Coloquialmente,
a la persona que habla mucho se le llama "cotorra" o "cotorro", resultando ser, a
veces, incluso molesto, por la costumbre de estas aves de emitir prolongada y
constantemente ciertos sonidos ininteligibles similares al parloteo de una persona,
conocidos como “cotorreo”.
Los habitantes de la localidad
cincovillesa de Piedratajada reciben el pseudogentilio de cotorros precisamente
por esta razón, por ser muy habladores y hablar “por los codos”.
Cuenta la tradición popular que hace
mucho tiempo unas vecinas de Piedratajada “cogieron un capazo” a la puerta de
la iglesia del pueblo. En ese momento salía la dula[1],
y estuvieron tanto rato hablando que se sorprendieron al ver regresar la dula;
entonces una de ellas dijo:
-¡Me marcho, que
tengo prisa, ya hablaremos más despacio en otro momento!
Desde entonces a los
piedratajadanos les llamaron cotorros.
[1] Conjunto
de cabezas de ganado de los vecinos de un pueblo que pastan en un mismo turno
en un terreno comunal del municipio.
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