Tras cruzar la amplia puerta de nogal, del siglo XVIII, de la maravillosa portada románica de la iglesia de San Esteban(ver portada) accedemos al interior del templo.
Iglesia de San Esteban. Absides. Sos del Rey Católico |
De los capiteles de la arquería que componen el ábside, el primero de ellos, de izquierda a derecha, se encuentra en tan mal estado que es imposible poder interpretar nada: se identifica una figura que muestra en su mano una flor de lis, mientras que en el centro, otra parece mostrar animales. Seguidamente, el primero de las dobles columnas, conserva un buen estado tanto su cesta como el cimacio: sobre un fondo liso vemos cinco dragones que parecen echar fuego y humo por sus fauces; la composición es simétrica y los fondos lisos, lo mismo que los cuerpos de los animales; las garras van sobre el collarino; el cimacio lleva tallos besantes con flores inscritas. A la derecha de la ventana central, el siguiente capitel es de inspiración vegetal. Divide la copa en dos niveles de hojas: los dos tercios inferiores muestran una composición de pares de hojas digitadas y simétricas que parten del collarino y se apuntan hacia arriba; el tercio superior lleva tallos que se avolutan con lises en los ángulos y centros superiores; el cimacio lleva una faja de entrelazado. En el otro lado nos encontramos con el capitel más significativo en cuanto a las fuentes estilísticas y figurativas del taller que los labró, y representa la expulsión de Adán y Eva del Paraíso: en la cara larga del capitel vemos un ángel en la esquina, con las alas desplegadas, blandiendo su espada y bendiciendo, detrás del cual asoma un inoportuno personaje, apoyado sobre bastón, que no parece tener otra misión que la de llenar el costado del capitel; Adán y Eva, con nimbo en sus cabezas y muy compungidos, llevan pesadas vestimentas de pieles; destacan sus enormes manos, que el escultor no sabe muy bien cómo colocar; los cabellos son largos, con mechones paralelos; ojos con los iris incisos, al igual que los orificios nasales; la serpiente, ocupando el lateral derecho del capitel, parece tener la misma misión decorativa que el personaje del bastón. El siguiente capitel, bastante deteriorado, muestra una lucha de guerreros a caballo; el cimacio con tallos besantes con lises inscritas. El último lleva tres figuras; las laterales apoyadas en bastones y la central muy deteriorada.
Interior de los ábsides de la iglesia de San Esteban.Sos del Rey Católico. Fuente: sosdelreycatolico.com |
“Esta
obra fexo pinta Pero/ Miguel de Sosito, que Dios perdone, a honor dell e de
toda la / Cort Celestial y en Remesion / de sus pecados. Era MCCC / (…)tanta
fue acabada en / (…) er de junio, al otro dia de / (…) ayna, e fueron sadas las
/ (…)as por (…) Don Bartolomé qui / (…) et done”.
La bóveda es de cuarto de esfera y de medio cañón,
separadas por el arco fajón. Bajo la arquería y sobre ella, en el comienzo de
la bóveda, sendas impostas ajedrezadas del románico jaqués.
Los ábsides laterales, prácticamente simétricos,
presentan en su embocadura arco triunfal doblado y, en el interior, entre dos
impostas, una sucesión de cinco arquillos apeados en columnas. El central
guarnece la ventana, cerrada con alabastro y celosía y los cuatro restantes,
dos a cada lado, ciegos, son más estrechos y peraltados para mantener la altura
de sus claves. La bóveda es de cuarto de esfera.
Capitel del ábside del evangelio. Iglesia de San Esteban.
Sos del Rey Católico. Aves picándose las patas.
Fuente: 3digitala.com
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En el lado de la Epístola no se repuso durante la restauración
ninguno de los capiteles, por lo que su estado es lamentable, a excepción del
segundo y quinto capitel, cuya conservación podría tratarse de aceptable. El
segundo presenta en sus dos tercios inferiores de la copa pares de hojas lisas
por cara, que nacen del collarino, y de sus puntas cuelgan bolas o frutos; el
tercio superior lleva tallos con volutas esquineras lisas y, en los centros,
puntas de hojas de las que penden bolas lisas. El quinto, más deteriorado que
el anterior, expone una serpiente que habla al oído de un personaje en esquina
que se lleva la mano al cuello con cara de susto; a su lado, por la cara corta
de la cesta, otro hombre barbado, con una estaca parece golpear algo; en la
otra esquina un tercer personaje aparece sentado: una mano la coloca sobre su
rodilla y con la otra mata a un ¿monstruo?
