domingo, 19 de junio de 2016

EXCURSIONES EN COCHE DESDE SOS

Desde Sos del Rey Católico se pude disfrutar de excelentes  excursiones diarias, siendo muchos los atractivos turísticos para visitar sin necesidad de hacer grandes recorridos y así poder disfrutar de una deliciosa jornada admirando el paisaje, arte,historia, cultura, gastronomía, y otros aspectos que harán que el visitante se adentre en una comarca”entre dos reinos” y admire tanto los fabulosos y a veces inalterados bosques, restos de calzadas romanas, iglesias y construcciones prerrománicas y románicas, barrios judíos, iglesias, castillos, monasterios,edificios nobiliarios, construcciones barrocas y aragonesas, como los más modernos proyectos constructivos y arquitectónicos; es decir, un edificante repaso al paisaje, la vida y las costumbres de una comarca que ha dejado plasmada su historia en el propio terreno en el transcurso de los siglos.

Pozo Pigalo. Luesia.

                 Así, además de recorrer las Cinco Villas (Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba, Uncastillo, y Sos del rey Católico) podemos acercarnos a Luesia y admirar el bello paraje de pozo Pígalo o el monasterio prerrománico de “El Corral del Calvo”; o los monasterios de Leire, de la Oliva o San Juan de la Peña; la foz de Lumbier o la de Arbayún, en el valle del Salazar; acercarnos a los valles del Roncal, contemplar los frondosos bosques de los valles de Hecho y Ansó, o los bellos parajes naturales de la sierra de Santo Domingo; visitar la monumental Sangüesa, Navardún, Petilla de Aragón, los Pintanos, Bagüés, con las impresionantes pinturas murales románicas de la iglesia de San Julián y Basilea, o los retablos de la iglesia de Ntra. Sra. de la Purificación; la villa romana de Liédena y un sinfín de iglesias, ermitas, edificios, castillos, y lugares de interés repartidos por las proximidades, como el castillo de Javier, el de Olite, el abandonado lugar de Ruesta, Undués de Lerda con sus salinas...; los amantes del deporte y de la aventura encontrarán en el alto pirineo, el pantano de Yesa o en Murillo de Gállego una importante oferta para la práctica de deportes de aventura, como el descenso de ríos o la escalada, además de las excursiones en bicicleta o a caballo; y para los apasionados del buen yantar, una amplia oferta de bares y restaurantes ofrecen en cada lugar sus más exquisitos y tradicionales platos elaborados con los mejores productos de la zona. También, y si coincidimos con las fechas oportunas, podremos ver las más diversas manifestaciones tradicionales, artísticas, festivas y culturales que se conservan en muchos de los pueblos, alguna de las cuales se remontan a varios siglos de antigüedad.
La impresionante foz de Lumbier, refugio de gran cantidad de fauna, donde podremos observar al buitre leonado, alimoche,quebrantahuesos,águila real,águila culebrera, águila calzada,halcón peregrino,milano negro, mirlo acuático,martín pescador, cogujada montesina,chotacabra gris, bisbita campestre,escribano hortelano,curruca rabilarga,búho real, visón europeo, nutria, gato montés, sapo partero o sapo corredor entre otras especies de aves, mamíferos, reptiles o anfibios.
(foto: senditur.com)

Es decir, que Sos del Rey Católico, su comarca y su entorno ofrece una amplia gama de posibilidades destinadas a todo tipo de gustos, aficiones y economías, haciendo por ello un destino perfecto para todos aquellos mayores, jóvenes o niños que, de algún modo, quieran enriquecerse culturalmente o simplemente, relajarse o divertirse, practicando el turismo cultural, gastronómico, deportivo o rural.
Castillo de Javier



IGLESIA DE SAN ESTEBAN. SALA CAPITULAR Y ARCHIVO PARROQUIAL

Desde la sacristía, a través de una puerta de madera de pino policromada del siglo XVIII, se accede a la sala capitular, un salón de 11x6 m. que sirvió de sala de reunión a los capitulares o capítulo de beneficiados, que en número de 24 hubo en la parroquia.
El 8 de julio de 1725 se hace contrato ante el notario Juan de Les para construir esta sala, el Oratorio y el Archivo, sobre unos graneros propiedad de la Iglesia y otro que había adquirido el capitulo parroquial a Joseph de Sada y Agustina Larraz (notaría de Sos, tomo 1242)[1]
Este salón esta rodeado de arcas de nogal barrocas del siglo XVII, bellamente labradas. Quedan en total 20 arcas, estando unidas entre sí, por grupos, según los huecos del salón. Máximo Garcés, párroco de Sos,describe así el inventario del contenido de la sala capitular y del archivo parroquial:[2]

                                 De derecha a izquierda encontramos en las paredes:
Casulla con el escudo de Sos bordado

