jueves, 29 de marzo de 2018

EL RELOJ DE LA PASION





El día de Jueves Santo se celebra por las calles de la Villa una tradición muy peculiar que había desaparecido y que recientemente se ha recuperado; tradición, por otra parte, que se celebra en muchos municipios de España: el Reloj de la Pasión.
Esta tradición se remonta aproximadamente a 1760. En Sos,  anteriormente, la realizaban los niños de las Escuelas Pías, hasta que éstas se cerraron, siendo desde entonces los chicos que la parroquia disponía los que lo realizaban este día y durante la Cuaresma. Actualmente lo representan voluntarios del pueblo de todas las edades.
Representación del Reloj de la Pasión por las calles de Sos
Sobre el mediodía del Jueves Santo salen de la Iglesia de San Esteban doce personas, representando a los apóstoles, vestidos con túnicas y portando cada uno de ellos una vara de madera a modo de astil en cuyo extremo superior vienen reflejados distintos símbolos alusivos a la pasión de Jesús. Al mismo tiempo que recorren las calles del pueblo van recitando con una entonación muy peculiar y característica “el Reloj de la Pasión”. Una persona lleva una bolsa pidiendo “la limosna de Judas”. La cuestación, antaño, era en beneficio propio; actualmente esta recaudación se destina para sufragar los gastos propios de los participantes o para las cofradías del municipio. 
“El Reloj de la Pasión” son cantos religiosos de autor anónimo, formados por estrofas de cuatro versos octosílabos, formando lo que podría llamarse un poema lírico-narrativo. En él se representa la Pasión de Jesús siguiendo hora a hora cada uno de los momentos que, según los evangelios, padeció Nuestro Señor. El poema abarca desde las siete de la tarde del Jueves, con el lavatorio de pies a sus discípulos, hasta las 6 de la tarde del Viernes, hora en que, según el poema, fue enterrado su cuerpo.
Los símbolos que portan hacen alusión a la Pasión de Jesús
La entonación popular con la que se canta este poema presenta unas tonalidades y cadencias a las que se somete todo el texto, haciendo que, a veces, se distorsione la acentuación normal de las palabras en favor del ritmo musical. 


            Todas las estrofas son isométricas, versos octosílabos en los que se asocian de un modo constante los elementos de timbre, tono e intensidad en torno a la penúltima sílaba de todos los versos que forman la estrofa para constituir el axis o eje rítmico que en este caso es isopolar, pues el acento estrófico recae siempre en la séptima sílaba. Se trata, por tanto, de un ritmo trocaico. 
                   A lo largo de todo el poema encontraremos una desigualdad en la colocación de los demás acentos, dándose un equilibrio entre acentos rítmicos y antirrítmicos. A esta asociación constante de los elementos de tono e intensidad en la penúltima sílaba se une, para lograr mayor expresividad, la rima, compuesta por dos redondillas en las estrofas 3 y 12 y por cuartetas en las estrofas 5,7,16 y 25, ofreciéndonos las restantes estrofas rimas en los versos pares quedando libres los impares, existiendo un predominio casi absoluto de rima consonante, consiguiendo de esta manera gran agilidad rítmica y gran expresividad, por lo que este sistema ha sido muy utilizado en la rima popular.
La letra del poema, como ocurre en todas las tradiciones que se transmiten oralmente, va modificándose y adaptándose al lenguaje particular de cada zona, pueblo, comarca o región, si bien el mensaje es el mismo en todas las versiones, presentando a la consideración de los fieles cristianos, con todo detalle, los hechos que fueron ocurriendo a lo largo del día de la Pasión, invitándonos a la reflexión y al arrepentimiento de nuestros pecados, consiguiendo así la salvación eterna.

El Reloj de la Pasión
     La letra del Reloj de la Pasión que a continuación se expone corresponde a un libro titulado “pasionario popular” recopilado por Faustino Gutiérrez, siendo muy similar a la narrada en Sos.


RELOJ DE LA PASION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Es la Pasión de Jesús
un reloj de gracia y vida,
reloj y despertador
que a gemir y orar convida.

Oye, pues, oye sus horas,
y en todas dí agradecido:
¿Qué os daré mi Jesús,
por haberme redimido?

Vuestro reloj, Jesús mío
devoto quiero escuchar,
y en cada hora cantar
lo que por mí habéis sufrido.

Cuando a las siete os veo
humildes los pies lavar,
¿cómo si no estoy muy limpio
me atreveré a comulgar?