Las bóvedas de crucero del templo y naves ofrecen bastante
interés, pues se combinan los sistemas de crucería y de cañón apuntado; en el
crucero se da el primer sistema: dos gruesos baquetones de perfil bilobular
arrancan de los ángulos, se cruzan y sobre ellos se tiende la plementería desde
los arcos. Las tres bóvedas inmediatas y perpendiculares a los lados del
crucero (brazos del crucero y primer tramo de la nave central) son de cañón
apuntado; las restantes de sencilla crucería, como en el transepto, con aquella
interesante peculiaridad que se ha señalado anteriormente; los nervios del
bovedaje contiguo a la puerta septentrional llevan unas conchas labradas de
bulto, evidente alusión al camino de Santiago, como también lo confirma la portada
de la Iglesia.
Bóveda de crucería. Iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico
Foto de archivo
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Las naves laterales, más estrechas y de menos altura
que la central, cubren en cada uno de sus tramos con bóvedas de arista
reforzadas por medio de nervaduras sencillas de sección tórica.
Columna y capitel. Nave lateral.
(Foto de archivo)
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En las naves, todos los
capiteles son de inspiración vegetal: cestas con piñas o bolas en los centros y
los ángulos, lancetas lisas o rellenas, hojas hendidas y digitadas con bolas,
hojas abultadas en forma de piñas en los ángulos y los centros, dos niveles de
hojas hendidas, otras lisas, palmetas minuciosas y esquemáticas, hojas lisas rellenas
de tallos, etc...Los cimacios van cambiando de taqueados, entrelazos,
trenzados, besantes con tréboles inscritos, ondas de tallos con palmetas, otras
con lises, grandes hojas elípticas hendidas y digitadas, rosetas, etc...
Arranque bóveda del crucero
(Foto de archivo)
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La otra serie de capiteles es la que adorna las
arquerías del interior de los ábsides, en piedra arenisca, rojiza y, en
general, en mal estado de conservación. También predominan aquí los simples
motivos ornamentales y convencionales, a excepción del de la expulsión del
Paraíso de Adán y Eva del ábside central, que es ajeno a la serie colocada en
estas arquerías, tanto por su estilo como por la calidad de la piedra. Las
restantes piezas representan hojas, adornos abstractos, un par de jinetes
enfrentados, tres sirenas-pájaros, etc. En los capiteles del interior del
ábside meridional, que son los más deteriorados, se advierte que abundan las
hojas, los roleos, al igual que en el ábside septentrional, cuyos capiteles-
hay tres iguales, de hojas- añaden cintas y animales
Tras un detenido análisis todo parece indicar que
debieron existir dos talleres escultóricos trabajando en San Esteban, como así
lo indica Crozet: uno, el que esculpió los elementos estructurales y vegetales,
y un segundo, más interesante que el primero, el que esculpió las escenas historiadas.
Las capillas
Cristo del Perdón. (Foto de archivo.) |
Las capillas
Al fondo de la nave central se encuentra la capilla
llamada de Santiago, del siglo XV, y que fue lugar de enterramiento de D.
Alonso de Artieda y de la familia Monterde. Preside la capilla una talla
románica de Cristo crucificado, llamado Cristo del Perdón, del siglo XII, de
tamaño natural, tallado en madera policromada y encarnada, todavía con
evidentes muestras de los convencionalismos románicos. Representa a un Cristo
vivo, sonriente, su rostro no presenta dolor, sino paz y serenidad. No lleva
corona de espinas, ni aparece en su costado la lanzada de Longinos, sus pies
están clavados separadamente y sobre un podium. Es el Cristo que ha vencido a
la muerte, para quien la cruz es un trono para su Majestad, una imagen de un
Cristo más cercana a la resurrección que a la muerte.
Rejería gótica del siglo XIV. (Foto de archivo) |
La capilla que alberga el ábside central, es la
capilla mayor y está presidida por San Esteban Protomártir, una talla gótica de
dos metros de altura del siglo XVI, tallada en madera sobredorada y encarnada,
ataviado con la dalmática y portando en su mano derecha la palma del martirio,
mientras que en la izquierda sostiene los símbolos del martirio: un libro con
las piedras empleadas en su lapidación; esta talla procede de un retablo gótico
que ocupó este ábside en el siglo XVI.
