sábado, 9 de julio de 2016

LA IMAGINERIA ROMANICA

La imaginería es el arte de representar escultóricamente imágenes, por lo general de temas religiosos, talladas generalmente en madera policromada y con mucho realismo, con una finalidad devocional, litúrgica, procesional o catequética.
En la imaginería románica los principales temas de la talla en madera fueron Jesús crucificado y la Vírgen María (como trono de la sabiduría), representados ambos con una gran solemnidad y sin ninguna alusión al dolor o al sentimentalismo, donde el hieratismo simbólico del románico se expresa con toda su fuerza.
Talla románica de la Vírgen y el Niño.
Catedral de Santa María. Tudela (Navarra)
Estas imágenes provocaron gran devoción ente las gentes de la Edad Media, pues ante una talla tridimensional, el hombre medieval proyectaba más fácilmente sus sentimientos y plegarias.
La Vírgen, en posición frontal, con su hijo sobre las rodillas, es quizás la imagen más típica que se tiene del arte románico occidental. Para su talla, el artista empleaba dos bloques de madera: uno para la Vírgen y otro para el Niño. A veces, la Vírgen porta la manzana del Paraíso en su mano derecha. El Niño, representado frontalmente, bendice con su mano derecha mientras en la izquierda sostiene una bola (representando al Mundo) o los Evangelios.

Talla románica del Cristo del Perdón
Sos del Rey Católico
El Cristo crucificado se representa con una actitud de serenidad, reposado sobre la cruz con cuatro clavos, adoptando una composición simétrica y perpendicular con los brazos extendidos; sobre la cabeza puede llevar corona o diadema como símbolo de majestad, el perizona llegando hasta las rodillas y los pies apoyados sobre el suppedaneum.
A mediados del siglo XII surge la escenificación y dramatización del episodio final de la Pasión de Jesucristo a través de los grupos escultóricos del Calvario y el Descendimiento. El grupo del Calvario estaba constituido por las imágenes de Jesús crucificado, la Virgen y San Juan.
Grupo escultórico del "Calvario"
Museo de la iglesia de la Trinidad. Atienza (Guadalajara)
                   La inclusión de la Virgen a los pies de la cruz, compartiendo el dolor de su hijo, no aparece en los evangelios. Su origen se halla en la iconografía oriental, que vió en ella la imagen de la corredención. La presencia de San Juan se justifica por ser el único discípulo de Cristo que lo acompañó hasta el patíbulo. Los calvarios hispánicos reproducen habitualmente un mismo tipo iconográfico con los gestos más o menos tipificados, que se remonta al siglo IX en Oriente.                              Jesucristo es representado en la cruz con actitud solemne, cubierto únicamente con el perizona y la cabeza ligeramente ladeada hacia la derecha. La Vírgen, vestida con túnica larga, expresa su aflicción con el rostro ligeramente inclinado hacia delante y las manos cruzadas sobre el pecho, en actitud de resignación. San Juan, por su parte, comunica ese mismo sentimiento apoyando su mano derecha sobre la mejilla, mientras que con la otra aguanta el evangelio. Poco a poco se fueron humanizando estas actitudes.
Los descendimientos, por su parte, estaban conformados por las figuras del crucificado, la Virgen, San Juan, José de Arimatea y Nicodemo, y en algunas ocasiones, también por los dos ladrones, Dimas y Gemas.

