Según la guía del peregrino Aymeric Picaud, escrita
supuestamente hacia el año 1160, existían cuatro rutas que atravesaban los
Pirineos y que se unían en Puente la Reina, formando desde allí un sólo camino
hasta Santiago.
La ruta denominada “camino francés” o “camino
histórico” pasaba por Saint Guilles, Montpellier, Toulouse y se adentraba en
tierras españolas por el paso del Somport, uno de los lugares más difíciles
para los peregrinos, también llamado Portus Asperi, un puerto de algo más de
1600 metros de altitud en el que en invierno se acumulaban las nieves. En él
se levantaban el monasterio y hospital de Santa Cristina, que extendía sus
territorios tanto al sur, en el que poseía treinta iglesias, como al norte, con
catorce, y que incluso tenía dominios en Bohemia y Hungría.
Codex Calixtinus de Aymeric Picaud |
Para Aymeric
Picaud, Santa Cristina era uno de los tres grandes hospitales del mundo: “Tres
columnas valde necessarias as sustinendos pauperes suos maxime Dominus in hoc
mundo instituit: hospitale scilicet Jherusalem et hospitale Montis Jocci ey
hospitale Sancte Xpistine quod est in Portibus Asperi...” (Tres son
particularmente las columnas, de extraordinaria utilidad, que el Señor
estableció en este mundo para sostenimiento de sus pobres, a saber, el hospital
de Jerusalén, el hospital de Mont-Joux y el hospital de Santa Cristina, en el
Somport.)
Desde Somport a Puente la Reina había tres cortas
etapas, en realidad de 26, 37 y 97 kilómetros. La primera se dirigía de Borge,
una villa situada al pie del Somport por la vertiente del Gascuña hasta Jaca.
La segunda de Jaca a Monreal y la tercera de Monreal a Puente la Reina.
En la primera etapa, tras pasar el puerto del Somport
y el hospital de Santa Cristina, el peregrino, siguiendo la antigua calzada que
unía Burdeos con Zaragoza orillando el río Aragón, llegaba a Jaca, que conserva
la más antigua catedral románica de la Península, concluida hacia 1063. Esta localidad fue elevada en su condición
jurídica de villa a ciudad por el rey Sancho Ramírez en el año 1076, mediante
la correspondiente concesión de fueros, convirtiéndose en sede episcopal y en
capital del primitivo reino de Aragón hasta la conquista de Huesca en el año
1096. De esta manera, al favorecerse a Jaca, se potenciaba por parte del
monarca aragonés el Camino de Santiago al paso por sus dominios.
En la segunda etapa se salía de Jaca y tras pasar
Puente la Reina de Jaca el camino se dividía en dos rutas hasta Sangüesa. Una
iba por la margen derecha del río Aragón: Berdún, Aso Veral, Miramont, Sigüés,
Escó y Tiermas. La otra por la izquierda: Arrés, Martes, Mianos, Artieda, Ruesta
y Undués de Lerda.
El camino a Santiago era recorrido por muchos
peregrinos, pero también transitaban por él un gran número de mercaderes,
artistas, artesanos caldereros, vidrieros, tejedores, curtidores, ebanistas,
maestros armeros, herreros, canteros, escultores, caballeros que anhelaban
poner su espada al servicio de los reyes de los reinos peninsulares en su lucha
contra los árabes, en busca de fortuna y gloria; campesinos que escapaban de
los malos tratos de sus señores; campesinos libres huyendo de las pestes,
guerras, saqueos y persecuciones religiosas, en busca de nuevas tierras que
labrar; y un sinfín de heterogéneos personajes que buscaban un nuevo lugar en
el que establecerse en busca de una vida mejor.
Estos se
iban quedando en las poblaciones aledañas al camino o se desviaban para
instalarse en lugares cercanos o más alejados del mismo según las casualidades,
o atraídos por los beneficios fiscales de repoblación de algunas ciudades o
villas.
La cercanía de Sos en este tramo del camino de
Santiago, en la que a comienzos del siglo I d. de C. los romanos habían
construído una vía romana y que fue aprovechada por los peregrinos medievales
para ir a Santiago, hizo que también se beneficiase de este tránsito humano,
cultural, religioso y económico.
No debemos de
olvidar que al camino principal afluían gran cantidad de ramales procedentes de
distintos puntos de la geografía española. Por Sos pasaba un ramal que provenía
del camino de Montserrat en su variante por Huesca, trayendo peregrinos que
desembarcaban en los puertos catalanes.
Dicha variante pasaba por Binefar, Monzón,
Monflorite, Huesca, Bolea, Loarre y Ayerbe. Desde aquí salían dos ramales: uno se dirigía
a Puentelarreina de Jaca y otro se desviaba por Biel, Luesia, Uncastillo y,
pasando por Sos, se unía al camino principal en Sangüesa (éste último ramal
está actualmente en desuso). El historiador Antonio Ubieto Arteta comenta que
existía un camino que, “partiendo del
itinerario francés, se desviaba por Sos del Rey Católico para entrar en
Navarra”.
Como muestra de la relación que posee Sos con el camino de Santiago nos
trasladamos a la iglesia de San Estaban, observando que en las jambas de la
puerta principal aparece representado el monje Pelayo quien, según la
tradición, descubrió la tumba del apóstol Santiago en Compostela. También, en
una de las bóvedas de la iglesia hay una decoración cuyo tema principal son las
conchas, que era uno de los atributos principales de los peregrinos medievales.
BIBLIOGRAFIA
-PASSINI, JEAN. Aragón, el camino a Santiago: Patrimonio edificado. Casa de Valázquez. Madrid, 1993.
-UBIETO ARTETA, ANTONIO. Los caminos de Santiago en Aragón. D.G.A. Zaragoza, 1993.
-UBIETO ARTETA, ANTONIO. Los caminos de Santiago en Aragón. D.G.A. Zaragoza, 1993.
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