Armario-vitrina1: Terno blanco, completo (casulla, capa pluvial, dos dalmáticas, dos manípulos, tres estolas y una bolsa de corporales) del siglo XVIII, bordado en sedas de colores y oro sobre fondo de raso blanco marfil. Las cuatro piezas mayores van con grandes motivos florales junto con ces y eses enrolladas. Además del oro, dan vivacidad a la ornamentación las sedas azules, verdes y rojas. Estas piezas llevan bordado el escudo de la villa de Sos, donde las dos columnas coronadas por flores de lis concedidas por Felipe V, se sitúan encima de los cuarteles con las barras y el castillo. La casulla muestra el escudo en el tercio inferior, mientras que la capa pluvial lo ostenta en el capillo, y las dalmáticas lo portan en sus collaretas, ya que, por lo que se refiere a los faldones, una lleva la cruz entre dos espigas, y la otra cinco nubes dentro del círculo.
Armario-vitrina 2: Terno rojo-tisú oro, compuesto por capa pluvial y dos dalmáticas, una estola y dos manípulos, falta la casulla. Del siglo XVII-XVIII. LLeva jarrones, espigas y otros motivos vegetales en dorado, y se complementa con los galones superpuestos. Tambien llevan las prendas el escudo de Sos, pero aquí han sido bordados por separado y va superpuesto. Estos escudos aparecen en las tres piezas mayores, pero en este caso las columnas sobremontadas por flores de lis quedan en el cuartel inferior derecho, bajo el castillo, dejando la izquierda para las barras de Aragón. La capa pluvial lo porta en el capillo, mientras que las dos estolas lo muestran en los faldones.
·      Capa Viático, más moderna, raso blanco y bordado en oro. En el centro aparece el Agnus Dei con aureola de rayos y rodeado de siete mariposas. En la parte baja hay una cenefa vegetal, rematada con flecos de oro.
·      Otros bordados antiguos de mantos, túnicas, etc...
Por encima de las vitrinas:
·      Cuadro lienzo grande “entierro del señor” del siglo XVIII
·      Detalle sillería del coro renacentista, tabla con fecha de 1556.
·      Cuadro lienzo grande “Calvario” del siglo XVIII
En la pared siguiente, frente al balcón:
·      En la parte alta, altorrelieve de San Esteban de unos dos metros, sosteniendo nubes y ángeles. Barroco, siglo XVIII, procedente del retablo mayor.
·      Debajo: crucifijo en madera de 45 cm con cruz de 80 cm, barroco, del siglo XVIII.
·      Sobre la repisa: seis candelabros en madera plateada, de 75 cm. de altura.
·      A los lados: Cuadros en lienzo de Jesús y María, bustos rodeados de quirnaldas de flores, marco ancho en madera policromada, de 75x60 cm, rococó, del siglo XVIII
·      Sobre los arcones: cuatro anforas grandes, plata, flores naturales.
En la pared frente a la puerta de entrada:
·      Talla de San Francisco Javier, de un metro de alto, barroca del siglo XVIII.
·      Talla de San Lorenzo de un metro de altura, tambien barroca del siglo XVIII
·      Calajera, gran mueble barroco, rococo, siglo XVIII
En lo alto el escudo de la Villa de Sos
Dentro, en lo mas alto, crucifijo barroco de 70 cm. sobre cruz de 1,10m.Enmarcado en filigrana dorada, con fondo pintado en paisaje.
Armario-hornacina central: talla romanica de 50 cm., del siglo XIII, de Santa Maria de Barués, procedente de la ermita de Barués.
                      Izquierda: espejo en madera dorada, rococó, del siglo XVIII
                      Derecha: talla románica de 90 cm, en madera, de San Esteban, siglo XII
                      En el cuerpo bajo, de nogal con incrustaciones de boj, doce cajones con ornamentos antiguos, manteles, ternos, casullas, estandartes, etc .Este primer cuerpo mide 4.75m de largo por 1.20 m. de ancho y 1.20 m.de altura.El segundo cuerpo, que es como un retablo, mide unos 3.50 m. de altura por 1,20 m. de ancho; esta pintado de azul turquesa y decoracion en oro.
A continuación de la Calajera y en la pared, sobre repisas:
·      Cuatro tallas barrocas, siglo XVII, en madera policromada, de un metro de altura, representando a las virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza, que formaban parte del retablo conservado en la cripta.
Delante del balcón:
·      Vitrina con cinco grandes libros corales; hay diez más en la Calajera, todos de pergamino y tapas de piel, uno de ellos con grabados fechado en 1563 y firmado por GT.
·      Dos libros manuales introitos, Gregoriano, en pergamino
·      Libro Diurnale romanum, en papel, antiguo, tamaño 38x24 cm, siglo XVIII, tapas de cuero con clavos y encuadernación artística, en buen estado.
·      Libro Antifonas, muy antiguo, todo en pergamino, tapas de cuero repujado, de 39x27 cm.
·      Libro Martyrologium romanum, de 1662, tapas de piel, en buen estado.
·      Crucifijo de marfil, cruz de madera con pie.
·      Reliquias de santos: San Gregorio, San Pompilio, San Benito y otros.
·      Tres salterios
De los impresos del s. XVII cabe resaltar un cantoral, un brevario y un salterio; y de los editados en la centuria decimonónica sobresalen dos cantorales, uno de ellos perteneciente a los Carmelitas Descalzos de Sos del Rey Católico fechado en 1823.
En la pared del balcón:
·      Cuadro, lienzo tenebrista y naturalista de San Andres, barroco del siglo XVIII, que probablemente sea de escuela valenciana muy influído por Rivera o Ribalta
·      Dos espejos de madera plateada, rococó, del siglo XVIII
·      Talla de Ecce Homo, de un metro, renacentista, siglo XVI
·      Talla barroca de San Esteban de 75 cm. del siglo XVII

 El Archivo parroquial

En una sala contigua se halla el Archivo parroquial y se compone, principalmente, de los llamados libros parroquiales:
·      Veinte libros de bautizados: desde el año 1563 hasta la actualidad.
·      Nueve libros de confirmados.
·      Doce libros de matrimonios.
·      Once libros de difuntos.
·      Libros de mandatos de cuentas de fundaciones de cofradías de matrícula parroquial y otros.
·      Pergaminos de los siglos XI-XII-XIII-XIV y XVI de temas variados.
·      Se guarda también en este archivo el Cartorario o Cartulario de la iglesia de Sos, en el que el presbítero García Garcés da noticias de la construcción de la iglesia, siendo la fecha la era de 1097, es decir, el año 1059[3].





