domingo, 22 de marzo de 2015

UN TELÉFONO DE PIEDRA

Para llegar a la iglesia de San Esteban hay que pasar por un túnel abovedado llamado túnel del Perdón.
Nos vamos a parar en la entrada del mismo túnel para divertirnos un poco y meternos en el terreno de la física, comprobando un fenómeno acústico provocado por la difracción del sonido.
En primer lugar explicar que la difracción del sonido es un fenómeno que afecta a la propagación de éste. Hablamos de difracción cuando el sonido en lugar de seguir en la dirección normal, se dispersa. La explicación la encontramos en el Principio de Huygens, que establece que cualquier punto de un frente de ondas es susceptible de convertirse en un nuevo foco emisor de ondas idénticas a la que lo originó. De acuerdo con este principio, cuando la onda incide sobre una abertura o un obstáculo que impide su propagación, todos los puntos de su plano se convierten en fuentes secundarias de ondas, emitiendo nuevas ondas denominadas ondas difractadas. La difracción se puede producir por dos motivos diferentes:
1º- Porque una onda sonora topa con un pequeño agujero y lo atraviesa.
2º- Porque una onda sonora encuentra a su paso un pequeño obstáculo y lo rodea. Las bajas frecuencias son más capaces de rodear los obstáculos que las altas. Esto es posible porque las longitudes de onda en el espacio audible están entre 3 cm. y 12 m., por lo que son lo suficientemente grandes para superar la mayor parte de los obstáculos que encuentran.[1]
Nosotros vamos a comprobar este segundo motivo: cuando las ondas sonoras rodean un obstáculo que impide su propagación, absorbiendo las ondas del foco emisor, que en este caso va a ser nuestra voz, y generando unas nuevas ondas idénticas (difractadas)

Túnel de Santa María del Perdón
 Para comprobar este fenómeno, una persona (A), el emisor, se colocará en un extremo del arco acercando su boca al rincón que forman las dovelas del mismo, y para completar el “círculo”, el receptor (B), se colocará en el otro extremo acercando su oído en el mismo sitio, y otra persona (C) se situará en medio del arco, bajo su clave, entre A y B.  Ahora A puede susurrar lo que desee, dirigiendo su voz hacia el rincón, y B podrá escucharlo perfectamente sin que C, que está entre ambos, se entere de nada.
El sonido que genera A rodea el obstáculo que impide su propagación (en este caso la piedra) generando estas ondas difractadas. Los niños de Sos, que conocen este lugar, lo llaman vulgarmente “el teléfono”
Podéis disfrutar de este “teléfono” cuanto deseéis y descubrir por vuestra cuenta más lugares en la villa de Sos donde se da este fenómeno, que hay muchos.




[1] Wikipedia. Difracción del sonido.

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