Vírgen de Valentuñana (Sos del Rey Católico)
Conforme avanza el arte gótico, la imaginería
va perdiendo la rigidez del románico
Estos grupos escultóricos, tanto los calvarios como los descendimientos, podían estar ubicados en distintos lugares en el interior del templo. La posición más habitual era en el ábside mayor, bien detrás del altar o elevados sobre una viga travesera para no interrumpir el culto. 
                    Estas representaciones iconográficas irán sufriendo cambios sustanciales conforme el naturismo gótico va evolucionando progresivamente. Así, entre finales del siglo XII e inicios del XIII, se pierde la férrea simetría de la Vírgen con el Niño, soliendo estar representado éste soble la rodilla izquierda de su madre; también Jesús pierde su posición frontal y podemos verlo en algunas tallas mirando hacia su derecha; la actitud de la Vírgen no es ya tan rígida y podemos verla con su mano sobre el hombro o la cadera del Niño, en señal de afecto y protección... o sea, en una actitud más natural y humana.
Talla gótica de la Vírgen del Perdón
Sos del Rey Católico.
Sigue el modelo típico románico, pero el Niño
está sentado sobre la rodilla izquierda, aparece una 
ligera sonrisa en la Vírgen y los pliegues de sus ropas
rompen la rigidez del románico.
El Cristo crucificado también irá cambiando conforme avanza el período gótico. La corona regia se sustituye por la de espinas, los brazos son ligeramente doblados por los codos, al igual que las piernas, ligeramente flexionadas por las rodillas; el perizona se acorta; desaparece el suppedaneum y el pie derecho se sitúa sobre el izquierdo, con un sólo clavo. Aparece la sangre y las muestras de dolor.




























BIBLIOGRAFÍA

-Historia del arte español. T.IV. La época de los monasterios. Planeta. Barcelona, 1995.
En la web:
-www.arteguias.com. Imaginería y eboraria





JUSTICIAS DE SOS




 A partir del siglo XI-XII se fue sustituyendo paulatinamente en los municipios de Aragón al señor de la localidad por un juez local, designado en un principio por el rey y, poco a poco, elegido por el concejo del municipio. No solían recibir el nombre de juez, sino el de Justicia, alcalde o zalmedina. Presidían las reuniones del Concejo y decidían tanto en asuntos de índole económico como administrativos o judiciales, realizando las labores propias de un alcalde.
Este nuevo régimen municipal se fue desarrollando a ritmo muy diverso en los diferentes municipios, no siendo uniforme en todo el territorio aragonés, adoptando distintas formas según la mayor o menor amplitud de las franquicias y privilegios concedidos por los reyes y reflejados en los correspondientes fueros y cartas pueblas.
           


JUSTICIAS DE SOS[1]

Carlos Gil (1423)
Juan Guerrero (1424)
Miguel Ruesta (1425) justicia de El Real
Juan Pérez de Urriés (1426)
Ximén Ferrero (1427)
Eximeno García (1428)
Gil García (1429-1430)
Sancho del Parral (1432)
Gil Pérez (1434)
Sancho Zareco (1436-1437)
Juan del Parral (1438-1439)
Eximeno García (1440-1441)
Sancho de Agüero (1442-1443)
Juan de la Pieza (1444-1445)
Sancho Despierto (1446-1448)
Juan Guerrero, menor (1449-1450)
Martín de Ampiedes (1451)
Carlos Gil (1452-1453)
Martín de Sada, Juan de Penya, Carlos Gil, (1454)
Pedro López de Pitiella (1455)
Juan Martínez de Castiliscar, Domingo de Sos (1456)
Juan de Sos alias de Ninyo (1458)
Español de Sos (1461)
Juan Zareco (1463)
Martín de Sada (1464)
Martín de Ampiedes (1466)
Martín de Ampiedes, menor (1467)
Pedro de Ayerbe (1468)
Martín de Ampiedes, menor (1469)
Pedro Ferrer (1470-1471)
Domingo de Sos (1472-1473)
Lozano Martínez, Domingo de Sos (1474)
Lozano Martínez (1475)
García Don Blasco (1476-1477)
Juan de Penya (1478-1479)
Per Alfonso de Artieda (1480-1481)
García Don Blasco, menor (1482-1483)
Español de Sos (1484-1485)
Lozano Martínez (1486-1487)
Pedro Alfonso de Artieda (1488-1490)
Español de Sos (1491)
Español de Sos, Martín de Ampiedes (1492)
Martín de Ampiedes (1493)
Martín de Murillo (1494-1495)
Lozano Martínez (1496-1497)
Domingo de Sos, Juan de Murillo (1498)
Juan de Murillo (1499)
Lozano Martínez, menor (1500)
Alfonso de Artieda, (1501)
Juan de Murillo (1502)
Lozano Martínez, menor, (1503)
Alfonso de Artieda (1504)
Bartolomé Español, Juan Murillo (1505)
Alfonso Español, Gil García de Urriés(1506)
Gil García de Urriés (1507)
Martín de Ampiedes (1508-1509)
Español de Sos (1510)
Gil García de Urriés (1511)
Martín de Ampiedes (1512)
Miguel del Sen (1513)
Alfonso Español (1514)
Juan Murillo (1515)
Miguel Español de Niño (1516)
Miguel de Sada (1564)
Gaspar Monterde (1576)
Pedro Pérez (1588)
Melchor Monterde (1599)
Juan de Ulleta (1622)












