Alto de Buscalapoyo |
Buscalapoyo es una elevación del terreno (530 m), en el término municipal de Sos, junto al margen derecho del antiguo camino de Urriés a Sangüesa, en la muga con Undués de Lerda, recibiendo también este nombre el término colindante y un caserío ubicado en el mismo.
El
topónimo Buscalapoyo ha sido, fonética y morfológicamente, deformado desde su
origen, pues ya aparece en la documentación del siglo XII(1133) como
Corcalapuyo en un documento en el que el rey Alfonso I "el
Batallador" dona a Andrés, hijo del conde "Ugón" (Huas), el
lugar de Corcalapuyo y su señorío[1], apareciendo este término
en los siglos posteriores como
Calapueyo, Colaspueyo, Buzcalapueyo, Buscalapueyo, Buzcalapoyo, Corcalapueyo, Cozcalapueyo,
Corcalapuyo, Cozcalapuyo, Gorezcalapuyo, Urezcalapuyo, Çercalapuja,Buscalapujo,
Buzcalapujo…
Buscalapoyo visto desde el camino de Urriés a Sangüesa |
Así,
en 1498, entre los numerosos pleitos del capítulo de San Esteban con la clase
feudal de la villa de Sos por percibir el diezmo de determinados términos,
aparece el lugar como Cozcalapueyo[2].
En
mayo de 1513 Cozcalapueyo aparece citado como límite territorial en un
documento por el que Antón de Albarado, infanzón y señor de Undués, cede todos
sus derechos sobre Undués a cambio de 24.000 sueldos jaqueses:”… y con términos de la pardina de
Cozcalapueyo…”[3]
En
los Anales de Aragón (1540-1558) de José Lupercio Panzano figura Buzcalapueyo
como lugar de señorío del diputado del Reino Don Juan de Azlor, conde de Guara.
En
las escrituras de deslinde y amojonación de 1603 se describe el lugar de
Buzcalapueyo como una “lometa entre los
caminos que van desde Sos a Xavierre y de Sos al lugar de Undués”[4]
En
el Nomenclator de 1785 figura como Buzcalapoyo: coto redondo; señorío secular,
regido por un alcalde ordinario de señorío.
José
María Recondo, en el ensayo arqueológico de “El castillo de Xavier”(1957)
comenta: “El Castillo de Buzcalapueyo,
perfectamente conservado, sito en la Nava Mayor de Sos, quedaba junto a un
camino viejo de Sos a Xavier”[5]
Torreón edificado sobre la roca del monte |
En
materia de castellología, la fortaleza de Buzcalapueyo formaba parte de una
serie de torres y donjones ubicados en la Valdonsella que daban cobertura a la
extensa línea de castillos que formaban la línea defensiva contra los
musulmanes levantada por Sancho el Mayor (ver) y continuada por Ramiro I. En la
zona que nos ocupa, tres donjones partían desde Undués de Lerda hasta el
castillo de Javier: La Torraza, a la entrada de Undués de Lerda sobre un gran
escarpado de roca; el Castillón, levantado sobre un cerro en la muga entre
Aragón y Navarra, dominando Liédena, y la Torreta, muy próxima al castillo de
Javier. La Torraza y el Castillón estaban comunicados por un camino que llegaba
hasta la Torreta.
Cerca
de Lerda se alzaba el Castillejo de Iso. Más en el llano, en una pequeña loma,
el castillo de Buzcalapueyo, junto a los antiguos caminos de Sos a Javier y de
Sos a Undués. Más alejados, y bajo los castillos del Castellón de Petilla,
Sibirana, Rueyta y Sos, en el valle, las fortalezas de Lobera, Sotirana,
Gordún, Ceñito y Navardún, con las torres de Aguilar, Oyarda, Basaboz, Arbe,
Fillera, Ull, El Real y, vigilando la Cañada Real, la torre de Adam.
