Hace
más de 30 años vi en una casa de Sos del Rey Católico una curiosa urna de cerámica y su
dueño me contó la historia de tan bello ejemplar artesanal. Desde un principio
no dudé de su relato, pero para ratificarlo era necesario ir a Granada a comprobar
una cosa. Le pregunté si había ido él a la capital granadina y me contestó que no.
Así que era totalmente primordial ir a Granada para poder confirmar la historia de la urna.
Personalmente, por aquel entonces, no podía hacer un viaje tan
largo sólo por este motivo, así que el viaje a Granada se fue demorando durante
años.
Pero
vayamos a la historia.
En
el año 1970 se llevó a Granada una urna de cerámica cuyo interior contenía
tierra de Sos del Rey Católico, cuna del rey Fernando “el Católico”, igual que ocurriera en 1959 con otra urna procedente de Madrigal de las Altas Torres, cuna de la reina Isabel "la Católica" conteniendo, igualmente, tierra de su localidad natal.
Ambas urnas se depositaron en la cripta que hay bajo el monumento funerario de los Reyes Católicos en la Capilla Real de la
catedral de Granada, donde reposan sus restos junto a los de su hija Juana "la Loca", su esposo Felipe I "el Hermoso" y un nieto, el infante, príncipe de Asturias, Miguel de la Paz, muerto a los dos años.
El motivo de ofrendar la urna de Sos del Rey Católico a Granada fue para dar cumplimiento a un acuerdo de la Diputación granadina con la Diputación provincial aragonesa y de este modo que ambos monarcas, Fernando e Isabel, descansaran junto a la tierra que les vio nacer. El año elegido para llevar a cabo este evento fue 1970 porque en dicho año se cumple el Quinto Centenario de la boda de Isabel y Fernando (1469-1970)
La urna debía ser una pieza de artesanía única, destinada exclusivamente a tal fin, pero lo que mucha gente desconoce es que esta urna
de Sos del Rey Católico llevaba implícita una curiosa e inédita historia.
La urna salió deteriorada en su segunda cocción. |
En esos momentos, casualmente, un
vecino de Sos entró en el taller del artesano con la intención de comprar unas piezas de
cerámica para enlosar una parte de su casa que estaba restaurando en la
Villa. Paseando por el taller con el ceramista, mientras este le iba enseñando
las diferentes muestras de baldosas que allí tenía expuestas, al sosiense le llamó la
atención la urna apartada por el artista y sintió curiosidad por la misma porque vio en ella escritas las
palabras “Rey don Fernando el Católico”. Se acercó, cogió la urna y la fue girando hasta
leer todo el texto: “ -7- DICIEMBRE-1970-TIERRA DE SOS-CUNA DEL REY DON FERNANDO EL CATOLICO-". Esto hizo que se interesara todavía más por la pieza y preguntara al
ceramista por el motivo de su obra, quien se lo explicó, a la vez que le
comentó que no estaba en venta, ni tan siquiera deteriorada, y la había dejado
allí para destruirla porque ya había fabricado otra y, según el Patronato de Bellas Artes, tenía que ser “una pieza
única.”
Mucho tiempo debieron estar discutiendo sobre la urna en un constante "tira y afloja": el ceramista por intentar convencer
al sosiense que no podía venderla, que su obligación era hacerla desaparecer, y
el de Sos por intentar que no la destruyera y comprarla. Finalmente ganó la
tozudez del de Sos y regresó al pueblo con la urna “original”; deteriorada,
pero la original.
La segunda que fabricó el ceramista
es la que, según nuestro vecino de Sos, se encuentra en Granada desde entonces
(1970). He intentado buscar en la web imágenes de la urna, documentación en
archivos y hemerotecas, pero no encontré nada relacionado con la mencionada urna, por lo que localizarla, como he
comentado al inicio de este post, se convirtió en una crucial y primordial empresa,
pues tenía que comprobar, en primer lugar, si existía la urna y, en segundo lugar , si
era del mismo ceramista y, finalmente, compararla con la existente en Sos.
Personalmente fui a Granada hace cinco años y
no pude verla; ni tan siquiera me dieron razón de ella; nadie sabía nada ni tenía conocimiento de las
urnas, ni de la de Madrigal ni de la de Sos. Me marché de Granada decepcionado,
pero me comprometí a seguir
intentándolo. En otro viaje que hizo mi hijo a Granada, hace tres años, le encomendé la misma misión, con un resultado idéntico a mi intento. Nadie conocía ni sabía nada de las urnas; pero yo seguiría insistiendo.
En
un tercer viaje posterior que hizo un conocido mío a tierras andaluzas este mismo año, le conté la historia y mi interés por localizar y fotografiar la urna. En un primer intento le pasó como en las anteriores ocasiones, que
nadie en la catedral sabía nada de urnas. Pero insistió en preguntar a más personal hasta que un trabajador de la catedral le comentó que "creía haber visto
en alguna ocasión unas urnas en la cripta de los Reyes Católicos", pero "el acceso
a la misma estaba prohibido". Mi amigo, tan tozudo como el protagonista de esta
historia, consiguió convencer a su interlocutor, entrar a la casi inaccesible
cripta y fotografiar la urna. He visto las fotos personalmente, pero no las
puedo divulgar porque así quedó pactado entre mi amigo y la persona que le
facilitó el acceso a la cripta; pero allí estaba la urna, con tierra de Sos del Rey Católico,
junto a otra traída de Madrigal de las Altas Torres y junto a los plúmbicos ataúdes de Isabel y Fernando en la austera cripta sepulcral.
