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jueves, 17 de octubre de 2019

LA EDUCACION EN LA EDAD MEDIA EN SOS


       




        La educación de la gran mayoría de los habitantes de Sos hasta y durante la Edad Media era casi nula. Sólamente los clérigos de la iglesia de San Esteban dominaban los principios más elementales de la lectura y escritura, siendo éstos quienes instruían a los habitantes basándose únicamente en el cristianismo, la fe cristiana y en los Mandamientos de Nuestro Señor, es decir, que la educación en la Edad Media para la gran mayoría de los habitantes fue totalmente dogmática.
La mayoría de los clérigos de Sos provenían de familias pudientes, habiendo recibido sus primeros estudios en las escuelas monacales ubicadas en los monasterios donde, además de la lectura y escritura, adquirieron conocimientos elementales de lengua latina, textos bíblicos y otras artes,  lo que les habilitó también para ejercer en la sociedad otros tipos de trabajos y actividades a los que las clases menos favorecidas no podían optar, como el trabajo de notario, atestiguándose la presencia en Sos de varios notarios entre clérigos de los linajes de los Español de Sos,los Ampiedes, los Sada, los García de Urriés, los Sen o los Sos, lo que evidencia que miembros de estos nobles linajes dominaban esta instrucción primaria,  a la vez que de este modo pasaban a formar parte de la élite de la sociedad sosiense.
Pero este aprendizaje también se podía obtener en la propia villa pagando a terceras personas para que enseñasen a leer y escribir a sus hijos, como hizo en 1427 Juan Ximénez de Burriel, vecino de Castilliscar, quien formalizó un contrato con don Martín Martínez y con Sancha de Aninés, vecinos de Cáseda, para que enseñasen a leer y escribir a su hijo Juan durante doce años a cambio de seis florines de oro anuales  [1], por lo cual, sólamente las familias más privilegiadas de la villa podían instruir y dotar de una básica educación a sus hijos, siendo el resto de la población, la gran mayoría, analfabetos.                               Con el Renacimiento los estudios clásicos introdujeron cierta libertad de espíritu propiciando la creación de la Universidad y, con ella, notables cambios en la educación y enseñanza, preparando los futuros progresos, pero siempre bajo una fuerte influencia del cristianismo. En Sos no hubo Universidad, y en Zaragoza no se instituyó hasta bien entrado el siglo XVI, pero existía en Uncastillo desde principios del siglo XIV un Estudio donde se impartía la disciplina de Gramática. Esto hizo que las familias más acomodadas de Sos pudieran enviar a esta localidad a los clérigos miembros de su familia para ampliar sus conocimientos. Es por esto que el capítulo de San Esteban estatuyó en el año 1507 la posibilidad de ausentarse de la localidad a los beneficiados oriundos de Sos para ampliar sus conocimientos en el Estudio de Uncastillo, donde en el siglo XV ya se impartían también las disciplinas  de Lógica y Filosofía.[2]
Además de Uncastillo,  en la segunda mitad del siglo XV, los clérigos de Sos también tuvieron la posibilidad de acudir a la capital del reino donde, pese a no existir todavía la Universidad, se asistió a un florecimiento cultural en el último cuarto de siglo que coincidió con la introducción de la imprenta y con la concesión del monarca Juan II en el año 1476 por la cual la Escuela de Artes de la ciudad pasó a constituirse como Estudio General. Se tiene constancia documental de que algunos clérigos de Sos viajaron a principios del siglo XVI a Zaragoza para mejorar su nivel intelectual en este centro educativo, como evidencia el nombramiento en febrero de 1508 de procuradores por parte de Gil de Sos y de Miguel Pérez, racioneros de Sos y residentes en el Estudio Mayor de Zaragoza, para recibir su ración del capítulo de la iglesia de San Esteban[3], o la procuración que en el mismo sentido hizo Pedro de Morlanes en mayo de 1510[4].

               Pero también clérigos de Sos salieron a estudiar fuera del reino, como fue el caso de Juan de Sos, racionero de la iglesia parroquial, que desde 1511 fue estudiante de cánones, al menos durante cuatro años, en el Estudio de Salamanca, lo que originó un pequeño pleito con el capítulo de San Esteban porque le negaron las rentas correspondientes a este cuatrienio, teniendo que intervenir un juez apostólico y conservador de los derechos del Estudio para conminar a los religiosos de Sos a satisfacer al estudiante lo adeudado[5].
Los clerigos de Sos, además de la formación obtenida en los Estudios de Artes y en los Estudios Generales, también poseían libros propios que les ayudaron a ejercer su labor pastoral, como así se atestigua en los testamentos de 1456 de Juan de las Fillas, en el que mandó que se vendiese un breviario para que se realizasen misas por su alma por la suma que se alcanzase[6], o una Biblia, un salterio y un ejemplar del Manipulus Curatorum que el vicario don Juan de Narbayz ordenó en su testamento que se vendiesen para destinar el dinero obtenido a los pobres[7].
Colegio Escuelas Pías "Isidoro Gil de Jaz". Sos del Rey Católico
         Pero los clérigos,además de libros religiosos, también poseían otros de diversas materias, como demuestra el hecho de que el racionero García del Parral dejase en su testamento de 1463 el libro de los Fueros y otros textos, que no especificó, a Martín de Ampiedes[8].
Es decir, que durante la Edad Media en Sos, la cultura era patrimonio de unos pocos privilegiados; sólo los clérigos y algunos miembros de la élite de la sociedad poseían algún tipo de conocimiento y estudios que les permitió conquistar ciertos puestos de trabajo que los situaron en el escalafón más alto de la sociedad.La clase más desfavorecida solo pudo acceder a un tipo de educación profesional o artesanal enviando a sus hijos a vivir a casas de maestros artesanos hasta que aprendieran todo lo relacionado con el oficio artesanal correspondiente, pero seguían siendo analfabetos.
Hubo que esperar hasta el siglo XVIII para que todos los niños de Sos tuvieran educación. Además, gratuita. Ese fue el legado de Dn. Isidoro Gil de Jaz, que tras fundar el colegio de los escolapios se impartió escuela y bachillerato gratuito y universal durante más de 200 años en la villa de Sos, además de cátedras de filosofía y teología, dejando de ser la cultura patrimonio exclusivo de unos pocos para pasar a ser una realidad apta para todos los vecinos.(ver)
Sos alcanzó en el siglo XVIII el porcentaje de escolarización más alto de todo Aragón, siendo actualmente nula la tasa de analfabetismo de la población del municipio.




[1] A.H.P.S., Miguel Martínez de Sada, p. 354, f. 122.
[2] A.H.P.S., Juan Coscón, p. 867, ff. 38-38v.
[3] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 505, ff.3-4.
[4] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 506, f.4.
[5] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 507, f. 14v.
[6] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 390, ff. 34-35.
[7] A.H.P.S., menor de días, p. 394, ff. 98-99.
[8] A.H.P.S., Martín de Ampiedes, p. 394, ff. 2v-3v.








BIBLIOGRAFÍA


-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. (C.S.I.C.) Zaragoza, 2012.

-CUEVA GONZÁLEZ, DIONISIO. Las escuelas Pías de Aragón. Gobierno de Aragón.


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