Ya
es primavera y apetece dar paseos por Sos del Rey Católico.
Nada más salir de nuestras casas veremos, con
toda seguridad, las amapolas silvestres (papaver rhoeas), pues brotan en
terrenos baldíos, bordes de caminos y carreteras, campos de cereal y otros
tipos diferentes de terrenos que hayan sido removidos por el ser humano, pues
necesitan que se remuevan los nitratos del suelo para crecer, por eso es fácil
verlas en zonas donde la actividad humana es constante.
La amapola silvestre es una planta de
crecimiento anual cuya mayor característica es el color rojo intenso de la flor.
Pertenece a la familia de las papaveráceas y posee erectos tallos poco
ramificados cubiertos con unos finísimos pelillos. La flor presenta cuatro
finos pétalos rojos y dos sépalos vellosos que caen cuando se abre la flor.
Sus hojas resultan levemente
venenosas para los animales herbívoros, pero comestibles para el ser humano
siempre que hayan sido cocinadas previamente; simplemente cocidas resultan de
un agradable sabor, aunque no es conveniente abusar de ellas debido a los
efectos que proporciona la rhoeadina que contienen, un alcaloide de
consecuencias ligeramente sedantes, por lo que tomadas en infusiones, se recomienda
para trastornos del sueño, insomnio, ansiedad, nerviosismo o depresión. También
es usada como tratamiento para la tos y dolores de garganta.
Los estambres, de color negro, forman un compacto anillo alrededor del gineceo, y sus numerosas semillas, totalmente inofensivas, son utilizadas en repostería y como condimento alimentario.
Mucha gente confunde la amapola silvestre con su “hermana mayor”, la papaver somniferum, comúnmente conocida como adormidera, de la que se extrae el opio, pues posee un gran número de alcaloides como la morfina, la papacerina o la codeína, por lo que su consumo no es aconsejable. La diferencia con la amapola silvestre, además de las somníferas propiedades, la encontramos visualmente en sus flores. La adormidera, a diferencia de la amapola silvestre, presenta sus flores de un color blanco, grisáceo o violeta claro, pero nunca presentan el rojo intenso de la papaver rhoeas.
En la zona de Sos del Rey Católico, comarca de las Cinco Villas y Aragón, la amapola silvestre es llamada también ababol, que etimológicamente deriva del árabe hispánico (hababawra) y este de la unión del árabe clásico (habb: semilla) y del latín papaver (amapola).
Curiosamente, en Aragón y Navarra también es usada la palabra ababol para designar a una persona distraida, simple, abobada, con poco espíritu.
BIBLIOGRAFÍA
-Wikipedia. Papaver rhoeas.
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