A las ocho instituiste
la cena de vuestro altar,
y en ella, Señor, nos diste
cuanto nos podías dar.

A las nueve el gran mandato
de caridad renováis,
que habiendo amado a los tuyos
hasta el fin, Jesús, amáis.

Llegan las 10 y en el huerto
oráis al Padre postrado,
haced, mi Jesús amado,
que yo pida con acierto.

Sudando sangre a las once
os contemplo en agonía:
¿cómo es posible, mi Dios,
que agonice el alma mía?

A las doce de la noche
os prende la turba armada
y luego, en casa de Anás
recibes la bofetada.

A la una de blasfemo
el impío Caifás os nota,
y enseguida contra vos
la chusma vil se alborota.

A las dos, falsos testigos
acusan vuestra inocencia:
¡ qué impiedad y qué descaro!
¡qué indignidad y qué insolencia!

A las tres os escarnecen
e insultan unos villanos,
que con sacrílegas manos
os dan lo que ellos merecen.

¡Qué dolor cuando a las cuatro
os niega, cobarde, Pedro!,
mas Vos, Jesús, le miráis
y él reconoce su yerro.

Las cinco son y se junta
el concilio fulminante,
y dicen: “ ¡ muera Jesús,
muera en la cruz al instante!”

A las seis sois presentado
ante Pilatos el juez,
y él os publica inocente
hasta por tercera vez.

A las siete, por Pilatos
a Herodes sois remitido,
como seductor tratado
y como loco vestido.

A las ocho, nuevamente,
preso a Pilatos volviste,
y entonces a Barrabás
propuesto, Jesús, te viste.

A las nueve, seis verdugos
os azotan inhumanos,
y para ello a una columna
os atan de pies y manos.

A las diez, duras espinas
coronan vuestra cabeza,
espinas que en vuestras sienes
clavan con dura fiereza.

Cuando a las once os cargan
una cruz de enorme peso,
entonces veo, ¡oh mi Dios!
cuánto pesan mis excesos.

A las doce, entre ladrones,
Jesús, os veo clavado,
y se alienta mi esperanza
viendo al mundo perdonado.

Es la una y encomiendas
a Juan tu querida Madre,
y luego pides perdón
por nosotros a tu Padre.

A las dos otra vez hablas
sediento como Ismael,
y al punto te mortifican
con el vinagre y la hiel.

A las tres gritas y dices:
“ya está todo concluído”.
Mueres y llora tu muerte
todo el orbe estremecido.

A las cuatro, una lanzada
penetra vuestro costado,
donde salió sangre y agua
para lavar mis pecados.

A las cinco, de la cruz
os bajan hombres piadosos
y en los brazos de tu Madre
os adoran religiosos.

A las seis, con gran piedad,
presente también María,
entierran vuestro cadáver
y ella queda en agonía.

¡Triste Madre de mi Dios,
sola, viuda y sin consuelo!
ya que no puedo llorar,
¡Llorad, ángeles del cielo!

El reloj se ha concluído,
sólo resta, pecador,
que despiertes a sus golpes
y adores al Redentor.

Si me quieres contemplar
en la cruz y en el sepulcro,
en esta noche no duermas
y la gloria te aseguro.

Dada la extensión del poema, la dificultad de las estrofas y sus rimas, resulta muy difícil su memorización, por lo que actualmente se lleva escrito en papel y lo van cantando a la vez que lo leen; pero hay vecinos de Sos que recuerdan que hace años a los niños que representaban “el Reloj de la Pasión” les obligaban a aprendérselo de memoria y la gente del pueblo se acercaba a los niños y les pedían : ..."cántame la quinta hora, o la undécima...”, y si el niño la recitaba de memoria le echaban unas monedas en el “saco de Judas”.

