"El ojo que todo lo ve" o "el ojo de la Providencia" en una casa de Sos del Rey Católico |
Ya hablé en un post, en febrero del 2015, de las abejas esculpidas en los balcones de la primera planta de la casa frente al nº 26 de la calle Ramón y Cajal de Sos del Rey Católico y su simbolismo plenamente masónico.(ver)
El día que realicé las fotos de las abejas para aquel post,
no hice más fotografías de los balcones
del segundo piso porque, debido a la oscuridad que suele haber en este tramo de
la calle y el contraluz permanente existente al mirar hacia arriba, con el
luminoso cielo detrás del objeto a fotografiar, no se aprecia claramente lo que
hay, aunque se vislumbra, esculpidos en la parte inferior de dichos balcones, “algo” que tiene la misma forma circular que los del primer
piso, por lo que supuse que, por simetría y paridad arquitectónica y
decorativa, serían duplicidades de las abejas esculpidas en el primer piso.
Varias veces, al pasar junto a la casa, miraba hacia arriba, hacia los balcones del segundo piso, pero siempre me encontraba con el
efecto de contraluz antes descrito y nunca vi claramente qué dibujo contenían esos dos círculos. Y
así quedó durante unos años y me olvidé absolutamente de ello.
El mes pasado me dio otra vez por mirar, pero esta vez
iba bien pertrechado con prismáticos y una buena cámara de fotos con un buen zoom
y cuál fue mi sorpresa al descubrir que eran distintos que los del primer piso,
y corroboran, todavía más, la idea de que el restaurador de la casa era masón,
pues se trata, nada más y nada menos, que del Ojo de la Providencia, o “el ojo
que todo lo ve”; uno en cada balcón, inscrito en un triángulo, del que existen
varias interpretaciones y que a continuación detallamos.
El origen del "Ojo que todo lo ve" hay que buscarlo en
Egipto, en el conocido “ojo de Horus” o Udyat
y significa “el que está completo”. Puede decirse que era un amuleto
protector, purificador y sanador que encarnaba el orden y el estado perfecto;
simbolizaba la salud, la prosperidad, potenciaba la vista, protegía y curaba
enfermedades oculares, contrarrestaba el “mal de ojo” y protegía a los
difuntos.
El Udyat fue adoptado posteriormente por otras
civilizaciones, dándole diferentes significados según sus culturas. Así,
mientras asirios y babilonios lo consideraron como un símbolo de protección divina,
los judíos y cristianos lo utilizaron para representar la omnipotencia y
omnisciencia de Yahvé o Dios, creyendo que representa la supervisión divina y
el control que los dioses ejercen sobre el mundo y los seres humanos.
El simbolismo más generalizado a lo largo de la historia
es el de representar la vigilancia, el control, el conocimiento y la
providencia divina, la capacidad de ver más allá de lo evidente, de trascender
la realidad física y acceder a un conocimiento más profundo, divino y espiritual,
abriendo nuevas formas de comprensión y conocimiento.
Ya en el siglo XVIII, con el nacimiento de la masonería
en Europa, el ojo fue adoptado por diferentes logias, enmarcándolo en un
triángulo equilátero, recibiendo el nombre de “delta luminoso” (por su parecido
con la letra griega delta), para simbolizar al Gran Arquitecto del Universo.
Ese arquitecto, Ser Supremo que, omnipotente y omnisciente, está presente en
nuestras vidas y nos exhorta a buscar una conexión más profunda con lo divino,
o nos recuerda que debemos ser libres para explorar nuestro propio camino
espiritual, nos induce a buscar la verdad y nos recuerda que nuestros hechos,
acciones y comportamientos se hallan siempre bajo vigilancia y que debemos ser
conscientes de nuestras propias responsabilidades, actuando con transparencia,
honestidad e integridad moral en todas las facetas de la vida.
En la sociedad actual, "el ojo que todo lo ve" va
adquiriendo nuevas interpretaciones, como el recordatorio de la importancia de
la vigilancia y la conciencia en un mundo cada vez más controlado y vigilado, o
la simbolización, más bien conspirativa, del poder y la influencia de las
élites y las sociedades secretas que controlan el mundo en las sombras.[1]
“El ojo que todo lo ve” y “la abeja” en una misma construcción. No hay duda que
Almárcegui, que así se llamaba el maestro de obras restaurador de esta casa de Sos,
era un masón.
[1] Para conocer más sobre “el ojo que todo lo ve”, ver este texto del filósofo, esoterista, matemático y masón René Guenón de su obra “Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada”, recogido en https://www.masoneriadelmundo.com/2018/02/simbolismo-del-ojo-que-todo-lo-ve.html
BIBLIOGRAFÍA
-En la web:
www.confilegal.com. ¿Qués es, de dónde procede y cuál es el
significado del Ojo que todo lo ve?
www.secretosmasones.org. Simbolismo del “ojo que todo lo ve” en la
Masonería: significado revelado.