Prestamistas judíos en una ilustración del "Vidal Mayor" |
Cuando, en 1492, muchos judíos abandonaron Sos, también lo hicieron
con ellos los prestamistas hebreos que solucionaban los problemas crediticios
de los vecinos de la Villa y de la comarca. La expulsión de los judíos de Sos
supuso un verdadero desastre para la economía del pueblo en muchos aspectos,
pero no sólo a nivel local, también a nivel nacional, como bien expresa el
historiador José Amador de los Ríos: “fue
el Decreto de 31 de marzo grandemente desastroso para el comercio, la
agricultura y no pocas artes industriales, como lo fue también para la
población de España, produciendo en consecuencia una perturbación altamente
nociva en el creciente desarrollo de la nación cultural”[1]
Sin embargo, en Sos, este
desastre no resultó tan perjudicial en relación con los préstamos, pues los sosienses
encontraron otras alternativas y formas crediticias, a intereses más bajos,
para cubrir los préstamos, ocupándose de ello, como si de un “relevo” se
tratara, algunos vecinos de la villa, sobre todo de familias dominantes del municipio,
como así hizo la familia Ruiz, que consiguió hacerse con los derechos de la
familia judía de los Alfrangil de Biel en las deudas que se les debían en la
zona[2].
Así, por ejemplo, cuando Faym Alfrangil se marchó a vivir a Sangüesa
tras la expulsión, fue el sosiense Juan Ruiz quien actuó como procurador para
cobrar sus créditos[3], y el
16 de marzo de 1495 vendió a su hijo, también llamado Juan, por 4.000 sueldos, todos los derechos sobre
sus deudos, comandas y juramentos de trigo y del dinero del Gállego hacia la
parte de Biel que anteriormente le había comprado al propio Faym Alfrangil en
Biel el 11 de junio de 1492[4].
Si hasta esta fecha los
Ruiz casi no habían otorgado ningún crédito, desde ese momento se prodigaron en
estas prácticas económicas; así, en 1495 concedieron al menos 355 sueldos, ocho
cahíces y seis fanegas de trigo a través de cuatro comandas, en 1502, 220
sueldos en dos préstamos; en 1510, quince cahíces en dos operaciones y en 1514,
1248 sueldos en tres emprésitos[5].
A los Ruiz, aprovechando la desaparición de la comunidad judía de la
Valdonsella, y viendo los suculentos beneficios que podían reportarles la
práctica de esta actividad, se les sumaron otras familias importantes de Sos, como
los Carlos, los Guerrero, los Gil de Urriés, los Murillo, los Sen, los Español
o los Zareco[6].
Pero estos vecinos no sólo se dedicaron a conceder préstamos de consumo, sino que también fue una práctica muy habitual en ellos la venta de censos consignativos sobre bienes inmuebles, préstamos de comandas para comprar materias primas, préstamos al concejo en momentos de necesidad, compra de deuda pública emitida en censales,…;ampliaron sus actividades financieras hacia el arrendamiento de los abastos, de los bienes propios, de los impuestos y de las rentas eclesiásticas; la compra de los excedentes agrarios para comercializarlos, obtener la primicia, el monopolio de venta del vino y el arrendamiento, tras subasta pública, de los molinos de la Villa, una inversión muy rentable teniendo en cuenta que el pan era el sustento básico de una población que en Sos, en esos años, experimentó un incremento considerable de vecinos[7].
Pero estos vecinos no sólo se dedicaron a conceder préstamos de consumo, sino que también fue una práctica muy habitual en ellos la venta de censos consignativos sobre bienes inmuebles, préstamos de comandas para comprar materias primas, préstamos al concejo en momentos de necesidad, compra de deuda pública emitida en censales,…;ampliaron sus actividades financieras hacia el arrendamiento de los abastos, de los bienes propios, de los impuestos y de las rentas eclesiásticas; la compra de los excedentes agrarios para comercializarlos, obtener la primicia, el monopolio de venta del vino y el arrendamiento, tras subasta pública, de los molinos de la Villa, una inversión muy rentable teniendo en cuenta que el pan era el sustento básico de una población que en Sos, en esos años, experimentó un incremento considerable de vecinos[7].