Los 12 símbolos que portan los 12 "apóstoles"del Reloj de la Pasión

-Un Sol 
-Una Luna
                     Estos dos símbolos tienen diversos significados en la creencia popular, hay quien los interpreta como una referencia a lo eterno, otros como que el poder divino está por encima de ellos; según San Agustín simbolizan la relación prefigurativa de los Testamentos cristianos; pero el significado más aceptado referente a la Pasión es su relación con las horas del crepúsculo (entre el día y la noche), momento de la Pasión de  Jesús, aunque también hay quien los relaciona con el eclipse total de Sol que se produjo tras su expiración.
-Una bolsa de monedas, simbolizando la traición de Judas.
                        -Una mano, representando la mano de Caifás, el sumo sacerdote del sanedrín que abofeteó a Jesús.
-Un flagelo, símbolo de los latigazos que recibió Jesús.
-La corona de espinas
-Unos dados, simbolizando el sorteo que hicieron los romanos con las ropas de Jesús.
Como símbolos de la crucifixión están:
-Un martillo
-Tres clavos
Simbolizando la agonía en la Cruz:
-Una esponja sobre un palo, representando una de las Siete Palabras, concretamente la quinta : "tengo sed"; cuando un centurión le acerca la esponja empapada en hiel y vinagre.
Como símbolo final del sufrimiento, la lanza de Longinos certificando su muerte.
                      Y por último, simbolizando el descendimiento, unas tenazas, representando su uso en la extracción de los clavos de la cruz.

Los dados
El martillo

La esponja, los clavos y la bolsa de Judas








BIBLIOGRAFIA

-FERNÁNDEZ MARCOS, VICENTA. El reloj de la pasión. Revista de folklore. Fundación Joaquín Díaz, nº 118, pp. 137-140. T. 10 b. Año 1990.

-QUILIS, A.  Métrica española. p. 48. Ariel. Barcelona, 1984

miércoles, 21 de marzo de 2018

¿POR QUÉ SE LLAMA SANTA TE A LA ERMITA DE BARUÉS?

   
Ermita de Nuestra Señora de Barués (Sos del rey Católico)
         
        En recientes  trabajos y descripciones por parte de diversos autores,  observamos reiteradamente cómo para referirse a la iglesia románica de Barués , en el término municipal de Sos del Rey Católico, lo hacen nombrando a la ermita como dedicada a Santa Té.
Pero…¿ quién era Santa Té? ¿Qué Santa lleva este nombre?
Una cosa es cierta: en el Santoral Católico no existe ninguna santa con este nombre. Entonces ¿A qué se debe esta insistencia por parte de numerosos autores en comentar que la ermita de Barués está dedicada a Santa Te y nadie explica la procedencia o el significado de su nombre?
La respuesta es muy sencilla, pero desconocida por mucha gente.
Cuenta la tradición que la Virgen apareció en unos terrenos muy próximos a Barués, en el lugar conocido como Santa Fe, hacia el levante de la pardina, en la zona conocida como Vandunchil, y la Virgen empezó a ser llamada y conocida por los lugareños como la Vírgen de Santa Fe, por ser éste el lugar de su aparición.
Ermita de Barués (Sos del Rey Católico)
La advocación formal de la Virgen es la de Nuestra  Señora de Barués, por ser este el lugar de su veneración y por haber aparecido en el término del mismo nombre, pero los habitantes de Barués siguieron reconociéndola como la Virgen que apareció en el lugar de Santa Fe. Hasta aquí la tradición popular.
El cambio de “Fe” por “Te” no es sino por una errónea transcripción ortográfica, una mala grafía o una incorrecta pronunciación en algún momento de la historia y que ha derivado en la desacertada  acepción generalizada de “Te” en lugar de “Fe”, o sea, que por algún determinado proceso fonético u ortográfico una letra ha sufrido un cambio y muchos escritores contemporáneos así lo han utilizado, dejándose llevar por el uso del “Te” de otros autores anteriores en el tiempo, por desconocimiento de la mencionada tradición. 
Esta permuta de un fonema por otro, en lingüística se conoce como cambio fonético por transcripción.

Un caso parecido sucede con San Etis. (ver)

domingo, 11 de marzo de 2018

EL VENDEDOR DE LA O.N.C.E.


               La tendencia que refleja los usos y costumbres de una sociedad, bien sea a nivel local, regional o nacional se denomina costumbrismo. Estos usos y costumbres vienen reflejados en la tradición oral y forman parte de campos tan diversos como la lírica tradicional, cuentos, música, juegos, refranes, ceremonias, leyendas, ritos, artesanía, fiestas, canciones, vestimenta, gastronomía, bailes, supersticiones, creencias o tradiciones populares de un determinado pueblo o territorio de nuestra España rural, así como los personajes que directamente forman parte de estas costumbres.
                Estos personajes son carismáticos, extravagantes o pintorescos individuos que por una u otra razón, sea buena o mala, han calado tan profundamente en la historia colectiva de un pueblo  que no pueden quedar en el olvido y es por esto por lo que pasan a formar parte del  llamado costumbrismo local.
               