Controlando el río Aragón, las torres de Mauleón, Añués, Peña, Cáseda,
Gallipienzo y Ujué. Toda una maraña de castillos y torres que formaban, en este
tramo de la Valdonsella, una verdadera cadena de fortificaciones, con caminos
que enlazaban entre ellos y con una perfecta comunicación visual entre unos y otros; una cadena imposible de
cruzar cualquier ejército enemigo, por pequeño que fuera, sin ser visto. De hecho, los musulmanes nunca llegaron a cruzar esta fortificada línea defensiva.
Lado sur del torreón con una ventana geminada en la segunda planta. |
En la Baja Edad Media, sobre los restos del castillo de Buzcalapueyo, se construyó la casa-fuerte que podemos ver actualmente.
A
principios del siglo XVII el lugar perteneció a D. Diego Antonio Virto de Vera
y Monreal, señor de Miana y Buzcalapueyo, familiar del Santo Oficio y Caballero
de la Orden de Santiago, casado con Josefa Biota y Coscón, señora de Larrués y
de Gordún, heredando las posesiones su hija Josefa María Virto de Vera y Biota
(Zaragoza 1652-1677), señora de Gordún, Larrués, Miana y Buzcalapueyo, casada
con D. Artal Azlor y Guasso (1648-1696), I Conde de Guara y General de
Artillería.
Posteriormente el edificio se amplió y se destinó a usos agroecuarios. A principios del siglo XIX Mateo Suman, en sus “Apuntes para el Diccionario Geográfico del
Reino de Aragón”, hace una extensa descripción de la “pardina de Buzcalapueyo”:
“Está en el partido de Cinco Villas. Es de la Excma. Sra.
duquesa de Villahermosa. Está entre los términos de la villa de Sos, de
Sangüesa, y lugar de Undués de Lerda. Su situación es llana, y sin árboles. Su
longitud es de casi media hora, y su latitud cuarto, y medio. Confronta por
oriente, y sur con término de la villa de Sos, de la cual dista una hora. Por
occidente con términos de la ciudad de Sangüesa, y dista de ella dos horas, y
por el norte con el lugar de Undués de Lerda, distante media legua. Al
poniente de esta pardina hay una casa habitable con buena cocina, cuartos,
granero, pajar y corrales, que sirven para paridera de 300 ovejas que se mantienen
en el invierno con sus hierbas. En su centro se halla una copiosa fuente de
agua dulce, fresca y de excelente calidad. Hay caza abundante de conejos,
liebres, perdices y demás aves comunes; algún lobo, y zorro. La cosecha de
granos que produce ascenderá a 400 cahíces; abunda de hierbas medicinales
comunes. La jurisdicción se ejerce por un vecino de Undués de Lerda, con título
de alcalde, nombrado por el dueño temporal, y por tiempo de su voluntad. Exige
el alcalde las prendadas con despotismo y arbitrariamente. En casos criminales,
ha de dar luego cuenta al corregidor del partido de Cinco Villas. No se sabe
haya minerales, etc. El rey D. Sancho, y su mujer D.ª Urraca, que como se dijo
en la descripción de pardinas dieron a las monjas de Sta. Cruz de la Serós, hoy
Benedictinas de Jaca, las de Berné y Rompesacos, y también a Calapueyo, (era
MXXX 6 feria 7 cal. aprilis. Briz en su Historia pág. 331). No sé si ese
Calapueyo, será nuestra pardina la que con el transcurso del tiempo pudo
adquirir, la sílaba que le faltó entonces. Si este fuese, habrá habido
población de este nombre, porque Briz la propone como lugar, no menos que
Rompesacos, que ahora no es más que pardina”[6]
Al fondo, el edificio fortificado, y a ambos lados otros dos edificios anexos. En el centro, el patio de entrada a las tres edificaciones. |
En 1864 todavía pertenecía a los duques de Villahermosa, pues sabemos que el 17 de septiembre de este año salió a pública subasta el arrendamiento por tres años de la pardina de Buzcalapoyo.[7] Actualmente,
el término de Buscalapoyo limita al norte, haciendo frontera, con el de Undués
de Lerda, al sur con la partida sosiense de Pepe Remón, cerca del río Onsella, al este
con en término de las Navas y al oeste con el canal de Bardenas.