[1] Garcés Abadía, Máximo. Sos del rey Católico. Iglesia parroquial de San Esteban, p. 54.
[2] Ibidem, pp. 54-63.
[3] Ibidem, p. 63.





BIBLIOGRAFÍA

-AZPEITIA BURGOS, ÁNGEL. “Museo parroquial de San Esteban, de Sos del Rey Católico”, en VV.AA. Arte religioso en Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 1978.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del Rey Católico. Iglesia parroquial de San Esteban.  Edilesa; monografías, serie roja, nº 51. León, 2001.
.

domingo, 12 de junio de 2016

DÓNDE COMER EN SOS DEL REY CATOLICO


La villa de Sos posee una amplia y excelente oferta gastronómica que combina los platos más tradicionales con creaciones elaboradas a partir de las materias primas de la comarca, amén de los platos de la cocina estándar internacional.

 En los últimos años, debido al turismo, Sos ha mejorado mucho en servicios y en instalaciones, y hay posibilidades de elección para todos los gustos y bolsillos en sus bares y restaurantes, donde se puede disfrutar, como antes se ha comentado, tanto de la comida tradicional, como de la regional o, si lo prefiere, más vanguardista o de autor; pero todos estos platos, siempre elaborados bajo un denominador común, como fue la herencia culinaria de nuestros antepasados en la zona y confeccionados, siempre que se pueda, con las excelentes materias primas de la zona.

  BARES Y RESTAURANTES EN LA VILLA

La villa de Sos del Rey Católico, en su fuerte apuesta por la recuperación del pueblo basada en el sector turístico, ha visto aumentada considerablemente en los últimos años tanto su capacidad hotelera como los locales de restauración, donde se ofrecen una amplia gama de posibilidades adaptada a distintos gustos y posibilidades económicas.
      La Villa de Sos cuenta en la actualidad con los siguientes restaurantes y bares: 


La Cocina del Principal.


Restaurante El Principal. C/ Fernando el Católico nº 13
Portal de entrada al restaurante




Situada en la calle principal de la Villa, Fernando el Católico nº 13, ocupa las antiguas cuadras y bodega de lo que fue una casa noble del siglo XV y pasando a ser, con posterioridad, el Casino Principal de Sos, de donde toma su nombre. Formando parte de su decoración podemos ver el antiguo laco que existía en la bodega de la casa.
Laco que se conserva en el restauranrte
Ofrece una gastronomía típica aragonesa, basada en productos de la zona y de temporada, donde las verduras y hortalizas, legumbres, la caza, las carnes y las setas, unidos a una exquisita elaboración de sus postres, harán deleitar al más exigente de los paladares.
Destacamos las patatas asadas con foie fresco a la plancha y reducción de Pedro Ximénez, la firigolla (verduras a la brasa), las brochetas de ciervo, las carrilleras de ternera con manzana o el chuletón a la brasa de carbón de encina, sin olvidarnos de los elaboradísimos postres, como por ejemplo el “arco iris” (láminas de chocolates fundidos: negro, blanco y con leche, con yogourt) o los higos templados macerados en moscatel con helado de leche merengada, todo un placer para el paladar.



Una sala del comedor del restaurante La Cocina del Principal. Sos del Rey Católico



Restaurante Mayor 25.

Fachada y entrada del Restaurante Mayor 25




Situado en la calle Fernando el Católico nº 25.
Con una sencilla decoración resulta un local acogedor. Tapas, bocadillos y raciones elaboradas con las mejores materias primas de la zona, donde no puedes dejar de degustar sus deliciosas hamburguesas caseras.
Cabe reseñar que disponen de tres coquetas habitaciones completamente equipadas.









Restaurante Asador El Leñador.




Ubicado en la calle Fernando el Católico nº 4.
Cocina tradicional donde, haciendo honor al nombre del restaurante, la brasa de leña es la protagonista. Destacan sus carnes a la brasa, sin olvidarnos de las legendarias migas a la pastora, y sus postres caseros.






Hotel Restaurante Triskel.



Ubicado en las afueras de Sos dirección Zaragoza. Calle Afueras nº 9.
Desde él se aprecian unas excelentes vistas de la Villa.
En su restaurante podemos disfrutar de una cocina aragonesa con influencia vasco-navarra trabajada muy adecuadamente.
Comedor del hotel Triskel (Sos del Rey Católico)



Bar restaurante Las Coronas.


Las Coronas. Situado en la Plaza de la Villa


La excelente terraza bajo los arcos de la antigua plaza del mercado, en el mismo centro de la Villa. Un escenario incomparable, tranquilo y acogedor.



Ubicado en la Plaza de la Villa nº 2.
Posee una privilegiada terraza bajo los arcos del antiguo mercado medieval.
Su especialidad son las tapas y raciones, donde se aúna la innovación y la cocina tradicional.

Restaurante del Parador de Turismo.


Entrada al Parador de Turismo.


Situado en uno de los extremos de la muralla, en la calle Arquitecto Sainz de Vicuña nº 1, presenta maravillosas vistas tanto de la Villa como de la Val D´Onsella.
El comedor sintoniza perfectamente con el encanto del conjunto monumental, siendo su oferta culinaria de una cuidada y exquisita cocina basada en una selección de los mejores productos de la región. Como especialidades gastronómicas más representativas podemos citar el ternasco de Aragón asado, el pollo al chilindrón, entremés de mar y ribera (degustación de borrajas, cardos y bacalao al ajo arriero) y de postre el biscuit de guirlache o melocotón de Calanda al vino. Es destacable su carta de vinos.
Restaurante del Parador de Turismo de Sos del Rey Católico



Restaurante Vinacua.