[1] No todos los documentos consultados nos confirman con exactitud el año en que estos vecinos de Sos ejercieron como Justicia, por lo que las fechas entre paréntesis sólamente indican el año en el que esa persona aparece en algún archivo o documento, señalando en los mismos que fue Justicia de Sos, pero sin explicitar el año, por lo que estas fechas pueden coincidir o no con el año real en el que ejerció como tal; lo que sí nos refleja es una idea bastante aproximada en el tiempo.

miércoles, 6 de julio de 2016

SOBRE UNA DENUNCIA JUDÍA

Como en cualquier comunidad existente también los judíos tenían sus problemas y disputas. A continuación mostramos un documento del año 1311 donde unos judÍos de Sos son condenados por el baile al pago de 100 sueldos a causa de una coplilla difamatoria que propagaron sobre una familia de Uncastillo.
“…fue denunciado al dito bayle que Jucef e Simuel, nieto de Açach de Manoha, judíos de Sos, avian levantado hun cantar de deshondra a Simuel, tende(ro), e a dona Sol, su muller, y a Bellica, filla dellos, en el qual cantar dezian dito Simuel hera fillo de christiano, dona Sol, su muller, puta, e Bellica, lur filla, borda, y muytas otras cosas de deshondra e de infamia. E por esta razon fuesse movida demanda y levado pleytos por los ditos Simuel e dona Soldelant don Domingo Perez del Frago, alcayt de los judios de Uncastiello, et ante los adelantados de la dita aliama, la qual demanda los ditos judios negaron. E sobresto el dicto bayle quisies enantar a saber verdat del dito feyto, demandando a los titos Simuel y Jucef heran, si provado les fues. Et los dictos adelantados dixieron que cada XXX solidos (30 sueldos) por cada una daquellas palabras. Et los ditos judios, non queriendo pleytear con la sensoria, conpusieronse con el dite bayle. Por los quales, el dito bayle, viendo la pobreza e flaqueza dellos, y por rogarias de partida de homes buenos d´Uncastiello, que le rogaron, atorgo la dita composición, e les fizo diffinimiento por C solidos (100 sueldos) jaqueses.”[1]

 






[1] A.C.A. Real Patrimonio, Maestre Racional. Reg. 1688,f. 71.

UN "ENCHARGAU" EN NUEVA YORK


 De todos es conocida la socarronería existente entre nuestros vecinos pueblos fronterizos en cuanto a los motes y gentilicios usados entre ellos por aquello del “tu eres más tonto que yo”.(ver gentilicios)
 Es por esto que muchas veces se intenta ridiculizar a los vecinos de "al lado" mofándose de ellos mediante dichos o inventadas y figuradas expresiones o actuaciones, un tanto torpes o absurdas, con el fin de ratificar o aumentar más su grado de torpeza o falta de inteligencia, generando esta mofa un chiste burlesco.
 Así,contaba uno de Sos que en cierta ocasión un “enchargau” (Uncastillero) se fue a Nueva York, y antes de regresar a España se compró un fabuloso televisor. Al ir a facturar el electrodoméstico en el aeropuerto, le pregunta la azafata:

-¿Es que en su país no tienen televisores?
-Sí- contesta el de Uncastillo- “pero en mi pueblo van a alucinar con los pogramas d´aquí”.     


domingo, 3 de julio de 2016

LA MUERTE EN LA EDAD MEDIA

La muerte, según la concepción cristiana, es el instante en que el alma se separa del cuerpo.
Danza de la muerte, de Guyot Marchant
La concepción de la muerte, en el pensamiento medieval, se caracteriza por la creencia de ser un plan divino; un plan donde la vida terrenal que se deja era un regalo de Dios, iniciándose, al morir, otra nueva vida, la eterna, junto a Dios, siempre que en vida todos los actos realizados por el fallecido hubieran sido correctos, concibiendo estos actos insertos dentro del plan divino, es decir, que la vida terrenal era considerada como un tránsito divino a la eternidad. Es por esto, y por su profunda fe, por lo que el hombre altomedieval concebía la muerte como algo normal, natural, que tenía que ocurrir; y para ello tenía que prepararse en vida, realizar buenas obras, vencer las tentaciones y al pecado, ir a misa, recibir la Gracia a través de los Sacramentos, etc... para no condenarse y así gozar de una vida eterna mejor que la terrenal, pues ésta, corta, fugaz y pasajera, requería de mucho trabajo y esfuerzo para poder sobrevivir, plagada de obstáculos, donde la muerte podía llegar en cualquier momento, por lo que había que estar preparado.
Pero a pesar de todo, a pesar de admitir la muerte como algo natural, formando parte de “lo cotidiano” y pensar en una vida mejor tras la Resurrección, el hombre medieval temía a la muerte, porque amaba la vida, que era un regalo de Dios, y el miedo no lo era tanto por el hecho de morir en sí, pues su fe en Dios le daba fuerzas para alcanzar la Vida Eterna, sino al hecho de rendir cuentas ante la Justicia Divina por los actos cometidos durante su vida terrenal, por lo cual el buen cristiano debía estar preparado en cualquier instante para este momento, y las voluntades de los mortales se recogían en los testamentos.
Hasta el siglo XIII se tenía conocimiento de que el alma al morir tenía como destino el Paraíso o el Infierno, dependiendo del comportamiento en vida, sin embargo, a partir de este siglo comienza a tomar fuerza la idea de un tercer lugar, el purgatorio, donde las alma que necesitan purificarse esperan un tiempo antes de acceder a la Gloria, beneficiándose de los actos piadosos hechos en la tierra.
En el siglo XV comienza a difundirse el Ars Moriendi, o “Arte del buen morir”, produciendo en el hombre medieval un cambio de mentalidad frente a la muerte, pasando de una actitud resignada, que consideraba la muerte como algo natural, a un mayor temor hacia ella, una mayor preocupación para procurarse la Salvación. Esto se ve reflejado en los testamentos, donde con frecuencia se hacen menciones al infierno y al diablo, que hasta el siglo XV apenas aparecían en las actas; igualmente aumentan las encomendaciones a los santos, como San Miguel, San Francisco, Santa Bárbara, Santa Ana o San José, como protectores frenta a la muerte súbita; o san Cristobalón, presente en todas las iglesias como el encargado del tránsito a la Vida Eterna.
Closone (Provincia de Bérgamo) Italia
Al final de la Edad Media la muerte no resulta una muerte solitaria, sino un acto de solidaridad al que acuden parientes y amigos, quienes además de acompañar al difunto en sus últimos momentos, le procuran tranquilidad, rezan por su alma e invitan al moribundo a dejar resueltos sus asuntos terrenales mediante la confección de un testamento si aún no lo hubiera hecho, le preparan para morir en Gracia de Dios y procurar su bienestar en la Vida Eterna. Todo esto lo vendrá a regular y fomentar el Ars Moriendi en el siglo XV.
Para procurar el bienestar del fallecido en la Vida Eterna, los familiares y amigos que quedan en este mundo se ocuparán de realizar obras piadosas, celebrar misas por su alma, dar limosnas a iglesias, pobres, cuidar de enfermos o locos, etc.., pero esto dependerá, claro está, de la capacidad económica del difunto y de sus familiares, por lo que el dinero se convierte en un argumento para alcanzar la Salvación, a la vez que contribuye a una evidente diferenciación social y una ayuda económica al capítulo de San Esteban de Sos a través de los anniversarios, capellanías, oblaciones, trentenarios, misas de requiem...





