domingo, 25 de octubre de 2015

FELIPE V. LA GUERRA DE SUCESIÓN

Carlos II “el Hechizado” no pudo tener hijos debido a su esterilidad y enfermedad, por lo que testó a favor de su sobrino nieto José Fernando de Baviera, hijo del duque-elector Maximiliano II Manuel de Baviera y de la archiduquesa María Antonia de Austria, hija del emperador Leopoldo I y de la infanta Margarita Teresa de Austria, por lo tanto era bisnieto del rey Felipe IV de España y de su segunda mujer Mariana de Austria, y Carlos II lo nombró príncipe de Asturias en 1698. Pero al año siguiente José Fernando murió con apenas seis años de edad. Tras esta muerte, Francia, Austria, Gran Bretaña y los Países Bajos trataron de llegar a un acuerdo en 1700 por el cual Felipe de Anjou, hijo de Luis, Delfín de Francia y heredero al trono francés, y de María Victoria de Baviera, (nieto de Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria - hermana de Carlos II de España-, por lo que Felipe de Anjou era bisnieto de Felipe IV de España) recibiría el gobierno de Nápoles, Sicilia y Milán, y el archiduque Carlos de Austria sería coronado rey del resto de los dominios españoles. Sin embargo el acuerdo se rompió cuando Carlos II hizo un nuevo testamento en el que dejaba todos sus títulos y territorios a Felipe. Como era de esperar, Austria no reconoció el testamento y declaró la guerra a Francia, iniciándose así la guerra de Sucesión al trono de España, que duró hasta 1715.
Esta guerra de Sucesión fue un conflicto internacional entre las grandes potencias europeas, pero en España resultó ser una guerra civil entre los partidarios del borbón Felipe y los del archiduque Carlos.
Felipe V "el Animoso", de Louis Michel van Loo

                    Felipe de Anjou, que reinó con el nombre de Felipe V, aceptó la Corona el 15 de noviembre de 1700. El 18 de febrero de 1701 llega a Madrid, después de pasar un tiempo en Irún esperando que la esposa del difunto Carlos II, la reina Mariana de Baviera Neoburgo, abandonase la Corte. Con él se inició así la dinastía borbónica en España, siendo su reinado el más largo de un monarca español, al tener que prolongarse veinte años más debido al fallecimiento de su hijo Luis I, en quien había abdicado en 1724, a los ocho meses de acceder al trono
El Reino y Corona de Aragón se mostró, mayoritariamente, a favor del archiduque Carlos, mientras que la Corona de Castilla y el Reino de Navarra apoyaron a Felipe. La zona de las Cinco Villas se mostró igualmente dividida; así, mientras que Ejea apoyaba a los Austrias, las villas de Tauste, Sádaba, Uncastillo y Sos lo hacían a favor del borbón Felipe, tal vez por su proximidad con la borbónica Navarra.
En 1702 los recursos de la corona española eran muy limitados. Se decía que la caballería e infantería de España escaseaba en personal, armas y municiones, por lo que fue Francia quien tuvo que suministrar armamento al ejército español. En 1706 el número de soldados de Felipe V en Castilla era sólo de 17.242 hombres.[1]
Antes de iniciarse la lucha, el concejo de Sos avisó a los vecinos para proveerse de municiones y se reedificaran las murallas.  Las condiciones de los enfrentamientos debieron de ser duras, pues así se desprende de una orden de Felipe V, de 27 de noviembre de 1706, en la que ordenaba a los virreyes de Navarra y Aragón socorrer con armas y municiones a la villa de Sos y a su castillo, y que su Ayuntamiento administrase las rentas de los censales para emplearlas en la defensa del castillo y en la reedificación de las murallas, pues estaban muy arruinadas.
Sos fue tomada por las tropas de  don Carlos de Austria pero, la valentía y el arrojo con el que lucharon los sosienses hicieron que las tropas invasoras retrocedieran abandonando la población.
Igualmente, la villa de Sos también sufrió los problemas de alojamiento y provisión de los contingentes militares durante la contienda, manteniendo su guarnición hasta, al menos, el año 1720.
El archiduque Carlos de Austria

El Archiduque Carlos de Austria, conforme consolidaba su dominio en Cataluña, Aragón y Valencia establece en cada uno de estos territorios unas Juntas de Secuestros y Confiscaciones para confiscar los bienes y rentas pertenecientes tanto a eclesiásticos como a seculares que fueron rebeldes a la causa austríaca o por encontrarse vacantes por cualquier motivo, adjudicándoselos a la Real Hacienda.
                    El 25 de abril de 1707 las tropas de Felipe de Anjou derrotaron a las del archiduque Carlos en la batalla de Almansa. Era el principio del fin para el archiduque.
En 1713 el Archiduque Carlos fue elegido emperador de Alemania. Las potencias europeas, ante el temor del gran poder de los Habsburgo, retiraron sus tropas y firmaron ese mismo año el tratado de Utrecht.


