Restos del viejo molino de Valentuñana |
Sabemos
que en Valentuñana había un molino ya en el siglo XII, pues aparece en un
documento de junio de 1189 como fecha de finalización de su construcción. y más
tarde, el 17 de abril de 1265, “ Dn.
Ferrer de Navardún, Dn. García Bravo y Juan de Navardún, venden a la iglesia de
Sos su derecho a molienda en la rueda de Santa María de Balantunyana”[1].
Desconocemos
la localización exacta de dicho molino, pero es bastante probable que estuviera
ubicado en el mismo lugar donde hoy se encuentran los restos de un molino que
existió en el barranco de Las Fuentes, junto al monasterio, pero fuera de su
recinto, en el actual sendero GR1 que lleva hasta Petilla de Aragón.
Es fácil imaginar que en el
transcurso de los siglos se fueran mejorando y ampliando las instalaciones del
primitivo molino, superponiéndose o utilizando las anteriores infraestructuras
y edificaciones para mejorarlas en las nuevas y sucesivas construcciones, ya
que el lugar de su ubicación, obligatoriamente, era inamovible y tenía que estar,
forzosamente, junto a una corriente del agua.
Por los restos que quedan se puede
apreciar y deducir que el molino de Valentuñana era una construcción de
considerables dimensiones, con sus estancias para albergar al molinero y toda
su familia y para las diferentes labores de tipo agrícola o ganadero, con sus
cuadras, granero y otras diversas dependencias.
También puede verse sobre el terreno
la superficie de lo que fue la balsa que daba entrada al agua y su canalización hasta el molino, no sin mucho
esfuerzo, pues la salvaje vegetación está empezando a “adueñarse” de todo y, si
no se desbroza de vez en cuando, terminará “absorbiendo” y ocultando toda clase de restos pétreos[2].
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