Generalmente, la falta de vestigios
antiguos en una centenaria o milenaria edificación se debe muchas veces al uso
de materiales blandos o perecederos
(barro, madera…) destruidos por las posteriores reformas, restauraciones o
rehabilitaciones que han sufrido estas construcciones ubicadas en el mismo
emplazamiento que tuvo en origen.
Gracias al posterior uso de la
piedra en estos edificios, muchos de estos vestigios todavía se conservan hoy
en día, si bien, la mayoría de las veces, no en la cantidad que desearíamos, y
otras veces aparecen localizados en lugares distintos a su primigenia ubicación
debido, generalmente, a su reutilización en otra estructura posterior en el tiempo
tras haber sido derribada, voluntaria o involuntariamente, la estructura
primitiva. Pero casi siempre estos indicios pétreos, debidamente estudiados, nos
suelen ofrecer una valiosísima información de tipo cultural, artístico,
histórico o social, como hemos podido comprobar en la cripta de Sos del Rey
Católico, y una sistematización de estos vestigios permite su adecuada
valoración como indicadores cronológicos y como referente simbólico de las
sociedades que los crearon y a las que sirvieron.
Tras conocer los diversos vestigios
en la cripta de Sos y que hemos expuesto en cuatro posts anteriores bajo el
mismo título (Ver I, II, III y IV), se podría establecer, con mucha precaución
y mesura, una secuencia cronológica constructiva aproximada de la primitiva
iglesia de Sos.
Esta secuencia artística de un
período tan complejo y falto de documentación permite, al menos, poder ofrecer
varias opciones sistematizadoras, entre ellas la sistematización histórica y
cultural, es decir, un estudio diacrónico, desde el punto de vista de la
síntesis. Veamos.
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Sobre un primer templo pagano
romano, que pudiera haber sido dedicado a S. Feliciano y que hubiera podido
dar, asimismo, nombre a la Peña sobre la que se asienta la iglesia y el castillo
de Sos, se edificaría posteriormente, debidamente santificado, un templo
cristiano.
Tras la llegada de los visigodos, se reconstruiría
de nuevo la basílica, formada, probablemente, por dos naves (la central y la
del lado de la epístola), a la que, en el siglo VIII se le añadiría la pila bautismal.
A principios del siglo X Sancho Garcés I
levantó el castillo de Sos, del que todavía quedan algunos sillares en sus
muros, y el primer templo en honor a San Esteban que, probablemente, sería la
capilla del castillo, pues todavía no habían llegado “pobladores” a Sos. Posiblemente
este templo no sería de grandes dimensiones pues, generalmente, los monarcas no solían manifestar ostentación
o suntuosidad a través de este tipo de construcciones, siendo estas iglesias,
como se ha dicho, y comenta Galtier Martí, simples “capillas castrenses”[1].
Sancho Garcés II, Ramiro Garcés y
Sancho III ampliarían y mejorarían tanto el castillo como la iglesia,
consolidándose todo el conjunto, iglesia y castillo, en tiempos de Ramiro I. El
período de estos reinados trancurriría entre el 970 y el 1063.
En algún momento de este
intervalo de 93 años, el templo fue derruido y levantado o reformado de nuevo,
si no, no se entendería el hecho de colocar al pie de una columna un sillar que
sabemos que estuvo ubicado en otro lugar, o rectificar e intentar convertir
arcos de herradura en arcos de medio punto.
Pudiera ser que esta reforma se
realizara durante el reinado de Sancho III, pues fue este monarca quien
introdujo en sus dominios la regla benedictina que ya se había difundido en
Cataluña, por influencia franca, desde mediados del siglo IX hasta el primer
cuarto del siglo XI, sustituyendo la antigua liturgia y rito visigodo por el
romano, eliminando de esta forma cualquier vestigio visigótico. No en vano, a
finales del siglo XI, todos los obispos hispánicos eran cluniacenses
Reinando Ramiro I (1035-1063), y
con el avance cristiano en marcha, que garantizaban ya el asentamiento
poblacional en la zona, se ampliaría la fortaleza de Sos, se consagró la cripta
en el 1055[2],
y con las subvenciones aportadas por la reina Estefanía se consolidaría la
cripta tal y como hoy la conocemos, que más tarde serviría de base para
edificar sobre ella la iglesia alta, esta vez, más suntuosa y espaciosa para
poder albergar a los nuevos fieles que iban poblando Sos, que según Cristina
Sánchez sería a principios del siglo XII (1100) cuando comenzaron las obras[3].
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Probablemente nunca llegaremos a
saber con exactitud esta secuencia cronológica-constructiva pero, como se ha
comentado al principio, la sistematización de los vestigios existentes en la
cripta nos aportan algo de luz sobre la misma. Sólo es cuestión de esperar que
aparezcan nuevos indicios o vestigios todavía no descubiertos, que bien
pudieran aparecer tras alguna reforma o excavación y que, debidamente
examinados y estudiados, nos aporten más información que nos ayude a completar
el proceso histórico-cultural y constructivo del primer templo cristiano en Sos del Rey
Católico.
[1] Galtier Marti. “Las primeras iglesias de piedra de la frontera de los Arbas, el Onsella y el Gállego”. Rev, Artigrama nº 1, p. 12.
[2] Galindo Romeo, Pascual. Sos en los siglos XI y XII. Revista Universidad, año I, p.8.
[3] Sánchez Gómez, Cristina. “Iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico.” El románico de mi pueblo. Amigosdelromanico.org (22 de septiembre de 2017)
BIBLIOGRAFÍA
-GALINDO ROMEO, PASCUAL. Sos en los siglos XI y XII. Revista Universidad, año I. Zaragoza, 1924.
-GALTIER MARTÍ, FERNANDO. “Las primeras iglesias de piedra de las fronteras de los Arbas, el Onsella y el Gállego”. Rev. Artigrama nº 1, pp.11-46. Universidad de Zaragoza. Zaragoza, 1984.
-TABOADA. ROGELIO. “Primer capitel de Santa María del Perdón”. Sangüesa Siempre. Apéndices históricos. Ed. RT. Sangüesa (Navarra), 2016, pp.15-32.
En la web:
-SÁNCHEZ GÓMEZ, CRISTINA. “Iglesia de San Esteban. Sos del Rey Católico.” El románico de mi pueblo. Amigosdelromanico.org (22 de septiembre de 2017)
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