Tras la victoria del Borbón, Felipe V dio numerosos privilegios a Sos por su apoyo en la lucha, mientras que castigaba al resto de los aragoneses por haber apoyado a Carlos.
            La fidelidad y los ejemplares y extraordinarios servicios que Sos prestó a los Borbones en ésta guerra constan en una carta que el príncipe Serciás de Tilly, virrey de Navarra, escribió a Felipe V el día 5 de diciembre de 1707. Este, agradecido, firmó el 29 de octubre de 1708 varios reales despachos en los que se ordenaba que se tratase a Sos benignamente, la defendiesen de enemigos, colmasen de mercedes, eximiesen de contribuciones (aún en las mayores necesidades de dinero) y que fuera cabecera del Corregimiento de las Cinco Villas, debiendo residir en ella el corregidor que desde entonces administraba toda la zona de las Cinco Villas, con derecho a Metropólico, Superior y Preheminencial sobre el resto de las villas.
 
La Batalla de Almansa. Ricardo Balaca (1862)
Ese mismo día también le concedió a la Villa el título de “Fidelísima, Notabilísima y Vencedora Villa”, así como agregó al escudo municipal las columnas de Hércules coronadas por la flor de lys, distintivo éste de la casa de Borbón hasta nuestros días. Igualmente confirmó el antiguo Privilegio que se había expedido sobre la agregación del lugar de Gurdués y refrendó todos los Privilegios que la villa tenía de sus reyes predecesores, en especial el de Juan II acerca de que todos los vecinos fuesen infanzones.[2]
En referencia a los perdedores del conflicto, los austracistas, muchos tuvieron que huir del país y emigrar fuera de nuestras fronteras, otros fueron encarcelados, confiscados sus bienes, rentas y haciendas o suspendidos de sus empleos y salarios.
Se tienen muy pocas noticias sobre austracistas en Sos, pero Sergio Sánchez, en “noticias sobre austracistas aragoneses y el secuestro de sus bienes”, realiza un estudio al respecto basado en información localizada en el archivo notarial de Zaragoza sobre los actos testificados por el notario Roque Antonio Núñez,(sólo ejerció desde 1707 hasta 1716, o sólo se han conservado los de estos años) muchos de los cuales, aunque no todos, están relacionados con la administración de bienes secuestrados a los austracistas en territorio aragonés.
La gestión de bienes de un ausente era encargada generalmente a un vecino de la localidad. Para asegurar la correcta gestión se tomaron diferentes precauciones. En primer lugar los encargados de administrar debían otorgar fianzas ante la Junta de Secuestros que respondieran de la gestión de dicho trabajo. En segundo lugar, cuando estos administradores arrendaban bienes exigían, a los que se hacían cargo, fianzas por el pago de las cantidades señaladas. A la hora de autorizar pagos de los que tuvieran que responder los bienes de secuestrados, además de revisar los documentos que los justificaran por parte de los acreedores, la Junta de Secuestros o sus administradores exigían «fianzas de acreedores de mejor derecho», es decir, que alguien respondiera de la devolución de las cantidades si se demostraba que otro deudor tenía mejores derechos al cobro.
Además se elaboraba la lógica carta de pago que servía como recibí. La mayoría de las mismas se expidieron por la percepción de pensiones de censales, ya estuvieran cargados sobre casas nobles o sobre bienes de otros particulares.
En el archivo de protocolos de Núñez donde se presenta una relación de las personas con bienes secuestrados y noticias sobre la gestión de los mismos, sólo aparece el nombre de un sosiense como austracista a quien le secuestraron los bienes: Juan de Aínsa. Referente a la gestión de los mismos señala que el día 13 de febrero de 1708, Juan de la Ortiga se obligó a pagar en marzo 175 libras que los pupilos del ausente debían a S.M. por el secuestro de bienes, por lo que eran apremiados por el Justicia de la villa (caja 5557, f. 57)[3]

