El juego de la rana |
La infancia siempre ha sido un contínuo aprender. En
Sos del Rey Católico, al igual que en todos los pueblos de España en el siglo
pasado, este aprendizaje discurría entre la escuela y la casa, con la familia.
Pero el niño, en sus ratos de ocio, encontrará en el juego no sólo el
componente lúdico que conlleva, sino también el elemento de aprendizaje. Ante
la falta de juguetes tan modernos y sofisticados como con los que hoy juegan
nuestros hijos- en primer lugar no se fabricaban, y en segundo lugar muchas
veces las posibilidades económicas de los mayores no podían permitirse este
gasto-, los mocetes de entonces tenían que usar su imaginación y entretenerse y
divertirse con juguetes de “fabricación casera”, a los que algunas veces
añadían formulillas, adivinanzas, cuentos, rimas fáciles o canciones para
completar la diversión. Todo esto formaba también parte del aprendizaje del niño.
Así, remendarán
objetos viejos, rotos o en desuso que usaban los mayores y elaborarán cerbatanas
de caña, tallos de tifa aplastados contra la pared, pelotas o pelotones obtenidos
de la vejiga del cerdo o de la lana y estambre de calcetines viejos forrados
con cuero de guantes en desuso, “ galdrufas” o peonzas, pitos o bolas, y
disfrutarán con infinitos juegos de imitación, de habilidad o fuerza, correr y
saltar, u otros referidos a animalillos como los “ coco de luz” o las “tijeretas” con
las que se perseguía a otros niños diciéndoles “abróchate la bragueta que llevo
cortapicheta”. El marro, rescatau, salta cabrita con muletillas, ladrones y
ministros, tú la llevas, tapar la calle y otros juegos se complementaban con
los universales de la gallinita ciega; y las niñas, más moderadas, jugaban
haciendo corros, saltando a la comba, a la rayuela, con las muñecas “peponas” y cantando en
sus juegos muy diversas cancioncillas con soniquetes muy parecidos y pegadizos.
Las
cancioncillas que acompañaban a los juegos infantiles de los niños muestran la difusión universal de algunas y el carácter
local de otras, como las que castigaban con palmadas o coscorrones al niño que
“ pagaba” mientras se destapaban los naipes de la baraja, con absurdas retahílas
para las cartas que en el “ guiñote” y en otros juegos de los adultos tenían un
valor especial: “ tres,trilistoque/ fue a
la venta/ por figote/ el ventero tiene una mula/ que tira coces/ el que quiera
miel/ que vaya a la era/ que el burro Pintallo tiene caguera” o “sota cachota/ cuando brinca la madre/
brinca la chota/ morros de abellota”, “caballo medallo/cuántas estrellas/ hay
en el cielo/ cuéntalas tú/ que yo no las veo”, repitiendo modelos bien
conocidos y sin dejar de golpear al pagano. Cuando salía el rey decían: “yo como rey me limpio el culo con un
papel”, lo cual no deja de ser congruente con la mentalidad infantil para
la que bastaba “una piedrecica” para tales menesteres. Otras formulillas y
canciones acompañaban a la designación de los niños para diversos cometidos o
simplemente para “pagar”. La explanada de la zona del castillo de Sos es mudo
testigo de generaciones de niños practicando dichas actividades.
Los mayores tenían en los juegos de naipes su máxima
expresión: el guiñote, la brisca, el subastao, el tute, el julepe, la brisca,
el copo, la escoba…Esta costumre tan arraigada de jugar a las cartas todavía
puede verse en los bares de Sos. ¿Quién no ha escuchado alguna vez al entrar en
un bar de la Villa alguna de éstas ancestrales palabras o frases?: “¡mata!, ¡arrastra!,¡las cuarenta!, ¡veinte en copas!, ¡qué potra
tienes, cabrón!,¡roba!, ¡tú das!, ¡copo!, ¡cuenta!, ¡el resto!, ¡corta!,
¡quítate daí trás, gafe, que me traes mala suerte!, ¡carta en la mesa pesa!,
¡servido!, ¡me llevo las diez de últimas!, ¡voy!,¡paso!, ¡a renuncio!,¡me estás
viendo las cartas de bislai!…
Otros de los juegos de tradición aragonesa que se
jugaba en la calle y, sobre todo en los bares, era el juego de “la rana” y el
de “los hoyetes”, ambos de puntería y precisión, y que hasta hace muy poco tiempo
todavía podía jugarse en el bar Las Cazuelas de Sos. Fernando, gerente del bar
Las Coronas, de Sos, propietario también del bar Las Cazuelas, tuvo el acierto
de conservar estos tradicionales juegos para muestra y recordatorio del divertimiento
de los sosienses en sus ratos de ocio durante el siglo pasado.
Juego de la rana. |
A los "hoyetes" se jugaba con tejos, fichas o chapas de hierro de 90 gr. de peso |
Muchos de estos juegos y costumbres que hemos visto han
desaparecido hoy en día de las calles de Sos, aunque la mayor parte estaban
vigentes no hace más de medio siglo y permanecen en nuestra memoria, y otros
pocos todavía se siguen conservando, sobre todo, como antes hemos visto, los juegos
de cartas en las tardes de cualquier época del año en los bares de la villa.
BIBLIOGRAFÍA
-IRIBARREN, JOSÉ Mª. Historias
y costumbres. Diputación Foral de Navarra. I.P.V. Pamplona, 1949.
AGRADECIMIENTO a Fernando Almárcegui, gerente del bar "Las Coronas" y "Las Cazuelas" de Sos del Rey Católico.
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