Inscripción en el torreón circular del castillo de Sos del Rey Católico (Zaragoza) |
En
el torreón circular del castillo de Sos del Rey Católico hay una inscripción
que Loli Ibañez consiguió descifrar en el año 2021.
Confieso que yo también estaba
intrigado por saber qué ponía en dicha inscripción. Llevaba años dándole vueltas y solo malinterpretaba lo
mismo que, en un principio, leía Loli: ”…los
pio,… de lospio….” Lo que sí tenía claro era que el final de la inscripción cerraba con la palabra “Huesca”. Pero de ahí no avanzaba
más. No había forma de interpretarla.
Por fin Loli dio con la solución: “Btes (Batallones) de los provinciales de Huesca”, añadiendo que es una inscripción de
mediados del siglo XIX haciendo alusión al período de las guerras carlistas.(ver)
Torreón circular. Castillo de Sos. |
Y tenía toda la razón. Efectivamente,
la inscripción parece corresponder a los años de mitad de siglo XIX, y podemos decir que es posterior a la finalización "oficial" de la primera guerra carlista (1840) pues, a tenor
de los datos que disponemos sobre los batallones de las milicias provinciales
de entonces, el batallón de los Provinciales de Huesca se constituyó con posterioridad
a esta fecha, concretamente en 1841.
La inscripción está tallada en una única piedra y mide 47cm. de largo por 22cm. de ancho, dividida en tres partes longitudinales de diferentes anchuras, de modo que aparentan como tres líneas, de arriba a abajo, de 6, 9 y 7 cm. de anchura respectivamente, donde la primera línea es totalmente ilegible debido al desgaste, la erosión y el paso del tiempo. La parte legible corresponde a la segunda y tercera línea, donde puede leerse: "Bta. de los pro" en la segunda línea, y "vinciales de Huesca" en la tercera. Bajo esta inscripción hay otra piedra de 30 cm de largo por 12 de ancho que también contiene otra inscripción, pero resulta totalmente indescifrable.
En relación al cuerpo legible de la inscripción, podríamos decir que la primera palabra abreviada podría estar en singular y no en plural porque, a diferencia de otras provincias más grandes en cuanto a población se refiere y que, lógicamente, disponían de más batallones, realmente en Huesca sólo existió “UN” batallón de milicias, y no dos o más. Es por esto que la letra contigua a la “B” y la “t” podría ser, sencillamente, una “a” o una “o” de “Batallón”(en singular); “Batallón de los Provinciales de Huesca”, porque, como confirmaremos más adelante, sólo existió un único batallón.(Personalmente, por los trazos de la letra, me inclino más por la "a" que por la "o"). En alguna de las dos partes ininteligibles de la inscripción (la primera línea y la piedra de abajo) es muy probable que estuviera inscrito el número del batallón del cuerpo de milicias de Huesca que se acuarteló en Sos en el siglo XIX.
Las milicias provinciales eran
cuerpos de infantería con gente civil reclutada de la reserva o voluntarios de
ciudades, villas y pueblos que, prácticamente, no tomaban las armas; se
encargaban de proteger las ciudades o pueblos mientras las fuerzas de choque o
el ejército activo era el que verdaderamente daba la cara y se enfrentaba con el enemigo. Los
batallones provinciales recibían instrucción pero solo actuaban en caso de
extrema necesidad. Asímismo, durante los períodos de paz, estos batallones
permanecieron acuartelados en los pueblos y ciudades como ayuda al
mantenimiento del orden y la paz en la localidad y alrededores.
Históricamente, la creación de las milicias provinciales se debe a Carlos I, pero quien las impulsó considerablemente y ordenó su establecimiento en toda España fue su hijo, Felipe II. En un principio, en su origen, estaban dedicados a la defensa interior del Reino, aunque ocasionalmente también actuaron en el exterior (Portugal, Italia…). A partir de 1637, con Felipe IV, y con motivo de la guerra con Francia, las milicias provinciales se organizaron en Tercios, pero será Felipe V, casi un siglo más tarde, quien potenció definitivamente estas unidades, promulgando un primer reglamento en 1704, en el que ordenaba crear 50 regimientos en las 17 provincias en las que se dividía el Reino de Castilla. Cada uno contaría con 12 compañías que contabilizaban un total de 551 soldados y oficiales, llegando en los años de la Guerra de Sucesión hasta el número de cien regimientos. Las Reales Ordenanzas de 31 de enero de 1734 dispusieron la reducción a 33 regimientos de milicias, compuestos de ocho compañías con un total de 800 hombres de tropa, distribuidos por todas las provincias de la Corona de Castilla. Dependían de un Inspector General de Milicias y de un Estado Mayor General. Durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) se crean también regimientos de milicias en Aragón, Cataluña y Valencia. El 18 de Noviembre de 1766 se publica un nuevo reglamento para las Milicias Provinciales, cuyos regimientos se aumentan hasta 42, organizados en un único batallón con ocho compañías de fusileros, una de granaderos, otra de cazadores y la Plana Mayor del Regimiento, con un total de unos 720 miembros[1].