Felipe V destacó por ser un monarca absoluto que emprendió la reorganización de sus dominios desde una voluntad unificadora y centralizadora. El 29 de junio de 1707 promulga el Decreto de Nueva Planta, derogando los Fueros de Aragón y en el que declara: "...quedan abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en el Reino de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada"[4], instaurando los Corregimientos, con la necesaria presencia de castellanos en los puestos clave de la administración aragonesa.
                      En referencia a la capitalidad del corregimiento, Sos, cabe reseñar que fue causa de problemas a lo largo del siglo XVIII, pues muchos corregidores no querían permanecer en la villa, excusándose por problemas de salud. El corregidor Antonio Ruiz Sabeli había tratado de trasladar su residencia a Tauste por problemas de salud, al igual que José del Corral logró licencia en 1754 para residir en Zaragoza, permaneciendo el alcalde mayor en Sos, y con la obligación de presentarse en la villa al menos una vez al año.
         El 5 de abril de 1779, el coronel Francisco Javier Jacome, recien designado corregidor, solicitó residir en Ejea y se instaló en aquella villa, lo que provocó la inmediata protesta de Sos, pues “además de haber transpasado los Reales Privilegios, se ha tomado la mano en la alteración de residencia sin esperar la Real Cédula decisiva”[5] . Jacome se excusaba argumentando su deficiente estado de salud, pues padecía una perlesía, y lo intransitrable que era el camino a Sos-sólo accesible con caballerías-y por lo frío del clima, lo que aconsejaba su residencia en Ejea, “como lo han practicado algunos de mis antecesores”[6] . La Audiencia de Aragón informó el 2 de septiembre que Sos tenía el privilegio de la capitalidad del corregimiento, no teniendo noticias de que los titulares del corregimiento hubieran residido en otras villas, a excepción del marqués de Covaseliche, que durante el trienio 1720-1723 residió en Ejea con licencia para ello. No obstante, el Capitán General marqués de Villasantoro intervino a favor del coronel Jacome, reiterando una idea muy extendida entre los militares, quienes consideraban los corregimientos como un retiro honorífico que premiaba una vida de servicios a la monarquía. El alcalde mayor de Sos volvió a quejarse y de nuevo su petición fue desestimada.

       Pero este tipo de solicitudes por parte de los corregidores, generadoras de suspicacias y problemas no acabaron aquí. En 1791, el coronel José Joaquín Traggia pidió que se le permitiera vivir en cualquiera de las otra cuatro villas menos en la de Sos, poniendo como excusa problemas de salud achacables “al frío y a la calidad de las aguas, cortedad de vista y accidente de piedra, que en dicha villa lo ha puesto alguna vez a punto de la muerte[7]
 El médico de Sos, José Joaquín Palacios, en un documento del 15 de enero de 1791 describe con realismo los cólicos nefríticos que sufre José Joaquín Tragia, recomendando su traslado.

 

“Como cirujano titular que soy de esta capital: certifico, juro y declaro que desde el año de ochenta y ocho hasta el presente he asistido y visitado varias veces al Caballero Corregidor de esta villa y su partido D. José Joaquín Tragia, comprendido del penoso accidente de retención de orina, acompañado de grandes dolores y cólicos nefríticos calculosos, y a sus resultas ha echado muchas arenas y pequeños cálculos petrificados; cuando estos cálculos o piedras han sido pequeñas y su superficie lisa han salido con facilidad ayudados por el empuje de la orina, pero otras veces han sido de magnitud y angulares que han excedido al canal por donde habían de salir, y en estos y por diferentes veces ha sido atacado dicho caballero de síntomas y accidentes tan funestos que han dado el mayor cuidado, y aunque cuidado de los prontos y poderosos medios y socorros del arte ha sido aliviado las más veces de los peligros en que amenazaba, no obstante de esto el 14 de junio de año próximo pasado después de cinco o seis días continuos de dolor nefrítico acompañado de síntomas inflamatorios y otros que no daban menos cuidados, ayudado de grandes y repetidas sangrías, baños domésticos, diuréticos, etc. expelió una piedra de tal magnitud y configuración tan áspera, desigual y esquinada que sin embargo de los esfuerzos de la naturaleza y empuje grande de orina no pudo salir esta porque excedía en su magnitud al canal de la uretra, y quedó travesada o cruzada en la misma fosa navicular situada al lado del frenillo, tanto por su grandor como por su figura áspera y desigual, y principalmente por la parte que esta ocupaba amenazó síntomas tan graves y peligrosos que entiendo que si tarda la extracción que se hizo con mucho dolor hubiera terminado en una gangrena y muerte pronta; para la extracción de dicha piedra fue preciso, ayudado del valor grande del paciente, romperla en pequeñas porciones dentro de la misma fosa o conducto de la uretra, y después sacarla toda ella con la cucharilla, estilete y pinzas. Ninguno que oiga esta operación puede dudar al peligro y riesgo que se expuso el paciente, y principalmente si tan pronto no es asistido por los medios del arte. Debe mirarse como habitual esta enfermedad en el referido Caballero, y también por causa próxima debe mirarse lo destemplado y frío de este país, con sus gruesas y pesadas aguas, lo que (…) según entiendo hacen tan frecuentes, repetida y expuesta esta enfermedad, y por ello entiendo le sería conducente hacer elección de país más templado para aquellas estaciones más frías y húmedas del año, pues se ha visto que la estación (…)”
Sos, a 15 de enero de 1791.
José Joaquín Palacios.

