentación del pescado variaba, pero en las zonas interiores, podemos
decir que prácticamente se consumía el pescado en salazón.
Judías,
lentejas, habas, nabos, guisantes, lechugas, coles, rábanos, ajos y calabazas
constituían la mayor parte de los ingredientes vegetales de la dieta mientras
que las frutas más consumidas serían manzanas, cerezas, fresas, higos, peras y
ciruelas. Los huevos también serían una importante aportación a la dieta. Las
grasas vegetales servirían para freír en las zonas más septentrionales mientras
que en el Mediterráneo serían los aceites vegetales más consumidos. Las
especias procedentes de Oriente eran muy empleadas, evidentemente en función
del poder económico del consumidor debido a su carestía. Azafrán, pimienta o
canela aportaban un toque exótico a los platos y mostraban las fuertes
diferencias sociales existentes en el Medioevo.
Preparando la comida |
Las
carnes, debidamente especiadas, formaban parte casi íntegra de la dieta
aristocrática mientras que los monjes apenas consumían carne, apostando por los
vegetales. Buena parte del éxito que cosecharon las especias estaría en sus presuntas
virtudes afrodisíacas. Como es lógico pensar, los festines y banquetes de la
nobleza traerían consigo todo tipo de enfermedades asociadas a los abusos
culinarios: hipertensión, obesidad, gota, etc.
Panadería medieval. Pintado sobre tabla. |
El pan
sería la base alimenticia de las clases populares, pudiendo constituir el 70 %
de la ración alimentaria del día. Bien es cierto que en numerosas ocasiones los
campesinos no comían pan propiamente dicho sino un amasijo de cereales
-especialmente mijo y avena- que eran cocidos en una olla con agua, o leche, y
sal. El verdadero pan surgió cuando se utilizó un ingrediente alternativo de la
levadura. Escudillas, cucharas y cuchillos serían el menaje utilizado en las
mesas medievales en las que apenas aparecen platos, tenedores o manteles. La
costumbre de lavarse las manos antes de sentarse a la mesa estaba muy
extendida.
LA ALIMENTACION EN SOS DURANRE LA EDAD MEDIA
Referirse a la cocina de Sos, en general, es hacer un recorrido por su legado cultural. Desde antes de los romanos hasta la actualidad se comía prácticamente de todo.
Pero ¿qué se comía en Sos durante la Edad Media? Los documentos relativos a la gastronomía en la Edad Media en la comarca de Sos y de las Cinco Villas son más bien escasos.Se conserva un documento fechado en la Villa del año 1266 que resulta ser el arriendo que los clérigos racioneros de la abadía de Sos efectúan a su compañero don Felipe de Cebolla por setenta y tres maravedíes; en el documento se fijan con detalle las raciones que don Felipe habrá de suministrar a dichos clérigos.
Pero ¿qué se comía en Sos durante la Edad Media? Los documentos relativos a la gastronomía en la Edad Media en la comarca de Sos y de las Cinco Villas son más bien escasos.Se conserva un documento fechado en la Villa del año 1266 que resulta ser el arriendo que los clérigos racioneros de la abadía de Sos efectúan a su compañero don Felipe de Cebolla por setenta y tres maravedíes; en el documento se fijan con detalle las raciones que don Felipe habrá de suministrar a dichos clérigos.
Raciones de los clérigos de San Esteban de
Sos [1]
De pan la ración será
de cuatro libras para cada uno. Para el vino también hay periodos: de San
Miguel a Pascua una galleta
para cada 10 personas, la mitad de mosto y la mitad de majuelo[2] y
de Pascua a San Miguel el vino será de mosto puro y agua, a partes iguales[3].
En Cuaresma, y dado que se guarda ayuno, la carencia de comida se suple con una
ración complementaria y doble de vino tomada después de completas, y como
celebración de las Fiestas Dobles o “Doblas” y de las Tres Pascuas beberán dos
raciones de vino después de cantar el responso en la iglesia.
La ración o dieta-base de los clérigos racioneros es:
-De Pascua de Cuaresma (Resurrección) a San
Juan Bautista, los domingos, martes y jueves un cuarto de cordero y media libra
de cerdo cada dos clérigos; los lunes, miércoles y sábados berzas cocidas en
sal con media arinzada de aceite.
-De San Juan a
Carnestolendas de Adviento (meses de verano, octubre y noviembre), y de Navidad
a Carnestolendas de Cuaresma, los días de carne una libra de carnero cada dos
clérigos, faltando la disposición del resto de días de la semana pues no se
comerá carne; el día de San Esteban, por ser la fiesta del patrono, será
especial[4]
Si las fiestas –salvo
Navidad– cayeran en días de ayuno, se estipulan diferentes raciones. Los
viernes, el citado don Felipe, arrendador de la abadía, les proporcionará
pescado cuyo valor equipare el valor de la carne, y si cayeran en sábado,
deberá doblar la ración de carne. Los lunes, miércoles o sábados, les
proporcionará carne como los otros días, salvo los lunes de la Pascua de Cuaresma (¿lunes
santo?) y de Pascua de Mayo (¿anterior a Pentecostés?) y los lunes y miércoles
antes de Carnestolendas. Si cayeran en cambio en miércoles comerán berzas
cocidas con sal, con huevos que valgan tanto como la ración de carne[5] quizá lo mismo que el sábado de
Carnestolendas de Cuaresma (dará dineros, sin especificar comida alguna). Los
viernes de las Octavas Solemnes berzas cocidas con media arinzada de queso, y
dineros (para pescado).