                    Ya hemos visto en otras entradas del blog algunos de los  personajes que forma parte del costumbrismo de Sos, como el baratero(ver), el matón(ver), el repatán(ver) o las plañideras(ver), y últimamente cabría añadir un nuevo personaje que poco a poco se está  abriendo un hueco para formar parte de nuestro costumbrismo local moderno. Se trata del vendedor de loterías y cupones de la O.N.C.E.  Julio Ezquerra.
           Julio es un cincovillés de Uncastillo que desde hace aproximadamente dos años viene a Sos del Rey Católico con la ilusión de que algún día la suerte recaiga en nuestro vecindario. Este carismático personaje, cariñoso, entrañable, charlatán y bonachón, recorre las principales calles de la villa con su “carrito de la suerte” vestido de jotero, de personaje medieval o con cualquier otra indumentaria que sugiera el calendario anual, desafiando las inclemencias del tiempo, derrochando humor y, sobre todo y lo más importante, “vendiendo ilusión”.
                Julio es un personaje que actualmente los vecinos ya venimos asociando directamente con las calles de Sos, pues parece que forma parte de las mismas, pero de lo que sí está formando parte ya es de nuestro costumbrismo local y al que sin duda alguna recordaremos con más fuerza si algún día "su suerte" nos trae a los sosienses un “Gran Premio”


domingo, 25 de febrero de 2018

ESCENAS DE ·LA "VAQUILLA" DE BERLANGA EN EL AÑO 1973

                Han llegado a mi poder ciertas fotografías de las fiestas en Sos del año 1973 de la plaza de toros en el conocido “Campo del toro” que bien podrían haber sido la fuente de inspiración del director de cine Luis García Berlanga para ambientar la plaza de toros de su famosa película “La vaquilla”, rodada en 1984.
              Infinidad de detalles que se ven en las fotografías coinciden plenamente con otros tantos detalles de las escenas del film. Desconozco si estas fotografías fueron vistas por Berlanga para ambientar las escenas, aunque conociendo personalmente al autor de las fotos, es bastante factible que esto pudiera haber sucedido. No puedo afirmarlo porque lamentablemente esta persona está ya fallecida,  pero lo cierto es que la similitud de detalles es tremenda y extraordinaria, como por ejemplo el alguacilillo que montado en su caballo encabeza el paseíllo de los toreros  y que en la película este carismático personaje es sustituido por una mujer, la actriz Violeta Cela (Guadalupe); curiosamente en la fotografía del año 73 el alguacilillo resulta ser también una mujer, detalle no muy corriente en una sociedad mucho más machista que la actual, donde el cometido del alguacilillo era tarea reservada exclusivamente para hombres. También en los dos casos, curiosamente, ambas mujeres portan sobre sus cabezas un sombrero cordobés. Igualmente, en ambos casos el caballo no lo controla el jinete, sino que es llevado por una persona a pie; la testuz del animal está adornada en la fotografía con una banderola, en este caso Berlanga sustituye la banderita por unas flores. La colocación del vallado del ruedo es de una gran similitud entre la fotografía y la película, así como los adornos con banderas españolas, palco presidencial, ubicación de mozos subidos al vallado, burladeros,…es como si la fotografía del año 73 fuera un fotograma de la película. Tanta coincidencia no puede ser sólo fruto de la imaginación del cineasta, y si es así, efectivamente era un genio; pero es de suponer que se informó y se documentó debidamente en el pueblo de Sos sobre ello.
                 Sea cual fuere la fuente de inspiración o de documentación sobre la ambientación de la plaza, hay que reconocer que Berlanga supo estudiar y plasmar fehacientemente el ambiente de una plaza de toros en la España rural del 36, pero personalmente siempre me quedará la duda si Berlanga vió o no estas fotografías.

Fiestas de Sos. Año 1973


EL HOSPITAL DE SOS (II)