Aproximadamente ocupando el mismo territorio descrito por Mateo Suman.
Dentro
de sus límites, en el camino de Urriés a Sangüesa, se encuentran los restos de
la fortificación de Buscalapoyo. Es un caserío semiderruido formado por tres grandes
edificaciones anexas: la principal, y más antigua, es la casa-torre fortificada
de Buscalapoyo, de planta rectangular, donde vivían los últimos propietarios.
La torre se edificó sobre la misma roca del pequeño alto en el que está
emplazado, utilizando la propia roca como parte de los muros sur y oeste. De
ambos extremos de la fachada del edificio surgen, paralelas entre sí y con las
puertas de entrada enfrentadas, los otros dos edificios destinados a viviendas
de empleados, servicio, pastores y demás personal de la pardina. Estos últimos
son de factura claramente muy posterior al anterior. Todo el conjunto forma una
especie de “U” o cuadrado sin cerrar por uno de sus lados, dejando en su interior
un patio por el que se accede a las tres edificaciones, en cuyo centro se
ubicaría el pozo o la fuente que reseña Mateo Suman en su Diccionario, siendo destinado todo el complejo, como igualmente indica Suman, para fines y actividades agrícolas y ganaderas.
Las tres edificaciones tienen dos alturas. Por
la parte exterior del edificio sur y adosado a él,
encontramos restos en piedra de otras dependencias menores destinadas a
graneros, pajares, cuadras, parideras, establos, corrales, caballerizas…
Sobresaliendo por encima de la maleza se adivina el señorial portal de entrada. |
Al
edificio de la casa-fuerte se accede desde el patio central a través de una
gran puerta en arco de medio punto con grandes dovelas y escudo en la parte
superior. Sobre la puerta, y ligeramente a su izquierda, el vano de una ventana reformada que el pasado siglo lucía un bello ventanal geminado. Los sillares empleados tanto en la puerta como en el resto del
edificio indican claramente que estamos ante una gran casa fortificada de un
noble señor de la Edad Media. El total abandono del recinto desde mediados del
pasado siglo ha hecho que la vegetación salvaje se apodere del espacio y
prácticamente ha cubierto toda la portada principal, siendo imposible acceder a
su interior. Asímismo, todo el patio
central está cubierto de una espesísima y frondosa maraña de zarzas y
vegetación que resulta imposible poder avanzar entre ella. A través de las
puertas de los edificios laterales se puede observar cómo el del lado que da al
norte tiene su tejado totalmente derruido, aunque se conserva su fachada. El
edificio del lado sur se encuentra en estado más firme.
Edificio norte con la techumbre derruida |
La
torre-fortificada, en su origen, tuvo más altura y estaba rematada por almenas.
Con posterioridad, la torre perdió su parte más alta con el almenado y fue
sustituido por el tejado a dos aguas de la casa actual, probablemente al mismo tiempo que
se construyeron los dos edificios agropecuarios anexos. Una gran chimenea en su
zona central nos indica el gran hogar que había en su interior.
Otros detalles constructivos nos indican la gran casona señorial fortificada que fue: en el muro sur podemos apreciar una esbelta ventana geminada con arcos conopiales, a la que le falta el parteluz, similar a la que hubo sobre la entrada principal, aunque esta era de arcos de medio punto. Este tipo de arcos fue muy usado en la arquitectura del gótico flamígero en los siglos XIV y XV. También en el muro Oeste vemos troneras; aberturas en los muros similares a las saeteras pero con una abertura circular para poder defenderse con las nuevas armas de fuego que en aquella época iban apareciendo. Estas troneras comenzaron a instalarse en castillos y casas-fuertes en la segunda mitad del siglo XV.