La Audiencia señaló en marzo de 1791 que el Ayuntamiento de Sos no ponía inconveniente alguno a lo solicitado por el corregidor, siempre que quedara en Sos todo el despacho de los asuntos del Corregimiento, siendo positivo el dictamen de la Audiencia[8]
                    A Felipe V le sucedieron en el trono otros dos de sus hijos: Fernando VI ( 1746-1759), nacido, como Luis, del matrimonio de Felipe con Maria Luisa de Saboya, y Carlos III (1759-1788), fruto de sus posteriores nupcias con Isabel de Farnesio. (Continuación)



[1] Henry Kamen. La guerra de Sucesión en España (1700-1715), p. 74. Grijalbo. Barcelona, 1974.
[2] Archivo de la Villa de Sos. Año 1708.
[3] Sánchez García, Sergio. “Noticias sobre austracistas aragoneses y el secuestro de sus bienes” Revista de Historia Moderna nº 25, pp.257-301. 2007
[4] Elliott, John H. “Una Europa de monarquías compuestas”. España, Europa y el mundo de ultramar (1500-1800), pp. 48-49. Taurus. Madrid, 2009.
[5] A.H.N. Consejos, leg. 18.014. Memorial de la Villa de Sos, 4 de diciembre de 1779.
[6] A.H.N. Consejos, leg. 18.014. Solicitud del corregidor de las Cinco Villas D. Francisco Javier Jacome, 5 de abril de 1779.
[7] A.H.N. Consejps, leg. 18.014. Memorial de José Traggia Tauste, 1 de enero de 1791.
[8] A.H.N. Consejos, leg. 18.014. Dictamen de la Audiencia de Aragón. Zaragoza, 29 de marzo de 1791.



BIBLIOGRAFÍA

-ELLIOTT, JOHN H. “Una Europa de monarquías compuestas”. España, Europa y el mundo de ultramar (1500-1800). Taurus. Madrid, 2009.
-GIMÉNEZ LÓPEZ, ENRIQUE. “Los corregimientos de capa y espada como retiro de militares. El ejemplo de las Cinco Villas de Aragón en el siglo XVIII”. R.H.J.Z. 63-64, pp. 171-189.Año 1991. I.F.C.
-KAMEN, HENRY. La guerra de Sucesión en España (1700-1715). Ed. Grijalbo. Barcelona, 1974.
-PALLARÉS JIMÉNEZ, MIGUEL ÁNGEL. “La edad Moderna en las Cinco Villas”.  Nuria Asín García (Coord.) Comarca de las Cinco Villas, pp. 113-134. Col. Territorio, 25. D.G.A., 2007.
-SAAVEDRA ZAPATER, JUAN C. “Entre el castigo y el perdón. Felipe V y los austracistas de la Corona de Castilla, 1706-1715”. Revista Espacio, Tiempo y Forma. T 13, pp. 469-503.UNED. Madrid, 2000
-SÁNCHEZ GARCÍA, SERGIO. “Noticias sobre austracistas y el secuestro de sus bienes”. Revista de Historia Moderna, nº 25, pp. 257-302. Universidad de Alicante. Dpto. de Historia Medieval, Moderna y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Alicante, 2007.
-Reyes y reinas de Aragón. Coleccionable Heraldo de Aragón.
 En la web:
-www.aetasrationis.com. Aragón, escenario de la guerra de Sucesión española. Daniel Aquillué Domínguez.
-www.ihistoriarte.com. La guerra de Sucesión española (1700-1715): Un conflicto nacional e internacional. Antonio Viller Pintado.
-www.wikipedia. Felipe V de España.



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