Situado fuera del recinto amurallado en la calle Pintor Goya nº 24.
En él podemos degustar una cocina casera, tradicional, con platos típicos de Aragón y Navarra, y con diversos menús y amplias cartas. Conserva algunos platos típicos de muy antigua tradición, traspasada de padres a hijos, como los jarretes de cordero con alcachofas o el conejo guisado, sin olvidarnos de las carnes a la brasa y los postres caseros.

Restaurante Vinacua



Bar Landa.

Bar Landa. Situado bajo el arco del Portal de Zaragoza




Situado junto a la entrada de la Villa por el Portal de Zaragoza, en la calle Fernando el Católico nº 36.
Especialidades en tapas variadas, bocadillos, comida casera y tradicional.











Bar El Caserío.





Ubicado fuera del recinto amurallado, muy próximo al restaurante Vinacua, en la calle Pintor Goya nº 6. 

Especialidades en tapas, bocadillos y fritos variados















Albergue de Juventud


En el centro histórico de la Villa, muy cerca de la Iglesia Parroquial de San Esteban, se ubica el algergue de juventud; un edificio tradicional de piedra restaurado recientemente.

Sirven comidas caseras y tradicionales a unos precios muy económicos, con una relación calidad-precio excelente.
















LA GANADERÍA DE SOS EN LA EDAD MEDIA.LA CASA DE GANADEROS

                                                       

Sos ha sido siempre una villa eminentemente agrícola y ganadera. Ya en los siglos XII, XIII y XIV la villa de Sos mantuvo litigios con el concejo de Castiliscar porque sus ganados entraban a pastar en tierras de Sos, lo que indica que desde una época muy temprana la ganadería formaba parte importante de la economía sosiense.

La zona de Sos del Rey Católico ofrece numerosos pastos
para la cabaña ganadera.
Tras la expansión territorial que realizó la Villa durante el siglo XIV y que continuó en la centuria siguiente, agregando aldeas y despoblados al municipio (El Real en 1363 y sus aledaños de Fuente Aragón y Añués; Basanoz en 1366; Ceñito en 1375; en 1400 Arbe, Gordués y su jurisdicción...) Sos obtuvo una extensa superficie de terreno donde las yerbas y los excelentes y abundantes pastos de la comarca, además de proporcionar alimento para la cabaña ganadera del municipio, suponían el principal ingreso para la hacienda local, pues el Concejo vendía anualmente los herbajes como pastos de invierno a ganaderos del Pirineo aragonés y navarro.
Aragoneses y navarros introducían cada año gran número de reses en Sos, como así se desprende de la declaración de varios vecinos navarros en diciembre de 1446 al collidor de la tabla del General de Sos, según la cual  Juanco Lavasti metió 215 vacas y bueyes, cuatro rocines y tres yeguas en los términos de la villa; el mayoral de la cabaña de Petri Manch, vecino de Isaba, introdujo 690 borregos, carneros y cabras junto a 5 rocines; Miguel Ochoa, de Burgui, 55 ovejas, carneros y cabras;su vecino Sancho Barriata 340 ovejas, e Iñigo Barriata, 580 ovejas que pastaron en Gordués[1]. El 16 de diciembre del año siguiente, Eneco Bidondo, metió 3.300 ovejas, carneros, borregos, cabras, y 4 rocines en los montes del Real[2]. En total se puede estimar que los rebaños procedentes de Navarra que acudían a pacer en Sos y en su entorno más cercano a mediados del siglo XV ascendían a unas 5.000 cabezas de ganado menor y a unas 250 de ganado mayor, una cantidad a la que habría que sumar las manadas procedentes del Pirineo aragonés, que podrían igualar e inclusive superar las cifras navarras, pues se tiene constancia de que en 1441 un ganadero de Jasa y otro de Aragüés introdujeron 3.600 ovejas en los montes de El Real; en el contrato se especificó que la villa se reservaba 400 varas para herbajar otras 5.200 ovejas, con lo que se deduce que el término de Sos tendría capacidad para alimentar a unas 9.000 cabezas de ganado menudo a mediados del Cuatrocientos[3].
Ovejas pastando en Sos del Rey Católico.
La presencia de estas cabañas foráneas fue trascendental para Sos, entre otras causas, como antes se ha dicho, por los suculentos ingresos fijos que significó para las arcas municipales, puesto que durante la mayor parte del Cuatrocientos y en los inicios del siglo XVI el concejo obtuvo de media en cada ejercicio anual unos 5.000 sueldos por razón de los herbajes, lo que representaba alrededor de la mitad de las entradas globales de su hacienda[4]

