Mava dedica este bello
poema a Sos, donde las piedras y los
centenarios muros de la Villa son los mudos testigos y guardianes de todos los
acontecimientos habidos en Sos a lo largo de su historia.
LAS PIEDRAS DE SOS
Muda y callada estás,
mas te escucho;
nada dices ni mentas,
mas te oigo;
son las piedras de tus muros
que al oído me susurran y alientan.
Ilustre, señorial y honorable,
de tus mejores galas te vistes:
Iglesia, palacios, castillo,
escudos, blasones elegantes...;
admiración de quien te visita,
donde un día memorable
en noble casa nació un infante.
Allá por mil setecientos ocho,
fuiste gloriosa un día,
leal y vencedora Villa,
y aunque tú, humilde, modesta, no lo digas,
son tus piedras las que hablan,
las que escucho..., las que oigo.
MAVA
No hay comentarios:
Publicar un comentario