La capilla de su izquierda, la del lado de la
Epístola, (a nuestra derecha) es la capilla de la Virgen del Rosario. La
preside una bella imagen de talla renacentista del siglo XVI con la advocación
de Virgen del Rosario, en la que el Niño Jesús y la Virgen muestran una actitud
humana y no tan rígida como en las típicas esculturas románicas. Hasta 1965 presidía
esta capilla un retablo barroco dedicado a la Purísima Concepción.
En el otro ábside, el lado del evangelio, está el
Tabernáculo: es la capilla del Santísimo.
Crucería del atrio de la portada de la iglesia, añadida en el s. XVI |
El renacimiento se desarrolló durante el s. XVI y los primeros años del XVII, constituyendo un segundo momento de esplendor en todo tipo de manifestación artística. En arquitectura se llevaron a cabo reformas y ampliaciones en las antiguas iglesias y templos, limitándose a aumentar su capacidad espacial partiendo, generalmente, de plantas previamente consolidadas. Para ello rompieron algunos de sus muros, ampliando el perímetro global y su largura o anchura, añadiendo algunas capillas entre las que cobraban una fuerza inusitada las Sacristías y los Coros. Es por esto que en el siglo XVI se añaden a la primitiva planta rectangular de la iglesia de San Esteban cuatro capillas más, la sacristía y el coro, además del atrio de arco gótico y decorado con crucería de la portada de la iglesia para protegerla de las inclemencias del tiempo.
Las ventanas situadas en la parte más alta, al final
de los brazos del crucero, se abren en esta ampliación de la iglesia, anulando
las primitivas románicas del siglo XII.
La capilla abierta en el lado sur del tramo anterior
de la nave de la epístola se conoce como capilla bautismal. Comunica con el
exterior por la llamada “puerta pequeña”, renacentista, con arco de medio punto
enmarcado por pilastras, entablamento liso, soportado, a su vez, por sendas pilastras
y rematado por un frontón triangular. Muy cerca de esta puerta, al fondo de la
nave de la Epístola, estaba situada la que fue puerta pequeña, pero quedó
anulada por la escalera del coro y la colocación de la pila bautismal. Por eso
hicieron esta otra nueva en el siglo XVI.
Capilla bautismal
(Foto de archivo)
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La capilla se abre en arco de medio punto, con
decoración renacentista en cartelas almohadilladas, bóveda de crucería, imposta
lisa y ventana en arco de medio punto con derrame interior y cerrada con
alabastro. Empotrado en la pared hay un armario gótico, abierto en la piedra y
provisto de arco de medio punto de tracería sencilla y enmarcado por una
decoración con estilizaciones vegetales, conteniendo en su interior los Santos
Oleos y los utensilios para la administración del bautismo. En la actualidad
los niños recién nacidos en el pueblo también reciben allí el bautismo.
Organo en la capilla de la Virgen del Pilar. |
Esta capilla también contiene actualmente el órgano de
la parroquia(ver órgano).
La devoción en Sos a la Virgen del Pilar en el siglo
XVIII fue muy importante, entre otras cosas por el afecto que la familia Gil de
Jaz tuvieron por Ella, sufragando obras de arte religiosas en Sos cuyo tema
principal era precisamente la Virgen del Pilar.
Enfrente, y en el otro lateral (lado del Evangelio),
se añadieron la capilla de San Juan Bautista y San José. Sobre altares de
piedra que habían colocado en el siglo XVI se levantan dos retablos. El de
enfrente, una pieza churrigueresca del primer tercio del siglo XVIII; el
lienzo, dedicado a San Juan Bautista, está flanqueado a los lados por tallas de
los arcángeles Gabriel y Rafael (que no son los originales, sino que pertenecían
a un retablo ubicado en la cripta) y en el ático una hornacina con la imagen de
san Francisco Javier, todo profusamente decorado con ornamentación vegetal muy
carnosa. Su mazonería, trabajada en madera sobredorada y policromada,
estructura el retablo en sotabanco, banco, cuerpo con tres calles y remate;
tanto el sotabanco como el banco, (donde se incorporó un sagrario del siglo
XIX), están decorados a base de casetones sobre los que descansan los plintos
de las columnas salomónicas que flanquean el cuerpo y los pilares que separan
las calles.