 Pero a finales del Cuatrocientos se produjo en Sos un fuerte aumento de la demanda, en primer lugar, de materias primas por parte de los mercados, incluso a nivel internacional, de lana; y en segundo lugar, a un nivel más local y comarcal, un aumento de la demanda  de productos como la carne, leche, queso o estiércol, lo que contribuyó a un incremento de las actividades pecuarias que originó que los ganaderos comprasen los principales pastos de la villa. Fiel reflejo de este incremento comercial se refleja en el peaje de Sangüesa. En 1363, sólo entraron, procedentes de Sos, 18 docenas y un saco de lana, y 18 libras y nueve docenas de añino en diversas operaciones muy modestas protagonizadas por varios vecinos que apenas llegaron a movilizar individualmente cifras significativas o cuantiosas. En el año 1380 el tránsito de este artículo aún fue más reducido, ya que sólo un tal Martín Gil de Jaca introdujo en Navarra el 10 de marzo una carga de lana y una saca de borra junto a un odre de óleo y diez docenas de cordeduras[5]. Sin embargo en 1447 fueron casi 800 arrobas de lana las que se exportaron al reino navarro desde Sos. Igualmente, en mayo de 1451, el mercader Martín de Munárriz, habitante de El Real, recibió 1.000 sueldos en comanda del sosiense Juan Guerrero menor de días, obligando 1.100 lanas que guardaba en las casas que el infanzón Martín de Olleta tenía en Sofuentes, muy probablemente adquiridas en la temporada de esquilado para posteriormente colocarlas en el mercado.
A través de otras operaciones comerciales de los mercaderes Sancho de Alegre, Juan Ezquerra y su hijo Juan, Juan Don Blasco, Diego Monterde, Sancho Ruiz o Español de Sos, podemos apreciar la trascendente y notable evolución de la comercialización de la lana entre Aragón y Navarra a través de Sos.
 Este aumento de la exportación de la lana se debió, entre otros factores, a la creciente actividad de algunos mercaderes de Sangüesa que, dentro de su más amplia labor de ámbito internacional, decidieron controlar la producción lanera de una zona próxima a su villa e insertarla en su área de influencia económica.
Rebaño de ovejas. Sos del Rey Católico
Asimismo, la producción de lana proporcionó abundante materia prima a los artesanos de Sos. Se tiene constancia que en las dos primeras décadas del Quinientos la industria textil en Sos dio trabajo, al menos, a 47 personas, de las cuales 21 fueron tejedores, 16 sastres, 8 pelaires, un calcetero y un tintorero[6], y esto se refleja fielmente en los inventarios de sus bienes, pues en la gran mayoría de relaciones de propiedades se menciona la lana, entre otras fibras textiles[7].
En cuanto a la producción alimentaria derivada de la ganadería, ésta aportó carne, leche y queso. La producción de carne derivada de la ganadería alcanzó una relevada importancia para el reino y para los ingresos de la Corona, siendo apoyada por los propios reyes.
 Igual que en el resto de la Europa medieval, donde cualquier mínima entidad poblacional poseía una carnicería, aquí en Sos y en todas las Cinco Villas también se abrieron carnicerías que las autoridades públicas arrendaban al mejor postor para garantizar el suministro de carne, con lo cual los ganaderos dispusieron de varias plazas donde colocar su producción. En los arrendamientos de las carnicerías, generalmente adquiridos por personas privilegiadas de Sos mediante concursos de subasta pública, los magistrados solían incluir una cláusula por la cual el carnicero debía comprar carne preferentemente a los vecinos, por lo que los dueños de las cabañas más amplias de la localidad se aseguraron el dominio de los mercados locales gracias a la política proteccionista de los municipios. “...yes condicion que los ditos arendadores e cada uno d´ellos si a comprar havran ganado menudo algunos, sian tenidos conprar et conpren de los ganados de los vezinos o habitadores de la dita villa pora servitut de las ditas sus tablas durante el tiempo sobredito los carneros, cabrones, cabras e ovellas aquellas que sea razonables e en justo precio de lo qual, si las ditas partes no sende concordaran, assi del precio como de las carnes, sia a conozimiento de dos personas nombraderas por los jurados de la dita villa mediant sagrament”[8]. Así lo hicieron en Sos los carniceros Sancho de Agüero, Juan Carlos, Gil Esparza, Ximeno Lozano, Juan Martínez de Castiliscar, Juan Ruiz o Español de Sos. Igualmente en los arriendos de la carnecería se concedían determinadas zonas de los comunes para que pastasen anualmente hasta 300 cabezas de ganado menudo que debían ser destinados al consumo local.
Lógicamente, el ganado menudo también proporcionaba productos lácteos que también fueron comercializados. En Sos, entre los diferentes géneros que los arrendadores de la tienda podían vender públicamente, en el año 1503 se incluyó el queso, decretando las autoridades locales que los arrendadores debían comprar el queso al primiciero y a los ganaderos[9], con lo cual, de nuevo la política económica concejil benefició a los propietarios de ganado reservándoles parte del mercado lácteo local, habiendo constancia de modestas exportaciones de queso hacia Navarra por parte de vecinos que no estaban especializados en actividades mercantiles, pero de esta manera conseguían unos ingresos extras para completar la economía doméstica[10].
El ganado, además de pieles, lanas y productos alimentarios, también aportaba abono natural para enriquecer la tierra y mejorar su producción. Generalmente los vecinos utilizaban el estiércol de los animales en sus corrales, pero también hay testimonios de compras de estiércol a instituciones como el concejo cristiano o la aljama judía. Así, en noviembre de 1489 Martín Alegre, habitante de Castiliscar, adquirió del consistorio de Sos el fiemo de la Bardena por 16 sueldos[11], y María Ruiz, viuda de Ximeno Olleta, obtuvo en el mismo año el arrendamiento durante una década de la pieza del fosar de los judíos y del fiemo de su corral por una renta anual de cuatro fanegas de trigo[12]
 Debido a este auge comercial no resulta extraño que la ganadería en Sos experimentara un gran incremento cuantitativo y cualitativo a partir del último cuarto del siglo XV, como así se desprende de la partición del diezmo de los corderos y cabritos del año 1476 entre el capítulo de San Esteban y el arcipreste de la Valdonsella, cuyos derechos estaban secuestrados por la Corte del Justicia de Aragón, sorteándose los animales por los jurados y dividiéndolos en dos partes iguales, correspondiendo al arcipreste 89 cabezas[13]. 35 años más tarde, en el mes de mayo de 1511 de nuevo se realizó el reparto del diezmo del ganado entre los eclesiásticos, cifrándose en 138 las reses a los que cada parte tuvo derecho[14]. Es decir, que en estos 35 años se produjo un aumento del 55% en las cantidades que los clérigos recibían como diezmo, que al ser una renta proporcional sobre la producción refleja los cambios de su volumen, aunque debe tenerse en cuenta, según comenta Abellá, que al no disponerse de datos de más anualidades, el resultado de la comparación debe ser tomado con mucha cautela[15].
En resumen, a finales del siglo XV la explotación de los generosos pastos de Sos, unida a la numerosa cabaña ganadera, facilitó que muchas familias del municipio participaran en el desarrollo de una ganadería de naturaleza claramente comercial, y que además permitía exportar al exterior grandes cantidades de lana, generando unos suculentos ingresos a los habitantes de la villa.
Debido a este espectacular crecimiento de la cabaña ganadera de Sos, el Concejo tuvo que limitar la entrada de ganado foráneo, pues la disponibilidad de pastos se había convertido en un verdadero problema que había que solucionar con urgencia, promulgando ordenanzas específicas acerca del uso y aprovechamiento de las yerbas[16]
Ordinaciones de Casa de Ganaderos
Archivo de Protocolos de Sos del Rey Católico. Sig: doc. nº1.257.
Así, a principios del XVI, en 1502, el concejo de Sos se reunió para reducir la entrada de ganado que los pastores extranjeros, generalmente del norte del reino, podían meter en los comunales de forma gratuita por cuidar rebaños de los vecinos, aduciéndose como razón última la multiplicación de los ganados que los vezinos de aquella tienen[17].
Al mismo tiempo, el crecimiento ganadero que se produjo tanto en Sos como en el resto de las localidades de las Cinco Villas y ante la necesidad urgente de la regulación de rebaños y pastizales y de resolver los grandes conflictos suscitados entre los ganaderos y pastores con los campesinos y terratenientes por el uso y posesión de pastos, aguas y pasos cabañeros, nacieron las asociaciones de ganaderos, primero en Tauste, Ejea de los Caballeros, Uncastillo, Sádaba, y finalmente, en el año 1533, el emperador Carlos V permitió a los sosienses tener juez y realizar ordinaciones para el buen regimiento de sus rebaños[18], creándose el ligallo de ganaderos de Sos. Entre las misiones de estas asociaciones, además de regular los pastizales y el agua para el ganado, estaban la autodefensa y la persecución de cuatreros y la reintegración al legítimo dueño del ganado perdido o robado.
