Lechacina. ( Foto: Wikipedia) |
A los habitantes del despoblado de
Ruesta se les llama, popularmente, lechacinos.
La
lechacina, o lechacino, también llamada cerraja, o cerrajón, es una planta silvestre no comestible que
suele crecer entre los cultivos, preferentemente de regadío, que aprovechan la
humedad del suelo para crecer rápidamente, ralentizando y privando así el
normal desarrollo del cultivo o la cosecha plantada por el agricultor. El
lechacino es, digamos, una de las muchas malas hierbas que pueden arruinar una
cosecha, y se llama así por ser productora de una savia de aspecto lechoso
(látex)
Con
este nombre eran apodados los vecinos de Ruesta, dando a entender que tienen
los campos abandonados y plagados de lechacinos, por lo que sus cosechas
resultaban ser muy pobres, cuando en realidad sería todo lo contrario y los
vecinos de los pueblos limítrofes verían con envidia las abundantes y
fructíferas cosechas de los ruestanos, mejores que las suyas, dando así origen al pseudogentilicio de”
lechacinos”. También hay quien dice que este
apodo es personal, atribuyéndolo a la forma de ser de los de Ruesta que, al igual
que las lechacinas, no sirven para nada, pues lo único que hacen es estorbar,
dificultar e impedir el normal crecimiento de las cosechas.
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