Aljibe en el patio de una casa de Sos del Rey Católico |
El agua es el elemento esencial de la vida. Las ciudades y pueblos nacieron siempre junto a una fuente de agua, bien fuera río, arroyo o manantial, pues sin dicho elemento la vida es imposible. Pero hubo otros pueblos que crecieron lejos del elemental líquido, al abrigo de una solitaria construcción, el castillo, levantado expresamente para defender un territorio de las invasiones enemigas. El castillo era generalmente edificado en un lugar elevado y rocoso, donde no existía la posibilidad de perforar el suelo para acceder a aguas subterráneas, por lo que tanto el castillo como las casas que comenzaron a edificarse alrededor del mismo tenían que construir un pozo o aljibe donde almacenar agua para el consumo, tanto de personas como para animales. Sos es un claro ejemplo de este tipo de pueblos nacidos al abrigo del castillo, allá por el siglo IX.
Sos
fue creciendo, y al mismo tiempo se roturaban nuevas tierras para cultivos que poco a poco se fueron
extendiendo y alejando del núcleo urbano. En aquellos apartados campos se
edificaron cabañas, bardizas y corrales, donde los agricultores y ganaderos
pasaban jornadas enteras o incluso largas temporadas , por lo que la necesidad
de agua les llevó a construir pozos tanto para el consumo propio como para dar
de beber a las caballerías, animales de tiro y ganado.
Un
pozo es una perforación vertical hecha en el terreno que atraviesa diversas
capas del subsuelo hasta llegar a la capa freática donde se acumula agua
subterránea. Su construcción se complementaba en la superficie con la
construcción en piedra de un brocal de aproximadamente un metro de altura donde
se apoyaba el cubo o pozal y que
servía también como medida de seguridad para que nadie cayera en su interior.
En ocasiones el brocal era rematado por un madero horizontal donde se colocaba
una polea con una cuerda atada al cubo con el fin de facilitar y aligerar el
peso del cubo durante el izado del mismo. Otras veces se instalaba una bomba
manual de succión para subir el agua. Los pozos ubicados en zonas de cultivo o
de monte suelen ser más toscos y el brocal, a menudo, está realizado con piedra
seca.
Igualmente,
era muy común la existencia de un abrevadero junto al pozo, pues la misión
principal de su construcción era dar de
beber a los animales, por lo cual su ubicación en bardizas y casas de campo era
junto a las cuadras y corrales.
Por otra parte, el
aljibe es una construcción cerrada realizada
bajo el nivel del suelo, a modo de depósito, de no mucha profundidad, de forma
cuadrada, circular, rectangular o prismática, con las paredes verticales construidas
a base de piedras selladas con mortero de cal (últimamente el cemento sustituyó
a la cal)
Respecto
a los aljibes hay que diferenciar los rurales de los construidos en el casco
urbano.
Pozo en un corral de Ceñito (Sos del Rey Católico) |
En
cuanto a los aljibes urbanos hay que recordar que Sos está edificado sobre la
roca de una elevación del terreno por lo que, ante la imposibilidad de perforar
el suelo para construir un pozo que llegue hasta el nivel freático del
subsuelo, las casonas señoriales de la villa, ya desde hace siglos,
construyeron aljibes domésticos para almacenar agua, unas veces obtenida con
aportaciones de acarreo y otras a través de una obra de canalización que les
permitía recoger el agua de lluvia del propio tejado de la casa mediante
canaleras, mientras que las clases menos favorecidas de la villa se tenían que
conformar con desplazarse diariamente hasta el arroyo o fuente más próxima
acarreando cántaros y vasijas.
Palacio Español de Niño. Bajante de piedra canalizado que alimenta el aljibe. Sos del Rey Católico |
Estos
pozos o aljibes se abrían generalmente en el patio de las casas, donde se
encontraban los establos y cuadras. En Sos todavía podemos encontrar varios de
estos aljibes en los patios de algunas casas, y en el patio del Palacio de Niño
aún se conserva, y todavía funciona, la canalización pétrea que alimenta el
aljibe en toda su bajante desde el tejado del edificio.
Pozos
y aljibes domésticos quedaron obsoletos en el siglo XX con la instalación del
agua corriente en la Villa, si bien se han conservado muchos de ellos como
elemento decorativo en los patios de las casas, recordándonos lo imprescindibles que han sido durante siglos
estas típicas construcciones que tradicionalmente sirvieron para el suministro de
agua a personas y animales.
En
el entorno rural, allí donde el agua corriente no llega, todavía quedan
servibles y operativos algunos pozos y aljibes para saciar la sed de animales y
ganado, labradores y pastores que, continuando la misma labor que realizaron sus
antepasados, se sirven de estas centenarias y sencillas construcciones, pero
básicas para poder sobrevivir.
Aljibe del Palacio Español de Niño. Al fondo a la izquierda canalización que
baja desde el tejado, de donde recoge el agua de lluvia. Sos del Rey Católico.
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BIBLIOGRAFÍA
-RIVAS GONZÁLEZ, FÉLIX A.
“Las gentes y el agua. Piedras para el agua. Algunas construcciones para el
aprovechamiento urbano” Pilar Bernard
Esteban (Coord.)La cultura del agua en
Aragón. Usos tradicionales, pp.116-133. Rolde de Estudios Aragoneses.
Zaragoza, 2008.
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