En Sos, como en muchos otros pueblos, el lavadero se asocia a la fuente y al abrevadero. El lavadero, o "labador" (en aragonés,como se le denomina en algunas zonas de Aragón), ha sido siempre punto de reunión y de socialización de las mujeres del pueblo, donde iban a lavar los trapos sucios, tanto los materiales como los personales; en este espacio reservado para las mujeres apenas hacían acto de presencia los hombres del municipio.
Lavadero de Mamillas (Sos del Rey Católico),con piedra inclinada para frotar la ropa. |
El lavadero, en algunos casos, suele estar formado por una pila rectangular, con el borde superior compuesto por una superficie de piedra lisa inclinada hacia el interior para facilitar la faena de enjabonar y frotar las prendas; en otros casos lo conforman dos pilas, una grande para el lavado y otra, algo más pequeña,para el aclarado.
Todavía queda un vecino en Mamillas que usa el lavadero para lavar su ropa |
Fuente y lavadero cubierto de Sofuentes |
La techumbre puede ser a una o a dos vertientes, como el de Sofuentes, ubicado en las afueras del pueblo, siendo un lavadero conformado por todos los elementos propios de este tipo de arquitectura popular: fuente, abrevadero,dos pilas de agua, techumbre y paredes laterales abiertas.
Lavadero de Sofuentes (Sos del Rey Católico) Pilas para lavar la ropa. |
Escaleras que bajaban hasta la "fuente del piojo" |
Los ríos y arroyos también eran utilizados como lavaderos, sobre todo si las ropas a limpiar contenían "huéspedes" no deseados (piojos, chinches, pulgas...), algo muy normal en aquellos tiempos. En Sos las mujeres solían ir a la fuente que había bajo el puente románico de Uncastillo, carente de pila, por lo que el restregado se hacía de rodillas sobre las piedras y en la orilla inclinada del arroyo. En este caso no era necesario separar las zonas de enjabonado y aclarado, pues el constante caudal del arroyo era suficiente para regenerar constantemente el agua clara y arrastrar a los indeseables "huéspedes". Por esta razón era conocida esta fuente como "fuente del piojo"
La generalización de la electricidad y los electrodomésticos a mediados del siglo XX ha facilitado considerablemente las labores domésticas del lavado de ropa, quedando los lavaderos en desuso y relegándolos a un rincón de nuestra memoria. Muchos han desaparecido, pero otros, gracias al interés de los habitantes y de los ayuntamientos han sido restaurados y conservados para ofrecerlos al visitante como una muestra etnográfica de un pasado muy reciente donde nuestras abuelas pasaban largas y sufridas horas limpiando la ropa.
BIBLIOGRAFÍA
-GIMÉNEZ AÍSA, Mª PILAR. Arquitectura tradicional de las Cinco
Villas. Adefo Cinco Villas. Zaragoza, 2008.
-RIVAS GONZÁLEZ, FÉLIX A. “Piedras para
el agua”, en: Pilar Bernard Esteban (Coord.) La cultura del agua en Aragón. Usos tradicionales, pp. 116-148.
Rode de Estudios Aragoneses. Zaragoza, 2008.
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