El retablo de la derecha está dedicado a San José, una
obra barroca de finales del siglo XVII realizada en madera sobredorada y
policromada. Consta de banco, cuerpo con tres calles y remate. En el banco se
ubicó el sagrario flanqueado por un par de puttis
que, a modo de atlantes, sirven de plinto a las columnas del cuerpo. El cuerpo
está centrado con una bella escultura de San José con el Niño, bajo hornacina,
enmarcada por columnas salomónicas abundantes en decoración vegetal dando paso
a las calles laterales, divididas en dos pisos albergando los mediorelieves de
Santa Lucía y San Lamberto en la izquierda, y San Blas y San Pedro Arbués en la
derecha; y en el ático, remarcado por otro par de columnas, una hornacina con
un Calvario y un par de tallas de santos obispos.
En un panel a la izquierda de la capilla hay una
pintura gótica del siglo XIII que muestra a un Cristo Pantocrátor bendiciendo y
con el Libro de los Evangelios en la mano izquierda, sobre los hombros de un
Cristóforo o Cristóbal.
Entre esta capilla y la siguiente una angosta escalera de caracol abierta en el muro de piedra desciende hasta la iglesia inferior o cripta.
La otra capilla, próxima a la puerta de entrada, es la de la Virgen del Rosario, llamada así porque en un principio se levantó en su honor. Ahora contiene el retablo barroco de San Francisco Javier, de la segunda mitad del siglo XVII, tallado en madera policromada y sobredorada. El lienzo representa a San Francisco y a San Ignacio de Loyola. En el retablo figuran también dos tallas barrocas del siglo XVIII de San Lamberto, mártir zaragozano, y de San Antonio de Padua. Este retablo se trasladó a esta capilla en 1980 del lugar que ahora ocupa el órgano, y es de sencilla estructura: banco, cuerpo de una sola calle y remate. Sobre el banco, decorado a base de rosetones con un sagrario del siglo XVII en el centro, se alza el cuerpo presidido por un lienzo en el que fueron pintados los santos titulares acompañados por los donantes, situados en el ángulo inferior derecho y a una escala menor. Va enmarcado por un par de columnas salomónicas rodeadas por guirnaldas de flores y vides, y rematado por un sencillo ático en el que se inscribe un escudo de armas.
Escalera de caracol de acceso a la iglesia inferior. |
La otra capilla, próxima a la puerta de entrada, es la de la Virgen del Rosario, llamada así porque en un principio se levantó en su honor. Ahora contiene el retablo barroco de San Francisco Javier, de la segunda mitad del siglo XVII, tallado en madera policromada y sobredorada. El lienzo representa a San Francisco y a San Ignacio de Loyola. En el retablo figuran también dos tallas barrocas del siglo XVIII de San Lamberto, mártir zaragozano, y de San Antonio de Padua. Este retablo se trasladó a esta capilla en 1980 del lugar que ahora ocupa el órgano, y es de sencilla estructura: banco, cuerpo de una sola calle y remate. Sobre el banco, decorado a base de rosetones con un sagrario del siglo XVII en el centro, se alza el cuerpo presidido por un lienzo en el que fueron pintados los santos titulares acompañados por los donantes, situados en el ángulo inferior derecho y a una escala menor. Va enmarcado por un par de columnas salomónicas rodeadas por guirnaldas de flores y vides, y rematado por un sencillo ático en el que se inscribe un escudo de armas.
En el lateral, frente a la ventana, un sepulcro o
nicho funerario con un dibujo en negro, a gran escala, de 1,95 m. de alto por
1,91 de ancho, que representa a San Jorge alanceando a un dragón, con la
presencia de la princesa. La pintura pertenece al renacimiento, con
reminiscencias goticistas, ubicado bajo arcosolio y su datación aproximada
sobre el año 1560, es decir, durante la época de ampliación del templo. La decoración
parece estar inspirada en una xilografía o ser un boceto para una pintura mural
que no se llegó a terminar, plasmando el artista el momento del drama con abundantes
trazos curvos de notable efecto decorativo, haciendo un gran contraste el
minucioso dibujo del jinete y de las escamas del dragón con los inacabados y
descuidados trazos de la princesa que se encuentra arrodillada en un plano más
alto del cuadro.
