Leyendas hay en todos los pueblos de la geografía española y sus temáticas son de lo más variadas, pero entre ellas resaltan, por su abundancia, las de contenido religioso y, sobretodo, milagroso.
Vírgenes,
santos, Cristos, iglesias, ermitas, monasterios…son los protagonistas de estas
leyendas que ponen a prueba nuestra fe y trascendencia espiritual.
Ejemplos de estos tipos de leyendas religiosas
los tenemos aquí, en Sos del Rey Católico, en la leyenda del Cristo del Perdón
o en la milagrosa Virgen de Valentuñana. Y no hay que desplazarse muchos
kilómetros para encontrar otras del
mismo carácter, como las leyendas del Cristo de Javier (Navarra),la del “Cristo
Marinero” de Sádaba, la del Cristo del Amparo de Aibar (Navarra) o la del
Cristo de Peña (Navarra), entre otras.
Veamos
lo que nos cuenta la tradición oral sobre este último Cristo del deshabitado
pueblo fronterizo de Peña (Navarra), en la que aparece la localidad de Sos del
Rey Católico en un claro ejemplo de una de las singulares características que constituyen
las leyendas: narraciones anónimas transmitidas oralmente a lo largo de los
siglos donde suelen aparecer distintas versiones según el lugar específico
donde se cuentan aunque, siempre, la milagrosa acción, en este caso del Cristo,
persigue el mismo fin en sus diferentes versiones.
Peña
es un pequeño pueblo, muy próximo a Sos del Rey Católico, en la muga con Navarra, que a mediados del
siglo XX quedó totalmente deshabitado. Su iglesia, dedicada a San Martín de
Tours, se ha reformado y cada 11 de noviembre se abre su puerta para celebrar
oficios en honor al patrón, a los que acuden antiguos habitantes y sus
descendientes en un acto de recordar sus raíces y rememorar tiempos vividos. En ella se halla un Cristo crucificado del siglo XIII, de transición del románico al gótico, y colgando en los laterales de su enmarque aparecen
dos grandes cadenas de hierro.
Cuenta
la leyenda que en Orán (Argelia)[1] estuvo preso un vecino de
Peña, ferviente devoto del Cristo de su villa natal. Durante su presidio no
cesaba de encomendarse al Cristo de Peña, rogando y suplicando por su
liberación.
El
reo fue liberado y una vez regresado a su villa natal, y como agradecimiento
por su liberación, ofreció al Cristo, como exvoto, las cadenas de su presidio.
Ricardo
Fernández Gracia, catedrático de Arte y Patrimonio Navarro de la Universidad de
Navarra, nombrando a José María Iribarren, así lo recoge en un artículo
publicado en 2019: “Un exvoto, descrito
por Iribarren, de una enorme cadena con grillos, ante el Cristo de Peña, habla
de la liberación de un cautivo en Orán que invocó al Cristo”.[2]
Por
otro lado, como antes se ha dicho, el carácter oral y la transmisión a
generaciones de una leyenda en un largo período de tiempo, hacen que el relato
sufra algunos cambios, generando diversas versiones dependiendo del lugar, la
cultura, los valores, la intencionalidad, erróneas interpretaciones o las creencias
populares de cada región.
Así,
nos encontramos con una versión tradicional, más próxima, recogida por una vecina
de Peña a la que su abuela le contaba: “Cuentan
que los presos que se fugaban de la cárcel de Sos del Rey Católico lo hacian
por el monte, con los pies atados por cadenas y cuando llegaban a Peña le
pedían al Cristo que les liberara de las cadenas y estas se soltaban. Por ello
a ambos lados del Cristo tiene colgadas cadenas de hierro.”[3]
Prácticamente,
ambas versiones cuentan con los mismos elementos en la narración (presos con
cadenas e invocación al Cristo de Peña para que les libere de ellas) a
excepción del sujeto, o sujetos encadenados, cuyo lugar de origen y de
presidio son distintos. En la primera versión el preso es nacido en Peña,
mientras que en la segunda parece no importar el lugar de nacimiento; a su vez,
mientras que el primero se encuentra preso en Argelia, los segundos son los presos
encarcelados en la vecina localidad de Sos del Rey Católico.
Es
imposible saber cuál de las dos versiones es la original o, a lo mejor, existe
incluso una tercera versión que desconocemos. La respuesta a esta duda se
pierde en el tiempo, pero resulta fácil imaginar que la versión de los presos
de Sos sea posterior a la de Orán, pues es más probable que, intencionadamente,
el vulgo hiciera más cercana la leyenda, más local, que no al revés, resultando más "creíble" la historia del preso en Argelia que la de los presos de Sos del Rey Católico, que probablemente no tendrían devoción alguna por un Cristo del que, posiblemente, desconocían su existencia.
De
todos modos, independientemente del lugar de nacimiento de los presos y el de su lugar de cautiverio, este detalle en la narración es de menor importancia, porque lo
que la leyenda nos quiere resaltar es que con la fe, la oración y el fervor
divino se puede cambiar hasta el destino más pavoroso del ser humano. El resto son transformaciones del relato que son connaturales a las leyendas populares.
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Nota: siento mucho no poder adjuntar ninguna fotografía del Cristo (habrá que esperar al 11 de Noviembre).
[1] En 1509 Orán fue tomada por tropas españolas bajo el mando del Cardenal Cisneros y de Pedro Navarro. Entre 1708 y 1732 formó parte del imperio Otomano, hasta que fue reconquistada de nuevo por el conde de Montemar. La soberanía española duraría hasta 1792, en que se hizo efectiva la soberanía de los turcos que gobernaban Argel. En 1831 se inicia la colonización francesa hasta que en 1962 Argelia consiguió su independencia.
[2] Fernández Gracia, Ricardo. “El crucificado en Navarra: culto, arte y relatos legendarios”. Diario de Navarra. 19/04/2019, pp.68-69.
[3] Mª Cruz Cebrián (habitante de Peña). Leyenda que le contaba su abuela. Recuperado de “Los pueblos deshabitados” 23/05/2012, por Faustino Calderón.
BIBLIOGRAFÍA
-Diario
de Navarra.19/04/2019. Ricardo Fernández Gracia, pp.68-69, “El crucificado en
Navarra: culto, arte y relatos legendarios”.
En la web:
-http://lospueblosdehabitados.blogspot.com/2010/04/pena-navarra.html
Los pueblos deshabitados: Peña (Navarra). Blog de Faustino Calderón
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