Curiosamente en Aragón y en el ámbito de la Corona no se configuró, respecto a la actividad ganadera, una organización general bajo el control real como sucedió en la vecina Castilla con la creación de la Mesta en 1273. Mantuvieron autónomos sus ligallos, mestas y cofradías. Todas ellas se encargaban del aprovechamiento de los pastos y articulaban la trashumancia, defendían sus privilegios, cuidaban de las infraestructuras pecuarias, criaban razas autóctonas de ganado y la mezclaban con algunas foráneas para vender luego sus excedentes. No se sabe porqué los ganaderos de Aragón organizaron en épocas remotas sus actividades ganaderas sin seguir un modelo como el de la Mesta castellana, centralizado, controlado desde el poder y aglutinador. Algunos estudiosos apuntan a que quizás las razones se encuentren en el propio carácter de la persona aragonesa, caracterizada por una pura “filosofía individualista” y libertaria de las relaciones humanas[19].
Para esas fechas había en Sos 32 ganaderos censados pertenecientes a la asociación. Más de la mitad, 17 concretamente, formaron parte de las familias que frecuentemente ocuparon cargos públicos, es decir, miembros de familias privilegiadas. Entre ellas sobresalían los Ezquerra, con dos miembros en la asocisción (Juan y Martín), los Sen con otros dos(Juan mayor y Juan menor), los Morea y los Villar con dos miembros cada uno, los Español con tres (Español de Sos, Bartolomé y Alfonso Español) y los Guerrero con cinco (Martín, Pedro mayor, Pedro menor, Sancho mayor y Sancho menor), lo que facilitó que algunos ocupasen una posición relevante dentro de la corporación, sobre todo Bartolomé Español, que se caracterizó por arrendar yerbas al concejo de Sos para posteriormente incluir en los acuerdos al resto de ganaderos a cambio de que éstos se comprometiesen a hacer frente a los elevados costes de los alquileres de pastos.
     De este modo, para asegurarse yerbas con las que alimentar a su cabaña, en septiembre de 1495, Bartolomé Español consiguió que el Justicia y los jurados vendieran las yerbas de la Bardena durante un trienio por 2350 sueldos anuales, obligándole a traspasarlas al resto de ganaderos por el mismo precio: “...a rearendar o acoxer a qualesquiere vezinos de aquella que poner querran sus propios ganados en la dita yerba, pues paquen por aquellos al precio y respeto que a vos cuesta[20]; pocos días después, en octubre, se produjo el rearrendamiento de la Bardena por parte del notario a 22 ganaderos en las mismas condiciones que en el contrato original[21].En 1513 Juan del Sen, Sancho Guerrero y Pedro Guerrero menor de días fueron quienes habían comprado los pastos de la Bardena, de Sosito, de Ceñito y del Saso de Arbe por tres años por la suma global de 2.815 sueldos, recibiendo el compromiso del resto de ganaderos locales de participar en el pago de las yerbas en los plazos establecidos[22].
Pero ¿Cuántas cabezas de ganado había entonces en Sos? Desgraciadamente no disponemos de censos de ganado de aquella época, pero algunos documentos nos ofrecen una valiosa información por la que, aunque no podemos cuantificar la cabaña ganadera del municipio, sí podemos intuir su importante potencial.
 En el estatuto de la asociación de ganaderos de 1502 se estipuló que se consideraría como rebaño de ganado menudo aquel que excediese los 300 animales, y de ganado mayor el que sobrepasara los 50[23]. Teniendo esto en cuenta vemos que en las capitulaciones matrimoniales de María Español con Antón de Monterde del año 1502, Bartolomé, padre de la novia, le dio como parte de la dote cien ovejas, que debían salir mediante sorteo de sus dos rebaños, además de 100 corderos[24], con lo que muy posiblemente este ganadero poseyó una cifra cercana al millar de ovinos. El infanzón Pedro Lacasa, procedente de Tramacastilla y avecindado en Sos en 1495 y que llegó a ingresar en el ligallo local, cuando tuvo que declarar las cabezas de ganado que poseía, aseguró que su número era de 749[25]. Los Guerrero (don Juan Guerrero y su sobrino Sancho Pérez Guerrero) poseían en común en el año 1499 dieciocho yeguas y 800 cabezas de ganado menudo[26]. En las capitulaciones del hijo de Juan Espatolero en 1498, éste le donó a su vástago, entre otros bienes, una vaca, una asna y 50 cabezas de ganado menudo, y Agueza Ezquerro dio a su hija Toda Bueno diez cabezas de ganado menudo, entre otros bienes[27]
Los herederos de Martín Ximénez de Burriel se repartieron, en 1442, 8 yeguas, 2 potros y 3 potras, que posiblemente tuvieron como finalidad el cruce con garañones para criar mulas con fines a su comercialización, como permite suponer que en la partición se explicitase que el fallecido había vendido una mula antes de morir[28]
Por otra parte, las clases menos favorecidas poseían los animales de tiro necesarios para trabajar sus tierras siendo, por lo general, un par de bueyes, y en algunas ocasiones asnos o yeguas. Igualmente cada familia criaba cerdos para poder abastecerse de alimentos durante gran parte del año, como se desprende del testamento de Martina Pintano, en el que entre sus bienes se encontraba un cerdo de tres meses y un pernil de puerco salado de cuatro libras de peso[29], o Teresa de Rúa, en abril de 1503, que poseía un cerdo vivo y un puerco salado que se repartieron su marido y sus hijos a partes iguales[30].
Y en cuanto a ganado menudo, cada familia solía poseer pequeños y medianos rebaños. Así, entre los bienes de Sancho Bernat se registraron, el 29 de junio de 1442, cinco cabras mayores y tres chicas[31], y entre los de Pedro de Sada dos cabras en enero de 1503[32], lo que evidencia su exclusiva finalidad para el autoconsumo doméstico.
Mucho mayores fueron los rebaños de García Juan de Tomás, ya que en noviembre de 1441 sus herederos se repartieron 160 cabezas de ganado[33], o los de Marquesa Martínez en agosto de 1501, quien poseía 100 cabezas, cantidad suficiente para proceder a una pequeña explotación con vistas a su comercialización, lo que corrobora un apunte en esta última partición en el que se expresó que a la difunta se le adeudaban 200 sueldos por ganados que vendió, además de señalarse que sus familiares debían dividirse 61 sueldos por la lana que había despachado ese año[34].
         Con esto podemos hacernos una idea del potencial ganadero de Sos en el siglo XV-XVI, donde prácticamente todas las familias, a excepción de las más desfavorecidas, poseían ganado menudo y mayor, con mayor o menor número de cabezas, según se tratara de familias privilegiadas o no. Pero de lo que no hay ninguna duda es de la importancia que tuvo el sector ganadero en la economía de Sos en la segunda mitad del siglo XV, una etapa que supuso, además del impulso de las cabañas ganaderas que hemos visto, el crecimiento económico de la villa y una importante recuperación poblacional.
Madoz, en su diccionario geográfico, estadístico e histórico de España de 1848 menciona que Sos posee unas 25.000 cabezas de ganado lanar y cabrío y 600 cabezas de vacuno.
En las décadas posteriores, diversos factores relacionados con la economía, formas de vida y despoblación de Sos, generarán un lento y progresivo descenso del número de cabezas de ganado, aunque mantendrá todavía un peso importante en la ganadería comarcal de las Cinco Villas.
En 1914 la Guía Regional de Aragón arroja un censo ganadero de 7.600 cabezas de ganado lanar, 942 de cabrío, 183 cabezas de caballar, 667 de mular, 504 asnal y 26 cabezas de ganado vacuno.
La industrialización, la emigración a las ciudades, el cambio de vida de los habitantes, la progresiva orientación económica de Sos hacia el sector terciario y otros factores, como la falta de relevo generacional, la baja rentabilidad de la producción debido al aumento de los gastos básicos del rebaño, o el incremento de la producción agrícola en detrimento de la ganadera, harán que la cabaña ganadera de Sos siga perdiendo unidades progresivamente hasta ser una economía prácticamente testimonial.
El censo ganadero de 1999 del INE-IAEST registra 548 cabezas de ganado bovino en Sos, 10.657 de ovino, 256 de caprino y 58 de porcino
El último censo ganadero elaborado por el INE-IAEST en 2009 arroja las cifras de 62 cabezas de ganado bovino, 3.566 de ovino, 64 de caprino, 14 de porcino y 4 de equino.
Como puede observarse, en tan sólo una década el descenso de la cabaña ganadera ha sido alarmante, y si lo comparásemos con el número de cabezas de la Edad Media el resultado sería abismal.






