Para conocer la
historia nos basamos en ocasiones en aspectos de la vida que son una fuente de
información riquísima, como el sistema monetario. La moneda, que se utiliza
para comercio, indica todavía hoy, a través de un sencillo código, una serie de
datos acerca del estado o de la sociedad que la acuña.
No hay que confundir
dinero y moneda. La moneda más corriente tanto en Sos como en todo Aragón era
el trigo. En un mundo rural como Sos las compras al por menor se hacían
normalmente al fiado, las deudas normalmente se fijaban en trigo y se pagaban
en especie cuando llegaba la cosecha. También, como ya hemos visto en documentos
existentes, las rentas de los señores y la Iglesia se cobraban en trigo. Los
campesinos apenas usaban las monedas.
En la Edad Media, el
aumento del comercio se relacionó con un aumento del uso de la moneda y del
dinero circulante. En las ferias algunos comerciantes se dedicaron a los
negocios del dinero: establecieron su banco para cambiar monedas, recibían
dinero en depósito y giraban letras de cambio para poder efectuar pagos en
otras plazas. También prestaban dinero cobrando intereses. Esta práctica fue
prohibida en un principio por la iglesia como usura; mas con el tiempo se
establecieron leyes para impedir la usura y establecer una tasa justa de
intereses.
La acuñación
de moneda supuso, aún más que ahora, la legitimación para los gobernantes, así
como una referencia de estabilidad para la propia economía del reino que la
ponía en circulación. Por eso las imágenes que la moneda presenta en sus caras
son también un acto de propaganda del mandatario que la manda acuñar y del
estado que dirige.
Igualmente, desde el
punto de vista comercial, la calidad en metales ricos de la moneda hablará de la
riqueza del mismo y hará que sea despreciada incluso en su propio lugar de
origen o sea utilizada como moneda de garantía hasta en los lugares más
lejanos.
En el Reino de
Aragón, y más concretamente en el mundo rural, el sistema monetario se basaba
en una moneda, la Libra Jaquesa, que no se acuñaba pero se utilizaba como
referencia en las contabilidades y los grandes pagos de dinero. A este tipo de
monedas se las conoce como moneda “de cuenta”. Esta moneda de referencia
apareció durante el reinado de Sancho Ramírez, segundo rey de Aragón (1064 -
1094), y fue utilizada como referencia en las cuentas y el comercio hasta
muchos siglos después
La Libra Jaquesa o
Sueldo Jaqués (derivado del Sólidus Aureus romano), ya que materialmente no
existía, tenía además sus fracciones (calderilla), esto es, piezas de cobre
(vellón) de poco valor, para hacer los pagos de verdad: eran el Dinero (derivado
del Denario romano), equivalente a 1/12 de sueldo y el Óbolo (que
en Aragón se llamó Mialla o Miaja), que era ½ Dinero. Estas dos fracciones sí
que tenían acuñación en metal y circulaban en el pequeño comercio, en los
mercados, etc. hasta la época de los Reyes Católicos, cuando en las Cortes de
1484 se consideró la necesidad de hacer una nueva moneda. La razón fue que el
dinero y el óbolo no se veían correr
mucho porque el valor de su metal superaba al de su capacidad de compra, y los
mercaderes las sacaban del Reino y en la circulación interior las sustituían
por otras similares de peor calidad que terminaban por desplazarlas, como eran
los ramillos de Valencia los quatrines de
Florencia o los agramonteses de Urgel, entre otras.
Así pues se acuñaron
en Zaragoza dos nuevas monedas, en plata, con valores de un sueldo y medio
sueldo, en gran cantidad para que circularan con agilidad, se verificó su peso
y su ley para garantizar su fortaleza, y se llamaron aragoneses, pues
se aspiraba a que representaran al Reino y a su nuevo impulso económico, si
bien estas monedas sólo circulaban entre los más pudientes y se utilizaban para
transacciones grandes, no viéndose apenas por los comercios (más o menos lo
mismo que ocurre hoy en día con los billetes de 500euros)
La acuñación de
estas primeras monedas se realizaba cada siete años en vellón. Este material,
el típico del Dinero aragonés, era una aleación de cobre con plata que podía
variar en la proporción de esta última, de ahí que según las partes de plata
que llevase la aleación que la componía se llamase “de tern”, o ternal si poseía
tres partes de plata; “de quatern” o cuaternal si cuatro partes y doblencia si
las partes de plata eran dos. Pero también hubo acuñación de monedas especiales
con materiales más ricos, como el Mitcal de Oro con el que Sancho Ramírez y
Pedro I pagaban tributo al Papado (del que sólo se conoce un ejemplar), el
Florín de Oro de Pedro IV (Acuñado en Florencia, de ahí su nombre), o el real
de plata
La acuñación
de las monedas de metal precioso en Aragón era una competencia exclusiva de los
reyes, mientras que la acuñación de la moneda de vellón era controlada por las
Cortes que representaban al Reino
Grabado medieval de una ceca.Fuente: Wikipedia |
Los lugares en
los que se acuñaba la moneda eran llamados cecas y en los primeros siglos de
existencia de Aragón hubo varias: Jaca, que dio nombre a la moneda jaquesa;
Monzón, que acuñó con su nombre en la moneda (Monsón); Zaragoza, que mantuvo la
marca CA (de Caesaraugusta) que tenía desde época romana; o Sariñena, con Jaime
II.
La doble función,
tanto simbólica y de representación como económica y de comercio, quedaba de
manifiesto en las imágenes y las letras que las monedas portaban en sus
anversos y en sus reverso.
La imagen que
predomina en el anverso de las monedas de curso acuñadas por los reyes de
Aragón es la efigie del rey. Esta representación, al menos durante los primeros
reinados, solía estar simplificada, de modo que la imagen que aparecía no
pretendía ser un retrato del monarca.
Algunos reyes
incluyeron en las monedas la imagen de busto de un hombre joven e imberbe
mientras otros mandaron colocar el de una persona madura y barbada. La imagen
solía estar rodeada de una inscripción en latín (idioma que se utilizó durante
toda la Edad Media como lengua de protocolo) con el nombre del rey, y en
ocasiones el del territorio o territorios que gobernaba. En el reverso, las
primeras monedas acuñadas por los reyes de Aragón tenían representado un motivo
floral coronado por una cruz (que recuerda al árbol de Sobrarbe), y la palabra
Aragón, que ocupaba toda la anchura de la pieza dividida en dos por el centro
del árbol (moneda ternal de Alfonso II).
Dinero de vellón de Pedro II.Fuente: numismaticaildum.com |
El valor
Para hacernos una idea
del valor de la moneda en aquella época
se puede decir que un peón podía ganar dos o tres sueldos al día, un carpintero
entre tres y cuatro, un juez entre 125-250 sueldos al mes. Una libra de carne
se vendía por un sueldo y una gallina venía a costar dos sueldos y medio.
BIBLIOGRAFÍA
-BELTRÁN MARTÍNEZ, ANTONIO. La moneda aragonesa. Colección CAI 100
nº 42
-ORTEGA, LUIS MIGUEL. La moneda en el Aragón medieval. Heraldo
escolar.
-Historia de Aragón. Coleccionable
Heraldo de Aragón. Zaragoza,1991.
-En la web:
-www.enciclopedia-aragonesa.com.
Moneda jaquesa.
tengo una pregunta ¿porque reaparece el uso de la moneda en la edad media?
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