Para Adviento se
establece un único plato: una libra y media de aceite, y una coçina, siendo este plato semejante
al que en el otro documento se denominaba pulmentum, guiso de variados ingredientes según la época del
año, pero básicamente de verduras y hortalizas aderezadas con grasa de tocino,
aceite o queso. Vemos una vez más que se reseña específicamente el aceite que
se ha de emplear, lo que nos lleva a pensar en su excepcionalidad en la cocina
de estos tiempos salvo como condimento de ayuno. En Cuaresma, tomarán las
berzas de ayuno ya consabidas con dos libras de aceite y con otra cozina clara, es decir, sin grasa
animal y ligera. El Domingo de Ramos, pescado, y la vigilia de Jueves Santo una
libra de aceite con su coçina.
El lunes de las Letanías, berzas con media arinzada de queso y quesadas (una para
cada uno) y el martes siguiente y el miércoles y el sábado de las cuatro
fiestas de Mayo, berzas cocidas y dineros para huevos. La carne se aderezará
con pimienta que valga un dinero los días de carne desde Pascua de Resurrección
al comienzo de Adviento, y todos los días de Cuaresma (con las berzas, por tanto).
Como
se puede ver, aceite, pan, vino, cerdo, cordero, carnero, huevos, berzas,
queso, guisados, tocino, pescado, etc…formaba parte de la dieta de los frailes
y de los ciudadanos.
En
un estudio realizado por Fernando Serrano y Marcelino Beroiz sobre dos cuentas
de sendos desplazamientos realizados por viajeros navarros a Zaragoza, uno
realizado en 1364 por Juan de Necuesa, alcalde de la Corte[6], y
otro en1372 por Ponce de Eslava, recibidor de la merindad de La Ribera[7],
confirmamos de nuevo de una forma bastante aproximada la dieta alimentaria que
llevaban las gentes de la comarca en la Edad Media.
En
ambas cuentas de gastos, los alimentos que con mayor frecuencia se aprovisionan
son el pan y el vino, base indispensable para hacer el camino y de la dieta
alimentaria de la época. A través de dichas cuentas se puede precisar que el
pan y el vino lo consumían a diario. También se abastecían de carne. En alguna
ocasión no especifican el tipo de carne que es, pero en otras muchas sí
detallan que se trata de tocino, carnero, vaca, cabrito, ciervo, conejos,
tórtolas, e incluso la parte del animal, como la compra que hizo Juan de
Necuesa en Monreal (Navarra), en la que da cuenta del abastecimiento de dos
espaldas (se supone que de carnero u oveja). Se puede pensar que cuando se
refieren a carne podría tratarse de tocino, usado para freir los alimentos, y
al que solían llamarlo bajo el contexto general de “carne”, sin más. También
compran alguna vez pescado, sin especificar su variedad, aunque lo hacen en muy
pocas ocasiones probablemente por la falta de abastecimiento de este producto
en los mercados locales y se consumía en los días penitenciales (viernes y
sábado). Como sustitutivo del pescado para estos días de abstinencia de carne,
aparecen los huevos y el queso, así como la compra de aceite para los guisos,
en sustitución del tocino. Aparecen también condimentos y especias, que ellos
denominan “salsas” y que utilizan indistintamente para el aderezo de carnes o
pescados (pimienta, azafrán y mostaza) y vinagre. Tampoco podían faltar
hortalizas: lechuga, rábanos y cebollas (probablemente para prepararse algunas
ensaladas), y las frutas: higos, uvas, duraznos e inglas.
Evidentemente
también incluyen en las cuentas de gastos la paja y cebada para las caballerías.
Para
los más pudientes, en la carnecería de Sos durante la
Edad Media se podía comprar oveja, cabra,
corderos, cabritos,...cuya venta estaba regulada por los administradores locales,
estando el carnicero obligado a comprar la carne a ganaderos locales; también
vendían vaca, buey y bestias de labor, que igual que el ganado menudo, los
dueños de estos animales que por un motivo u otro deseaban sacrificarlos,
tenían que acudir obligatoriamente a las tablas locales[8].
El
cerdo era el animal que más se consumía, sin embargo apenas aparece en los documentos
de la época porque no se vendía en las carnicerías. Su cría estaba muy
extendida socialmente entre las familias campesinas que se encargaban tanto de
su alimentación como de su aprovechamiento para garantizar su abastecimiento
cárnico, lo que explica en parte las cifras relativamente modestas de animales
que el carnicero podía meter en los pastizales de la villa en comparación con otras localidades de un rango poblacional
similar. A este respecto cabe señalar que en los contratos de arrendamiento de
carnicería sólamente se prohibió que otras personas, además de los arrendadores,
vendiesen carne de cerdo abriendo públicamente una tabla[9], pero
no que los particulares se abastecieran de carne de sus propios rebaños.