[1] A.D.Z., ms.663.
[2] A.D.Z., leg. 761.
[3] A.H.P.S., Miguel Martínez de Sada, p. 370. f. 64v.
[4] Abellá Samitier, Juan. La villa aragonesa de Sos en la Baja Edad Media: economía, sociedad y manifestaciones de poder, pp. 798-799.
[5] Carrasco Pérez, J. “Peajes navarros. Sangüesa (1380)”, revista Príncipe de Viana, nº 126 y 127, 1972, pp. 129-150.
[6] Abellá Samitier, J. La villa aragonesa de Sos... cit. pp. 544-555.
[7] Abellá Samitier, J. La villa aragonesa de Sos... cit. pp. 545-551.
[8] A.H.P.S., Juan Zareco, 22/03/1450, p. 397, ff. 31-33.
[9] A.H.P.S., Bartolomé Español, p. 485, ff. 18-20.
[10] A.D.Z., ms., 663.
[11] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 449, ff. 40-40v.
[12] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 430, f. 6.
[13] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 394, f. 142 bis.
[14] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 466, ff. 49-49v.
[15] Abellá Samitier, J. "Los orígenes de una élite rural: la casa de ganaderos de Sos a finales de la Edad Media". STVDIUM, Revista de Humanidades, nº 17, 2011, pp. 65-95.
[16] Abellá Samitier, J." Los orígenes de una élite..."cit. pp. 72-73.
[17] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 459, ff. 43-44v.
[18] Cabezudo Astrain, J. Guillén de Jaso, A. Noticias Históricas de Sos. Zurita, Jerónimo. Cuadernos de Historia, 3, p. 179.
[19] Fernández Otal, José Antonio.”Un periplo pastoril por Aragón, el país de los ligallos”, en La casa de ganaderos de Zaragoza. Ocho siglos en la historia de Aragón, p. 61
[20] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 453, ff. 50-51v.
[21] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 453, ff. 50-51v, ff. 58-58v.
[22] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 438, ff. 47v-48v.
[23] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 459. ff. 43-44v.
[24] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 459, ff. 16-18.
[25] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 437, f. 3v.
[26] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 456, ff. 3v-5v.
[27] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 441, f. 1.
[28] A.H.P.S. Miguel Martínez de Sada, p. 373, ff. 7-10v.
[29] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 459, ff. 24-25.
[30] A.H.P.S., Juan de Murillo, p. 495, ff. 110-112v.
[31] A.H.P.S., Martínez de Sada, p. 373, ff. 39-41v.
[32] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 460, ff. 6v-7.
[33] A.H.P.S., Miguel Martínez de Sada, p. 370, ff. 70-70v.
[34] A.H.P.S. Miguel del Sen, p. 458, ff. 62v-64.