       
A los pies de los ábsides de San Esteban se ubicaba el primer hospital de Sos
 
           En una anterior entrada del blog ya hablamos del primer hospital de Sos (ver) y de su probable ubicación en la calle la Salud, al final de la misma y bajo los ábsides de la iglesia de San Esteban. Esta posible ubicación era la conclusión deducida de los informes de Espoz y Mina sobre sus intervenciones en  Sos en su afán de expulsar a los franceses de la villa y de la pequeña “pista” que nos ofrecía la toponimia del municipio por el hecho que una calle del pueblo se llamara “La Salud”. Esta localización era meramente especulativa, apoyada con sólidas razones de peso pero no contrastada documentalmente con información relevante que nos confirmara la supuesta ubicación que tuvo el antiguo hospital en Sos, por lo que su localización no quedaba totalmente asegurada y ratificada debido a la mencionada falta de documentación, simplemente eran conjeturas y deducciones.
                En mi empeño de seguir insistiendo en encontrar algo que confirmara mis sospechas sobre la ubicación del hospital, por fin localicé cierta referencia en un documento sobre las subastas de unas casas en Sos que certificaron que mis deducciones y especulaciones eran totalmente ciertas, y ahora sí que podemos afirmar con total rotundidad dónde se ubicaba el antiguo y primer hospital de Sos.
                Este documento es una descripción de una de las dos casas que aparecen en pública subasta en el Boletín Oficial de Ventas de 1859, donde, en los lotes nº 655 y 206 del inventario aparece en uno de ellos la subasta de "la mitad de una casa procedente del hospital de Sos, sita en la calle Meca, número 114, confrontante con casa de Antonio Suescum y otra de Mariano Bueno..." [1]
               La calle Meca, como bien sabemos, comienza en la Plaza del Mercado y termina bajo los ábsides de San Esteban, donde empieza la calle La Salud.
                 Con estas acertadas referencias espaciales ahora sí que estamos en disposición de certificar, sin temor a equivocarnos, que el hospital de Sos, el primero, junto a su iglesia de San Miguel, estuvo ubicado al final de la actual calle La Salud, bajo los ábsides de la iglesia parroquial de San Esteban.

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[1]  "El Saldubense", 24 de mayo de 1859, p.2. Bienes de Corporaciones Civiles. Hospital de Sos.

domingo, 11 de febrero de 2018

LEYENDA DEL CRISTO DEL PERDÓN

Hace cientos de años, en una noche cerrada y oscura, encontróse don Pedro, un apuesto galán de la villa de Sos, galanteando a su amada joven a través de la ventana de su casa. Después de despedirse de ella, dirigióse hacia su morada por las estrechas calles de la villa y, como si de un fantasma se tratase, salió una persona de un estrecho callejón, arropada con telas negras y envuelta su cara en ellas para que nadie le reconociese y, sacando su cuchillo, abalanzóse sobre don Pedro hundiendo éste en su pecho. Don Pedro, sin apenas poder defenderse de su atacante, cayó en el húmedo suelo de la villa exhalando su último suspiro mientras el desconocido personaje emprendía la huída amparado por la oscuridad de la noche.
Los días siguientes la justicia haría toda clase de averiguaciones para descubrir al asesino de tan infame y mezquino crimen y poder así ajusticiar al causante de semejante fechoría, pero no lo encontró.
Pasado un tiempo de este misterioso crimen, don Ferrán, un joven de Sos, requirió de amores a la joven que pretendiera el difunto don Pedro, pero ésta lo rechazó. Don Ferrán empezó a sufrir horrorosas pesadillas nocturnas que no le dejaban dormir, el remordimiento se adueñó de su alma y estaba sumido en un mundo de visiones donde la sangre y el rostro de Don Pedro no dejaban de aparecérsele en su recuerdo, sufriendo una constante y terrible angustia y desesperación. Había conseguido librarse de la justicia humana, pero no de la divina. En su desesperada lucha por encontrar alivio a sus sufrimientos buscó refugio y consuelo en las buenas obras y en la oración, visitando frecuentemente la Iglesia y recibiendo con fervor la Sagrada Comunión. Varias veces reveló a su confesor su fechoría declarándole el deseo de entregarse a la justicia, pedir perdón a la madre de don Pedro y cumplir así con el castigo terrenal que le correspondiera para verse así curado de la tortura espiritual que estaba padeciendo, a lo que el sacerdote se lo prohibió diciéndole que sería Dios quien terminaría con sus sufrimientos.
Cristo del Perdón (Foto de Archivo)
Solía don Ferrán orar frente al Cristo crucificado de la iglesia de San Esteban y allí en silencio, derramaba lágrimas de arrepentimiento, lágrimas que iban haciendo desaparecer las imágenes de la sangre y rostro de don Pedro que tanto le atormentaban. 
Poco a poco fue cogiendo fama de hombre caritativo y piadoso. Un día que se encontraba orando frente al Cristo, entró en la iglesia la madre de don Pedro, quien con lágrimas en los ojos le suplicó a don Ferrán: “incluye a mi hijo Pedro en tus oraciones y reza para que su alma descanse en paz, y pide también por mí para que pueda encontrar el consuelo y perdón para el asesino de mi hijo
Tal conmoción causó en don Ferrán estas súplicas que, inundado en lágrimas, cayó abatido al suelo confesando su crimen y suplicando el perdón de la angustiada madre antes de entregarse a la justicia. La madre, igualmente cayó al suelo mirando con horror al asesino de su hijo. En su alma luchaban el deseo de venganza con los sentimientos del perdón, levantó la cabeza hacia el Cristo buscando una respuesta y vio cómo éste adquiría vida, levando su cabeza, que hasta entonces tenía inclinada sobre su hombro, y abriendo sus párpados, adquiriendo sus ojos un brillo que la contemplaban esperando su decisión. Y mientras don Ferrán seguía suplicando su perdón, la madre se lo otorgó generosa.