En
cuanto al pescado, el peaje de Sangüesa de 1363 y 1380 nos aclara el pescado
que se consumía en la villa a tenor de los productos importados de Navarra por
los mercaderes sosienses: merluzas, congrios, sardinas, salmones, anguilas,
etc... bien sean frescos o en salazón.
Al final
de la Edad Media
se sigue manteniendo la división geográfica entre la cocina del norte donde
predomina el uso de la grasa animal y la del sur, mediterránea, que emplea el
aceite de oliva; pero también se puede distinguir una cocina aristocrática, en
la que se produce una mayor variedad de productos, de técnicas de preparación y
de complejidad de esta elaboración, con intervención de especias, protagonismo
de asados de volatería y de guisos de pescado, todo con adornos y aderezos de
salsas y sofritos, así como una notable intervención de la confitería.
Pero
todavía a principios del siglo XVI la base alimentaria de los menos pudientes,
o sea, la mayoría, continuaba siendo el pan y el vino. Recordemos a la pobre y
viuda Agueda Ezquerra que en 1507 suscribió una concordia con su hijo Pedro
Bueno por la cual renunció a sus derechos de viudedad sobre los bienes que le
mandó a su hijo Pedro como ayuda a su matrimonio a cambio de recibir anualmente
mientras viviese 5 fanegas de trigo y 10 cántaros de vino[10].
[1]
Archivo Parroquial de Sos. Carpeta del s. XIII, sin catalogar. En “La Abadía de San Esteban de Sos del siglo
XI al XIII; Documentación del archivo parroquial. Suessetania, 14, pp.
50-74; apéndice documental, nº 17.
[2]
Majuelos eran las viñas nuevas, aquí quizás se refieran a un tipo de vino.
[3] Sia la meytat mosto, et la otra meytat
primer maylluelo, la galleta a diez, e de Pascua de quarayesma entro a la Sant
Mighel de setiembre, vino que sia mosto puro et tal que en la ha otra tanta
d´agua, a diez la galleta.
[4] El
estado del documento presenta problemas: es posible que se guardara ayuno ese
día, pero al otro día, cabol´ayuno,
comieran como en Carnestolendas.
[5] Otra
traducción sería que daría dinero para gastos, sin especificar, pues uevos podría muy bien traducirse como
“uebos” o “necesidades”.
[6]
A.G.N., Comptos, Documentos, caj. 18, nº 93,3. En “Viajeros navarros por Aragón. Dos cuentas de viajes a Zaragoza durante
la segunda mitad del s. XIV (1364 y 1372). Fernando Serrano Larráyoz y
Marcelino Beroiz Lazcano. U.P.N. Pamplona.
[7]
A.G.N., Comptos, Documentos, caj.24, nº 41, ff.1-6. En op. cit. “Viajeros navarros por Aragón…”
[8]
A.H.P.S., Juan Zareco, p. 397, ff. 31-33.
[9]
A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 394, ff. 80-81v.
[10]
A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 463, ff. 22-23v.
BIBLIOGRAFIA
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Selección de documentos de la villa aragonesa de Sos (1202-1533) I.F.C., (C.S.I.C.) Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2009.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera.I.F.C.(C.S.I.C.) Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-CARRASCO PÉREZ, JUAN. El peaje de Sangüesa de 1363. Rev. Príncipe de Viana, nº 180. pp. 121-159. Pamplona, 1987.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera.I.F.C.(C.S.I.C.) Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-CARRASCO PÉREZ, JUAN. El peaje de Sangüesa de 1363. Rev. Príncipe de Viana, nº 180. pp. 121-159. Pamplona, 1987.
-CARRASCO PÉREZ, JUAN. Peajes navarros. Sangüesa 1380. Príncipe de Viana, nº 126-127, pp. 129-150. Pamplona, 1972.
-ESLAVA GALÁN, JUAN. Tumbaollas y hambrientos. Círculo de Lectores. Barcelona, 1998.
-MÓJICA LEGARRE, JOSÉ MANUEL. La cocina medieval en la villa de Sos del Rey Católico. Excmo. Ayto. de Sos del Rey Católico. Zaragoza, 2006.
-PIEDRAFITA PÉREZ, ELENA. La alimentación en Aragón en el S. XIII. El modelo clerical y el nobiliario. Revista de historia Jerónimo Zurita, 80-81 (2005-2006), pp. 99-132.
-REVISTA SUESSETANIA, 14. “La abadía de San Esteban de Sos del siglo XI al XIII” Archivo parroquial de Sos.I.F.C.,1994.
-SERRANO LARRÁYOZ, FERNANDO Y BEROIZ LAZCANO, MARCELINO. Viajeros navarros por Aragón. Dos cuentas de viajes a Zaragoza durante la segunda mitad del siglo XIV(1364-1372), pp.365-401; en “Cataluña y Navarra en la Baja Edad Media”. Coords. Eloísa Ramírez Vaquero y Roser Salicrú i LLuch. Col. Historia, 29. U.P.N. Pamplona, 2010.
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