Otros detalles constructivos nos indican la gran casona señorial fortificada que fue: en el muro sur podemos apreciar una esbelta ventana geminada con arcos conopiales, a la que le falta el parteluz, similar a la que hubo sobre la entrada principal, aunque esta era de arcos de medio punto. Este tipo de arcos fue muy usado en la arquitectura del gótico flamígero en los siglos XIV y XV. También en el muro Oeste vemos troneras; aberturas en los muros similares a las saeteras pero con una abertura circular para poder defenderse con las nuevas armas de fuego que en aquella época iban apareciendo. Estas troneras comenzaron a instalarse en castillos y casas-fuertes en la segunda mitad del siglo XV.
El tejado sustituyó al primitivo almenado del torreón, más elevado en origen que su actual altura. |
[1]
Lema Pueyo, José Ángel. Colección
diplomática de Alfonso I de Aragón y Navarra (1104-1134) , nº 270 (año
1133)
[2]
A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 455 B, f.30.
[3]
VV.AA. Cuadernos de Aragón nº 46. Undués
de Lerda. Entre reyes, señores y abades. “Pergamino de Undués de Lerda
(1513)”, p. 246. Apéndice segundo, pp.243-249.
[4] Archivo
Administración de Javier (Sangüesa) Escrituras de deslinde y amojonación de la
pardina de Buzcalapueyo, 1603.
[5] Recondo,
J.Mª. “El castillo de Xavier” Revista Príncipe de Viana nº 67-68, p. 270.
Pamplona, 1957.
[6] Mateo Suman. Apuntes para el Diccionario Geográfico del Reino de Aragón. Partido de
Cinco Villas, pp. 221-222.
[7] B.O.P. nº 147. 17/9/1864
BIBLIOGRAFÍA
-BRIZ MARTÍNEZ, JUAN. Historia de la fundación y antigüedades de San Juan de la Peña y
de los Reyes de Sobrarbe, Aragón y Navarra. Juan de Lanaja y Quartanet, impresor del
Reino de Aragón. Zaragoza, 1620.
-CORTÉS USÁN, MIGUEL ÁNGEL. “Los infanzones y la Heráldica de la Villa de
Tauste” Tauste en su historia. Actas de
las IV Jornadas sobre la Historia de Tauste. 9 al 13 de diciembre de 2002,
pp. 85-142. Patronato de la Casa de Cultura. Ayuntamiento de la Villa de
Tauste.
-CORTÉS VALENCIANO, MARCELINO. Toponimia de Sos del Rey Católico. Cuadernos de Aragón nº
58. I.F.C. Zaragoza, 2015.
-LEMA PUEYO, JOSÉ ÁNGEL. Colección
diplomática de Alfonso I de Aragón y Navarra (1104-1134) Fuentes Documentales Medievales
del País Vasco. Eusko Ikaskuntza. San Sebastián, 1990.
-LÓPEZ AGUERRI, JOSÉ ALFONSO; CHAVERRI ARILLA, ÁNGEL;
GARCÍA-VALDECASAS, ELENA. Undués de Lerda. Entre reyes, señores y abades.Cuadernos de Aragón, 46.
I.F.C. Zaragoza, 2011.
-PANZANO, JOSEPH LUPERCIO. Anales
de Aragón desde el año 1540 hasta el año 1558.Pascual Bueno, impresor del Reino
de Aragón. Zaragoza, 1705
-RECONDO, JOSÉ MARÍA. “El castillo de Xavier”. Revista Príncipe de Viana, año nº 18, nº
67-68, pp. 261-417. Pamplona, 1957.
-SUMAN, MATEO. Apuntes para el Diccionario
Geográfico del Reino de Aragón. Partido de Cinco Villas. Según el ms.9-5723
de la R.A.H. de 1802. Edición de Josefina Salvo Salanova y Álvaro Capalvo
Liesa. I.F.C., D.P.Z. Zaragoza, 2015.
-Archivo Administración de Javier (Sangüesa) Escrituras de
deslinde y amojonación de la pardina de Buzcalapueyo, 1603.
-Nomenclator de 1785. Imprenta Real. Madrid, 1789.
En la web:
-lancerosvillaviciosa.blogspot.com.es. Manuel Azlor de Aragón y
Urriés.
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