Terminada la primera guerra carlista
(1840) fueron reformadas las Milicias Provinciales creándose, por vez primera, Regimientos con nombres de provincias aragonesas: 47º Huesca, 48º Zaragoza y
49º Teruel. Concretamente estos batallones de infantería se crearon en 1841.
Posteriormente, en 1846, tomaron el nombre de “cuerpos de reserva del ejército”
y se llamó “Regimiento de Reserva nº 16” formado por los batallones: 46º Huesca,
47º Zaragoza y 48º Teruel. En el año 1847 se disuelve su Plana Mayor y vuelven a
quedar independientes los batallones. En 1855 aumentaron los batallones y los
correspondientes a Aragón serían: 54º Huesca, 55º Zaragoza y 56º Teruel, a los que
se añadirán 66º Calatayud y 67º Alcañiz. Finalmente, en 1867 quedan disueltas
definitivamente todas las milicias provinciales de España al dictarse la nueva
ordenanza para reorganizar el ejército activo y el de reserva, pero ocho años
después, por R. D. de 5-IV-1875 volvieron a crearse las Milicias Provinciales.
Los Batallones aragoneses eran en esta ocasión, y por un período de dos años,
los mismos que cuando se crearon en 1841: Batallón Provincial n.° 47 Huesca
(1875-1877) Batallón Provincial n.° 48 Zaragoza (1875-1877) y nº 49 Teruel
(1875-1877).
Observamos cómo el “Batallón de
Provinciales de Huesca" nº 47 fue creado en 1841 y no hubo ninguno más, por lo
que se deduce que la inscripción del torreón del castillo tiene que ser, como mínimo, de 1841 y anterior a la fecha de disolución del mismo (1877).
Torre del homenaje y torreón circular. Castillo de Sos del Rey Católico |
Sobre la primera guerra carlista y las tropas que se instalaron en Sos ya hemos hablado en otra ocasión (ver), pero sirva el siguiente resumen para hacernos una idea del extraordinario movimiento de tropas que había en la villa. Solamente durante el período de la
primera guerra carlista (siete años) se instalaron en Sos: una unidad de “caballería de
Borbón”, otra de infantería del “12 de línea”, un batallón de tiradores y otro
de caballería de “flanqueadores de Navarra” al mando del capitán Iriarte, una
brigada de combatientes del capitán Suárez, dos escuadrones de caballería del
capitán General Marcelino Oráa, otro escuadrón de “caballería de Borbón” al
mando del comandante José García y tropas de infantería del brigadier Linares
con una columna de 900 hombres, un batallón del general Aldana, otro del
coronel Coba, otro del capitán de “lanceros de Isabel II” Mariano Sanz,y un batallón de "tiradoes de Isabel II", el
general de la división auxiliar argelina con su 6º batallón y Estado Mayor, el
batallón 1º de granaderos de Zaragoza, la 1ª compañía de carabineros, la 1ª de
cazadores y la 1ª de tiradores también de Zaragoza, el 13º batallón de Mallorca
y un batallón de “Nacionales de Zaragoza”, dos batallones de Africa, un batallón de "América" y otros dos
de los indeseables franceses de la “Legión Extranjera” al mando del barón de
Suarce, y varios batallones más de infantería y caballería con más de 10.000
unidades en total.
Otras y muchas fuerzas militares más pasaron por Sos en este corto período de siete años que duró la primera guerra carlista, por lo que el servicio de control y vigilancia de un sencillo batallón de voluntarios provinciales casi como que estorbaba. Por eso, a tenor de la ingente cantidad de soldados y tropas profesionales de diversos cuerpos y ejércitos que se dieron cita en la villa para hacer frente a los numerosos ataques de los facciosos enemigos, es bastante improbable que un batallón de voluntarios permaneciera en Sos durante la guerra.
