En la
comarca de Sos existen gran variedad de setas, tanto comestibles como
venenosas, mayoritariamente coincidiendo con la estación otoñal, aunque hay variedades
que suelen darse también en primavera. La mayor o menor presencia de setas
depende de distintos factores climáticos: si ha habido un régimen de lluvias
adecuado coincidiendo con sus necesidades biológicas y también si las
temperaturas, sobre todo en el tiempo de la eclosión de sus carpóforos, han
sido suficientemente altas.
Destaca
por su valor gastronómico el Lactarius deliciosus, más conocido como
“robellón”, en castellano, u “hongo royo”, en aragonés; su carne roja o
anaranjada es muy apreciada, brotando en todo tipo de pinares, aunque las
mayores cantidades se producen en las masas de pino royo y pino laricio, siendo
muy reducido en las zonas de pino carrasco.
Robellon (Lactarius deliciosus) |
También
encontramos en la zona diversas variedades de la familia Agaricus (champiñones), como el agaricus campestres o
el Agaricus bisporus; que suelen aparecer en hileras o formando corros
en prados, campos y zonas abonadas con estiércol por el agricultor; es un hongo
que suele aparecer más habitualmente en primavera, pero también aparece en
otoños con temperaturas suaves.
Champiñón campestre (agaricus campestres) |
La tricholoma portentosum
(morrico de ciervo) es una especie más tardana, pudiendo aparecer incluso en
noviembre, ya que aguanta muy bien las heladas. Se encuentra en pinares
formando corros de numerosos ejemplares, aunque también podemos encontrarlo
bajo las hayas.
Morrico de ciervo ( tricholoma portentosum) |
También en
los bosques de pinos pero en lugares más bien húmedos y resguardados,
camuflados entre el musgo o la hierba o debajo del boj, aparece la cantharellus
lutescens o trompetilla amarilla, que aunque es una especie poco común,
alli donde aparece suele hacerlo en abundancia, formando grandes colonias de
centenares de ejemplares. Crece cuando el otoño se está acabando, pero puede
aparecer en noviembre e incluso más tarde.
Trompetilla amarilla (Cantharellus lutescens) |
En
primavera aparecen las morchellas o colmenillas (Morchella cónica) en los claros del bosque, orillas de camino o
linderos del bosque y orillas de los ríos. Prefiere los bosques de roble,
encina y chopos, aunque también aparece en pinares.
Colmenilla (morchella cónica) |
También en primavera e inicio del verano
encontramos otras variedades de setas como la Calocybe
gambosa, más conocida como perretxico o seta de San Jorge. La encontramos
en praderas de montaña, junto al brezo, endrinos o rosales silvestres.
Perretxico, moxeron o seta de San Jorge (Calocybe gambosa) |
De
primavera a otoño encontramos asimismo la Cantharellus
cibarius (rebozuelo, ziza de Etxalar o seta de San Juan) asociado a robles
y encinas, de finales de primavera hasta comienzo de otoño el boletus aestivalis
en hayedos y robledales.
Rebozuelo, saltsaperretxico, pie de cabra, ziza de Etxalar o seta de San Juan (Cantharellus cibarius) |
De verano
a finales de otoño fructifican las lespiotas, representadas por la Macrolepiota
procera, más conocida como
“matacandil” y Macrolepiota rhacodes, pudiendo encontrarlas
en los prados, claros del bosque y junto a los caminos.
Matacandil (Macrolepiota procera) |
Los años en los que coinciden veranos cálidos en los
que se producen tormentas con precipitaciones fuertes durante el mes de julio,
aparecen con gran profusión los apreciados boletus (Boletus aereus, boletus reticulatus) Al coincidir estas precipitaciones
con las fecha de máxima temperatura anual, se produce en la primera luna del
mes de agosto una fuerte emergencia de estas especies de montaña por encima de
los 800 metros .
Si se mantienen las condiciones climáticas suelen repetir fructificación en las
siguientes lunas. Los boletus aereus
suelen brotar en los encinares, y los boletus
reticulatus en los hayedos, siendo en
los robledales donde aparecen ambas especies juntas formando corros de
numerosos ejemplares.
Boletus (boletus aereus) |
Como especie venenosa podemos destacar la Amanita muscaria,
que si bien no es mortal, puede provocar desde efectos alucinógenos y molestias
intestinales hasta daños hepáticos.
Una de las
pocas setas que no hay que ir a buscar al monte es la seta de cardo (Pleurotus eryngii), muy extendida por
toda la Península. Crece con las lluvias de primavera y otoño, aunque no requiere de mucha agua; con cantidades superiores a los 55mm. pueden ser suficientes para su desarrollo. Crecen en terrenos calizos, sobre eriales, baldíos, espacios perdidos, barbechos, sobre cuestas y crestas, aprovechando siempre la materia orgánica acumulada y, especialmente, la del tronco del cardo, al que frecuentemente aparecen asociadas, alimentándose de su materia en descomposición o de sus raíces(ver receta).
Setas de cardo (Pleurotus eryngii) |
Un dato
muy curioso es que pese a la gran variedad de setas que se dan por el entorno,
el sosiense ha sido bastante remiso a incluirlas en su dieta. Actualmente la
nueva cocina ha llegado a nuestras mesas y las setas se han convertido en un
exquisito plato, muy buscadas por los lugareños, siendo parte importante en las
cocinas de los hogares y en los platos de los restaurantes. Hasta tal punto ha
llegado el interés por los hongos que desde no hace mucho tiempo se vienen
realizando jornadas micológicas en la zona para conocimiento de sus habitantes
y disfrute de tan preciado manjar.
Ahora,
salgamos al monte y recojamos este delicioso y exquisito manjar que nos ofrece
la madre naturaleza.
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