Estas prácticas crediticias que dejaron los judíos que se marcharon
de Sos, sumadas al resto de las actividades comerciales y financieras citadas, consiguieron
que estas familias acomodadas de la Villa incrementaran su estatus y su
prestigio disfrutando de un destacado poder en la villa, pudiendo desempeñar
cargos públicos en el concejo, controlar los aparatos de decisión municipal y
orientar la política económica de la localidad en favor de sus intereses
particulares y personales pues, de alguna manera, la sociedad estaba en deuda
con ellos. Y este prestigio que obtuvieron fue tan grande que incluso algunos de ellos llegaron a alcanzar la infanzonía.
Pero ¿qué hubiera pasado si los judíos no se hubieran marchado de
España? Lamentablemente es un asunto que nunca sabremos. Lo que sí sabemos con certeza es
que los judíos sefardíes en Europa y sus colonias, donde no tuvieron las prohibiciones
y restricciones impuestas en la Península, supusieron
un acontecimiento del más alto nivel en la expansión económica, marítima y
colonial desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVIII[8].
Fueron los pioneros en la
creación y desarrollo de algunas de las nuevas formas de capitalismo, como los
bancos, las bolsas, los seguros, las sociedades anónimas o los instrumentos de
cambio [...] Esta comunidad asumió la hegemonía del mundo mercantil sefardí gracias
a unos vínculos económicos que se extendían desde Europa occidental al nordeste
brasileño y a la zona del Caribe[9].
Por este motivo sabemos que se perdió un gran
contingente de personas de gran valor cultural, social y económico para la
comunidad. Resulta tristemente irónico ver cómo ese pueblo hebreo que expulsó
Fernando "el Católico" de la Península fue codiciado por otros países a los que los judíos
dieron un fuerte impulso en materia comercial, económica y financiera, como los
Balcanes, Italia u Holanda.
Pero, en el transcurso del siglo XVIII, la importancia sefardita en la
economía internacional comenzó a decaer por causas políticas, sociales, económicas y antisemitas, hasta que a finales del siglo se produjo el total derrumbamiento
del mundo sefardí y el cierre de una página de la historia mundial en la que un
puñado de judíos que huyeron de la Península Ibérica en los albores de la Era
Moderna tuvieron un papel inestimable en la economía europea al más alto nivel[10].
[1] José Amador de los Ríos. Historia de los judíos de España y
Portugal, p. 782. Aguilar. Madrid, 1960.
[2] Abellá Samitier, Juan. Sos en la Baja Edad Media, p. 205.
I.F.C. (C.S.I.C.) Diputación de Zaragoza, 2012.
[3] A.H.P.S., Juan Zareco, p. 435, f.
28v.
[5] Abellá Samitier, J. Op. Cit…p.206.
[8] Jonathan
I. Israel, “The Sephardi Contribution to Economic Life and Colonization in
Europe and the New World (16th-18th Centuries)”, Moreshet Sepharad: The
Sephardi Legacy, editado por Haim Beinart, (Jerusalén: The Magness Press,
1992), pp. 367-370.) Nota 62 en: José López Thomas de Carranza. T.F.G. El impacto económico en la economía de
Castilla de la expulsión de los judíos, p. 23.Universidad Pontificia Comillas. Madrid, 2014
[9] López Thomas de Carranza. El impacto económico…op. cit, p.37.
[9] López Thomas de Carranza. El impacto económico…op. cit, p.37.
[10] Ibidem,
p. 38.
BIBLIOGRAFÍA
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos
en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. (C.S.I.C.)
Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-AMADOR DE LOS RÍOS, JOSÉ. Historia
de los judíos de España y Portugal. Aguilar. Madrid, 1960.
-COHEN, MARIO EDUARDO. “Lo que Hispanoamérica perdió: El impacto de
la expulsión en su atraso cultural y económico”, en Alcalá Galve, Ángel, (Coord),
pp. 424-454. Judíos. Sefarditas.
Conversos. La expulsión de 1492 y sus consecuencias. Ámbito. Valladolid,
1995. Ponencias del Congreso Internacional celebrado en Nueva York en
noviembre de 1992.
-LÓPEZ THOMAS DE CARRANZA, JOSÉ. El impacto económico en la economía de Castilla de la expulsión de los
judíos. Trabajo Fin de Grado. Universidad Pontificia Comillas. Madrid,
2014.
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