BIBLIOGRAFIA

-HAINDL UGARTE, ANA LUISA. “La muerte en la Edad Media”. Revista Electrónica Historias del Orbis Terrarum, nº 1, pp. 104-206. Estudios clásicos, medievales, árabes y Bizantinos. Santiago de Chile, 2009.

-PAVÓN BENITO, JULIA y GARCÍA DE LA BORBOLLA, ÁNGELES. Morir en la Edad Media: La muerte en la Navarra medieval. Publicacions de la Universitat de Valencia. 2008

EL APELLIDO MONTERDE EN SOS

Los Monterde son una de las familias más antiguas del Señorío de Albarracín, concretamente en la localidad de Monterde de Albarracín, de la cual tomaron el nombre los progenitores de estas familias, teniendo constancia de ellos desde 1273. Posteriormente, descendiente de Albarracín, una importante rama existió en Sos del rey Católico, de la que formaba parte Antonio Baltasar Monterde( s. XVI); su abuelo Melchor, su bisabuelo Gaspar, casado con Doña Constanza Español de Niño, y su tatarabuelo Melchor también fueron de Sos[1], por lo que el arraigo de esta familia en la villa fue bastante temprano.
Otros Monterde de Sos fueron Pedro Sánchez Monterde, hijo de Don Gil Sánchez Monterde, alcalde de Navardún, y de Doña Catarina Sánchez Monterde; Juan Sánchez Monterde, Vicario General de Pamplona y Arcipreste de la Vall de Onsella; Antonio Sánchez Monterde, casado con María Español de Niño. Todos ellos “gozaron de los privilegios e inmunidades de Hijosdalgo y muchos asistidos a las Cortes y Juntas de Brazos y estando inseculados en los oficios del Reyno y algunos tenidores por el brazo de Caballeros Hijosdalgo”(La Cofradía de Caballeros de Santiago de Albarracín)
A la casa de Sos pertenecieron también Diego Antonio Vilanova Ximénez y su tío Francisco Vilanova La Justicia, ambos de Mallén (Zaragoza); nieto y bisnieto respectivamente del Caballero de Santiago don Miguel Vilanova, casado con Isabel Monterde, siendo caballeros de San Juan en 1705 y en 1738[2].
Blasón de los Monterde, de Monterde de Albarracín
Otros Monterde se asentaron por la América Española: Panamá, La Florida y Nueva España, principalmente.
Escudo en el casal de los Monterde en Albarracín
El blasón originario de los Monterde trae, en azur, un monte flordelisado de oro; bordura jaquelada de oro y azur, en dos órdenes.Los Monterde de Albarracín dividen el escudo en dos: 1º, de azur, con un monte flordelisado sumado de una flor de lis de oro; 2º, de plata, un águila volante de su color, con bordura general jaquelada de dos órdenes de oro y azur. 



Los Monterde de Sos, según consta en el expediente de don Francisco Vilanova La Justicia, traían por armas un escudo cuartelado: 1º y 4º de azur un águila exployada de sable, y 2º y 3º, de oro, una flor de lis de azur.