Desde aquel momento la talla del Cristo muestra la cabeza erguida y expresando su mirada una solemne paz y sobrehumana bondad, llamándole desde entonces el Santo Cristo del Perdón.

lunes, 5 de febrero de 2018

NATURALEZA Y POESÍA EN SOS. 10-EL NOGAL

              El nogal (juglans regia) es un árbol frutal de hoja caduca de la familia de las juglandáceas, originario de Asia Menor y del sudeste de Europa, y cuyo fruto, la nuez, rica en Omega 3 y Omega 9, contribuye a reducir los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de usarse también en farmacología y dermatología.
           
               El nogal no soporta las heladas primaverales tardías ni temperaturas altas sin una mínima humedad, características no muy propias de la climatología de Sos pero tampoco demasiado exigentes como para que crezca algún nogal en estado salvaje en la comarca o cultivarlo convenientemente en terrenos particulares.
            Es por esto que no son muchos los nogales que podemos ver en la zona, pero que si nos damos un paseo por los alrededores de la villa de Sos encontraremos algunos de estos agradecidos frutales, aislados y conviviendo con otras especies.
                En Sos es muy corriente utilizar las nueces para elaborar el conocido vino de nueces la noche de San Juan.(ver)

            La grandeza, hermosura y esbeltez del nogal ha sido plasmada en numerosas obras literarias por parte de muchos poetas, y también ha servido como fuente de inspiración para el célebre escritor Félix María Samaniego, conocido por sus famosas fábulas con sus aleccionadoras moralejas. Del libro II del Tomo II de su colección de fábulas exponemos a continuación la fábula que lleva por título “La mona”.

La mona

Subió una mona a un nogal
y cogiendo una nuez verde,
en la cáscara la muerde,
aunque le supo muy mal.
Arrojóla el animal
y se quedó sin comer.
Así suele suceder
a quien su empresa abandona,
porque halla, como la mona,
al principio qué vencer.

Moraleja
            Todos sabemos que morder la drupa de la nuez todavía verde resulta muy desagradable por su amargo sabor. La moraleja que Samaniego nos quiere ofrecer  con esta fábula es la importancia que tiene el seguir adelante con nuestras metas y objetivos y no abandonarlos al primer tropiezo u obstáculo que encontremos, como le ocurrió a la mona, que por abandonar en el primer intento se quedó con hambre.

Félix Samaniego

           
Félix María de Samaniego
 


                Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala nació en Laguardia (Álava) el 12 de octubre de 1745. Fue músico, ensayista y dramaturgo, pero sin duda su gran éxito como poeta fue conseguir ser el mejor fabulista de la Ilustración española.
         Escribió sus fábulas para que sirvieran de lectura a los alumnos del Real Seminario Patriótico Vascongado de Vergara, publicándose en 1784 las Fábulas morales, 157 fábulas recopiladas en 9 libros y precedidas de un prólogo.
            Las fábulas de Samaniego, de carácter didáctico, tratan de instruir deleitando, imitando a los grandes fabulistas clásicos Fedro y Esopo  y al francés La Fontaine, terminando todas ellas con una moraleja aleccionadora de corte moral o de prácticas reflexiones sociales de convivencia.
            Sus fábulas más conocidas son la cigarra y la hormiga, la zorra y las uvas, el perro y el cocodrilo…
                 Falleció en su ciudad natal el 11 de agosto de 1801.








BIBLIOGRAFÍA

En la web:
-www.biografiasyvidas.com. Félix María Samaniego
-https://arbolesfrutales.org/nogal-todo-lo-que-debes-saber/ El nogal