Desde
siempre las iglesias y ermitas han sido el lugar de enterramiento por
excelencia, constituyendo verdaderos cementerios. Dado el significado que la
muerte tenía para la población de la Edad Media, que atenderemos en otra
entrada del blog, nos resulta más fácil entender el alcande de estos
enterramientos junto a las iglesias.
Tumba de bañera.Abside sur. Iglesia de San Esteban de Sos del Rey Católico |
Uno de los
restos más antiguos de estos enterramientos que ha quedado en Sos es una
pequeña sepultura antropomorfa (tumba de bañera) ubicada delante del ábside sur
de la iglesia de San Esteban que debió acoger en su día los restos de un niño,
(probablemente del primer período de la construcción de la iglesia en el siglo
XI). Está orientada, como es habitual, en sentido este-oeste, con la cabecera a
poniente.
En la Edad
Media la ermita de Santa Lucía estaba consagrada a S. Miguel Arcángel,
existiendo en Sos una cofradía con advocación a este santo. Junto a la ermita
había un cementerio en el que podían enterrarse los cuerpos de los fieles
seguidores de esta cofradía, el resto de inhumaciones se hacían junto a la
Iglesia, aunque los enterramientos de párrocos, racioneros y las gentes más
pudientes y relevantes de la sociedad gozaban de lugares privilegiados donde
ser sepultados, como la Cripta y claustro de Santa María del Perdón, Iglesia
parroquial y Capilla de San Antonio, como muestra un documento con fecha 9 de
junio de 1319 en el que Arnalt, obispo de Pamplona, concede licencia a Gil
Martínez de Sos, caballero y alcalde del castillo de Sos, para construirse una
sepultura en el pórtico de la iglesia parroquial en atención a los méritos y
servicios prestados al obispo y a la Iglesia[1].
Una de las veintidós cruces de enterramiento en el túnel del Perdón. Sos del Rey Católico |
A este
respecto podemos observar las 22 cruces inscritas en el túnel del Perdón, así
como otras más rústicas y sencillas en los muros de San Esteban.
A
principios del siglo XVII hay constancia escrita de la construcción de un nuevo
cementerio en Sos para completar al que existía en la localidad. Este nuevo
camposanto de la Calostra se ubicó en la subida del castillo[2]. El
cementerio parroquial propiamente dicho estaba en el actual descampado conocido
como el “rechelao”, frente al pórtico de la Iglesia de San Esteban, dentro del
antiguo recinto amurallado. De este antiguo cementerio quedan dos estelas
funerarias discoidales que podemos ver recolocadas junto al muro de la iglesia .
Estelas discoidales reubicadas en el muro de la Iglesia |
Las
estelas que solían poner en los enterramientos, como elementos decorativos,
solían ser discoidales, llamadas así por tener su parte superior en forma de
disco o círculo. Se colocaban en la cabecera del enterramiento, en lugar de la
cruz actual, se orientaban al este, y podían ser lisas o decoradas. Las más
sencillas se limitaban a simples mojones de piedra, mientras que las de tipo
discoideo solían estar decoradas.
Este camposanto de la Calostra estuvo en uso hasta el
año 1788, pues por una orden del Rey Carlos IV dada el 3 de abril de 1787, los
enterramientos deberían hacerse fuera de las iglesias y de sus proximidades por
razones higiénicas. En un principio el clero se opuso a esta medida reformista,
pues la construcción de cementerios extramuros de la villa suponía la pérdida
de ingresos en concepto de pago por derecho a sepultura. Pero el coronel D.
José Traggia, corregidor de la villa, promovió con incansable celo la
construcción de un cementerio extramuros de la villa, por ser lugar más ventilado
y más salubre para la población, eligiendo para ello, sin saberlo, los terrenos
donde anteriormente se ubicaba la ermita de San Bartolomé.
En las primeras excavaciones para su construcción se
encontraron restos de cadáveres, lo que excitó la curiosidad de mirar los
documentos antiguos, y se halló la ignorada noticia de que por el año 1300 en
aquel mismo lugar había existido un cementerio, junto a una basílica o santuario
dedicado a San Bartolomé y San Sebastián. Se bendijo el sitio y se construyó
una nueva capilla con licencia del Ilmo. Obispo de Jaca, trasladándose a la
misma el 19 de mayo de 1789 el cadáver del anterior Corregidor, el Coronel D.
Francisco Xavier Jacome, de la Orden de Calatrava.[3]
A este cementerio es el que hace
referencia Madoz en su Diccionario al decir que Sos tiene “un cementerio extramuros hacia el Este, y que dista 200 pasos del
Portal de Jaca”.
Cementerio de Sos del Rey Católico |
El actual cementerio se encuentra fuera de los muros
de la Villa, en la carretera que se dirige a Sangüesa, cerca del Parador de
Turismo, siendo construído con fecha de 1871 y ampliado a finales de la década de 1940.
[1] A.C.P. V
Episcopi 1, fol. 302v.
[2] A.H.P.S.
[3] Gaceta de Madrid, nº 51, 24/06/1788, recogido en
B.O.E.-A-1788-771, pp. 410-411
BIBLIOGRAFÍA
-ASÍN GARCÍA, NURIA. “La huella del
barroco en las Cinco Villas”, en VV.AA. Comarca
de las Cinco Villas. Col. Territorio, 25. D.G.A. 2007.
-MADOZ, PASCUAL. Diccionario Geográfico Estadístico Histórico. 1845-1850. Edición
facsímil. D.G.A. Valladolid, 1985.
-“La gaceta de Madrid” nº 51. Martes,
24 de junio de 1788.
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