Sin embargo, en períodos de paz sí
que tuvieron plena actividad y efectividad (a partir de 1840). Aunque Sos era un pueblo más bien pequeño
(por aquel entonces contaba aproximadamente con unos 2.500 habitantes), tenía
su propio batallón de milicias, del que nos han llegado los nombres de los voluntarios
que lo formaban a finales de 1842:
-Brigadier primer comandante: Patricio
Domínguez
-Segundo comandante: Rodrigo
López de Artieda. Ayudante: Pedro Ponz
-Capitanes: Joaquín
Ballario, Silverio Bueno, Joaquín Sánchez, Isidoro Gil.
-Tenientes:
Nicolás Tutor, Antonio Muro, Mariano Arceiz, Basilio Asensio.
-Subtenientes: Antonio
García, José Martínez.
-Sargentos: José
Alastruey, Antonio Gaztelu.
-Cabos y soldados: Manuel
Moreno, Jorge Fuertes, Salvador Fanteva, Manuel Berges y Francisco de Laca.
El hecho de que, oficialmente, la primera guerra carlista se dé por terminada en 1840 no quiere decir que Sos y su comarca estuviera libre de incursiones carlistas y de bandoleros, pues, aunque en menor escala y con menos frecuencia, siguieron existiendo escaramuzas e insurecciones carlistas en el transcurso de todo el siglo XIX. La milicia Provincial nº 17 de Sos resultaba insuficiente para mantener a raya a estos pocos facciosos, por lo que, al parecer, el Gobernador de Sos reforzó el puesto de vigilancia con el recién creado batallón de Provinciales nº 47 de Huesca quienes, para dejar constancia de su apoyo y ayuda a la villa de Sos, grabaron en una piedra del castillo el nombre de su batallón, que es el que podemos observar ahora: " Batallón de los Provinciales de Huesca". Como antes se ha dicho, es muy probable que la parte ilegible de la inscripción haga alusión al nº 47 con que se identificaba el batallón de los Provinciales de Huesca, que en el año 1842 se encontraba bajo el mando del teniente coronel D. José Antonio Hernández[2].
Igualmente, es bastante probable que la piedra que contiene la inscripción, y que actualmente vemos en el torreón circular del castillo, no corresponda con su primigenia ubicación y se haya recolocado allí en alguna reforma o restauración posterior del castillo, pero no es menos cierto que su lugar original no estaría muy lejos de aquí, puesto que el castillo, igual que durante la Edad Media, seguía sirviendo de atalaya y lugar de acuartelamiento de las tropas del ejército. Hay que tener en cuenta que Sos del Rey Católico quedó enormemente devastado tras la guerra de la Independencia, pero gracias al impulso del Gobernador de Sos, Vicente de Vargas, fue totalmente restaurado, castillo incluido.
Lugar de la inscripción (marcado en rojo) |
Todavía quedan más inscripciones en Sos del Rey Católico por descifrar, o interpretar, pero poco a poco, unos u otros, vecinos o investigadores, con insistencia, mucha dosis de paciencia y muchísimos pasos en falso, al final damos con el enigma, que es lo que nos satisface. Como dice Loli: "¡una menos!".
¡Vamos a por la siguiente!
BIBLIOGRAFÍA
-de OZCARIZ, D.H. Historia de las milicias provinciales, de su origen… Imprenta de Ramón Santacana. Madrid, 1852.
-SORANDO MUZÁS, LUIS; GUIRAO LARRAÑAGA,
RAMÓN. “Botones militares aragoneses”. Rev. Emblemata, nº 2,
pp. 143-163.
-Periódico "El Correo Nacional". 1º de Mayo de 1842.
En la web:
-Archivo General de la Región de Murcia. "Regimiento de Milicias Provinciales de Lorca" Doc. ES.30030.AGRM/29
-Loli Ibañez. Blog de la Ruta del Tiempo. "¡Una menos!"
https://www.rutadeltiempo.es/una-menos/
-Manuel Valle (blog). “Tropas en Sos durante la primera guerra carlista”. https://villadesosdelreycatolico.blogspot.com/2014/11/tropas-en-sos-durante-la-primera-guerra.html
-Milicia provincial. 1842. Caballipedia. http://caballipedia.es/1842
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