domingo, 24 de enero de 2016

CENSALES: LOS PRÉSTAMOS DE LA EDAD MEDIA



Los censales eran los instrumentos financieros de los que se servían el estado, los municipios, los nobles, la iglesia o cualquier ciudadano con recursos para satisfacer sus necesidades crediticias. Este instrumento financiero estuvo muy extendido en la Corona de Aragón desde la Edad Media hasta la Edad Contemporánea. El censo era un contrato entre dos partes firmado públicamente ante un notario del reino. Por una parte se encontraba el censalista, persona que tenía a su favor un censo, y a percibir sus réditos del mismo; y por la otra estaba el censatario, persona obligada a pagar dichos réditos del censo.
      Técnicamente consistía en una perpetuidad emitida como deuda pública y tomaba la forma de venta de derecho: una persona o institución necesitada de dinero- el censatario-, creaba una pensión censal y la vendía a una persona o institución -el censalista-, poseedora de capital e interesada a percibir la pensión. La tasa que medía la relación entre la pensión y el capital era el rendimiento, y acostumbraba a ser del 7,5%. La pensión se pagaba anualmente de forma perpetua, si bien existía la posibilidad de que el censatario redimiera la obligación recomprando el censal, operación denominada, quita o redención.
Estos censos se podían heredar, vender, formar parte de las capitulaciones matrimoniales, servir para financiar obras sociales o utilizarse como pago de alguna deuda contraída por el censalista, pudiendo el censalista realizar estas operaciones sin autorización expresa del censatario.
Debido a los sustanciosos réditos que proporcionaban los censos muchos de los excedentes dinerarios de las grandes fortunas de la iglesia o de la nobleza se destinaban a ellos.
Durante la Edad Moderna los censos fueron comprados habitualmente por el Estado y por los municipios, constituyéndose en verdadera deuda pública. Los municipios veían en los censos una posibilidad de ampliar los presupuestos municipales para financiar sus proyectos.


La primera noticia documentada acerca de la venta de un censal por parte del concejo de Sos data del 4 de julio del año 1428, teniendo como protagonista al infanzón Martín de Artieda, quien adquirió 280 sueldos censales por una cantidad de 3.800 sueldos[1]; sólo diez años después, el 20 de mayo de 1438, el concejo consiguió redimir el censal[2].
Al iniciarse la guerra de Cataluña (1462) todo esfuerzo de resurgimiento económico de Sos quedó baldío. La necesidad de apoyo económico por parte de la monarquía fue imperiosa, por lo que los requerimientos a los aragoneses fueron continuos y muy elevados, obligando a los consistorios aragoneses a aumentar su partida de gastos. Al terminar la guerra, la situación financiera de Sos y del reino de Aragón era calamitosa y para intentar subsanar este desastre económico, en 1475 los oficiales de Sos suscribieron una concordia con el prohombre local Martín de Ampiedes para que durante una década cancelase 12.000 sueldos censales y pagase sus pensiones correspondientes, a cambio de recibir durante ese tiempo las rentas de la primicia y de los molinos. El acuerdo no llegó a cumplimentarse del todo debido a las diferencias surgidas en los pagos entre Martín de Ampiedes, su heredero y el consistorio, cancelándose solamente 2.000 de los 12.000 sueldos censales previstos.
Hubo nobles en Sos que encontraron en la deuda pública una forma de inversión que se adecuaba perfectamente a sus intereses, puesto que les otorgaba mayor confianza los créditos a los entes públicos, que garantizaban una mayor solvencia y estabilidad para la devolución del capital,que la inversión en créditos a campesinos muy endeudados, que aun siendo mayores los beneficios, en muchas ocasiones el deudor no podía hacer frente a los reintegros. Además también cabía la posibilidad de obtener prebendas políticas en caso de que se adelantase dinero al propio concejo, en cuyo gobierno municipal participaron con frecuencia estos hidalgos enriquecidos[3]
Así, por ejemplo, los Lozano, señores de Gordués,  en el año 1462 pagaron 6.000 sueldos al concejo de Castilliscar, que anualmente debía entregarles una pensión de 428 sueldos y 7 dineros[4]; en el año 1471 el concejo de Sos les vendió 80 sueldos censales por la cantidad de 800 sueldos, censal que se canceló veinte años después[5]; el 29 de marzo de 1484 compraron un censal de 210 sueldos a la villa de Sos por 2.100 sueldos, aunque la entidad municipal fue capaz de cancelarlo pocos meses después, el 8 de junio de ese mismo año[6].
Años más tarde la situación económica de Aragón estaba ya al borde de la quiebra. En 1488 Fernando el Católico emprendió el plan real para el Reparo del General, o Hacienda aragonesa, con el fin de amortizar la deuda pública para reducir los gastos derivados del pago de intereses y reducir también los gastos extraordinarios del General. Además, para que la Hacienda contara con capital suficiente, el rey acordó imponer una sisa consistente en un impuesto sobre el pan y la carne, pero esta sisa derivó en un pago a tanto alzado, por fuego o casa de los municipios del reino, aplicando la base contributiva en función del número de fuegos de cada municipio. Así, se aplicó el pago de 21 sueldos a las localidades que tuvieran la categoría jurídica de ciudad; 16 sueldos a las villas y lugares de más de 100 fuegos, y 13 sueldos a las restantes villas con menos de 100 fuegos (éstas suponían el 94% del total)[7]
En el Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza se encuentra el libro del “Reparo del General”, que es el libro de cuentas relativas a los ingresos y gastos y a la imposición de estas sisas durante el período de tres años, para así sanear la Hacienda aragonesa. Dicho libro está muy deteriorado y le faltan hojas, entre ellas las relativas a la sobrecollida de Tarazona, a la que pertenecía en aquellos años Sos, pero teniendo en cuenta que en esa época Sos contaba con poco más de 100 fuegos, sabemos que el montante económico que aportó la villa fueron poco más de 80 libras.
         No obstante, en los primeros años del siglo XVI Sos redujo su deuda y los tipos de los censales que tenía contraídos desde tiempo atrás, disminuyendo los intereses en torno al 5%, como se aprecia en las emisiones censales realizadas en los años 1509,1512 y 1513, donde Sos vendió tres censales al 5%.
       Pero si algún noble se caracterizó por acumular instrumentos de deuda pública a finales del Medioevo fue el alcaide del castillo de Navardún, Gil de Monterde, quien invirtió en censales en el corto espacio de tiempo de 13 años la cantidad de 39.500 sueldos, lo que le proporcionaron unas suculosas rentas:
Inversión de Gil de Monterde en censales a principios del siglo XVI.

