Conforme nos acercamos al municipio de Sos dos
monumentales construcciones resaltan sobre el resto de edificaciones y son bien
visibles desde la lejanía: el torreón del castillo y los ábsides de la iglesia
de San Esteban.
Estos tres grandiosos y alargados ábsides constituyen
unos verdaderos cubos de muralla que contribuyen a cerrar el recinto amurallado
del castillo, confiriendo el carácter militar a esta plaza fuerte de Sos en la
frontera del Reino de Aragón.
Los ábsides albergan los altares de las iglesias inferior
y superior. Poseen contrafuertes que llegan hasta la cornisa; dos en el ábside
central y uno en los laterales (el del lado sur oculto por la obra de
ampliación realizada en el Renacimiento).
El aparejo de los tres cilindros es de buena sillería,
bien cortado y ajustado.
La separación
de la iglesia inferior y superior podemos observarla a mitad de altura de los ábsides,
donde los radios absidiales decrecen un poco, al mismo nivel en que los
contrafuertes, asímismo, se estrechan en grosor.
Estrechos vanos de la iglesia inferior |
Estos vanos están cerrados con alabastro, siendo tres en el ábside central, otros tres en el derecho y uno en el de la izquierda (según se ven los ábsides desde el exterior)
Vano de la iglesia superior |
En el tercio de la parte alta de los ábsides se abren los vanos de los ventanales de la iglesia superior, que se decoran con archivolta decorada con moldura cóncava y baquetón, con guardapolvo decorado por fuera de la archivolta, apeando éstas en columnillas a través de capiteles historiados. Existe uno en el ábside de la izquierda, tres vanos en el central y dos en el de la derecha.
Enmarcando los ventanales dos molduras corridas a lo largo de los tres ábsides sirven de adorno: una a nivel de la parte inferior de los ventanales, decorada con uno de los motivos decorativos en piedra más repetidos en Aragón: el ajedrezado, que por tener sus orígenes en la jacetania se denomina “jaqués”, y se caracteriza por los claroscuros que consigue formar y que simbolizan la vida y la muerte, la luz y la oscuridad; y la otra moldura, la superior, dispuesta a continuación de los ábacos, está adornada con lacería y diversos motivos.
Bajo las cornisas lisas encontramos canecillos de
formas sencillas e historiados.
En la unión del ábside central con los laterales hay,
a modo de articulación, sendas columnas que rematan en capiteles contribuyendo
así a sustentar la cornisa. Rematan los ábsides un tejado de losas.
Si nos fijamos
atentamente obsevaremos en los sillares que forman los ábsides varias marcas de
cantero talladas en los mismos.
BIBLIOGRAFIA
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. Catálogo monumental de España. C.S.I.C. Zaragoza, 1971.
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. El románico en Cinco Villas. I.F.C., D.P.Z. Zaragoza, 1979.
-CANELLAS LÓPEZ, ÁNGEL y ÁNGEL SAN VICENTE. Rutas románicas en Aragón. Encuentro, S.A. Zaragoza, 1975.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del Rey Católico. Iglesia Parroquial de San Esteban. Edilesa; monografías, serie roja nº 51. 2001.
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. Catálogo monumental de España. C.S.I.C. Zaragoza, 1971.
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-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del Rey Católico. Iglesia Parroquial de San Esteban. Edilesa; monografías, serie roja nº 51. 2001.
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