Tribuna coral. Iglesia de San Esteban.Sos del Rey Católico
(Fuente: españaescultura.es)
|
La
infraestructura de la tribuna consiste en una bóveda de crucería rebajada sobre
pilastras platerescas, tachonada de claves, adornadas con coronas en las intersecciones
de los nervios. Esta apoyada en las pilastras románicas de la nave, decoradas
con motivos platerescos en la pared del fondo y en los arcos de las tres
caras. Las medidas de la bóveda son de 8 m por 4,45m. El frontal es un arco
carpanel con escudos en la clave, tanto por dentro como por fuera. De los tres
frentes, los que miran a la nave central y a la del lado de la epístola, son
abalconados con antepecho de celosía, a cuyos muros se adosa una escalera de 24
peldaños flanqueada por un antepecho de piedra compuesto por paneles
parecidos a los de las celosías, pero ciegos. El cierre de la tribuna por el
costado norte se hizo en piedra labrada con ornamentación plateresca profusamente
labrada, dividido en seis compartimentos rectangulares entre pilastrillas e impostas;
las tres inferiores presentan grutescos de platería, y en los superiores, en el
del centro se colocó el escudo de Aragón y a los lados, enmarcados en coronas
de laurel, las efigies de dos personas mirando ambos hacia el compartimiento
del medio. Ambos bustos podrían ser el emperador Carlos V y la Emperatriz Dña.
Isabel de Portugal, o tal vez los del gobernador de Aragón don Miguel de Gurrea
y su mujer, pues este gobernador fue el mediador en el contrato de la obra.
Sobre las cláusulas económicas del contrato de la obra
de Nicolás de Chalons con los jurados de la villa se estipuló “que toda la calcina, arena y agua e
qualquiere cosa que sera necesaria para dicha obra sea a cargo de dicho maestro
Nicolas, salvo la fusta que sera menester para fazer y armar dicha obra, la
cual le hayan de dar los oficiales y concejo de dicha villa para servir en la
obra y despues se les buelva”; se autoriza a Chalons a traer la “maniobra que havra menester para dicha obra
como mas expediente le sea” y se le facilita “la casa donde ha menester labrar la obra y habitar dicho maestro, la
villa de Sos se la haya de dar franqua por el tiempo que la dicha obra durare”
, que ha de ser un año inmediato y siguiente, plazo que sin duda abarca la fase
constructiva final, ya que luego exigen al maestre Nicolas que “dé razón de los VI mil sueldos que tiene recebidos
y en qué los ha gastado y si la obra que ha fecho sube tanto fasta la presente
jornada, y lo que se le havra de dar para servir, si razon sera, sea a
conocimiento de los maestros que han de tashar dicha obra, e si no lo havra
gastado todo, que coma de lo que tiene recebido fasta que sea gastado e en
dicha obra recompensado”[2]
Sillería del coro.(Fuente: saposyprincesas.com) |
Detalle de las sillas del coro (Foto de archivo) |
Tanto la ampliación de las capillas como el pórtico
que se construyó para proteger la primitiva portada de la iglesia, es obra del
cantero guipuzcoano Nicolás de Lizárraga, quien contrató el acarreo de 2.500
sillares hasta la iglesia el 7 de mayo de 1567, y de otros 4.000 dos años más
tarde[3].
[1] A.H.P.S., P. Carlos, 25 de junio de 1529, f. 15 v.
[2] A.H.P.S., Pedro Olleta, año 1530, f.s.n.
[3] San Vicente, Ángel. "Acotaciones documentales para la historia del arte en Cinco Villas durante el siglo XVI", p. 376. Estudios en homenaje al Dr. Eugenio
Frutos Cortés.
BIBLIOGRAFÍA
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románico en Cinco Villas.
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Parroquia San Esteban. 1992.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del Rey Católico: Iglesia Parroquial de
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monografías, serie roja, nº 51. León, 2001.
-GIMÉNEZ AÍSA, Mª.PILAR.
Guía del arte románico en las Cinco Villas. Fundación Uncastillo. 2008.
-PÉREZ MONZÓN, OLGA.
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-SAN VICENTE, ÁNGEL.
“Acotaciones para la historia del arte en Cinco Villas”, en Estudios en homenaje al Dr. Eugenio Frutos
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1977.
-SAN VICENTE, ÁNGEL.
“Iglesia de San Esteban”, en Arte
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1978.
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-VV.AA. El nacimiento del arte románico en Aragón-arquitectura. CAI. 1982.
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-VV.AA. El patrimonio artístico de la comarca de las
Cinco Villas. Carmen Rábanos Faci (dir.) I.F.C. (C.E.C.V.) Ejea de los
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En la web:
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de San Esteban. Pag. de A.García Omedes.
-www.romanicodigital.com. Sos del Rey Católico.
-www.romanicodigital.com. Sos del Rey Católico.
-www.sosdelreycatolico.com. Arte religioso en Sos.
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