Comparando ambas urnas (la de
Granada y la de Sos) salta a la vista que son obras realizadas por el mismo
artesano; evidentemente no son idénticas porque son creaciones hechas a mano,
pero sí tienen muchísima similitud en cuanto a tamaño, forma, decoración y
color de sus dibujos ornamentales, seña inequívoca de identidad del taller de
cerámica, además de contener el mismo texto escrito, siendo idénticas las grafías, así como poseer los mismos dibujos y emblemas en sus tapas, que en el siguiente párrafo describo. No hay ninguna duda que la historia del sosiense era verdadera.
Respecto a la urna, es un recipiente cilíndrico de cerámica, ligeramente convexo conforme se aproxima a su centro, de 80 cm de circunferencia en su parte más ancha por 13cm de alto, del que sobresalen, equidistantes, dos pequeñas protuberancias a modo de asas, con una tapa cónica de 22cm de altura, a modo de cúpula, donde en su parte superior se vuelve a ensanchar, como si fuera la linterna de la cúpula y rematada en su extremo superior con una cruz, por lo que la altura total de la pieza, desde la base hasta el extremo superior de la cruz, es de 35cm y su peso es de 4,100 Kg. Toda la pieza está esmaltada de blanco y pintada con los característicos colores azulados de la cerámica de Muel, donde diferentes roleos decorativos se extienden por toda la superficie de la urna. La azulada monocromía se rompe en la tapa, donde los roleos decorativos la dividen en cuatro partes, conteniendo cada una de ellas, con diferentes coloraciones, uno de los 4 emblemas, realizados en soporte francés moderno, de los cuatro cuarteles que conforman el escudo de Aragón.
En la urna cuasi se percibe el escudo de Aragón , pero hay que tener en cuenta que al ceramista le encargaron una urna, que decoró con su personal y tradicional estilo; es de suponer que le encargaran pintar el escudo, pero no una réplica exacta del mismo, por lo que el artista esbozó, a grandes rasgos, los detalles más característicos del mismo, dejándose llevar por su personal ingenio y peculiar arte, cual más puro estilo expresionista. De este modo, si nos fijamos bien, vemos los cuatro emblemas que, seguidos, guardan el mismo orden que el de los cuarteles del escudo de Aragón y cuya expresionista descripción heráldica es la siguiente: 1- Sobre campo de oro una encina terrasada, en su color, y no desarraigada, como es en el escudo de Aragón, rematado en su copa por una cruz latina, de gules, representando el Reino de Sobrarbe. 2- Sobre campo de azur, y adiestrada en el cantón del jefe, escudo en plata alargado en su punta, cuartelado en sotuer, de azur, representando la cruz de Iñigo Arista o "Aragón antiguo". 3- Sobre campo de plata, la cruz de San Jorge, de gules, cantonada de cuatro cabezas, en plata, con barba y pelo de sinople y coronadas en oro, sustituyendo a las originales cabezas de moro, representando la conquista de Huesca tras la batalla de Alcoraz. 4- Escudo palado de oro y cuatro palos de gules representando la "señal Real de Aragón".
Vemos cómo las diferencias con el escudo de Aragón son apreciables a simple vista, pero se sobreentiende y puede interpretarse claramente la idea que quiso plasmar el ceramista al decorar "a su manera" la tapa de la urna con estos cuatro emblemas "expresionistas", cuyos significados guardan su peculiar y correspondiente paralelismo con los cuarteles del escudo de Aragón.
Resumiendo, la primera urna, la original, y que nunca debió existir, aunque resquebrajada, se encuentra en una casa particular en Sos del Rey Católico gracias a la tozudez de su dueño; y la segunda, catalogada como “pieza única”, es la que se encuentra en Granada.
Una curiosa historia de un objeto hasta ahora desconocido y que, tras más de 50 años, hoy ve la luz por primera vez gracias a la insistencia y tozudez,
como buenos aragoneses y por partida triple, de un vecino de Sos, mi amigo y un
servidor.
NOTA añadida y actualización a 11 de diciembre de 2023
Esta historia ha servido de inspiración para escribir la novela "La Urna"(ver)
BIBLIOGRAFÍA
-Periódico "El Noticiero", 8 de diciembre de 1970, p. 4 y 13 de diciembre de 1970, p.31.
¡Precioso y curioso relato! Aporto un pequeño dato para completarlo: cuando la delegación de Granada vino a por la tierra, trajeron como obsequio la copia de la espada de Fernando el Católico que está expuesta en el Palacio de Sada.
ResponderEliminarDe esa espada, y mira que busqué mucho, no hay reproducciones que se puedan "adquirir".
Y por último, no sólo felicitarte a ti, sino también a quien pudo ver la urna en la cripta, yo también fui en su busca (sin saber el tipo de contenedor, en busca de la tierra), y tampoco pudieron darme ninguna noticia en Granada.
Muchas gracias.La verdad es que ha costado mucho dar con ella, casi debía haber titulado el post "en busca de la urna perdida". Y desde aquí quiero agradecer profusamente a mi amigo que, desinteresadamente y dedicando su tiempo libre, hizo todo lo posible por localizarla. Gracias de nuevo por tu aportación al relato.
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