BIBLIOGRAFÍA

-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. La villa aragonesa de Sos en la Edad Media: economía, sociedad y manifestaciones de poder. Tesis doctoral. Universidad de Zaragoza, 2007.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. “Los orígenes de una élite rural: la casa de ganaderos de Sos a finales de la Edad Media”. STVDIUM. Revista de Humanidades, nº 17, pp. 65-95. 2011.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Selección de documentos de la villa aragonesa de Sos (1202-1533) I.F.C. (C.S.I.C.) Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2009.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. (C.S.I.C.) Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-CABEZUDO ASTRAIN, J.; GUILLÉN DE JASO, A. “Noticias históricas de Sos”. Zurita, Jerónimo. Cuadernos de historia, 3. 1954.
-CARRASCO PÉREZ, JUAN. “El peaje de Sangüesa de 1363”. R.P.V. nº 180, pp. 121-159. Pamplona, 1987.
-CARRASCO PÉREZ, JUAN. “Peajes navarros. Sangüesa 1380” R.P.V., nº 126-127, pp. 129-150. Pamplona, 1972.
-FERNÁNDEZ OTAL, JOSÉ ANTONIO. “Las vías pecuarias y la ganadería trashumante de las Cinco Villas”,en Los caminos en la historia de las Cinco Villas. VI Jornadas de Estudios sobre las Cinco Villas. C.E.C.V. Ejea de los Caballeros (Zaragoza), 1990.
-FERNÁNDEZ OTAL, JOSÉ ANTONIO. “Un periplo pastoril por Aragón, el país de los ligallos”, en La casa de ganaderos de Zaragoza. Ocho siglos en la historia de Aragón. Ed. El Justicia de Aragón. Zaragoza, 1977.
-LONGARES LATORRE, PILAR. “Del pastoreo a la producción industrial”. Comarca de las Cinco Villas. Nuria Asín García (Coord) Col. Territorio,25,  pp.303-314. D.G.A. 2007.
-MADOZ, PASCUAL. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de España
-PIEDRAFITA PÉREZ, ELENA. “Relaciones entre los concejos cincovilleses en los siglos XIII y XIV: conflictos y solidaridades”. Suessetania, 13, pp. 96-111. C.E.C.V. Ejea de los Caballeros. Diciembre, 1993.
-Censo Agrario, 1999 y 2009. INE-IAEST
-Guía Regional de Aragón de 1914