FECHA
VENDEDOR
CANTIDAD CENSAL
PRECIO (sueldos)
18-10-1502
Concejo de Urriés
160 sueldos anuales[8]
2.000
8-11-1503
Undués Pintano
66 sueldos y 8 dineros[9]
1000
16-4-1506
Concejo de Ruesta
66 sueldos y 8 dineros[10]
1000
14-9-1507
Castilliscar
200 sueldos anuales[11]
3000
13-12-1511
Pintano/Undués Pintano
200 sueldos anuales[12]
4000
13-4-1512
Undues Pintano
25 sueldos anuales[13]
500
7-8-1513
Sos
1000 sueldos[14]
20.000*
15-11-1513
Concejo de Urriés
200 sueldos anuales[15]
4000
17-1-1514
Tiermas
66 sueldos y 8 dineros[16]
1000
4-10-1515
Pintano/Undués Pintano
150 sueldos[17]
3000

* Doce meses después el municipio ya habia logrado redimir la mitad de la deuda al pagarle 10.000 sueldos más la pensión.
                     

[1] A.H.P.S. Miguel Martínez de Sada, p. 356, ff. 108v-117v.
[2] A.H.P.S. Miguel Martínez de Sada, p. 366, ff. 32-33v.
[3] Abellá Samitier, J. Sos en la baja Edad Media, p.150.
[4] A.H.P.S. Juan Zareco, p. 408, f. 18.
[5] A.H.P.S. Martín de Ampiedes, p. 394, f. 79.
[6] A.H.P.S. Bartolomé Español, p. 477, f. 95.
[7] Falcón Pérez, M.I. Libro del reparo del General de Aragón (1489-1498), pp. 5-6.
[8] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 484, ff. 31-32v.
[9] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 485, ff. 66-69v.
[10] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 462, ff. 14-15v.
[11] A.H.P.S., Miguel del Sen, p.463, ff. 61-63.
[12] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 466+, ff. 91-93.
[13] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 476, ff. 13-14v.
[14] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 507, ff. 97v-102.
[15] A.H.P.S., Miguel del Sen., p. 468, ff. 51-52.
[16] A.H.P.S., p. 469, ff. 4v.-6.
[17] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 507, ff. 91v-94v.









BIBLIOGRAFIA

-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. “Una hacienda local en crisis: la quiebra del municipio de Uncastillo”. Aragón en la Edad Media, XXI, pp. 5-35. Ed. Departamento de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Arabes e Islámicos.Universidad de Zaragoza. Zaragoza, 2009.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. La villa aragonesa de Sos en la Edad Media: economía, sociedad y manifestaciones de poder. Tesis doctoral. Universidad de Zaragoza, 2007.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C.(C.S.I.C.). Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-FALCÓN PÉREZ, Mª ISABEL. Libro del Reparo del General de Aragón (1489-1498) Textos de Historia Moderna, 1. Annubar Ediciones. Zaragoza, 1993.
-FURIÓ, ANTONI. “Deuda pública e intereses privados: finanzas y fiscalidad municipales en la Corona de Aragón”.Edad Media, revista de historia nº 2: Instrumentos de pago y finanzas en la Edad Media, pp.35-80. Universidad de Valladolid. Valladolid, 1999.
-SESMA MUÑOZ, JOSÉ ÁNGEL. La Diputación del Reino de Aragón en la época de Fernando el Católico. I.F.C. Zaragoza, 1977.



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