[1] La genealogía de los Monterde de Sos puede establecerse con los expedientes de la Orden de San Juan de los parientes de don José Sánchez Monterde, Gaspar Monterde, Español de Niño, Monterde y Lozano, Caballero en 1658, y Gaspar Monterde, Español, Rada y Frontín, Caballero en 1596, ambos de Sos. Dichos expedientes se conservan en la Sección de Ordenes del Archivo Histórico Nacional, con las signaturas 24.504,24.503 y 24.601 respectivamente.
[2] A.H.N. sig. 24.631 y 24.630.




BIBLIOGRAFÍA

-SAINZ DE VARANDA, JAIME ANGULO. “La Cofradía de Caballeros de Santiago de Albarracín”. Emblemata nº 13. Revista aragonesa de emblemática, pp. 195-256. I.F.C. Zaragoza, 2007.
En la web:
-www.armoria.info. Monterde
-www.redaragon.com. Heráldica aragonesa.
-www2.uned.es. Albarracín: linajes y testimonios heráldicos. Manuel Fuertes de Gilbert Rojo, Barón de Gavín. (Publicado en Tiempo de Derecho Foral en el sur aragonés: los Fueros de Teruel y Albarracin. VV.AA., vols. I y II. Ediciones del Justicia de Aragón, Zaragoza, 2007.)



EL DEPORTE EN SOS

Sos, hasta hace muy poco tiempo, no se ha destacado en el terreno deportivo por diversos motivos. En un primer lugar hay que especificar que un pueblo con una dedicación exclusiva a las labores del campo y a la ganadería, donde prácticamente todos los miembros de la unidad familiar se dedicaban a estas faenas agrícola-ganaderas, el tiempo de ocio que disponían los jóvenes de la localidad para ejercer algún tipo de deporte era mínimo, si no nulo; además hay que añadir el problema de despoblación, el éxodo rural, el interés por salir de una desastrosa situación económica durante bien entrado el siglo XX y otros motivos de índole económico, por lo que las instalaciones necesarias para practicar actividades deportivas no existían en el municipio. 
Afortunadamente los tiempos van cambiando: se diversifica la actividad económica de Sos, resurge la economía, la escuela poco a poco va ganando alumnos, y la disponibilidad de tiempo libre se va viendo ampliada adaptándose a una nueva “vida moderna” donde el recurso de “supervivencia” va dejando paso a un modo de vida más cómodo, relajado, moderno, industrializado y civilizado, menos "rural".
Pista del polideportivo. Sos del Rey Católico
                   Es por esto que desde hace años resurgiera en los jóvenes de Sos el interés por el deporte, y con él la necesidad de disponer de unas instalaciones donde poder ejercer diversas actividades deportivas. Se edifica un excelente pabellón polideportivo para la práctica del basket, balonmano, voleivol y fútbol sala, incluyendo un gimnasio con más de 25 máquinas para el ejercicio físico y fitness e impartiendo clases de psicomotricidad para adultos y de aerobic; junto a él se construyen un campo de fútbol reglamentario y las piscinas municipales.
Piscinas municipales de Sos del rey Católico
Debido al poco número de jóvenes que hay en la villa, las disciplinas deportivas que se practican no son muchas, pero suficientes para poder competir a nivel regional e incluso nacional.
Destacamos entre estas disciplinas el fútbol, balonmano y tenis de mesa, deportes que poco a poco han ido arraigando en la juventud del municipio y recogiendo satisfactorios frutos en diversas competiciones, llevando así el nombre de Sos del Rey Católico por toda la geografía aragonesa, española y hasta mundial,en el caso del tenis de mesa, y llegando a organizar incluso campeonatos de Aragón, como ocurrió en el año 2012, en que la localidad de Sos acogió el campeonato nacional de tenis de mesa de equipos por edades.
Campo de fútbol. Sos del Rey Católico
                           En balonmano cabe resaltar el equipo femenino infantil de 1998, que se proclamó campeón de Aragón. Y en tenis de mesa a nuestra campeona Paula Bueno, quien con tan sólo trece años ya se proclamó campeona de España.

Equipo balonmano infantil femenino de Sos del Rey Católico. Campeón de Aragón 1998